Thursday 25 February 2010

Un par de nueras buenas y un montón de nietos abicúes para Reina Luisa Tamayo Danger

Un enfoque eminentemente egocentrista del asesinato de Orlando Zapata Tamayo

Por Jorge A. Pomar, Colonia


Me desayuné ayer con la desagradable noticia y aún estoy a la espera de que se me enfríe la bilis para explayarme sin pecar por exceso de crudeza en medio de esta segunda jornada luctuosa del 2010 después de la muerte de la madre de los hermanos Sigler Amaya. Aunque detesto los simbolismos, me llama la atención la extrema humildad de ambas familias opositoras, blanca una y negra la otra, oriental aquella y matancera ésta.

Redactando a retazos este polémico post, me impuse la férrea norma de tratar de conservar a toda costa la cabeza lo más fría posible a la hora de volver a abordar sucesos luctuosos de actualidad. No quise dejarme arrastrar por el apasionamiento general de tirios, troyanos y espectadores. Como el de la aguerrida prole de los Sigler Amaya ante el féretro de su madre Gloria Amaya el pasado mes de enero, lo amerita igual hoy el drama inenarrable que está viviendo ahora mismo esa otra humilde ama de casa de Banes que acaba de perder a su segundo hijo a manos de los sicarios del régimen.

Fiel al propósito que me he trazado, seré bastante egoísta. Porque, por más que desearía ahorrarme las críticas correspondientes, no podría a quedarme en el luto empático pero ineludiblemente abstracto de los afortunados sin referencias íntimas para la comparación. He llorado casi con lágrimas en los ojos a Zapata Tamayo como me hubiera llorado mi madre a mí mismo si hubiese caído en la guerra de Angola en el 75-76, cuando aún era joven, lleno de ansias de vivir una vida que (ya sé que valió la pena) habría quedado trunca. Tampoco pienso dorar la píldora cargando las tintas sobre el sacrificio del hijo de Reina Luisa como un supuesto motivo adicional para una cohesión opositora que a día de hoy estoy más lejos de ver que nunca antes. Queda, pues, advertido el lector suspicaz.

Conozco muy bien a los negros del sudeste oriental, entre otras cosas, porque alfabeticé milicianos en Banes y engendré dos hijos con una guantanamera. Sé también de los fuertes prejuicios ancestrales (los había incluso en mis dos familias cardenenses) que pesan todavía sobre ellos a ambas orillas del conflicto criollo. Abundan entre nosotros racistas resentidos de todos los colores que les achacan el papel cainita y "palestino" (porque, huyendo de la miseria oriental, montan su choza hasta debajo de cualquier puente en La Habana) de represores transregionales que les ha endilgado ex profeso el castrismo al condenarlos planificadamente a la más extrema miseria dentro de su esquema de penuria general y permanente.

[Digresión historiográfica # 1 (remota): No en balde ha sucedido más de una vez en la historia de la Isla: desde La Demajagua hasta la fecha, a la hora de la degollina patriótica hace falta cualquier cantidad de negros que luego sobran a la hora de la rebatiña o cargan la culpa de todos los entuertos, como el totí del refrán. Lo que suelen soslayar todos esos que escanean fotos de actos de repudio en busca de la "pinta" alebrestada, es el dato documental de que los antepasados de esos mismos negros orientales llevaron el peso de nuestras guerras de independencia.

Excluidos de entrada del proyecto fundacional de la sacarocracia intelectual, fueron reclutados a ese efecto sólo para que se les pagara con la espantosa carnicería republicana contra los, sin duda imprudentes, pero mezquinamente marginados Independientes de Color en 1912. Para que el ultraje adquiriese un valor simbólico, ni siquiera faltaron las pulidas botas del Ismaelillo junto al cráneo rajado --a resultas de un heroico disparo a bocajarro en la nuca-- de Evaristo Estenoz, uno de los dos cabecillas de la revuelta, en el cementerio santiaguero de Santa Ifigenia.

Razón por la que nuestros historiadores de ayer y de hoy son tan parcos acerca de la herencia de José Julián Martí y Pérez --y de su cacareada y redundante "República con todos y para el bien de todos"-- en su único hijo legítimo. Segundo dato igualmente verificable: la Revolución del 59 ha sido, desde el eufórico introito hasta el amargo epílogo en curso, un desastre netamente caucasiano e intelectual en el que la inculta negrada sudoriental juega un papel subalterno.

A posteriori, visto que todos los que peinamos cana recordamos el reproche de complicidad o indiferencia ante la rebelión contra Batista, "el negro bembón encaramado en el cocotero del poder". De hecho, el mérito por la apoteotica victoria del uno de enero corresponde casi por entero a las clases medias y a la aristocracia obrera.



Caveat para consumo exclusivo de los que van a dar la voz de alarma racista:
el pobrerío blanco tampoco sobresalió en la lucha. Y va de suyo que, según el concepto alternativo abicueril, "negro" es todo aquel que viva ahora mismo como tal en la Isla. O sea, "nuestro pueblo" en sentido clasista, doblemente atrapado en su insularidad y en el hermético apartheid oligárquico-castrista. Circunstancia que prioriza los derechos civiles de las mayorías por encima de las reivindicaciones patrioteras. ¿Estamos?]

Conozco por amarga experiencia propia el reverso la actual angustia de los Zapata-Tamayo. A saber, la impotencia del reo ante la agonía de un ser querido. En este caso, la de mi difunta esposa Gipsia Cáceres de la Guardia, fallecida de cáncer mientras me hallaba encerrado en Ariza. Al despedir el duelo en el cementerio de Colón ante un exiguo grupo de familiares, amigos, colegas y vecinos, además de chivatos y segurosos de jeans y guayabera, ahogué adrede cualquier tipo de efusividad patriótica que contaminara aquel cuarto de hora metafísico con cualesquiera de esos tópicos de ocasión que borran todos los rasgos humanos del difunto para reducirlo a la habitual hipérbole estatuaria. Enfoque que, aunque era un homenaje explícito a ellas (titulado "Mi 'Dama de Blanco'..."), disgustó bastante al pacato liderazgo de esas dignas criollas
sufrientes,. Me dieron la callada por respuesta... [Foto de arriba: Autopsia del cadáver de Evaristo Estenoz en la morgue del cementerio de Santa Ifigenia, AfroCubaWeb.]

Y no me abstuve de tocar la tecla hagiográfica por temor o prudencia, puesto para entonces ya me había hartado de repetir urbe y orbe cuanto pensaba sobre el régimen que yo mismo había sustentado. Sino por puro respeto a la sublime inescrutabilidad de la muerte, a una esposa entrañable a quien la voz del instinto me advertía de que no debía, bajo ningún concepto, despojarla de su último instante protagónico en el mundo de los vivos con un alarde de retórica extraída de cuadernos escolares.

Hasta la fecha no lo he hecho, ni lo haré jamás mientras esté en mis cabales. Agnóstico, no me pasa por la mente la idea de que, a los ojos del difunto, "morir por la Patria es vivir" (horripilante verso del Himno Nacional que siempre se me enradaba en la lengua cuando aún era un "escolar sencillo"). Dudo mucho que sea más noble que morir de un atracón de lechón asado o a resultas de un accidente del tránsito. La muerte es un acontecimiento trascendental mediante el cual se pasa a una dimensión que escapa al entendimiento humano.

Una vez sobrevenida, lo único realmente valioso que resta a los deudos es el recuerdo de las vivencias felices y --en el caso del joven Zapata Tamayo todavía más que en el de la ya madura Gipsia Cáceres de La Guardia o el de la noble anciana Gloria Amaya-- el dolor inconsolable, el desgarramiento cotidiano por las muchas otras vivencias imaginables que acaso pudimos compartir con él y ya nunca serán.

Razón por la cual, desde que entre por la puerta de Villa Marista hasta que me entregaron la codiciada "Carta de Libertad" en Ariza, observé una conducta enfilada a cumplir mi sentencia sin claudicar ni hacer concesiones, pero igual sin exponerme a sabiendas a una muerte segura. De lo contrario, hartos estamos de saberlo, los carceleros del régimen te someten sin falta a las sevicias que acabaron con la vida de Orlando. Es fácil hacer metáforas sobre mártires, pero la verdad es que, ya sin provocar a los guardias, la mera supervivencia dentro de las mazmorras castristas es una verdadera hazaña.



Como de costumbre desde hace 16 años, el pasado 14 de febrero, día del amor y aniversario de Gipsia, con toda la amarga experiencia de este “pedregoso exilio” a cuestas, me ratifiqué más que nunca en esta despechada conclusión recalcada en el homenaje herético “Mi 'Dama de Blanco'…”:
…de haber sabido que los dos años perdidos tras rejas y candados (italianos) serían los últimos restantes a ella y a nuestra pasión, seguro estoy de que ésa habría sido acaso la única razón en el mundo capaz de forzarme a aplazar mi rebelión o a elegir el "exilio rosa”.

Desengañémonos, Dios, si en efecto existe y sus decisiones son inescrutables como quería la escolástica de Santo Tomás, no tiene por qué hacer ese tipo de distinciones entre las almas de los difuntos. Y acá abajo las masas populares, siempre cautelosas bajo el
inclemente látigo totalitario, no saldrán a las calles por el asesinato del joven albañil Orlando Zapata Tamayo. Ni millones ni miles, tal vez un par de centenares de obstinados banenses acompañarían el cortejo fúnebre hasta la necrópolis de la --cónstame también-- muy contrarrevolucionaria Banes. Si no se lo impidiese el formidable dispositivo policial desplegado en la ciudad natal de Fulgencio Batista, que antes de enero del 59 era un modelo de desarrollo humano y urbanismo rural. Me consta porque en el 61 estuve ingresado en su espléndido hospital municipal.

