Tuesday 19 February 2008

El Rey ha abdicado, ¿viva el Regente?

Fidel Castro renuncia a la presidencia

Por Jorge A. Pomar, Colonia

Con su esporádico humor de cadalso, el único que le sale bien, Fidel Castro lo ha dicho en distintas variantes: "Los muertos que ustedes matan gozan de buena salud" o "El día que me muera nadie lo va a creer". Como ya no tengo prisas sobre el particular, hoy me ganó el escepticismo preventivo al desayunarme con una nueva oleada de rumores sobre su temido y añorado tránsito a la gloria enciclopédica.

La diferencia es que en esta ocasión, además del comunicado en
Granma, calzado por el facsímil de la firma del supuesto difunto, había dos ganancias netas oficialmente garantizadas: su renuncia a los cargos de Presidente del Consejo de Estado y Comandante en Jefe, y la confirmación de puño y letra suyos de que, salvo nuevo prodigio quirúrgico-terapéutico, sólo abandonará su actual recinto de convaleciente con los pies hacia adelante.

No es poco para alguien que apuesta a una resurrección de la conciencia cívica en la Isla de la cual las Magnas Exequias son sin duda condición-sin-la-cual-no pero no inmediata en el tiempo. Morirá algún día de éstos, sólo que no sabemos cuál. Por eso, esperaré sin desesperar --compás de espera recomendable-- a que la prensa oficial confirme este o el próximo rumor de capilla ardiente al pie del obelisco a José Martí en la Plaza de la Revolución.


Tiendo a creer que, por el momento, su estado de salud es estable dentro de crónica gravedad e invalidez física. El tiempo dirá la verdad. Pero antes de seguir adelante, escuchemos el certero análisis hecho, semanas antes del penúltimo anuncio por Carlos Alberto Montaner, acerca de la renuncia de Fidel y las pugnas entre tecnocracia militar raulista y talibanes, que aún mantiene plena vigencia:



En general, estoy de acuerdo también con el doctor Jaime Suchlicki. En concreto, difiero de él en cuanto a su pronóstico del papel de Fidel quien, ya sea en calidad de Secretario General o Guía Espiritual, será el eje del poder mientras respire y piense:



El párrafo clave de su proclama de renuncia dice textualmente lo siguiente: "A mis entrañables compatriotas, que me hicieron el inmenso honor de elegirme en días recientes como miembro del Parlamento, en cuyo seno se deben adoptar acuerdos importantes para el destino de nuestra Revolución, les comunico que no aspiraré ni aceptaré --repito-- no aspiraré, ni aceptaré el cargo de Presidente del Consejo de Estado y Comandante en Jefe".

Confieso que, a cinco días de la sesión inaugural de la recién "electa" Asamblea Nacional, me ha pillado desprevenido la segunda gran proclama de Fidel en el año y medio largo que lleva de convalecencia. Pero el Magno Paciente ha tenido la gentileza de romper el suspenso antes de la fecha prevista, confirmando en una tríada de claves retóricas algo que los escépticos ya preveíamos respecto a su rol en el futuro inmediato: Regente en Jefe.

Clave 1: Se siente con fuerzas para continuar la labor de Guía Espiritual de la Revolución por medio de sus Reflexiones, como se deduce del siguiente pasaje: "Más adelante pude alcanzar de nuevo el dominio total de mi mente, la posibilidad de leer y meditar mucho, obligado por el reposo. Me acompañaban las fuerzas físicas suficientes para escribir largas horas, las que compartía con la rehabilitación y los programas pertinentes de recuperación. Un elemental sentido común me indicaba que esa actividad estaba a mi alcance".

Clave 2: "Mi deseo fue siempre cumplir el deber hasta el último aliento. Es lo que puedo ofrecer [...].
No me despido de ustedes. Deseo solo combatir como un soldado de las ideas. Seguiré escribiendo bajo el título 'Reflexiones del compañero Fidel' . Será un arma más del arsenal con la cual se podrá contar. Tal vez mi voz se escuche. Seré cuidadoso".

