Encuentro versus PD: ¿Otra vez la callada por respuesta?

No toda la culpa a Ana Bella...

Por Jorge A. Pomar, Colonia

Puede que estés en lo cierto en tu comentario, Dixi. Pero, como dice el refrán, "El que calla otorga". Si en efecto los jerarcas de Encuentro vuelven a dar la callada por respuesta, quedarán una vez más en evidencia. Lo positivo es que, gracias a la mayor popularidad de Penúltimos Días (PD), ya nadie podrá alegar ignorancia sobre esta importantísima querella exiliar, ni en el presente ni en el futuro. [La cabeza de la Medusa, óleo sobre madera, 69 x 118. Museo de Historia del Arte (Viena). Rubens, 1617.]

Pero no todos los demás callados a cal y canto pertenecen a la guara (piña, clique) presidencial o ponen arte en el negocio. En ese sentido, no se puede menos que admitir que la "nueva política cultural" de Abel Prieto ha sido un rotundo éxito. Al extremo de que aun en la Diáspora se han quitado del tobillo el arique pacotillero de la UNEAC. No le endilguemos, pues, toda la culpa a la parcialidad del PSOE o a la supuesta traición de Ana Bella, la gorgona que a tanto erudito la mente petrifica con sus irresistibles miradas de basilisco.

En puridad, la hija de Carlos Rafael Rodríguez y Eddy García Buchaca no debe ser acusada de trueque de lealtades. A ella, igual que otros no tan conspicuos en su entorno, cabe aplicarles el viejo refrán sobre "La fruta nunca cae lejos del árbol". Con el imaginario de nuestros intelectuales pasa lo mismo que con la idiosincrasia de "Nuestro pueblo", que en el fondo es el principal culpable de su desgracia. Sólo en última instancia, claro. Imaginario de factura intelectual e idiosincrasia popular retroalimentan más de allá para acá que de acá para allá, desde luego.

Así las cosas, muy a mi pesar vuelvo a constatar que, al silencio doloso de la AECC, se une un atronador coro de sordomudos integrado por la inmensa mayoría de blogueros y luminarias intelectuales. De ahí que la polémica reiniciada en Penúltimos Días no sólo no halle eco sino que ni siquiera sea noticia en los medios de difusión más difundidos del exilio.

Para los lerdos, estoy queriendo insinuar la siguiente paradoja: en una medida decisiva, la aparente impunidad de la AECC tiene menos que ver con la desfachatez de su presidencia que con la sordera selectiva de una intelectualidad y una blogósfera exiliares mayoritariamente reacias a agarrar por los cuernos al toro desbocado de Infanta Mercedes 43.

En particular, la pléyade de "geniales" (mediocres somos, salvo excepciones todos los que no confeccionamos la argamasa anticastrista a base de una de cal y otra de arena, o casi todas de cal) colaboradores de Encuentro sabe por experiencia ajena que ese toro embiste sin falta a cualquier banderillero cultural a su alcance que ose secundar la labor de estoque del torero de turno. Hernández Busto en este caso.

Aparte de complicidades inconfesables, de la usual excusa inmovilista de no aportar argumentos al enemigo y de la afinidad político-ideológica con las posturas --antaño criptocastristas y hogaño filorraulistas-- de la AECC, surten aquí su efecto inhibitorio el afán de protagonismo a toda costa inherente al gremio culto y el inveterado hábito uneacista de doblar la cerviz ante el poder, dejando a los ocasionales temerarios a solas con su destino.

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Anónimo 07/01/09 16:02, el Abicú no se suma ahora a Hernández Busto sino al revés. Amén de que esta polémica no la inició ninguno de los dos. Ese mérito agrio corresponde a Servando González y César Leante, que fueron los primeros en abordar el tema de los secretos fundacionales, así como otras incongruencias de personal y enfoque en la AECC. Luego Víctor del Llano sacaría a relucir en Libertad Digital el aspecto financiero en un revelador artículo titulado "La generosidad de Leyre con Annabelle".

Finalmente, lejos de ser un "mal enemigo de mis enemigos", Ernesto y su PD son hoy por hoy el primer referente noticioso y argumental del exilio militante en Occidente. Muy por delante del ambivalente Encuentro en la Red, que lo es de del exilio rosa, Diáspora, como le llaman allá en Madrid desde que la presidencia decidió lanzarse por la vía ultramoderada. [San Jorge y el dragón, óleo sobre lienzo, 141 x 96,5 cm. The National Gallerie (Londres). Gustave Moreau, 1889-1990.]

A sabiendas de que, por encima de todo, "los cubanos son amigos de sus amigos", no aplico ese criterio sociolista a la hora de respaldar a alguien en política. Si Hernández Busto, a quien no tengo el gusto de conocer de cerca pero considero un correligionario confiable, es buena o mala persona, sin cuidado tiéneme. Ni por la mente me pasa la idea de malquistarme con otro gusano de oruga liberal como mi Alter Ego por semejante prurito.

El único dato relevante aquí es que la razón está de su parte, visto que sus cuestionamientos no son más que un convite al diálogo abierto sobre una suspicacia exiliar que hasta los más circunspectos albergan entre ambas sienes desde hace años. ¿O.K.?

Ah, se me olvidaba: aunque amo mi actual vida de ermitaño renano, en asuntos de la polis, colectivos por definición, no vale el aforismo de que "El buey sólo bien se lame". La de San Ernesto, como la San Jorge, es bronca bruta con hidras y dragones. Nada para literatos de torre de marfil...