En realidad, no ya en la Isla: ni siquiera fuera de ella la inmensa mayoría, ovejunamente desengañada del castrismo y a la vez sorda al clamor de la oposición militante por puro instinto de conservación, se ha dado por enterada. Lo oirán tan pronto surja un contrapoder fiable en la Isla. De ahí que a estas alturas del conflicto ya sólo queden dos soluciones óptimas a nuestra semicentenaria tragicomedia criolla: la biológica y/o la militar.

Como el corajudo Zapata Tamayo, a quien no le dejaron otra alternativa que la huida trágica hacia adelante, el Abicú sueña despierto con entrambas a la vez. "Nuestro pueblo" tampoco rechistará si corren la misma suerte los cinco huelguistas (foto de al lado) de hambre que, sin que nadie les disuada, acaban de anunciar su absurdo deseo de seguirle los pasos a nuestro penúltimo martir de la libertad en un país donde la cifra de presos comunes desconocidos --y el Código Penal castrista no reconoce la figura del reo de conciencia-- dejados morir por esa causa desde el uno de enero del 59 asciende a centenares, miles tal vez...

Es un drama frecuente en las ergástulas cubanas. Opuesto al diálogo a ultranza, a la "paz social" y a la "reconciliación nacional" sin justicia previa debido a los maltratos de que fue víctima durante su largo calvario penal, el lema central del supliciado activista pacífico del Movimiento Cristiano Liberación (MCL), gritado a voz en cuello sobre un sillón de ruedas a sus verdugos bajo los golpes en presencia de su progenitora, pasaría a ser un escueto, radical "¡Abajo Fidel!" Por eso lo asesinaron.

Una incidental: el chiste por anacronismo, la paradoja histórico-humorística aquí es que el clérigo que da nombre al "Proyecto Varela", por cuya promoción cayera preso Orlando, era un confeso adversario acérrimo del liberalismo y, como toda nuestra sacarocracia culta decimonónica, de la mayor "pureza de sangre" isabelina posible en "Cuba libre".

El hipotético día en que las masas salgan espontáneamente a las calles, nadie sabrá a ciencia cierta si reír o llorar. Las multitudes de descamisados son siempre fuerzas ciegas, temibles. Se lo garantiza alguien a quien, en medio del pogromo que le orquestaron en sordina una noche entre canciones de protesta, arengas, reflectores y altoparlantes en la plaza rodeada de edificios frente al balcón de la poetisa María Elena Cruz Varela, no le faltó la lucidez suficiente como para mirar en derredor, ver todos los balcones extrañamente cerrados a esa hora vespertina y atinar a discernir que aquel castigo bien merecido no era para él, que el día que, por suerte o desgracia, las víctimas fuesen sus verdugos amaestrados en manos de la ahora espantadiza multitud agazapada detrás de las celosías, a buen seguro aquel auto de fe con guión oficial se trocaría en dantesca orgía de sangre.

Los sonados aquelarres de noviembre del 91 en la Zona VIII de Alamar no eran más que una especie de ritualizado escarmiento colectivo, con preludio, nudo y desenlace previstos hasta el mínimo detalle en cuerpo ajeno para un vecindario ya mayormente desafecto pero aún renuente a arriesgarse a ocupar el lugar del chivo expiatorio sobre la arena de aquel improvisado circo romano. Muchos me apreciaban o tenían referencias sobre mi persona, pues trabajé tres años como microbrigadista en la ECOA 8, donde incluso me hice militante del PCC, y residí otros seis o siete muy cerca del escenario de la encerrona. [Foto: Reina Luisa mostrando el pulóver ensangrentado de Orlando.]

Amparado en ese conocimiento previo del libreto represivo, consciente de que, el vídeo clandestino con la ordalía anterior infligida a la frágil poetisa le estaba dando la vuelta al mundo con tan indeseable imagen represiva del régimen, era más que obvio para mí que lo menos que necesitaban esa noche los previsores coreógrafos de la Seguridad del Estado era el colofón audiovisual de un negro arrogante linchado por la turba revolucionaria enfurecida.

Así que en el fondo fui más calculador y oportunista que patriótico y temerario al propinarle el primer puñetazo y el primer puntapié al porrista a mi medida que me interpelaba. Es decir, elegí premeditadamente a un tipo menos corpulento que yo (los había más grandes y agresivos), otro cálculo matrero aprendido en las riñas callejeras de mi adolescencia en el barrio de Jesús María: se suena primero sin piedad al chiquillo más enclenque de la pandilla agresiva.

¿Y para qué se reveló el Abicú, preguntará el lector suspicaz, si intuía que la orden impartida a la irascible Brigada de Respuesta Rápida no era atentar contra mi integridad física sino apenas humillarme en público? Pues, para evitar que lo hicieran delante de mis hijos menores Laura y Mauro, ignorantes de lo que estaba sucediendo en su cercano apartamento de la Zona XIII. Lo habían hecho la víspera con la traumatizada autora de El ángel agotado, a quien inmovilizaron contra la carrocería de un patrullero a fin de hacerle tragar nuestros volantes en presencia de sus hijos Mariela y Árnold.

Podría pensarse que el ex camarada de Alamar sentiría una rabia especial al identificar rostros conocidos entre la porra, pero no: a decir verdad, conociendo a su gente, ya desde entonces no esperaba reacciones solidarias. Tampoco me pillaron desprevenido las calumnias que luego me levantarían mis propios compañeros de Criterio Alternativo, ni su extraño silencio. Si ahora les digo que esa relación con "nuestro pueblo", con el grueso más uno de nuestra profusamente infiltrada oposición interna y la aséptica Diáspora cubaencuentrosa, no ha cambiado hasta hoy, ¿ya pueden ir calculando lo que le esperaría a un Orlando sobreviviente o exiliado?

Por ese, entre otros motivos psicosociales, me alegro en el alma, me congratulo efusivamente todos los días de haber salido casi ileso (me rompieron la cornea de un ojo y magullaron un par de costillas, poco más) de aquella emboscada y estar disfrutando con creces desde hace 16 años de todas las bondades de la existencia humana en la sociedad de consumo occidental.

Justo por esa elemental razón existencial, se me hace un nudo en la garganta cuando pienso que, de no ser por nuestro fatídico culto al martirio, probablemente a sus 42 años el joven Orlando Zapata Tamayo también habría podido salvarse de una muerte tan segura como inútil bajo torturas, golpizas y humillaciones sin cuento. Porque seguro estoy de que, como de costumbre, a menos que ocurra un milagro, tan pronto se apaguen las últimas fanfarrias patrióticas del grandioso epitafio ciberespacial, su heroica inmolación sólo va a servir para que enjambres de guayabitos criollos atranquen aún más puertas y ventanas y alarguen su cueva del alma por el fondo.

Eso en el plano nacional. En el internacional, ahí están las respuestas a las cartas abiertas de las Damas de Blanco y los reos de la Primavera Negra al mandatario brasileño, los sudafricanos Nelson Mandela (Nobel de la Paz), Nadime Gordimer (Nobel de Literatura), el Dalai Lama (Nobel de la Paz), etc. O los eseoeses no llegaron a tiempo o ni siquiera se dieron por enterados.

Y no por previsible duele menos ver a Lula de Silva –
sim, o mesmo galho negreiro que ordenou aos seus rancheadores detectar e devolver para a ilha aqueles dois pugilistas cimarrões-- dándose la lengua al descaro con los hermanos Castro por encima del cadáver fresco de otro negro insolente. A todas éstas, Barack Hussein Obama, salvavidas negro de nuestra oposición retroprogre de todos los colores civilizados, no ha dicho ni esta boca es mía: Zapata Tamayo era un nichardo derechista. Por su parte, amén de aprovechar la ocasión para ratificar su inquebrantable voluntad de diálogo con su inalienable Perla de Antillas, la inefable Moncloa se desmarcó alegando la banalidad de que “todas las muertes son lamentables”.

Un pésame diplomático que se diría apalabrado con el Palacio de la Revolución: el Hermanísimo ha hecho saber que "lamenta" el suceso en idénticos términos de cara a la opinión pública occidental:
“Sin embargo, el Gobierno cubano ha asegurado a ELMUNDO.es que Zapata no estaba condenado por pertenecer al grupo de los 75, sino que cumplía con una pena de 25 años de prisión por haber sido condenado desde 2004 por una serie de delitos relacionados con el “Desorden Público, Estafa, Exhibicionismo y Tenencia de Armas”.

Traducido el quite a la jerga negrera del régimen de barracones castristas, se trata del clásico negro delincuente muerto en su ley del hampa que apenas merece la compasión de cualquier cristiano amante de la ley y el orden frente a la barbarie e ignorancia africanas. La desfachatez con que, por orden expresa del titular de la sede, el portero catalán del Consulado de Cuba en Barcelona pisotea en el vídeo de abajo el modesto memorial colocado por el activista de Ciudadanos habla por sí sola...



Aunque el grueso archipatriótico del liderazgo opositor insular y exiliar no se quiera dar por enterado, tampoco podemos contar con la solidaridad de los mandatarios de Centro- y Sudamérica. A saber, su reciente proclamación en Cancún de una enésima entidad subcontinental da cabal cumplimiento al sueño de mármol del "autor intelectual del asalto al Cuartel Mondada", tal como se refleja en su famosa carta-testamento.