¡Y ay del atrevido que no quiera escuchar su voz en blanco y negro! Ese "tal vez" no es ahí adverbio de posibilidad sino de cortesía, al tiempo que el adjetivo "cuidadoso" equivale a una insoslayable advertencia de que habrá que acatar todas y cada una de las "Reflexiones del compañero Fidel", so pena de poner irresponsablemente en peligro el futuro de la nación y el socialismo, con riesgo inminente para el incauto de atraer sobre su mala testa las cóleras de nuestro Júpiter Yacente.

La tercera clave es especulativa. Viene dada por la mención explícita de Randy Alonso, el abominable director de la Mesa Retonta. De la "confianza" que dice merecerle el más rastacueros de sus gerifaltes mediáticos, plus la referencia a "la vieja guardia" de la Sierra Maestra y la "generación intermedia que aprendió junto a nosotros los elementos del complejo y casi inaccesible arte de organizar y dirigir una revolución" [léase Lage, Pérez Roque, Prieto, Valenciaga y hasta el Alarcón, días atrás desflecado por estudiantes de la UCI], se desprende que su primer ucase atañe a la política de cuadros. La orden del día se sobreentiende así: los talibanes son ciertamente amovibles pero intocables mientras él esté de encéfalo presente.

Lo cual implica a su vez que el nuevo Presidente del Consejo de Estado y Comandante en Jefe (a ambas vacantes a la vez sólo puede aspirar el Hermanísimo) fungirá como tal apenas en el pergamino del organigrama mientras el Magno Paciente no haya exhalado su último vaho reflexivo, estando a lo sumo facultado para trasladar a los odiosos talibanes de un negociado a otro, según la práctica consuetudinaria para el movimiento de altos chapuceros del Gobierno y el Estado. Previa consulta al Supremo, desde luego. De ahí el actual forcejeo, el no-se-lo-lleven proferido a coro por los ahijados del inminente Muerto Grande.

Si bien la Carta Magna deja margen a otra solución, tanta es la confianza depositada por Fidel en la soberanía de los asamblearios que da por superfluo recordarles explícitamente que en la Proclama de agosto de 2006 ya ÉL había designado heredero al trono del Palacio de la Revolución a
su hermano Raúl. Por si las moscas, lo hace en forma implícita en una coletilla atributiva: "...quien adicionalmente ocupa el cargo de Ministro de las F.A.R. por méritos personales".



Por el momento, sea cual fuere la fórmula de licenciamiento oficial adoptada el próximo 24 de febrero, Fidel Castro seguirá detentando la plaza hegemónica, omnímoda, bajo la vigente Carta Magna real-socialista: Primer Secretario del PCC, un cargo que se aviene al papel de Timonel Doctrinario, combinado con una posible presidencia honoraria y su irrenunciable condición de Máximo Líder vitalicio, ahora con un poder de persuasión acrecentada por el culto en ausencia.

Por lo demás, recordemos que es la tercera vez que Fidel amaga con renunciar. El primer simulacro lo escenificó en julio de 1959 para forzar la dimisión del Dr. Manuel Urrutia Lleó, primer presidente del Gobierno Revolucionario. El segundo, cuando asumió, de cara a la galería de los crédulos, su responsabilidad personal por el fiasco de la Zafra de los Diez Millones en 1970.

Hoy, por imperativo biológico, suelta lastre institucional, pero voy a mí que sólo lo hará pro forma. Así las cosas, a partir del domingo el centro gravitacional del poder legislativo --y con él el de todo el aparato estatal y el de toda la Isla, al pairo desde el traspaso temporal de poderes a mediados de 2006-- se desplazará sin remedio del podio presidencial hacia el escaño vacío marcado con esta humilde credencial: "Diputado Fidel Castro Ruz". Por suerte para la bancada gubernamental (el hemiciclo completo) situada delante, no habrá riesgo de tortícolis a la hora de escuchar sus Reflexiones, leídas por alguien en la tribuna.

