Wednesday 27 February 2008

El camarlengo deja "impresión de complacencia"

Lo ha dicho Owaldo Payá, lider del MCL


Por Jorge A. Pomar, Colonia


Verter opiniones negativas sobre acontecimientos en curso suele conllevar el riesgo de faltar a la verdad y ser injusto con él o los aludidos. He sido duro con la Iglesia en mi artículo sobre la visita del secretario de Estado del Vaticano. Aunque me limité a elaborar a partir de un par de obviedades:


(1) El papel de la curia romana en la gesta antibatistiana no pudo ser más contraproducente para la Iglesia y la sociedad.

(2) Luego de contribuir a derribar por las armas a una dictadura blanda --y de paso a la República-- de la que era factible salir a corto plazo por la vía del diálogo, ha hecho hasta hoy justo lo contrario frente a un totalitarismo hermético.

(3) Al abogar por el diálogo y la paz social, a todos los efectos prácticos el Vaticano se ha vuelto a poner del lado de la casta dominante.

(4) Más que fines propiamente religiosos, la visita de Bertone busca fundamentalmente consolidar un concordato tácito con el Gobierno, relegando a un segundo plano la causa de los humildes y oprimidos.

(5) Mientras que el balance de la estancia de Woytila fue positivo para todos, "nuestro pueblo" incluido, el de la visita del camarlengo sólo lo ha sido para el Gobierno y el Vaticano, por ese orden.


De todos modos, siempre me quedé con dudas acerca de la justedad de tales conclusiones especulativas. Como con respecto a mis objeciones cuando militaba en el PCC, en el fondo preferiría no tener la razón y que la gestión de Bertone sea todo lo provechosa que tantos suponen.


Pero no transcurrieron ni 24 horas antes de que mis juicios de valor se vieran corroborados por la voz disidente más afín a la Iglesia Católica dentro de la Isla. La del laico Oswaldo Payá, líder del Movimiento Cristiano Liberación (MLC). He aquí, en lenguaje indirecto, lo declarado al respecto por este veterano de la oposición interna al diario español El Mundo y a la agencia EFE


Por su parte, el opositor cubano Oswaldo Payá, líder del Movimiento Cristiano Liberación (MCL), lamentó que el diplomático vaticano haya dado una "impresión de complacencia" con el Gobierno de este país que "no es justa" con el pueblo y la Iglesia de la isla.

"La impresión de complacencia no es justa con el pueblo cubano y con la Iglesia cubana, y no hay por qué dejar de decir que en Cuba hay prisioneros políticos, que están presos por defender la verdad y los derechos humanos", dijo Payá tras confirmar que no se reunió con Bertone, aunque lo había solicitado.

Payá, premio Sajarov del Parlamento Europeo en 2002, indicó que "en Cuba hay un pequeño grupo colectivo que en todos estos años ha sufrido la persecución pero que se han mantenido con firmeza".

"Pensamos que la imagen que se ha dado con la visita no se corresponde con esa presencia humilde, pero digna y profética, de los católicos en Cuba", afirmó, y aseguró que esa es la imagen "que han recibido muchas personas con las que he hablado".

Lamentó que en algunos actos organizados para Bertone hubiera un “control represivo”, como en la conferencia del cardenal del lunes en la Universidad en La Habana, donde “desalojaron a los jóvenes de los parques cercanos” y hubo “control del acceso”.


El camarlengo no estimó prudente dedicar unos minutos de su apretada agenda cultural para entrevistarse con y proporcionar consuelo espiritual a uno de sus pocos correligionarios que, por enfrentarse a la tiranía castrista aplicando al pie de la letra los postulados de no-violencia del Sermón de la Montaña, sufre a diario el acoso de las fuerzas represivas. (Foto: Woytila sí recibió a Payá durante su visita pastoral a la Isla en 1998.)


Payá no debía coprotagonizar el suceso. Confieso que ni por la mente me pasó que el camarlengo llegara a semejante extremo con tal de no incordiar a sus anfitriones. Como ven, en realidad, me quedé corto. Lo del secretario de Estado de Benedicto XVI, si no clasifica como vil traición, tampoco deja de ser un acto de deslealtad y ninguneo inaudito por parte del Vaticano y de sus obispos locales (no traicionan a su propia sombra porque no se deja sorprender) a su contraparte laica en la Isla.