Pues, si la cuestión de fondo, identitaria, no es de modelo socioeconómico, de libertad y progreso sin etiquetas ideológicas, sino de incompatibilidad étnico-cultural entre hispanos y anglosajones, entonces
pese a la fe en Obama y los repelucos protocolares de Hilaria Clinton, una "Cumbre de la Unidad" iberoamericana contrapuesta a Estados Unidos y Canadá debe dar con la diestra fraternal cabida al representante del semicentenario totalitarismo castrista y, con la siniestra, vetar a los representantes de un electorado hondureño contrario a la Revolución Bolivariana. Y en consecuencia, mandar groseramente "al carajo" a Uribe junto con su indeseable Colombia liberal y sacrificar sin piedad el derecho a vivir de los cubanos de a pie y la beligerancia de todo movimiento libertario dentro y fuera de la Isla.

¿Acabará de aprender esa elocuente lección geopolítica la oposición criolla? Me sobran razones para dudarlo, pero retornemos al patio. Lamento tener que incordiar de nuevo al sinfín de personas armadas de buena fe democrática entre tanto gato pardo diversionista. Pero no puedo menos que hacer otra vez aquí el papel del infame escéptico abriendo un signo de interrogación ante la desconcertante facilidad con que, el "cordón de hombres de la Seguridad del Estado" que "vigilaba" el aislado edificio del "departamento de Medicina Legal en la calle Boyeros" dejó pasar de largo como Pedro por su casa al matrimonio más conspicuo del país para entrevistar, como si tal cosa, a la atribulada madre de la víctima.

[
Digresión historiográfica # 2 (actual): Ahora, al margen del trasnochado esnobismo del nombre del engendro procastrista, coteje el lector el tono duro del análisis hecho por el asombrosamente bien informado joven afromaericano Mark Wells con la genuflexa pleitesía tardocolonial de los siguientes pasajes del mensaje de la recién (25-02-2010) resucitada "Cofradía de la Negritud" (nacionalismo negro plus multiculturalismo), CONEG:

La Lisa, 25 de enero de 2010
“Año del Aniversario 50 del triunfo de la Revolución”

Distinguidas y distinguidos miembros de la VII Legislatura de la Asamblea Nacional del poder Popular:

...la Cofradía de la Negritud recordaba a Martí, quien había apuntado que el deber de los diputados es prevenir al pueblo de los peligros que le acechan y mostrarle la mejor vía de conjurarlos. Sabemos que entre ustedes hay quienes consideran que tratar de frente el problema racial pone en peligro la unidad del pueblo... La Cofradía de la Negritud también apuesta por la fortaleza de la unidad de la Nación... o sea, apostamos por una fructífera unidad en la diversidad, expresión que, de buena manera, hace recordar aquello de “con todos y para el bien de todos”.
Nos alienta en nuestra lucha haber escuchado... al Presidente Raúl Castro referirse a una de las situaciones que marca la problemática racial cubana...: "es una vergüenza... Duele saber que aparecen otras situaciones vergonzosas cuando se analiza con rectitud el problema del racismo y la discriminación racial en nuestra sociedad. Ojalá que el calificativo empleado por nuestro Presidente sirva de acicate a todos y nos decidamos por fin a “coger el toro por los cuernos”.



Compañeras y compañeros de la VII Legislatura, esperamos que presten a esta Carta la atención debida, y les adelantamos por ello nuestra gratitud
¡Juntos Podemos!

Norberto Mesa Carbonell, Primer Cofrade
Tato Quiñones, Cofrade
Tomás Fernández Robaina, Cofrade]

¿Cómo se enteraron Yoani y Reinaldo de que Reina Luisa aún esperaba allí por la entrega del cadáver torturado de su hijo? Por el celular, okey. ¿Y por qué nuestra por lo común tan perspicaz, ubicua y extremista gendarmería secreta les habría permitido a ellos --según declaran, a cada rato fugazmente "secuestrados" sin delito aparente-- abandonar su céntrico domicilio en las inmediaciones de la Plaza de la Revolución justo a una hora en que ya se lo estaba prohibiendo a la mayoría de los opositores? [Foto de arriba: Mesa principal del banquete celebrado frente al Parque Central en honor a los ejecutores e instigadores de la masacre de los Independientes de Color, AfroCubaWeb.]

Perdón, pero de nuevo me asalta la incredulidad. O bien, ése ya no es ni por asomo el "universo concentracionario castrista" descrito por Guillermo Cabrera Infante y denunciado a una voz hasta el día de hoy por el movimiento disidente en pleno, o el jefe del vistoso operativo desplegado en el lugar había recibido órdenes estrictas de dejarlos pasar sólo a esos dos y a nadie más, incluidas las agencias de prensa foráneas debidamente acreditadas. Una de dos...

¿Con qué fin? Pues, exactamente el mismo de los performances mediáticos de G y 23: brindarles una coartada idónea para destacarse en la Red de Redes a costas de la desesperación de la tragedia de los Zapata Tamayo. De otro modo, no se concibe la inusitada deferencia selectiva del jefe del operativo de inteligencia que, sea quien fuere, no debe de ignorar quiénes son en realidad Yoani y Reinaldo. En fin, a mi paranoico entender, una refinada diversionista alrededor del suceso. Sabia- y milimétricamente dosificada para dar una imagen de tolerancia oficial de cara al extranjero y, a la vez, avanzar sutilmente sus peones digitales en el confuso tablero contestatario.



Una infamia lúdica inaudita a la vista del pulóver ensangrentado de Orlando que revela, insisto una vez más, las masivas, evidentes manipulaciones mediáticas de que vienen siendo objeto de un tiempo a esta parte las Damas de Blanco y los reos de la Primavera Negra. Y en general todo el movimiento disidente, cuyos líderes carecen de la energía y el coraje suficientes para lavar los trapos sucios en el ágora, segregar y denunciar urbe y orbe a agentes infiltrados en sus filas.

Se escudan detrás de los mantras humanitarios del pogrerío occidental. Y por lo visto, con tanto éxito que ya casi ni siquiera se toman la molestia de guardar las apariencias. Hablo no sólo de los "Pinos Nuevos" interreticulares de la Academia Blogger sino también de los Espinosa Chepe, Héctor Palacio y demás testaferros de la disidencia leal apolítica y el "socialismo del siglo XXI".

A la vista de la arrolladora ofensiva de esas proliferantes falanges reformistas, se me revuelve la sangre en las venas cada vez que escucho a Reina Luisa clamar por justicia
para su hijo Orlando en ese vídeo filmado a oscuras (¡?): "Mi segundo hijo que no deja ni tan siquiera una muestra, porque no tiene hijo ni tiene mujer". Es decir, para un nombre al que, como millones de sus coetáneos nacidos ya en aquel "futuro luminoso" del 59, el socialismo privó del derecho a la vida. Sublime desgarro maternal que, sin embargo, no impide a esa negra santa clamar en el colmo del altruismo ante un mundo perverso que no quiere escuchar por la todavía posible salvación de los compañeros de cautiverio de su hijo asesinado.

¡Cuánta nobleza! Pero, ni modo: ahí está ya el relevo quíntuple de aspirantes a "mártires de la Patria", jaleado hasta el delirio por quienes debían usar sus buenos oficios para abortar esa inútil, demencial cruzada necrológica. Porque, a pesar de los excesos retóricos,
es más que obvio que hace largas décadas, desde fines de los años 60 a más tardar, el movimiento anticastrista no atraviesa nada parecido a una fase heroica de la batalla contra el castrismo. A la vista de esa obviedad, y perdóneseme la inmodesta comodidad de citar a mi Alter Ego, justo un día antes de la infausta noticia, inserté el siguiente comentario en Baracutey Cubano:

Si estuviera en mis manos y tuviese alguna autoridad sobre él, le exigiría a través de sus parientes que pusiera fin de inmediato a ese plan suicida por orden de la dirección del grupo opositor... Las huelgas de hambre tienden a confundir en un país donde de por sí jamás abundan los víveres. Creo que son una táctica eficaz contra dictaduras autoritarias "de derecha" pero más bien equívoca y de escasa resonancia cuando se aplica contra regímenes totalitarios de izquierda como el castrismo... El dilema para Tamayo es que, si perece de inanición, su muerte no va a revertir la opinión pública a favor de la oposición. Y si se salva, como suele ocurrir y deseo de corazón que ocurra, desgastaría a la vez el recurso y su propio prestigio".

Ojalá me haya equivocado, pero hasta entonces no habían trascendido noticias sobre esfuerzos por parte de la dirigencia el MCL, ni de ningún otro grupo opositor, para tratar de quitarle de la cabeza a Orlando, lógicamente obsecado por años de enfermedad, hostigamiento y palizas, esa idea suicida. Las huelgas de hambre ya han costado una decena de causas de muertes registradas entre los reos políticos e incontables entre los comunes que, recordemos, no son seres menos humanos que los disidentes. Y podrían seguir haciendo estragos en las prisiones sin más catarsis positivas que unas efímeras estridencias periodísticas. He ahí un aspecto de la cuestión en el que urge hacer hincapié por todos los medios disponibles.