Por ende, a no ser que esta vez el Máximo Líder haya fallecido, o a punto esté de, se mantendrá el actual impasse sucesorio, con su elenco de actores envejecidos y figurantes desprestigiados. Si a tano llega, habrá varios quítate-de-aquí-y-ponte-allá, un par de reformas económico-administrativa de escasa monta en aras de la subsistencia y poco más. Por ejemplo, eliminar el permiso de salida al extranjero, abrir hoteles y restaurantes a quienes puedan costeárselos, extender a los nativos el derecho a fundar empresas privadas, desregular la agricultura, eliminar el sistema de racionamiento, etc. Todo con tal de evitar, como sugiere aquí Andrés Oppenheimer, un probable efecto de bola de nieve:



A mi entender, las principales señales de avance por la senda sino-vietnamita de reformas económicas sin cambios políticos serían cuatro, por este orden: (1) Cambio del lenguaje oficial hacia dentro y hacia fuera. (2) Sacrificio público de chivos expiatorios, acompañado de aparición y/o reaparición de figuras reformistas del entorno de Raúl. (3) Anuncio oficial de, o preparación e implementación sin previo aviso, de cualesquiera de las mencionadas medidas aperturistas. (4) En vez de por el Hermanísimo, el domingo los diputados eligen por unanimidad a Carlos Lage. Sangrones a cual de los dos más, Alarcón y Pérez Roque no deben contar para la primera magistratura.

Tomada por orientación "de Arriba", la cuarta medida resulta ambivalente, pudiendo indicar el propósito de contornear la cláusula de la Ley Helms-Burton que invalida a los Castro como interlocutores de la Casa Blanca, o el deseo de Raúl de seguir gobernando a la sombra de las Fuerzas Armadas, igual que Batista del 33 al 40 o Fidel del 59 al 76. Igual podrían optar por una jugada de doble carril, o sea, con ambos fines a la vez.

Ahora bien, visto que la primera medida enumerada en el párrafo anterior (cambio de retórica gubernamental) brilla por su ausencia, no cabe pensar en la precaución de reservarse una carta bajo la manga para la eventual búsqueda de un arreglo con Estados Unidos. A no ser que, en efecto, Fidel haya muerto o yazca en coma irreversible, prosibilidad nunca descartable pero poco plausible, habida cuenta de los cuatro textos seguidos que acaba de dedicarle al candidato republicano John McCain.

Por un lado, la dificultad para deducir lo que se cuece ahora mismo en La Habana tiene que ver con la usual incoherencia de las Reflexiones, particularmente notorias en un anuncio armado a retazos como un puzzle, plagado de citas recientes de sí mismo y sin fecha precisable, como el de hoy. Por el otro, obedece al absurdo afán de postergar a toda costa un desenlace tan ineluctable como la muerte de un anciano al borde de la extrema unción, lo cual es el colmo de la opacidad informativa por parte del Sucesor designado y sus adláteres.

La culpa de los reiterados rumores de muerte biológica o clínica incumbe más al hermetismo mediático gubernamental que a las ansias enemigas por ver luz al final del túnel. Aparte de la falta de Glasnost y Perestroica en Cuba, indicios inequívocos desmienten a aquellos castrólogos de dentro y de fuera que, desde que se dio a conocer el comunicado del Magno Paciente, han echado a volar las campanas del optimismo, proclamando el inicio de la vía asiática o incluso el fin del castrismo. A grandes rasgos, esas señales de estancamiento son resumibles en dos:

(1) La nueva ley (decreto o disposición) que graba las gratificaciones de los empleados del turismo y las empresas mixtas o extranjeras. Amén de los magros ingresos en divisa para el Fisco, su objetivo principal es desviar el descontento de la mayoría menesterosa hacia la minoría privilegiada con acceso a la moneda convertible, alimentando el resentemiento mutuo. O sea, se intenta reactivar el reflejo condicionado igualitarista, pavlovianamente inculcado a las masas populares durante décadas. Entra de nuevo en acción al rescate del castrismo el principio imperial romano del "Divide y vencerás".

(2) El desproporcionado, fulminante mecanismo represivo con que hace apenas una semana obligaron a retractarse en público a esos ingenuos estudiantes de la Universidad de Ciencias Informáticas que hace apenas unos días, a golpe de dudas y preguntas, pusieron contra la pared y propinaron el tiro de gracia a las supuestas dotes sofistas del maestro de ceremonias de la Asamblea Nacional del Poder Popular. La humillación infligida a Eliécer y Rafael Alejandro marcan a fuego el aro de circo por donde deben saltar quienes acepten dialogar con el poder.

