¿Conoce Usted a este trashumante del arte popular criollo?
Por Jorge A. Pomar, Colonia
Don Luis Romero desertó --o arribó en balsa, a ciencia cierta no lo sabemos-- en México hace 20 años. Según cuenta él mismo en ambos vídeos fue bailarín, actor en más de diez películas y director artístico durante la década de los 50 en La Habana, además de fundador del Comité Folclórico Nacional Cubano. Baldado a causa de un accidente, no ha perdido el optimismo pero le va tan fatal que vive en su destartalado almendrón, que se le había roto por los caminos de la escurridiza esperanza exiliar. ¿Conoce Usted a este artista habanero?
El septuagenario, que exhibe numerosas fotos de sus éxitos en la oficialmente denostada jauja "neolocolonial", lleva largo rato sin curralo ni domicilio; anda en pos de ambos derechos humanos, aspirando a encontrar algún promotor interesado en valorar un caudal artístico que él no desea llevarse a la tumba. Gasta pulsera de Orula en la mano izquierda y confía en su talento y su "ángel"; aché, como se dice en la brujería criolla.
En medio de tan solemne miseria, su natural buen humor, increíble fuerza de espíritu para poner buena cara al mal tiempo, don de gentes y cautivadora sonrisa les robaron el corazón a los lugareños, autoridades y niños incluidos, de cuya espontánea generosidad estuvo viviendo pública durante su estancia forzosa frente a la tienda donde se le encangrejara el motor del viejo maquinón.
Transeúntes, el celador del aparcamiento, la TV méxicana y, puesto sobre aviso por el programa, hasta el presidente del Comité Estatal de Derechos Humanos le tendieron una mano amiga, costeando finalmente la reparación del auto. En fin, una bien contada road movie con happy end provisional trocable en duradero si por ventura, ahora que sigue corriendo a raudales el "fula" (dólar) y ya hay superestructura cultural en la "Segunda Capital de los Cubanos", acudiesen en ayuda del simpático protagonista trashumante sendos epígonos cubano-americanos de Ry Cooder y Wim Wenders en la Florida.
O who knows, con una poca de suerte, poniendo a un lado el favoritismo doctrinario, se dignen hacerlo los propios mecenas foráneos que catapultaron al estrellato occidental a los veteranos del Buena Vista Social Club. El business valdría la pena, pues a esta altura del post al espectador no ya no duda de que, aunque a la sazón con una mano alante y la otra detrás en tierras aztecas, este Compay Tercero supera de calle en gracejo criollo a la fallecida voz acompañante del también difunto Hierrezuelo, alias Compay Primero, en el Dúo "Los Compadres".
Otrosí, por razones de edad y mayor selectividad del campo en que Don Luis aspira a triunfar, sus sueños parecen más bien ilusiones inalcanzables. Con todo, en su haber debemos anotarle que, amén de no ser (¡ojalá que el Abicú no se equivoque de medio a medio en este dato por él libremente especulado) un simpático admirador del Magno Paciente al estilo de Compay Segundo, es por sí mismo un personaje espectáculo.
Amén de que debe de tener muchas más anécdotas que contar acerca de los good old times gone con el vendaval dizque revolucionario de la tele y el son bajo la democracia representativa y el capitalismo salvaje "pseudorrepublicanos". ¿No le desea Usted también salud y suerte a ese negro viejo encantadoramente enfermo de optimismo liberal?
Thursday, 11 December 2008
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