¡Penúltima Infeliz Navidad y un Próspero Año Nuevo más llevadero!

Reaprendiendo a rezar y cantar villancicos en el CDR

Por Jorge A. Pomar, Colonia

Este reportaje de CNN sobre el retorno de la Navidad a Cuba, donde vemos a los miembros de un Comité de Defensa de la Revolución (CDR) reaprendiendo a rezar y a cantar villancicos, data de 2007. Por desgracia para nuestros paisanos de a pie en la Isla, dos años después los festejos Nochebuena, el 25 y el 31 de diciembre, Día de San Silvestre, y la Misa del Gallo no sólo conservarán toda su escualidez ambiental bajo el castrismo.

Por obra y gracia de la furia de Poseidón, con su trío de, más que huracanes, vientos plataneros.
("Lo malo --dijo al respecto una sabia damnificada de Las Tunas-- no es lo que el ciclón deja tras sí, sino lo que encuentra a su paso") y de la flamante Entente Cordiale entre el Vaticano, Ifá, las curias luteranas y gobierno, los festejos de este año prometen ser los más falsos y hambreados desde la entrada triunfal de los cutres dioses barbudos a La Habana en enero del 59.



La vuelta al culto al alumbramiento más famoso de la cristiandad era ya una realidad oficial desde la visita pastoral de Juan Pablo II en 1998. Como nunca antes en medio siglo, están hoy de moda las procesiones a los santuario de la Virgen del Cobre (Ochún) en Bayamo el 8 de septiembre y al leprosorio de San Lázaro (Babalú Ayé) en Santiago de las Vegas están de moda. Con el beneplácito de las autoridades, bajo la atenta mirada de enjambres de policías y soplones...

La noche del 4 de diciembre repiquetean otra vez en los barrios populares, con redoblado furor, tambores y cencerros en honor a Santa Bárbara (Changó). Y por estos días en hoteles y shoppies (tiendas de pago en moneda convertible) ya a nadie asombra toparse con el viejo Santa Claus. De moda está también bautizar a los recién nacidos, embullar a tomar la comunión a los adolescentes o casarse por la iglesia.

Y en las grandes necrópolis, con la antigua área aristocrática cementerio de Colón como lugar de hallazgos favorito, se pueden ver cantidad de tumbas saqueadas para llenar de cráneos las ngangas de los paleros, que practican la magia negra y derivan su poder de los "muertos". Un negocio tan siniestro como lucrativo en auge allá en la Isla.

Para completar este inusitado panorama de fervor religioso, junto a la proliferación de despojos (exorcismos), brujerías y ofrendas a los orishas en las "cuatro esquinas", al pie de ceibas y otros árboles sagrados, los atuendos blancos de babalaos, santeros e iyabós, sus abigarrados collares, amuletos y pulseras de Orula, ponen una rara nota pagana en las calles de una Isla todavía oficialmente sujeta a las infalibles leyes y "regularidades" de la dialéctica materialista.

De esperpentos se pueden calificar esas imágenes que muestran a los jerarcas de las Reglas de Ocha y Palo (santería) sembrando una ceiba para pedirles a los orishas salud y larga vida para el Magno Paciente (Fidel Castro); a éste apoyado en el brazo del metropólita Kiril Gudajaev; al Hermanísimo inaugurando un soberbio templo ortodoxo en la Habana Vieja y asistiendo a la misa de beatificación de San Olallo en Camagüey. En virtud de la generosidad de los ayatolás iraníes y del "Loco de Teherán", amigo personal de su congénere cubensis, por los alrededores del Paseo del Prado ya se pasean las primeras avanzadas juveniles de adeptos al Islam.

Hasta beato patriótico tenemos ya haciéndole la competencia al siempre cuasi religiosamente venerado José Martí y Pérez, el "apóstol", el "santo de América". Por si fuera poco, nuestras aguerridas "Damas de Blanco", aprovechando la eclosión de todas las credulidades ortodoxas y heréticas al unísono, ponen en nombre de la Virgen de Regla (Yemayá) una nada involuntaria, sutil pincelada metafísica al anhelo más recóndito de la inmensa mayoría de esos menesterosos fieles que pueblan santuarios, iglesias e ilés (cuartos de santo). A saber, el final cruento o incruento de nuestro largo, posmodernísimo, ecléctico calvario nacional.