Sin embargo, hasta George W. Bush, siempre con las mejores intenciones de un político extranjero hacia nosotros, parece haberse adelantado a las manecillas del reloj biológico. Inserto el vídeo de CNN no sólo porque sus palabras suenan a música celestial en mis abicueriles oídos, sino también para que, como de costumbre, mis detractores, que son también los del
President, tengan por donde zarandearme a su antojo:


Otro que se ha mandado a correr, pero cuya sofisticada, abstrusa, postmoderna semiología socialista-democrática siempre desentona en mis pragmáticos tímpanos, es el disidente conformista Manuel Cuesta Morúa, presidente de Arco Progresista y promotor del Grupo Mediático Consenso (que hasta ahora no es más que una dirección gratuita en Internet). Sus comentarios al respecto a la BBC:

"...termina una época, tanto en lo político como en lo personal para Fidel Castro, es una decisión valiente, los cubanos debemos saludar esta decisión y respetarla también. [...] comienza una etapa de cambio gradual hacia la normalización de Cuba como país, hasta ahora Cuba ha vivido casi 50 años exaltada. Los cubanos tendremos la posibilidad a partir de ahora de encontrarnos a nosotros mismos. [...] para la disidencia ya no es el desafío exclusivamente frente a lo que expresaba y representaba Fidel Castro sino que es un desafío hacia lo que quiere realmente la sociedad cubana, saber interpretar eso requiere sagacidad e inteligencia".


Como diría mi nunca bien ponderado difunto tío Septimio: "Compañero, ta decí: quimbombó que resbala pa la yuca seca". Tanto para que luego Plutarco Tuero no ande por ahí regando que el Abicú es racista. Lo cierto es que no hallo manera de soportar a esos negros catedráticos ni siquiera cuando están de acuerdo conmigo, que no es el caso de Cuesta Morúa.

Resumamos: a no ser que Fidel haya exhalado su último aliento o yazca en coma irreversible, lo cual tratándose de su persona no lo sabría a ciencia cierta ni el médico chino, nada novedoso, trascendental, ha sucedido hasta el momento allá en expectante Ciudad de La Habana. El Rey no ha muerto, ha abdicado. Genio y figura hasta la sepultura, sea Raúl o Lage el nuevo Rey, en el caso de los fieles súbditos, sólo cabe aquí exclamar: ¡Viva el Regente!

En cuanto a sus enemigos, esperemos sin desesperar. Aún es temprano para cincelarle el epitafio. El Verdugo en Jefe aún nos dará algún que otro postrer disgusto. Su suerte no está en nuestras manos sino en las de Dios, el Destino o la Naturaleza. A buen seguro, los lectores del solar que ya peinan canas recuerdan aquella ladina frase que repetía como un sonsonete la famosa entretenedora Consuelito Vidal durante los meses de agonía final del batistato: "Hay que tener fe, que todo llega...". Ojalá que no de tan mala manera como en enero del 59 y, sobre todo --¡ay todopoderoso Obatalá--, por media centuria.

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PD.: Apuesto a que muy pocos lo saben. La autora de aquella cachazuda esperanza no fue la madre del cantautor pop Amaury Pérez Vidal sino la recién fallecida progenitora del candidato a heredero sin sangre azul Birán (Carlos Lage para los despistados). Me refiero a la telenovelista Iris Felisa Dávila Muné, a quien recuerdo con bastante cariño porque fue colega y camarada de núcleo del Partido del Abicú en la Editorial Arte y Literatura, sita en el antiguo Palacio del Segundo Cabo en La Habana Vieja.

También con gratitud, ya que en no pocas ocasiones en que yo me había pasado de crítico en reuniones del núcleo, inter nos a la salida, trató de abrirme los ojos no sólo sobre las desgracias a que me exponía sino sobre la futilidad de semejante sacrificio. En vano... ¡Cuánta razón tenías, entrañable Iris! De ahí que deplorara su muerte y la descortesía del hijo al prohibir, supongo que haya sido él, la inclusión de una foto suya junto a las notas necrológicas.