Finalmente, si ahora mismo tuviese delante de mí a la madre de Orlando, con ese terrible aire a Pomar-Montalvos cardenenses que se gasta en la foto, juro que no sabría qué decir para consolarla. Como sé que no hay consuelo para semejante dolor materno y no creo en sobrevidas más hermosas que la terrenal, amén de ser egocéntrico con agudo complejo de Edipo, veo a un alborozado Orlando, recién salido ileso de las tinieblas de la prisión provincial de Holguín (las cárceles orientales son las peores), ese limbo (no es un símil) de muertos en vida / de un barco repleto de victoriosos mercenarios de la Patria Socialista/ vestido con pantalón, camisa y zapatos de civil /no enfundado en un flamante uniforme verde olivo / haciendo bocina risueño con ambas manos frente a la puerta de Reina Tamayo en Banes /al pie del balcón de Mercedes Montalvo en Centro-Habana / un mediodía resplandeciente de fines febrero del 2010 / de principios de junio del 76...

Allá dentro en la planta baja o alta, una atolondrada Reina-Mercedes no da crédito a sus oídos, palidece, pierde la voz, corre a abrir la puerta o se asoma al balcón. Ve de pie en la acera de enfrente al segundo fruto de sus entrañas, se lleva las manos a la cabeza, y de repente ronca de pura dicha y gratitud, alza la vista al cielo para invocar a sus orishas protectores antes de atropellarse hasta la acera de enfrente o volar escalera abajo y echarse, toda ella temblorosa, estremecida cono una hoja otoñal al vendaval del destino, en los brazos de un hijo exultante que, ingrávida como es, la levanta en vilo mientras la cubre de besos, sorbe sus lágrimas y le susurra emocionado una y otra vez al oído:
"¡Sí soy yo mismo, Orlandito... No es un sueño, viejuca bella, he vuelto mamá... Bicho malo nunca muere, mima, bicho malo nunca muere, mami... Ha vuelto al fin tu hijo pródigo, vivito y coleando, mamacita linda... Para darte un par de nueras buenas y un montón de nietos abicúes, Reina Luisa de mi vida!". Desde luego, también para que ayuden a sus correligionarios de colores extraños a no volver a llevar la peor parte en el inminente poscastrismo. Nada, lo dicho: un enfoque eminentemente egocentrista....

Friday 19 February 2010

¿Usar la bandera como taparrabo frente a la sede madrileña de la UE para pedir democracia en Cuba?

Un striptease cursi y contraproducente en el Paseo de la Castellana


Por Jorge A. Pomar, Colonia

Confieso haber pasado del asombro a la irritación ante ese desafortunado, mimético striptease invernal con mordaza, esposas y hoja de parra patriótica escenificado ayer jueves 18 de febrero frente a la sede madrileña de la Unión Europea en Madrid por el joven activista de “Cuba Democracia Ya” me ha dejado estupefacto.

La imagen del bello y rollizo César Alexander Cozar Rivera posando semidesnudo con la bandera cubana sobre las verijas junto al ex preso político de la Primavera Negra Omar Pernet Hernández en sillón de ruedas es un esperpento de pésimo gusto, ofende la sensibilidad opositora por la sencilla razón de que el cuerpo humano saludable en cueros posee un inudable valor estético o erótico, estatuario y pictórico. En todo caso, sirve para una protesta trivial como la de los ecologetas pero nunca para causas de vida o muerte como la anticastrista.

Si además de enterarse a renglón seguido de que el deprimente show a paseo vacío tenía como objeto protestar por el contubernio de La Moncloa y la cancillería española con el Palacio de la Revolución para derogar la insulsa Posición Común de una Unión Europea carente de liderazgo cuyos gobiernos nacionales de común ya sólo tienen el nombre, el lector lee los argumentos pop de los promotores del performance, se le caen las alas del alma junto con la quijada de abajo.

Y no es para menos. Como se puede apreciar en Noticias 24, 18-02-2010 por las siguientes perlas de baratillo doctrinal: El activista se mostró muy crítico con el Gobierno español, al que, indicó, “no le interesan los derechos humanos ni la democracia en Cuba”… Durante su protesta, Cozar Rivera se mantuvo en pie sobre la bandera cubana para demostrar el “deterioro extremo” que sufre la isla, “debido a los intereses económicos y políticos disfrazados de leyes para el desarrollo”, según reiteró. “Tanto el Gobierno socialista español como la tiranía cubana pisotean la bandera de mi país” y su colaboración es una “pantomima” y un “circo”, declaró Cozar, quien afirmó que en Cuba se sigue fusilando a gente, mientras “los exilios forzados acaban con las familias e impiden la educación de los jóvenes”. “Cuba es el único país donde no se violan los derechos humanos, porque no existen”, afirmó.

Esa última frase, juego de palabras tan banal como pedante, no tiene desperdicios. Refleja a pie de encefalograma el talante farandulero del autor y sus mentores. Obviamente, la dirigencia de la Plataforma Cuba Democracia ¡Ya! --hasta la fecha parecen no haber tomado nota del supremo desdén comunitario hacia la actual presidencia monclovita y su diplomacia de apaciguamiento a ultranza respecto al gobierno cubano-- quema a la ligera con esta extravagancia propagandística buena parte del considerable poder de convocatoria entre la ciudadanía y partidocracia peninsulares probado en Madrid durante aquel memorable mitin de protesta del 2008.



El dúo Zapatero y Moratinos es el clásico convidado de piedra en Bruselas. Hasta porteros y mozas de limpieza de la Eurocámara están ya hartos de saber que la tal presidencia española ni corta ni pincha en esos predios. En definitiva, pase lo que pase con la dichosa Posición Común, cada país miembro adoptará hacia el desgobierno planificado de nuestra Isla la conducta más favorable a sus estrechos intereses nacionales.

Salvo honrosas excepciones confirmadoras de la regla, igual que los donativos y los programas de colaboración, esas priroridades geopolíticas no coinciden necesariamente con los objetivos de la oposición interna y el exilio militantes. Tanto como eso debería saber también a esta altura del rejuego diplomático comunitario cualquier líder opositor medianamente informado que se respete a sí mismo y desee que su organización sea al menos tenido en cuenta por la sesgada comunidad internacional.

Aparte del uno contra todos, cada uno contra el otro y todos contra América prevalecientes entre las antiguas potencias coloniales comunitarias, la tendencia general hacia Sur- y Centroamérica quedó fehacientemente demostrada el año pasado: primero, en el gardeo a presión del Palacio del Elíseo (no sólo) por hacerle tragar con embudo al electorado de Colombia un pacto para salvar a las FARC bajo la batuta verde de la babilónica franco-colombiana Ingrid Betancourt.

Luego, ídem en Honduras a favor del providencialmente depuesto oligarca bolivariano Manuel Zelaya: todos metieron sus manos en la candela por esa caricatura de San Niclolás del Peladero (serial bufo de la tevé revolucionaria sobre la llamada "política cómica" de liberales y conservadores durante la República) contra la voluntad manifiesta de la inmensa mayoría de los hondureños, del Congreso Nacional, del Tribunal Supremo y hasta los perros satos callejeros en Tegucigalpa.

Con esos antecedentes a la vista, sería ilusorio suponer cualquier excepcionalidad en el tratamiento comunitario a nuestro país, donde ni siquiera hay constancia de semejantes resistencias masivas y el gobierno es ducho en dosificar un amplio arsenal escalonado de medidas represivas que sólo aplica a fondo a los pocos que se atreven a cruzar la raya roja. El resto no pasa en Bruselas de esas buenas intenciones de que, según el maquiavélico refrán, están empedrados los caminos del infierno.

Por otra parte, si bien es cierto que la tragicomedia criolla es más bien un caso gris comparado con las atrocidades bajo otros regímenes despóticos no totalitarios del Tercer Mundo, divulgadas con lujo de detalles por los diarios eurooccidentales, el encuerismo hedonista del joven Cozar en el Paseo de la Castellana encaja mal con el terrible drama en curso de los reclusos de conciencia Orlando Zapata Tamayo (foto de arriba) y Ariel Sigler Amaya (foto de abajo, tomada durante el breve pase reglamentario para asistir al entierro de su madre Gloria Amaya el mes pasado), ahora mismo gravemente enfermos y a punto de morir ambos en cautiverio.

[Última hora: ¡Según su madre Reina, Tamayo ha desaparecido del hospital donde se reponía tras 76 días de huelga de hambre! También ayer, según su esposa Iris, fue detenido por enésima vez el disidente Jorge Luis García Pérez, alias Antúnez, actualmente en paradero desconocido
.]

Dudo mucho que, pese al genuino amor maternal y conyugal que las mueve a hacer sendas denuncias, a Reina e Iris se les ocurra quitarse la ropa y cubrirse sus partes pudendas con la enseña nacional en el Parque Central o la Plaza de la Revolución con tal de poner en conocimiento del público circunstante los atropellos cometidos contra los derechos humanos de sus seres queridos detrás de las rejas. A buen seguro, la mera sugerencia de semejante desparpajo las sacaría de quicio.

Aunque para nadie es un secreto que el Abicú y su Alter Ego son iconoclastas radicales, en el sentido de no creer en absoluto en el valor per sé de los símbolos patrios, teniendo en cuenta el hecho cierto de que la mayoría de nuestros paisanos insulares y migratorios están demasiado lejos de compartir ese tipo de fobias catárticas, tampoco somos partidarios del
postmoderno"vale todo" de las coeidades de consumo en ese sensible campo mitológico. Por imperativo del realismo político. Por ende, ambos estimamos que el striptease de marras ha sido un espectáculo deplorable por varias razones resumidas a continuación:

(1) Aquí en Europa Occidental, las escenas, individuales o multitudinarias, de nudismo con fines políticos –por lo común, ecológicos-- se identifican más bien con una doble trivialidad de causa y motivos de promoción. Peor aún, hace rato que ya están desacreditados como actos de relajo organizado, o sea, meros ejercicios de cultura física epatante o multitudinarias orgías sexistas sublimadas.