El tirón de brazo que le da una mulata al "imprudente" de su marido al paso de las Damas de Blanco en el vídeo de CNN ("Vista hace fe": pinche ahí para volver a ver la didáctica escena) sobre su corajuda marcha por el Día de los Derechos Humanos me hace pensar que, pese al inmenso riesgo que corren las esposas de los prisioneros de conciencia al pasear su protesta por las calles capitalinas, estas Casandras disidentes van a ser la clásica excepción de la regla, o sea, la única secta sin neófitos practicantes en el apoteósico ecumene en curso.

Nada que, de cara a un Año Nuevo que por ley biológica debe de llevarse por delante, sino a su iglesia completa, al menos al fundador de nuestra nueva religión laica, la fe está de vuelta por todo lo alto este Fin de Año. Los que al parecer no volverán a figurar a corto plazo junto al menguado plato de congrí y yuca con mojo sobre los manteles humildes de la Isla serán el lechón asado, los turrores y vinos españoles (los milloncejos donados por Zeta no pueden desperdiciarse en cenas navideñas), las uvas, cidras, manzanas, peras, nueces, avellanas...



Ni el Grupo de Río, al que ahora pertenecemos, ni la Unión Europea, con la Madrastra Patria a la cabeza, ni el nuevo Mesías del CHANGE y su Partido del Burro moverán un dedo por paliar, siquiera durante la Navidad, las acrecentadas penurias gastronómicas en el "Mar de la Felicidad" caribeña. Por lo demás, de sobra sábese ya que los millones George W. Bush, el gran villano de la aldea global, aunque aún sobre el tapete, no son de recibo para la ahíta gerontocracia desgobernante.

Con todo, la mala "Buena Nueva" para el 2009 es que, gracias a la traición mancomunada de todas las clerecías insulares, nuestros templos, reconciliados con el Departamento de Asuntos Religiosos del PCC y constelados de "monos" (policías, cual si fuesen hindúes) y sicofantes (soplones), han dejado de ofrecer refugio a los más obstinados. Y para corroborar el presagio criollo de que las "salaciones" nunca vienen solas ("Hacia abajo todos los santurrones progresistas ayudan"), la comunidad "progresista" internacional acaba de darle graciosamente el espaldarazo al continuismo raulista. España y Sudamérica halando parejo a favor del statu quo en la Isla.

Eso que llaman "nuestro pueblo" --¿cómo dudarlo ante tal profusión de evidencias en contrario?-- ha confiado su destino a los insondables designios de la Divina Providencia. Y en fallándole ésta, a los ardides cotidianos del buscón quevediano cubensis, que apenas quiere sobrevivir a cómo dé lugar.

Por lo pronto, no se ve otra salida. A no ser que allá arriba o abajo alteren el orden biológico y manden a buscar a Raúl primero que a Fidel, y el también por la mayoría no menos ansiado final con horror suplante al actual horror sin final. Tal como van las cosas, se está cumpliendo al pie de la letra en nuestro sufrido archipiélago el precepto leninista: "La religión es el opio de los pueblos".

Si bien, igual de cierto podría ser también ese otro aforismo que reza: "Cada pueblo tiene el gobierno (y la religión, añado yo) que se merece". Corolario abicueril: "...Y deja de tenerlo en cuanto deja de merecerlo". Dicho de otro modo: "No hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista". Aunque ya vamos completando la cincuentena que, con un margen de error máximo de una década, se perfila como el límite de buena vida a costa de la plebe que soportan los cuerpos mimados de los miembros de la Alta Nomenclatura.

Entre tanto, cabe hacer algo más que desearles a los angustiados insulares que, por azar, éstos su penúltima INFELIZ NAVIDAD Y RETRÓGRADO AÑO NUEVO les sean algo más llevaderos de lo que planea para ellos las cicateras, malditas, perennes Oficinas de Control y Distribución de Alimentos (OFICODA).

Ya el Abicú , a sabiendas de que con semejante transacción bancaria engrosa las arcas estatales, giró su remesa para aligerarle a su parentela el triste deslizamiento al peor calendario de indertidumbres en medio siglo. ¿Ha hecho Usted otro tanto, amable lector liberal del exilio o apolítico "migrante económico"?

Si sin pariente ni ariente en la Isla o extranjero propenso a la filantropía, escoja al azar a cualquier hijo de vecina y hágale llegar su óbolo navideño. No suelen ser muy agradecidos, pero Dios o el Diablo se lo pagarán sin falta. O en su defecto, con una apetitosa doble cuota de "picadillo de soya texturizado", nuestro prodigioso san Olallo, a quien no más arribar al Más Alla el Magno Paciente pondrá al frente de las OFICODA celestiales...