Y una anécdota ilustrativa para que, por lo que pudiera ocurrir, vayan haciéndose una idea cabal de la dureza del personaje que este domingo podría tener el dudoso honor de ser el tercer Mandacasinada de la Revolución. Los dos anteriores terminaron mal: el Dr. Urrutia Lleó (flanqueado en la foto de al lado por Camilo y el Ché, que ayudó a Fidel a desembarazarse de ambos a las malas), asilado a las volandas en la Embajada de Venezuela; el Dr. Osvaldo Dorticós Torrado (en la foto de abajo con el Ché, que en el fondo lo consideraba otro despreciable burgués, cosa ambos eran) volándose la tapa de los sesos de un pistoletazo.

Una tarde, durante un té al que solía invitarnos en su casa del Nuevo Vedado "La Abuela", así le decíamos a Iris sus camaradas por haber ingresado al PCC en calidad de jubilada, se quejó amargamente de que le había pedido unas cintas de máquina (a la sazón, inasequibles en los almacenes de la editorial, de la UNEAC y en el mercado) a su encumbrado hijo mayor, ya por entonces, si mal no recuerdo, sustituto del difunto Carlos Rafael Rodríguez como brazo derecho del Comandante en Jefe para asuntos macroeconómicos. Respuesta de Lage: "¿Me estás pidiendo que robe?"

A todas luces, la madre estaba menos ofendida que orgullosa con la actitud del hijo. Su reproche, todos los presentes (Elízabeth Díaz, Daniel García, Víctor Malagón, Artemio Iglesias, la gallega María Lombana, Jorge Gallardo y, no estoy seguro, el actual ministro de Cultura Abel Prieto), era un elogio apenas velado, como si sintiera la necesidad de defender a su hijo contra una presunción decantada. No sin intercambiar miradas cómplices fuera del alcance de su vista, la compadecimos efusivamente por aquella excesiva virtud filial, extendiéndole la felicitación que deseaba escuchar.

Con aquel falso reproche, insisto, Iris quiso transmitirnos la idea de que su hijo era un dirigente honesto a carta cabal. Por lo que me concierne, nunca puse en duda aquel dato tierno, maternalmente interesado. Pero, enemigo acérrimo de toda pureza que no sea la del tabaco, el café, los víveres, la moneda y pocas cosas más en este mundo, tampoco pùde evitar la sospecha de que tal vez era mejor que Lage fuese al menos lo bastante deshonesto como para poner a su madre por encima de aquella compulsiva puntillosidad ética, identitaria de los peores advenedizos a los salones del poder.


Idéntica mala impresión me causó el detalle de la ausencia en la prensa de siquiera una de las miles de fotos de mi colega y amiga guardadas en la casa del Nuevo Vedado y en los archivos del ICRT (Instituto Cubano de Radiodifusión). En cambio, aparecían al lado sendos retratos de Lage o Fidel. Leve sentimiento negativo hacia el hijo ahondado por la lagiana meticulosidad con que los censores mutilaron en todas las esquelas la biografía familiar de Iris.

A saber, suprimieron el hecho significativo de que, además de madre del vicepresidente del Consejo de Estado, era viuda de un viceministro de Salud Pública; madre de Agustín Lage, director del Centro de Inmunología Molecular; y abuela de Carlos Lage Codorniú, presidente de la Federación Estudiantil Universitaria...


Tanto fue el celo por eliminar todos los datos genealógicos de la difunta que el título y las primeras líneas de artículo sobre ella en
La Jiribilla (19/25-01-2008), firmado por Pedro de Armas, permanecieron más de un día en primera plana sin que se pudiera acceder al resto del texto, que termina así:
"...madre y abuela capaz de guiar a sus tres vástagos, y a los hijos de estos [a donde indico arriba sin afán de exhaustividad], consiguiéndolo a partir de su ejemplo personal que unió talento, honradez, dedicación y patriotismo".

¿Pasado por la censura? Si el ukase editorial no provenía del propio Carlos Lage, lo cual pongo en aquí en duda, tampoco movió un dedo para que se consignara la genealogía familiar. Móvil: evitar grabar en la mente de los lectores la idea de que los Lage son un clan hereditario. Al nieto ya tuvimos ocasión de oírlo en plan de represor benigno del estudiantado en uno de los vídeos oficiales donde acompaña a los aprendices de Informática obligados a hacerse el harakiri ante las cámaras. El cargo de Agustín no puede ser de mayor confianza estatal.