(2) En efecto, la enseña nacional es sólo un paño identitario groseramente diseñado de forma que no se confundan con los de otros países. Pero una cosa es oponerse a que el signo suplante al mensaje del símbolo (verbigracia, besar la bandera, amarla, estar dispuesto a morir por ella al mismo tiempo que se muestra la mayor indiferencia hacia el destino del prójimo y la nación misma), y otra rebajarlo a la categoría de taparrabo en protestas públicas internacionales. En realidad, el “gobierno socialista español” y la “tiranía cubana” no “pisotean la bandera de mi país”, si no a cubanos de carne y hueso. Por eso tampoco procede rebajar nuestras protestas al nivel de “circo” o “pantomima”. Es lo justo que acaba de hacer la Plataforma en el Paseo de la Castellana.

(3) Igual el efebo de marras habría podido limpiarse impúdicamente el trasero sucio con el triángulo rojo y la estrella solitaria después de defecarse ante cámara sobre las tres franjas azules y las dos blancas. Happening de pésimo gusto narcisista puesto que, en última instancia, a nadie se le escapa el detalle nada sutil de que la finalidad, consciente o subconsciente, de tales performances corporales no es otra que usar cualquier excusa más o menos justa y/o noble para exhibir la propia belleza anatómica sobre la pasarela mediática. ¿Cuántos viejos correligionarios de nalgas, tetas y badajos caídos estarían dispuestos a encuerarse con tal de participar esos rituales nudistas?

(4) El gesto del apolíneo Cozar, cuya pueril ingenuidad no pongo aquí en duda, suscita suspicacias similares a la impresión de mal gusto, impostura e inconsistencia político-ideológica dejada por la fugaz presencia de Yoani Sánchez en la marcha de las Damas de Blanco filmada por el Orlando Luis Pardo Lazo, el narrador “siperonista” (estilo literario basado en el uso constante del sintagma "sí pero no") y estelar (sin ironías: enseguida le pongo un enlace; su testimonio gráfico en el sicodélico blog
Boring Home Utopics brinda hoy por hoy el testimonio gráfico más elocuente sobre la estática milagrosa” de La Habana) fotorreportero de la Academia Blogger. [Foto de abajo: Orlando Luis.]

Gesto inusual en nuestros Pinos Nuevos Digitales cuyo propósito solidario habría sido de agradecer si no hubiese contaminado de manera ostensible la mortal seriedad de la causa defendida por esas corajudas --pero fácilmente manipulables por falta de perspicacia política-- esposas, madres, hijas y hermanas de reos políticos con la obscena frivolidad de los aún recientes performances del Vedado y, sobre todo, con esos glamorosos fotogramas narcisistas con que ambos suelen mostrar desaprensivamente urbe y orbe su escandalosa bienaventuranza de nuevos ricos frente a la humillante, ubicua miseria y opresión de “nuestro hambreado pueblo”. Por decir lo menos…

(5) Como de costumbre en la mayoría del liderazgo de la oposición interna y el exilio, el imaginario escolar de los promotores se solapa aquí por completo con el del castrismo y la incorregible retroprogresía burguesa que lo ampara en España y Bruselas. Al extremo de que igual los esporádicos y despistados transeúntes comunitarios deben de haberse marchado del sitio creyendo haber presenciado un acto más de la solícita falange castrista local --bajo los auspicios de la Embajada de Cuba-- por la liberación de los "Cinco Prisioneros del Imperio" o el levantamiento del "criminal bloqueo". Para colmo, la colonia criolla brilla por su ausencia.

(6) Finalmente, si se pretendía simbolizar la esclavitud de la Cubanidad de a pie bajo el shogunato totalitario de los hermanos Castro, entonces manda nuestra tradición grecorromana que, en vez del solitario personaje en paños patrióticos menores frente al edificio de la Unión Europea, debió haberse elegido a una bella y lozana moza de senos ubérrimos, ancho regazo y cadenas pronunciadas, capaz de encarnar al Alma Mater y halagar la vista. Jamás y nunca un huevón, a menos que luciera lo bastante famélico como para encarnar el hambre y el maltrato a la cubanidad pedestre. Pero ni aun así porque, para decirlo a la antigua: "No juega el número con el billete".

[Digresión audiovisual afín: Me quita una losa del pecho el joven republicano Marco Rubio, sustituto óptimo del veterano Lincoln Díaz-Balart en el Senado y a la vez único relevo serio, realista y con visión de futuro que necesitan Estados Unidos, la Isla y el exilio militante para América sea por fin para los americanos. En efecto, este Cuban-American Boy puede llegar lejos. Sin Red de Redes, celulares, tuíteres ni excentricidades narcisistas. A fuerza de lucidez, sentido común, arraigadas convicciones liberal-conservadoras y, sobre todo, sincera gratitud en vez de arrogante desprecio a su modesta ascendencia. Todo un self-made young man amante del American Way of Life y completamente exento de los esnobismos eurocentristas caros a nuestros sicodélicos currucatos insulares y diaspóricos del castrismo terminal. Favor de ponerle asunto al candidato a Ronald Reagan de origen criollo...]



Con todo, pese a la falta de encantos femeninos, el grotesco y deprimente espectáculo en pleno Paseo de la Castellana habría resultado un par de rayas rojas menos cursi, ambiguo, chocante, absurdo, contraproducente. Y es que en esta tornadiza sociedad de la información ciberespacial, donde una sola imagen negativa es capaz de estropear cualquier causa por noble y justa que sea, conviene cuidar tanto las realidades como las apariencias. So pena de chotearnos, de perder un crédito mediático que, según como pintan ahora mismo los palos de la baraja castrista en Cubazuela, pronto nos va a hacer falta…

Tuesday 16 February 2010

Anne Julia Hagen: Miss Germany 2010

Plus versión pomariana de "Die Lorelei", el poema romántico más recitado y musicalizado de Alemania en todos los tiempos

Por Jorge A. Pomar, Colonia

Harto del monotema criollo, desconecto sin más mientras mi Alter Ego se devana los sesos tratando de cumplir su promesa de trazar un original paralelo simétrico entre Portugal-Brasil y España-Cuba. El Abicú prefiere deleitarse esta tarde traduciendo a Heine, recordando nuestros paseos en yate por el Rhin Romántico y admirando los encantos de la Reina de Belleza Tedesca del 2010: Anne Julia Hagen (foto titular).

Blonda, berlinesa, estudiante de Anglística y Americanística, 19 inviernos, un colirio... Sin duda, al infortunado Heine --
ya a los 44 años de edad con el incurable síndrome venéreo de su época, hereditario y tan letal como el sida, pero en su noble caso bien ganado en amorios furtivos y burdeles de embriagadora muerte-- la frutal Ana Yulia le habría inspirado más de una lírica amorosa.

Para más señas, esta "damisela encantadora" es hermanastra de otra beldad un tanto más lanzada en el terreno utilitario pero no por ello menos altiva y dueña de sí. Me refiero a la seductora Janine Habeck (25, topless al final del post en plena faena de modelaje nudista), electa en 2006 la chica alegre más seductora de todos los tiempos a escala planetaria.

Janine, que es morena y manifiesta sin tapujos ante cámara tanto su desprecio por la cirugía estética como su aversión a los prominentes (otro rasgo de carácter sin duda halagüeño para un bohemio empedernido con tendencias socialistas como Heine), sentó temprano sus desquiciadores reales en la lejana California. Lo que no es óbice para que sea catalogada aquí, con sana envidia de sus congéneres, como primera joya viviente de exportación erotizante de toda esta encantadoramente licensiosa, lúdica, migratoria y alucinante República Federal de Alemania.



Visto que Anne Julia, su recién premiada media hermana rubia, todavía no se ha decidido por el lucrativo pero cuestionable oficio de
pareja de retozos eróticos rentados de carácter estrictamente publicitario: pese a insistentes rumores, a su profesional hermanastra Janine no le agradan los very important persons ni los viejos verdes de la plutocracia farandulera.

Insto, pues, a todos los varones interesados a vacilar a la playmate de la familia AQUÍ tal como la parió su honorable y distinguida madre. N
atur pur la chica pero, según enfadosos perfeccionistas en materia de anatomía femenina, demasiado cargada de busto. ¿Qué opina el lector lactante?

Así, se irán haciendo una idea visual por consanguineidad sobre cuánto podría ocultarse en tonos más septentrionales (rubias con vellocino de azabache, morenas con filigrana de hojuelas de oro en el pubis: ¡qué sorpresa, cuánta maravilla en las pulilas desorbitadas del mujeriego, caravela, promiscuo Heine!) bajo la indumentaria de gala de nuestra flamante Miss Germany.

Un ensueño de valquiria tedesca que recuerda la áurea silueta de la mítica Lorelei sobre un peñón del Rhin y el poema romántico homónimo del judeoalemán Heinrich Heine (1797-1856), genial versificador. Y tal vez principal modelo del Martí sensual de
Versos sencillos, quien lo leyó profusamente en ediciones francesas.