Por si fuera poco, Penúltimos Días, el blog de Ernesto Hernández Busto, ofrece enlace con un breve reportaje que revela otro sórdido acuerdo protocolar entre los indecorosos anfitriones y el encumbrado huésped, que a su vez no debía verse expuesto a posibles incordios por parte de los transgresores locales del dogma de apareamiento católico. Me refiero a la reivincada clientela de la sexóloga Mariela Castro, hija del nuevo Presidente del Consejo de Estado.


El periodista independiente Julián Armando Soto, miembro de la Fundación Cubana LGBT [Lesbias, Gays, Bisexuales y Transexuales] "Reinaldo Arenas" en Memoria, describe una redada selectiva en el área del Parque Central antes del paso de monseñor Bertone.


Esa premeditada marginación de la gaya comunidad cubana revela otra faceta contradictoria, hipócrita, de la curia papal, cuyos purpurados -- es un secreto a voces en la Città Santa-- suelen salir de incógnito por las noches en busca de mancebos. No creyendo que a los lectores del patio y de fuera les hagan falta más elementos para tomaar partido a favor o en contra de las elucraciones del Abicú, los dejo con el elocuente texto de marras:


Visita del cardenal provoca ola de detenciones

Por Julián Armando Soto

27 de febrero de 2008

La Habana, Cuba – www.PayoLibre.com – La visita del Secretario de Estado del Vaticano provocó una ola de detenciones en la comunidad homosexual habanera. Más de 19 jóvenes homosexuales fueron interceptados y otros 15 detenidos temporalmente por oficiales de la Policía Nacional Revolucionaria y agentes de Seguridad del Estado por “poner en peligro la seguridad de la misa ofrecida en la tarde-noche de este jueves por el Secretario de Estado del Vaticano Tarcisio Bertone”.

En el momento de la detención, los jóvenes LGBT detenidos se encontraban sentados en el parque Central y otros conversando frente al cine Payret, cuando la policía irrumpió sorpresivamente y les retiró los carnés de identidad y desalojó del área sólo a los muchachos con tendencias homosexuales.

“Estábamos en la calle Prado y la misa era en la plaza de la Catedral, a más de 1800 metros, además mira el ticket, yo iba a entrar al cine cuando fui detenida”, declaró Ángela Gorrero, lesbiana de 37 años de edad, en la estación policial ubicada en la calle Dragones, Centro Habana.

Por otra parte el Secretario de Estado del Vaticano Tarcisio Bertone, recalcó en la misa ofrecida que “la iglesia aspira a estar cada vez más presente y activa en medio de la sociedad (.....), llevando a cabo al mismo tiempo su apremiante misión de enseñar, sanar, asistir al pobre y promover la dignidad de todos los seres humanos (.....), ya sean marginados, desplazados, o encarcelados”.

Buró informativo de la Fundación Cubana LGBT “Reinaldo Arenas” en Memoria.



Intelectuales orgánicos y funcionarios culturales

Sobre Fidel y los cambios en el Consejo de Estado

Sin sorpresas ni comentarios:

Tuesday 26 February 2008

Los disidentes cubanos non habemus Papam

El camarlengo rompe lanzas por la sucesión raulista

Por Jorge A. Pomar, Colonia


Antes de concretarnos al tema titular, la postura del Vaticano ante el continuismo castrista, conviene situar a los amables lectores extranjeros en las coordenadas históricas, sociales y raciales de una guerra civil evitable desatada a partir del asalto --con alevosía y nocturnidad-- al Cuartel Moncada el 26 de julio de 1956. (Foto: el cardenal Bertone ayer con Raúl Castro.)

Al igual que el asalto al Palacio Presidencial en la capital por un comando "estudiantil" el 13 de marzo del año siguiente, aquella acción fue condenada en su momento por casi todo el establishment republicano, incluidos los cuatro gatos comunistas del PSP. Lo que no impidió que en menos de dos años las llamadas "clases vivas" echaran el cerrojo a cualquier salida pacífica del batistato, al cual hasta entonces se oponían por razones más bien institucionales.

El batistato era un régimen de facto salido del madrugonazo incruento del 10 de marzo de 1952, encabezado por un mestizo, con un programa social avanzado y demasiados negros, mulatos y blancos de a pie en ascenso para el gusto de la elite blanca. Ésa, y las corruptelas de los gobiernos auténticos anteriores, que también eran de corte socialdemócrata, estaban en la raíz de la manifiesta indiferencia de la plebe ante el cuartelazo de Fulgencio Batista.