En cuanto a lo que cabe esperar del candidato extraoficial a presidente, pongámosle asunto a su creatividad mental y lingüística:



Tanto para contribuir con una pincelada personal al retrato político y humano del hombre destinado a convertirse en el tercer mandatario fantoche de la era castrista: un pichón de gallego al menos tan zafio, matón y halalevas como el jabao Hugo Chávez, con la notable diferencia de que tuvo mejor cuna y educación que el ex teniente coronel venezolano, que también le gana en carisma, entiéndase lo que se entendiere por tal.

6 comments:

Anonymous said...

Ese Lage es exactamente lo que reflejan sus palabras y tienen profundidad de charquito sus ideas. Buen video que habla por sí solo.
A.K.

Anonymous said...

Tomado de la France Presse
20.02.2008

Una red de apoyo logístico a la guerrilla colombiana de las FARC fue desmantelada en una operación internacional que permitió la captura de 39 personas, entre ellas un médico cubano residente en Colombia.

El médico cubano fué identificado como el Dr. Emilio Muñoz Franco.

La captura se produjo en la ciudad de Palmira, en el departamento del Valle, en el suroeste del país.

La red se encargaba de suministrar material logístico al frente primero de las FARC, que adquiría a su vez como resultado del envío de cocaína a Estados Unidos. La droga era trasladada a través de Venezuela, Surinam y Brasil, dijo la Fiscalía.

Según Iguarán, la red les suministraba a los guerrilleros fusiles AK-47, teléfonos satelitales, equipos GPS, radios HF, entre otros materiales.

El comandante del Ejército, general Mario Montoya, resaltó en la conferencia de prensa que el frente primero de las FARC es el encargado de la custodia de ''dos grupos'' de los 43 secuestrados que esa guerrilla proponen canjear por unos 500 rebeldes presos.

Anonymous said...

¿Pomar en qué año tú estuviste en la Editorial Arte y Literatura?

Jorge A. Pomar said...

Amadeus, entré en 1981, después de que el Consejo de Dirección se quedara medio vacío a raíz del éxodo del Mariel (Morató, Benemelis, etc., acababan de irse del país).

Empecé como editor de literatura alemana. Luego me ascendieron a jefe de la redacción América del Norte y Europa Occidental. Plaza a la que había renunciado poco antes de firmar la Carta de los Diez y ser expulsado (en ausencia) en un mitin de repudio celebrado en el atrio del Palacio del Segundo Cabo. El orador, de oficio y a regañadientes, fue Pablo Pacheco (no es mala gente), a la sazón director del ICL.

Enseguida pasé, sin transición, de secretario ideológico del núcleo del PCC en Arte y Literatura a responsable de política exterior del grupo opositor Criterio Alternativo.

En "Siete secuencias en la vida de un ministro de Cultura", sobre el meteórico ascenso de Abel Prieto (otro hijo de viceministro, en este caso de Educación) hay información detallada al respecto.

Por cierto, la negativa de la presidencia de la AECC a publicarme esa semblanza fue el motivo de mi primer desencuentro con Encuentro en la Red. Guardo muy buenos recuerdos de mis colegas. Casi todos se portaron bien conmigo cuando caí en desgracia en 1991.

¿Por casualidad, fuiste tú también colaborador de Arte y Literatura o del Instituto del Libro en el Palacio del Segundo Cabo?

El Abicú

Anonymous said...

Colaboré con las Ediciones Unión, pero conocí a Pacheco cuando recién empezó en el ICL en 19 y 10 y Alcibiades Hidalgo y su entonces mujer Ana era los del Comité de Base de la UJC. Pacheco realmente no era tan mala gente. Hay muchas historias que lo confirman y en eso coinciden mucha gente, hasta tú que lo tuviste como fiscal. Peor era Calviac, no sé si este nombre te dice algo.

Jorge A. Pomar said...

No, Amadeus, nada sé del personaje de nombre Calviac que mencionas. Supongo que haya sido una especie de Poncio Pilatos de la Revolución Francesa.

Alguien que se las ingeniaba para echar una mano al operador de la guillotina y salir siempre con la pechera inmaculada del sangrero jacobino. De esos hubo muchos.

Por favor, lléname esa laguna con algún dato biográfico sobre el personaje histórico.

El Abicú