Tan populares llegaron a ser esas y otras memorables estrofas románticas de Heine --amigo personal de Marx y Engels, socialista él también, pero igual receloso de que los rústicos proletarios en el poder sembraran patatas en los jardines de sus queridos palacios-- que ni siquiera los pedagogos nacionalsocialistas se atrevieron a suprimirlos del canon escolar.

Y es que Heine, que de por sí siempre había sido un hereje, se convirtió en un dolor de cabeza para los culturólogos hitlerianos a partir del incendio del Reichstag (Parlamento Imperial) en 1933. Ante el engorroso dilema con las pegajosas rimas del maestro hebreo, los jerarcas antisemitas del Tercer Imperio hubieron de contentarse con no consignar las inocultables impurezas de sangre y filia del célebre autor sifilítico o, en su defecto, atribuir el emblemático poema a algún imaginario autor anónimo.



El poeta se inspiró en una antiquísima leyenda, redescubierta en el siglo XIX, según la cual no habrían sido los peligrosos rápidos del
Romantischer Rhein (vídeo de arriba) al pie del Peñón de Lorelei (el diptongo -ei se pronuncia -ai en alto alemán) en Coblenza, sino el surreal, conturbador espectáculo ofrecido en ciertos atardeceres radiantes por una despampanante rubia peinándose desnuda en pelota en la cima.

Desde principios de la década de los 80 se alza en el mítico sitial de la localidad ribereña de St. Goarshausen la estatua de bronce de más de tres metros de altura fotografiada abajo. Obra magistral de una escultora rusa de sangre azul llamada Natasha Alexandrova, princesa Jusopov.

Por cierto, con sus fabulosos castillos góticos medievales y modernos, increíblemente erigidos sobre escarpados cerros con viñedos en las faldas por reyes y emperadores, duques y condes de casi toda Europa, el recorrido fluvial por el Rhin Romántico a bordo de los espléndidos yates de la Flota Blanca es una experiencia inolvidable que no puedo menos que recomendarle al lector para cuando ande por estos pagos renanos.

Hombre de piel y lengua durísimas, de una vis cómica y una pluma tan temible como envidiada entre sus coetáneos del giro tropológico, el converso Heinrich Heine hubo de repeler en vida y a título póstumo toda clase de ataques a diestra y siniestra. Consta en blanco y negro que el "Rey de la Sátira" marcó para siempre a más de un temerario rival con la cicatriz indeleble de sus ocurrentes, despiadados sarcasmos, sambenitos y caricaturas.

O sea, que el autor del
Buch der Lieder (Libro de las canciones), formidable esgrimista literario tanto al ataque como al contraataque, fue un auténtico abicú congénito y vocacional. A decir verdad, mi Alter Ego y yo debemos mucho a la aleccionadora lectura de sus obras completas. [Cuadro de arriba: Retrato de Heinrich Heine, óleo sobre lienzo, 1831, Moritz Daniel Oppenheim, Kunsthalle (Pabellón de Arte), Hamburgo.]

En vista de ese raro mérito y de nuestra inmensa deuda de gratitud, de que estamos hablando de mujeres --temas predilecto del poeta--- y de que en la Red de Redes no abundan versiones castellanas de "La Lorelei", decidí aprovechar la resaca carnavalesca para rendirle merecido tributo mediante una traducción libre de su poema más musicalizado. A renglón seguido,
con mal disimulada inmodestia pero agradececiendo de antemano cualquier sugerencia colegial, someto el texto resultante al criterio insobornable de los asiduos a esta bitácora abicueril:

La Lorelai

No sé bien qué cosa he de pensar
de esta congoja que me embarga:
el dulce recuerdo no puedo borrar
de una vieja leyenda que me ronda.

Sopla un viento fresco, cae la tarde.
Fluye del Rhin la corriente apacible.
Al trasluz crepuscular del poniente,
flamea allá arriba sobre la cumbre:

¡De todas la más bella, blonda moza
está sentada en la cima de una roca!
De esbelta figura esplendente,
alisa
absorta luenga llamarada de gualda.

Mueve despacio el peine dorado;
De sus labios brotan locos arpegios,
cierto lujurioso, anhelante suspiro
augurando inminentes naufragios.

Presa de misteriosa desazón,
el fascinado timonel del esquife,
fija la vista en lo alto del peñón,
no atiende al filoso arrecife.

Creo contemplar aún el drama, ¡ay!,

veo a barca y barquero sucumbiendo...
Triste final entre ondas por el canto
de aquella alucinante sirena Lorelai
.

************************************************************************

Die Lorelei

Ich weiß nicht was soll es bedeuten,
Dass ich so traurig bin;
Ein Märchen aus alten Zeiten,
Das kommt mir nicht aus dem Sinn.

Die Luft ist kühl und es dunkelt,
Und ruhig fließt der Rhein;
Der Gipfel des Berges funkelt
Im Abendsonnenschein.

Die schönste Jungfrau sitzet
Dort oben wunderbar;
Ihr goldnes Geschmeide blitzet,
Sie kämmt ihr goldenes Haar.

Sie kämmt es mit goldenem Kamme
Und singt ein Lied dabei;
Das hat eine wundersame,
Gewaltige Melodei.

Den Schiffer im kleinen Schiffe
Ergreift es mit wildem Weh;
Er schaut nicht die Felsenriffe,
Er schaut nur hinauf in die Höh.

Ich glaube, die Wellen verschlingen
Am Ende Schiffer und Kahn;
Und das hat mit ihrem Singen
Die Lore-Lei getan.

Monday 15 February 2010

Lunes de Carnaval Colonia 2010

Donde el Abicú y su Alter Ego se olvidan por una tarde las loqueras del destierro

Por Jorge A. Pomar, Colonia

Son las 9 menos cuatro de la noche. Acabamos de cenar en casa después de cerrar la jornada más emocionante y multitudinaria del Carnaval de Colonia compartiendo unas cervezas con nuestra media naranja westfálica en "Stüsser", mesón tradicional distante menos de un kilómetro de nuestro hogar dulce hogar. Por cierto, en días normales --esta noche funge como taberna-- se saborean en el restaurante de la Neusser Strasse las chuletas de cerdo empanizado más vastas, gruesas y suculentas de toda la gastronomía colonesa. [Foto del Abicú: nuestra pelirroja Anna Klümper disfrazada de rubia en el mesón.]

Desbordan el plato y alcanzan para comer y --salvo cuando el comensal invitado, un sudoroso paisano recién escapado de la granja orwelliana, se desabotona el cuello de la camisa y desata el cinturón del pantalón-- para llevar. Por desgracia, expuesto a fina pero pertinaz nevada desde el pitazo de arrancada, el paseo dominical, reservado a escuelas, gremios y negociados públicos, fue el más triste y menos concurrido de los 16 presenciados por el Abicú y su Alter Ego desde febrero del 93.

Siempre había hecho una brisa de frigorífico, incluso lloviznado agua nieve de manera intermitente, pero nunca antes habíamos visto tramos semidesiertos a lo largo del trayecto. Y menos que menos a más de un mocoso, ya del todo indiferente al diluvio de caramelos, bombones y muñecos de trapo, a punto de romper en lágrimas, preguntándoles con ojos suplicantes a sus ateridos padres qué de malo habían hecho para merecer semejante ordalía polar.



A ratos enmudecían las fanfarrias, los bailarines dejaban caer los hombros y los alazanes baldeaban el pavimento a su equina manera de ser irreverentes. No acudieron como de costumbre cientos de miles de forasteros y buena parte de los coloneses prefirió guarecerse en sus cálidas tabernas y restaurantes. Apenas en las principales encrucijadas del desfile, como por ejemplo a su paso frente a la catedral, los más tozudos mantenían el entusiasmo.

El pronóstico meteorológico tampoco prometía nada mejor para este Rosentag (Lunes de Carnaval o "de Rosas"). Con todo, para sorpresa general los climatólogos se equivocaron por unas horas providenciales para que el cielo se despejara, brillara el sol y la vomitadera de espumarajos blancos que ahora mismo empaña la villa diese tiempo de sobra a que la última comparsa se desbandara en la raya de meta, sita en la céntrica avenida San Cristóbal.

Esta medianoche habrá que echarle más leña a las fogatas para quemar los muñecones de paja cuya incineración pone fin al carnaval más alegre de la Europa católica. Las pacatas urbes protestantes no practican semejantes ritos orgiásticos de origen pagano. Razón de más para aborrecer de cualquier puritanismo, incluido el marxista.

Para no hablar ya de los despelotes pecaminosos de la
Weiberfastnacht ("Carnaval de las Comadres" o "Noche de Brujas"). Siguiendo el plan de morigeración previsto en el post anterior, el jueves por la noche el Abicú no fue más allá de un par de copas, unos contoneos y alguna que otra satería sin desahogos eróticos.

Regresamos temprano a casa. Único incidente de nota: mi impúdico Alter Ego trabó amistad con una procaz trinidad de enmascaradas
coroas (tembanas algo pasadas de tragos, lujuria y calendarios) demasiado interesadas por su irreflexiva, inconsulta, lasciva oferta de "sevicias criollas completas a la carta". Hay que ver la labia pornográfica que se gasta este filósofo erotómano cardenense de café mezclado con chícharos calcinados.



Tuve que emplear algo más que la fuerza de la persuasión para alejarlo de los espesos efluvios etílico-nicotínicos de aquel abarrotado, delirante local colonés. No sin la promesa solemne de cederle mañana mismo, sin excusas ni pretextos, el turno blogosférico para explayarse a sus anchas acerca de la original extravagancia especulativa con que les rompiera el coco y se agenciara la concupiscencia de las tres pintarrajeadas beldades brasileñas.

