Por Miriam Celaya, Centro Habana
[Nota preliminar: Miriam Celaya acaba de subir tres nuevos posts a su blog sinEVAsión. En el primer post, titulado "Nota a los lectores", explica a sus lectores las dificultades que afronta para publicar sus textos en forma continua y no por tandas. En el segundo post, reproducido abajo, analiza el controversial desencanto de Pablo Milanés y fija su propia posición con respecto al cantautor. Este tercer post de enero es un reportaje a pie de tarima acerca del cierre en cadena de casi todos los agromercados capitalinos. El Abicú]
Recién comenzado el 2009 las señales que se perciben no parecen muy halagüeñas. Después de un 2008 en que se volvieron agua y sal las expectativas en torno a la entrega de tierras en usufructo a los campesinos capaces de hacerlas producir; después de un cierre “experimental” de todos los agromercados del municipio Cerro, que se produjo durante varios días en diciembre pasado, los rumores acerca de la extinción definitiva de los mercados “no estatales” se ha venido convirtiendo en una sombría certidumbre. [Foto: La autora en casa.]
Este año comenzó con el cierre de muchos de los puntos de venta de viandas y hortalizas que, paulatinamente, habían comenzado a recuperarse de los estragos de los ciclones de la temporada y ya comenzaban a exhibir una mayor variedad en sus ofertas y una discreta mejoría en la calidad de sus productos. Poco a poco los precios, aunque muy elevados con respecto a la capacidad real del salario medio del cubano, habían registrado un ligero descenso con relación a aquellos que nos espeluznaron (y desplumaron) a raíz del paso de los afamados huracanes. Pero, como para que no olvidemos que estamos en Cuba, una nueva disposición oficial ha establecido la clausura de todo mercado agropecuario cuyos productos no procedan de cooperativas estatales o cuyos productores no hayan vendido directamente al Estado.
Breve recorrido por agromercados habaneros
El resultado directo e inmediato no podía ser otro que la ya demostrada incapacidad estatal para satisfacer la demanda de la población. En un recorrido que acabo de hacer por los puntos de venta agropecuarios cercanos a mi casa he podido evaluar --aunque solo sea a nivel microlocal-- la nueva complicación que se presenta ante los consumidores: 1) desplazarse a lugares más distantes en busca de los alimentos que consume la familia, 2) más pérdida de tiempo en colas al existir una mayor concurrencia a los escasos puntos de venta estatales, 3) empobrecimiento de la oferta como consecuencia de los precios desventajosos que pone el Estado-comprador al campesino-productor y del insuficiente transporte estatal para el traslado de dichos productos hasta los mercados. Todo esto sin que los precios registren un descenso significativo.
Por otra parte, en la enrevesada madeja concebida aquí para el comercio de productos del agro, la opción que mantiene una mayor variedad y calidad es la de los mercados de libre concurrencia, como por ejemplo los ubicados en el Mercado Único o en Egido y Corrales, pero éstos exhiben precios casi siempre exorbitantes y completamente alejados del bolsillo de los trabajadores.
Uno de los kioscos sobrevivientes de las drásticas clausuras es el que se ubica en la calle Estrella, entre Infanta y Xifré, en Centro Habana. Allí arribé hoy lunes 12 de enero, después de deambular por toda el área aledaña y encontrar que tanto el puesto de Sitios y Morales como el de Placencia y Sitios, entre otros, estaban cerrados desde que iniciara el año. El vendedor solitario que, en el de Estrella, permanecía taciturno frente a sus escasos productos (ajo, frijoles colorados, tomates y piñas verdes) se encogió de hombros ante mis preguntas y fue lacónico en las pocas que respondió:
- ¿Por qué han cerrado los puntos de venta del agro?
- (Encogimiento de hombros)
- ¿Es definitivo el cierre?
- (Encogimiento de hombros inicial para después añadir: “Creo que sí”)
- ¿Quién orientó eso?
- Parece que viene de arriba, es una orden.
- ¿Por qué ustedes no han cerrado?
- Nos dieron hasta el miércoles para vender lo que tenemos.
Es decir, que el miércoles 14 de enero también cerrará este punto. He conocido por amigos y familiares que idéntica situación se presenta en otros municipios de la ciudad, a saber, Plaza, Playa, Marianao y Cerro, lo que indica que la “medida” llegó para quedarse.
Excurso videográfico: "Carta de Libertad" para galenosQuizás alguien con sentido común, pero con un absoluto desconocimiento de la realidad cubana, podría suponer que esto es positivo, que semejante medida acabaría con los intermediarios y con cierto indeseable contrabando de mercancías de dudosa procedencia que escapan a los controles legales y evaden el pago de impuestos, lo que al final redundaría a favor de una baja de los precios de los productos del agro y una mejoría de los servicios…
Pero nuestra experiencia nos recuerda que ninguna iniciativa estatal ha fructificado jamás. Lo que ocurrirá en realidad es que ahora el Estado será el intermediario único entre el productor y el consumidor (léase “consumido”) para “controlar” más y mejor; para ello habrá de crear un nuevo y nutrido cuerpo de inspectores --cantera de corruptos-- y todo un batallón de otros inspectores para controlar (extorsionar) a los primeros. Así pues, lejos de avizorarse soluciones, estamos ante otra vuelta de rosca, como siempre, hacia la derecha.
1 comment:
Excelente post. Lo que no me queda claro si estan desapareciendo de muerte natural o los estan estrangulando. Una de las coordenadas del control es no crear o minimizar factores de destabilizacion social y un platano y potaje contribuyen mas que muchos conceptos.
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