Repartiendo el miedo entre todos, no solo tocamos a menos sino que...

...dejaríamos a la gendarmería secreta sin su principal palanca de control social: la autorrepresión física y mental

Por Jorge A. Pomar

[Comentario ampliado al post de Isis Wirth "La importancia de ser anónimo" en La Reina de la Noche, 28-05-2010]

Que afecta también a la blogósfera en forma de censura y autocensura... Loable y oportuna iniciativa la de ese senador franchute, cara Isis. Al margen de la veracidad-falsedad o utilidad-nocividad de lo escrito, en última instancia el valor de un post y sus comentarios depende mucho del conocimiento de las señas del emisor del criterio, noticia, rumor, mensaje, testimonio, análisis, etc. Partiendo de esa premisa informática, y de las crecientes objeciones y amenazas del gremio periodístico, identificarse debería ser un requisito indispensable al menos para los titulares de bitácoras que tratan de incidir en serio en los asuntos de la polis. [Cuadro.- Samuel Hirszensberg, Sombras errantes, óleo, 1905, Dominio Público]

No ocurre igual con ciertas esporádicas "gargantas profundas" entre nuestros comentaristas. Éstas personas ocultas, muy escasas entre nosotros, corren riesgos reales que aconsejan ocultar la propia identidad debido al carácter confidencial de los datos divulgados o a su vulnerabilidad allí donde sólo ella/él sabe las represalias que pudiera acarrearle tamaña osadía. Es de suponer que sean inmigrantes que laboran en entornos retroprogres que no les perdonarían la filia contrarrevolucionaria.

Con todo, incluso en el caso de esos inapreciables deep throats sería de agradecerles el uso de un seudónimo fijo cuyo inconfundible estilo permita al menos reconocerles estadísticamente como una sola fuente. La dispensa valdría también para aquellos anónimos, sesudos y respetuosos de las reglas del debate civilizado, que insertan opiniones pertinentes y razonadas.

En cuanto a los lectores exentos de esas cualidades, o sea, obvios boicoteadores que, por encargo de arriba y/o mala fe propia, se refugian en el anonimato sin causa aparente para repetir puros lugares comunes de la fraseología retroprogre, no huelga insistir aquí en el grave daño que tratan de causarle al prestigio del cada vez más raro periodismo alternativo serio, militante. Su intención inconfesable: desacreditar la fuente, sofocar el espacio de los comentarios, sabotear el debate rebajándolo de categoría ético-profesional y, last but not least, incordiar al titular hasta que no le quede más remedio que echar mano de las tijeras.

Quien quiera formarse una idea cabal de hasta qué punto no se trata de una simple paranoia, basta con taparse la nariz y echarle un somero vistazo al talante de los comentarios a pie de post en el blog de Ernesto Hernández-Busto: desde que el “Pájaro Tieso” se puso al lucrativo servicio de la Santa de las Muletas, todo son parabienes para las anodinas, estuporantes entregas de la acaso otrora --pese a todas las muchas fealdades de su muy lechuguino titular-- bitácora más pluralista, popular, erudita y mejor informada del exilio europeo.

Mientras que asumir su defensa incondicional puede reportarle dividendos, meterse de cualquier modo con las Damas de Blanco (o de Apoyo y Azul), los 75 reos de conciencia de la Primavera Negra (los otros ciento veintitantos cuentan poco), Guillermo el "Macaco" Fariñas, la Academia Blogger y demás defensores de la antítesis del socialismo democrático, equivale a hacerse ipso facto acreedor al sambenito de agente provocador o cagador de nido. [Cuadro.-Salvador Dalí, Canibalismo otoñal, óleo sobre cartón, 1936-37, The Tate Gallery, Londres.]

Excepto al arzobispado y su mediación, que no están amparados por esa bula para acogerse a sagrado disidencial, lo único correcto y sabio sería bombardear verbal y exclusivamente al gobierno con las usuales moralinas ambivalentes a fin de, sin pisar la conocida raya roja dentro de la Isla ni enajenarse a los patrocinadores foráneos, obligar al Raulato a hacer honor al juramento común de “salvar la Patria y el socialismo” poniendo al fin en práctica el congelado plan de “reformas estructurales”.

Al efecto, blogósfera incluida, se pretende imponer al interior de esa irradiante disidencia “políticamente correcta” (léase más castrista que el Castrato) una férrea unanimidad basada en el "vale todo" y el "to er mundo e güeno", dejando empercudirse los trapos sucios. Hasta las calendas griegas, pase lo que pase. No por casualidad, desde luego, sino porque, hasta nueva orden sotto voce, la táctica diversionista más eficaz aplicada por nuestra ubicua Contrainteligencia consiste precisamente en asfixiar la crítica y el debate interno en las filas opositoras bajo el doble manto de la santurronería bienpensante y la prosopopeya hagiográfica. Al igual que los disidentes del patio, cualquier bloguero exiliar que se salga del tiesto es fulminantemente excomulgado.

Paralelamente, aunque no lo sepan o deseen saber, todos esos sedicentes “pacifistas” que muerden desde el anonimato aportan con su desaprensión y falta de escrúpulos la coartada perfecta para la nutrida legión de amanuenses diversionistas con nombre y apellidos que intentan descalificar a todos aquellos espacios digitales que no encajan en el tumulto de portales vicarios abiertos por cortesía del MININT, el MINCULT y la UCI a beneficio de los proliferantes blogueros leales.

David Lago tiene toda la razón: si por ventura le hace falta tanta protección, el tránsfuga rabioso con manía persecutoria y nada de su propia cosecha que aportar al debate sencillamente que se compre un perro y lo saque a hacer sus necesidades al parque en lugar de volverse a embolsar él mismo fuera de Cuba ladrando de incógnito en la jungla ciberespacial.

Hago, pues, esa humilde recomendación profiláctica a todo el que le sirva el sayo porque noto que se da aquí una evidente analogía negativa entre la Isla y la Diáspora. A saber, el peligro que corren los pocos exiliados librepensadores que osan dar nombre y apellidos, foto y domicilio en la Red de Redes es directamente proporcional a la masividad de los que prefieren seguir viviendo en el extranjero con el rabo entre las piernas. [Cuadro.- Tiziano, Caín y Abel, óleo sobre lienzo, 1542-44, Iglesia de Santa Maria della Salute, Venecia.]

Por lo que atañe a los anónimos y seudónimos decentes, esa mayoría de paisanos nuestros que hace catarsis individual apoyando a la hostigada blogósfera liberal, tal vez no sea del todo ocioso volver a recordarles la siguiente perogrullada: si no somos tan avaros con el miedo que todos sentimos, repartiéndolo entre todos a partes iguales, no sólo tocamos a casi nada sino que dejaríamos a nuestra omnipresente gendarmería secreta sin su principal palanca de control social: la autorrepresión física y mental.

Aun el harto hipotético caso de que todos los anónimos y seudónimos de la blogósfera exiliar optasen por desdoblarse, el fatalismo, la sensación de que todo esfuerzo sería en balde, el hábito de usar careta y, sobre todo, el temor a perder hasta lo que no se tiene, son tan generales y obsesivow entre las colonias criollas que a buen seguro seguiríamos siendo una insignificante minoría. He ahí nuestras tristes, deprimentes, pero a diario por doquier papables realidad y perspectiva cainitas. Pero tal vez sea justo ese certificado de decadencia cívica de "Nuestro Pueblo" y crisis biológica del gobierno lo mejor del diagnóstico sobre el Castrato y la Cubanidad, ambos urgidos de sendas sendas curas de caballo con todo el instrumental veterinario...