A saber, una --según él-- originalísima hipótesis simétrica que, a partir de abstrusas elucubraciones lingüísticas explica sin resquicios, a favor del enorme país de Lula y en contra de nuestra histórica- y antropológicamente acomplejada Isla de la Siguaraya, esenciales diferencias de matices psicosociales y patrones de desarrollo, o sea de idiosincrasia y civilización, entre España y Cuba, por un lado, y Portugal y Brasil por el otro.

Intrigado igual que Ustedes, pero al borde del apagón encefálico después de los intensos ajetreos de este Lunes de Carnaval, a duras penas he logrado convencerlo de la mutua conveniencia de abordar semejantes sutilezas teóricas con la mente fresca mañana martes. Por lo pronto, lo que nos vale es que por fin hemos vuelto a desconectar un rato de nuestras congojas exiliares y nos vamos los tres a la cama con la grata certidumbre de haberle asestado un primer gancho mortífero al crudo higado invernal...

Wednesday 10 February 2010

Un auténtico prodigio espiritual del Carnaval de Colonia

Obama, ¿muñecón favorito de las carnestolendas renanas del 2010?

Por Jorge A. Pomar, Colonia

Mañana jueves se celebra en la católica villa de Colonia el despelote femenino más babilónico de toda Europa. Como de costumbre, al oscurecer todas las tabernas, restaurantes y discotecas de la ciudad se llenarán de enjambres de valquirias enloquecidas que recorren las calles disfrazadas, a menudo de hechiceras, en busca de placer y aventuras.

Manda la licenciosa tradición que no anden acompañadas de maridos o novios, quienes a su vez tienen licencia para quedarse en casa o irse ellos también en busca de farra y alegría en una velada que bate todos los récords en consumo de salchichas y cervezas. El Freier --varón solano o adúltero con inquietante retraso, “punto” para jineteras y chulos de nuestra Isla--, que no ligue aquí el jueves o es softy (flojo), o no quiere, puede o debe.

Los verdaderos competidores son los llamados Makker, o sea, machos
de pelo en pecho a la antigua o a la moderna, como el Abicú y su Alter Ego. Por suerte, especie en extinción, escasean cada vez más. Por lo que --no sólo durante las vacanales-- son mercancía tan codiciada por el mujerío desaprensivo que raras veces andan sin pareja en plan de cacería. Eso sí, hay que saber escoger: aunque no desdeñen flirteos con o sin manoseos, a la hora de bailar el muñeco y mojar el bizcocho resulta que la mayoría de las hijas teutonas de Eva, que suelen ser también tetonas, no salen compulsivamente a tirar canas al aire.

[Cada noche turbas de lujuriosos enmascarados de todos los sexos naturales y electivos, hacinados en lujosas tabernas, se contonean al ritmo del pegajoso estribillo festivo Kölle alaaf!, entonado por el camarógrafo abicueril del primer videoclip en este post. Ojo, no se trata de ningún sacrilegio contra el dios de los musulmanes, cuya vasta feligresía local contará aquí en breve con una de las mezquitas más monumentales y bellas de Europa, sino de un
efusivo brindis de añejo origen celta.

Significa “¡Viva Colonia!”, “¡A la salud de Colonia!” o, libremente traducido al cubano, algo así como “¡A descargar en Colonia!”Alaaf es apócope del imperativo all aaflade, “a descargarlo todo”. Equivale más o menos a "carnestolendas" (soltar las carnes). Alude, desde luego, a prejuicios, advertencias, consejos y prohibiciones del Nuevo testamento y sus "Diez Mandamientos". Tal vez también a quitarse la ropa en público, operación harto improbable en el crudo invierno renano. Pero, en fin, todo Jecke (carnavalista) que se respete hace el supremo esfuerzo...

Como les iba diciendo antes de meterme a etimólogo, enjambres de Narren (sinónimo de Jecke; lit. "chiflados", "mentecatos") en nota bailan apretujados en las espléndidas Kneipen (tabernas) sin que, como suele suceder en similares ambientes allá en nuestra Isla, a ningún calenturiento “imperfecto” se le ocurra la malhadada idea de pasarse de rijo. Por estos pagos germánicos, nuestro ubicuo “jamonero” tripódico apenas correría el riesgo de hacer el hazmerreír del aquelarre al ser irónicamente interpelado por la fémina repellada respecto al tiempo que lleva sin "coger cajita", "bailar el muñeco" o al menos wichsen (pajearse, "jugar los cinco latinos")...

O en su defecto, cortésmente exhortado a dejar el “bastón” de anciano renco o verde en custodia en la guardarropía porque: “De todos modos, aquí dentro no tiene Usted para dónde caerse”. Sowas gehört nicht hierher, mein Herr! (Opa, o sea "abuelo", si el regañado clasifica ya como "ocambo") "¡Esas cosas no se hacen aquí, señor!"Tremendo “papelazo”. Con todo, no sería el peor percance.

Cónstame de sobra por varias experiencias ajenas que igual las pragmáticas, resolutivas vacantes renanas podrían apagarle el farol a nuestro alardoso sexista. ¿Cómo? Sencillamente, aceptando de entrada, en plan de sexoterapeuta solidaria o caritativa para casos de emergencia, el libidinoso convite. Y con la misma, arrastrando por la greña a su atrasado latin lover hasta el mullido consultorio doméstico.

Una vez profesionalmente atendido sobre la espaciosa camilla Fowler con colchoneta de agua o espuma, el salaz Kubaner deberá pasar sin transición del cuento de falso Casanovas al portento duradero de Príapo.
Sin excusas ni pretextos. Amén de con algo más del Camasutra grabado en el hipotálamo, so pena de ser puesto ipso facto de paticas sobre la gélida acera en traje de Adán.

Otrosí, no corre el menor riesgo de perder en el mal trance el terno de gabardina china ni los tacos baratos recién arañados en la Shoppy: al alzar los ojos vidriosos hacia la ventana o el balcón iluminado, verá a su enamorada valquiria rubia de la taberna trasmutada en virago, zumbándole a la usanza criolla prenda tras prenda al centro del nevado empedrado de la calle desierta.

Moraleja práctica: Aquí o galanteas sin propasarte, o vas directo al grano con una oferta inequívoca que la dama cortejada acepta de buen grado. O rechaza sin inmutarse, pero siempre te agradece en el alma. (Tanto más cuanto que acá el "bonitismo" y la "titimanía" convierten en "tembanas" a casi todas las cuarentonas.)

A veces, incluso en caso de amable evasiva, si tu fisonomía y temperamento coinciden con las fantasías de la madama, hasta anota tu nombre en su agenda mental entre signos de expectante admiración. Por lo que pueda sucederle a ella en el porvenir inmediato con su compromiso actual y/o la voz de sus volubles hormonas... ¡Conque, vayan “llevando carta” para no fallar nuestros rijosos inmigrantes de nuevo ingreso!]


Para redondear el cuadro a tono con la postmodernidad, gays y lesbianas, legión por estos lares, se encargan de conferirle al apacible jolgorio masivo un conspicuo matiz de Love Parade o Christophertag (Día de San Cristóbal, el patrono de los Invertidos).Un disfraz muy socorrido entre homos y heteros: pareja de exuberantes senos de plástico con protuberantes, suculentos pezones del tamaño de teteras.

Tampoco faltan vikingos, payasos, mimos, bufones, malabaristas, saltimbanquis, arlequines, frailes, monjas, indios, vaqueros, piratas, dráculas, máscaras venecianas, brujas con escoba, vampiros, gatas, tigresas, licántropos (hombres lobos), canívales, cándidas angelitas con alas de terciopelo blanco, castos santos de altar, diablos con tridentes, pagadores de promesas, cavernícolas con garrote y piel de oso, legionarios romanos, apuestos húsares y granaderos medievales, auténticos timbaleros africanos, despampanantes samberas de colores extraños, charros y mariachis con sombrerones y guitarras, extravagantes travestis y exhibicionistas de todo tipo...

Ni el chota bebiendo del clásico tibor criollo donde sobrenadan morcillas. Lo que nadie concebiría aquí, a pesar del millón de personas entre coloneses y turistas, son las colas inacabables del carnaval habanero, los rascabucheadores, esa gendarmería agresiva en cada esquina, esos picadores furtivos de nalgas y tetas con navajas envueltas en celofán, esas broncas a puñetazos porque me vacilaste la "jeba" (mujer), me pisaste la punta del zapato...

La frenética orgía del jueves, conocida en alemán como Weiberfastnacht (“Carnaval de las Mujeres”, “Carnaval de las Comadres” o “Noche de Brujas”), marca el final del cuasi bimestral preámbulo de libaciones colectivas de fin de semana a partir del 11 de noviembre.

Cierran con broche de humor esta larga fase preparatoria pintorescos fashings. El plato fuerte son aquí una serie de simultáneas
Stunksitzungen: desternillantes sesiones multitudinarias bajo techo a base de espectáculos de variedades y actuaciones de estelares Kabaretisten (“bufos” en alemán; nada que ver con nuestro concepto de cabaret) que no le dejan un pelo sano en la cabeza a ningún personaje prominente, político o farandulero, aborigen o extranjero.

Socarronamente intercalado en chispeante monólogo transmitido anoche por el canal público ZDF, el chascarrillo más hilarante e irreverente, el que más le ha desencajado las seis quijadas a Anna, el Abicú y su Alter Ego en lo que va de carnestolendas, corrió a cargo del veterano de Düsseldorf Wolfgang Reich, todo un virtuoso de la guasa política a pesar de sus muchos años:
Gerade jetzt, wo wir von zwei Mädel regiert werden. Versión castellana: “Justo ahora que estamos siendo gobernados por dos muchachonas”.

[Excurso político: Por cierto, la Merkel ha cumplido al pie de la letra el arriesgado pronóstico emitido por mi Alter Ego al inicio de su primera legislatura. A saber, que si lograba afianzarse frente a las zancadillas de los barones machócratas de la Democracia Cristiana (CDU), iba a haber Angela Merkel para rato. Como en efecto, se los ha echado limpiamente a todos uno tras otro. Y según todas las encuestas, incluso apabullaría al candidato socialdemócrata (SDP) en cualquier votación dentro de su propio descalabrado partido obrerista.

Otro que creyó erigirse en el poder detrás del trono en la Cancillería berlinesa y, en cambio, está acabando a paso de conga en la cuneta demoscópica, es su propio aliado liberal demócrata (FDP) Guido Westerwelle. En estos momentos, pese a sus forcejeos mediáticos, cae en picada en cuanto a perspectivas de votos. Tendido sobre la lona quedó también poco ha el jactancioso socialista democrático Oskar Lafontaine.

El "Zar Rojo" del Sarre, quien a todo lo lago de su ya trunca carrera política ha traicionado aquí hasta a su propia sombra, recién se dio de baja definitiva como copresidente de Die Linke. De paso, pese a los ruegos de su yunta Gregor Gysi, dejó colgando de la brocha erredeana a los ex honeckereanos del Partido del Socialismo Democrático.

Por si fuera poco, a nivel comunitario la Merkel ha relegado a un lejano segundo plano al galante pero soberbio y mañoso Nicolas Sarkozy. Además, detallándola bien, no me parece que a la Dama de Hierro Tedesca le urja tanto jugarse el albur de someterse a cirugías estéticas. Por algo ha de ser que, hasta donde se sabe, a
demás de --pese a ser hija de pastor evengélico provinciano-- haber practicado el amor libre en su juventud, marido fiel nunca le ha faltado. Con poder y sin él. ¿Se puede pedir más? ]

El malicsioso Wolfgang aludía, desde luego, al dúo mixto integrado por la canciller federal democratacristiana Angela Merkel y su ministro del Exterior liberal Guido Westerwelle, homosexual sin amaneramiento visible liado en feliz, oficial unión consensual con su medio limón dulce, portador también de inequívoco genoma XY.
Y es que, durante estas jornadas de desquite ciudadano y amoral alegría por el mal de los poderosos, casi nada es ilícito y sancionable.

Al extremo de representar a la mismísima miss Europa en bañador después de una cirugía plástica integral. Pero, lo dicho, las palmas lúdico-sardónicas se las lleva este año el Mesías Negroide del Progrerío Glauco de Ojos Zarcos. Excepcionalmente, cero escándalo ante la flagrante ruptura (putativa, claro) del tabú racial: he visto más de una vez a través de la pantalla chica a un elenco de bufos estelares trajinar a su antojo a la flor y nata de la partidocracia germana
presente en el estudio.

La gaya F
rau Kanzlerin --plenamente reconocida ya por montescos y capuletos como una docta Alma Mater de mano dura pero con saco de paciencia-- hechas unas pascuas en primera fila entre la selecta concurrencia. Como antaño en nuestro Teatro Alhambra de La Habana, todos los demás caciques desmollejados de risa al unísono con el resto de la tribu. Aunque de vez en cuando el personaje de turno, cruelmente parodiado sobre el escenario, enrojezca hasta la planta de los pies...

Spiegel Online.- El miércoles fueron develadas muchas de las maquetas móviles de la incorrección política que recorrerán las calles dentro de unos días. Y a lo que parece, Barack Obama podría robarse el show. Este año el presidente es la pieza central de un buen número de carrozas...

De lo que no hay remedio, sobre todo después que hace tan poco, harto de ditirambos y deslealtades, se atreviese a ningunear de manera imperdonable a la Vieja Dama Indigna de la otra orilla del Atlántico al proclamar urbe y orbe su supremo desprecio por Bruselas y la madre de los tomates en la Unión Europea.

Pero en la cercana Düsseldorf, rival tradicional de Colonia en asuntos jocosos y de cualquier otra índole, han ido aún más lejos, aprobando por unanimidad para el carnaval del 2010 el ocurrente lema paródico Jeck, we can! Donde, lo dicho arriba, Jeck equivale en dialecto local a nuestro criollísimo "mascarita", o sea, carnavalero.

A altas horas de la noche sabatina comienzan los paseos con el Geisterzug. El “Desfile de los Espectros”, así llamado debido a que los participantes se visten de fantasmas, es un largo recorrido anarcoide, caótico y espontáneo por la ciudad vieja. Sus orígenes izquierdistas se remontan a la década de los 60 en el siglo XIX, tras lo cual dejaron de celebrarse por diversos motivos. Hasta su reanudación por todo lo alto en 1991 como parte del movimiento de protesta contra la Primera Guerra del Golfo.

Asociado a posibles disturbios nocturnos, eran un verdadero dolor de cabeza para las fuerzas del orden. Poco a poco han vuelto a perder fuelle. Aunque, a diferencia de ediciones anteriores, las autoridades recelan que el del sábado -- de nuevo contra el impopular programa de recortes de subsidios de paro bautizado con el nombre de Agenda 2010 y el reforzamiento del contingente alemán en Afganistán—no transcurra del todo libre de altercados y conatos de vandalismo germánico.

Amén de que, tras el reciente desmantelamiento de grupos islamofascistas en diversas localidades del país, no se descartan atentados de Alicaida. Si todo sale a pedir de boca como de costumbre, el domingo por la mañana arrancará el primero de los dos más grandes y lujosos desfiles de comparsas y carrozas en representación de barrios, gremios y escuelas: los
Schul- und Veddelzüge. Y al día siguiente a partir de la misma hora, la apoteosis de las saturnales colonesas con el Rosenmontag, literalmente “Lunes de Rosas”.

El encanto especial de ambos desfiles consiste en la enorme cantidad de caramelos, bombones, barras de chocolate, flores y muñecos arrojados a la multitud por los notables de la ciudad desde imaginativas carrozas y enormes caballos de raza, o bien, esparcidos a diestra y siniestra sobre la muchedumbre por comparseros que a menudo se acercan para llenarles la bolsa abierta a unos párvulos atónitos que todavía no atinan a creerse que esos milagros de cuentos de hadas les estén ocurriendo a ellos mismos en la vida real.

El pavimento se cubre de serpentinas, siropes y chocolatines aplastados. Desde luego, tampoco faltan roñosos aguafiestas empecinados en imitar a nuestro Magno Paciente en la gracia puritana de llegar y mandar a parar la diversión:

Spiegel Online 10-02-2010: En vísperas de este carnaval los matadores tocaron de nuevo a rebato. Por ejemplo, hace poco un tribunal de Colonia dictaminó que los empleadores no están obligados a darles la tarde libre a sus trabajadores para que asistan a las festividades, aun cuando haya sido ésa la política de la empresa en el pasado. También las botellas de vidrio han sido prohibidas por razones de seguridad.



Y los medios han gastado mucha energía en un intento por mostrar cuánto ha perdido el carnaval debido a la crisis económica. En vano. "Estoy enfermo y cansado de estos cuestionamientos acerca de la crisis y el carnaval", le dijo Peter Ruhr, portavoz de la fiesta en Fráncfort a la Agencia de Prensa Alemana, DPA. "La gente siempre sale a festejar, sobre todo durante las crisis...

Santas palabras. Pero tales llantenes no son nuevos. El año pasado escuché sonriente al venerable Karnevalprinz --el Príncipe del Carnaval preside las actividades junto a la Jungfrau (Virgen) y el Bauer (Labrador)-- parar en seco a un lacrimoso ecologeta que se quejaba del supuesto terrible daño que le hacían a la salud infantil semejantes atracones carnavalescos de dulces gratis: "¿Y qué quiere Usted que les arrojemos a los niños, coles,
lechugas, zanahorias, enciclopedias...? ¡No faltaba más!"

El carnaval del año termina con la
Nubbelverbrennung, quema simbólica de un enorme muñeco de paja que simboliza, a modo de chivo expiatorio, todos los excesos y pecados cometidos por los licensiosos Jecken o Narren. Se interpreta también como una especie de final luctuoso de las añoradas jornadas más orgiásticas del año, un aquelarre de brujas desgarradas aullando su desconsuelo hasta las primeras luces del alba...

En parte y conjunto, una experiencia inolvidable, incluso para mi ya sexagenario Alter Ego, quien el año pasado le rajó al Abicú las rodillas del costoso Jeans Levi Strauss (¿o eran Pierre Cardin? Que ni estamos en Cuba ni el Abicú está en edad de meterse a hippie o punk) en la reñida rebatiña a ras de tierra con otros tarajalludos por arrebatarse unos a otros las piezas más apetitosas entre lluvias de golosinas caídas de las plataformas de esas rutilantes carrozas germánicas.



Botín: dos jabas repletas y tres preciosos muñecos de trapo. Sin contar las varias horas de total abstracción pueril de los inenarrables tormentos mentales de nuestro largo, aperreado destierro renano. Sin duda, un auténtico prodigio espiritual del inigualable, obsesionante Carnaval de esta sanamente depravada Colonia Agripinensis...