Pues, bien, entre las primeras organizaciones de la sociedad civil en abrazar la causa rebelde figuraba, precisamente, esa misma Iglesia Católica que hoy le vuelve a dar la espalda a los humildes para abrazar la causa de la casta dominante. Durante la madrugada del 26 de julio de 1956, recién fracasado el ataque al Cuartel Moncada, el clero católico tomó partido en la práctica por primera vez a favor del movimiento clandestino y guerrillero que en los dos años siguientes llevaría al poder al líder de aquella asonada sangrienta.

Cuenta la leyenda escolar para adultos crédulos que, rendidos por la fatiga mientras intentaban refugiarse en las montañas de la Sierra Maestra, el grupo de fugitivos encabezado por Fidel Castro dormía a pierna suelta en el momento en que, por azar, soldados al mando del "pundonoroso" teniente Pedro Sarría, irrumpieron en el improvisado campamento rebelde, sorprendiendo a los belicosos asaltantes metamorfoseados en bellos durmientes.

De clase media y raza blanca en su inmensa mayoría, los temerarios asaltantes provenían de las provincias occidentales La Habana y Pinar del Río y, vestidos con el uniforme del Ejército, acababan de sorprender a sangre y fuego a una desprevenida guarnición integrada por soldados y oficiales blancos, negros y mulatos, en su mayoría de origen obrero-campesino, mientras dormían la resaca tras una orgiástica noche de carnaval en Santiago de Cuba, capital de la región oriental.

En realidad, ni encuentro ni modalidad de arresto habían sido casuales: con instrucciones de no entregarlos al sanguinario coronel Chaviano --le habría ahorrado gustoso medio siglo de sufrimiento a sus compatriotas-- y de presentarlos cuanto antes a la prensa a fin de forzar al juez a concederles el habeas corpus, el negro Sarría había sido enviado al rescate de aquellos pichones de burgueses por el arzobispo santiaguero Pérez Serantes. Obviamente, el purpurado sólo tenía un modo de conocer con exactitud el sitio donde vivaqueaban los fugitivos: alguien del grupo, presumiblemente Fidel, ex alumno destacado del colegio de los jesuitas en Santiago de Cuba), telefoneó o envió un mensajero.

La luna de miel entre Iglesia y Estado duró pocos meses. Una vez conseguida la apoteótica victoria en enero de 1959 con la bendición espiritual y conspirativa del clero local a todo lo largo de la bizarra contienda, los ingratos guerrilleros en el poder le pagaron a los sacerdotes con la misma moneda que al resto de sus ahora enemigos de clase: expulsándolos del Templo junto con mercaderes (capitalistas) y escribas (intelectuales burgueses inconformistas).

Descontentos con el giro comunista que estaba dando la Revolución, una parte del atónito clero resolvió apoyar a los contrarrevolucionarios alzados, tal como se había hecho hasta poco antes con los revolucionarios. Pero el flamante Gobierno Revolucionario hizo caer sobre sus cabezas todo el peso de la nueva justicia marxista-leninista.



Sin contemplaciones, tierras, conventos, seminarios, escuelas --incluidos el santiaguero colegio de Belén, donde estudiara Fidel, y la flamante Universidad de Santo Tomás de Villanueva en Marianao--, asilos de ancianos, cuentas bancarias, casi todos los bienes y fueros la Iglesia los perdió en un abrir y cerrar de ojos. Simbólicamente, el antiguo convento de Villa Marista en La Habana pasaría a ser el cuartel general de la Seguridad del Estado hasta el sol de hoy.

Ya ruidoso, el conflicto Gobierno-Iglesia registró sus máximos decibeles en marzo de 1966 al ser detenido en la iglesia habanera de San Francisco, donde se acogiera a sagrado después de --según la versión oficial-- "asesinar a sangre fría" al copiloto y al custodio que le impidieron secuetrar un Il-18 de Cubana de Aviación. Durante décadas se boicotearon todos los intentos del Vaticano por reponer o aumentar el número de monjas y sacerdotes.



Y lo que es peor, el triunfo y la veloz expansión del imaginario castrista por Sudamérica trajo en su tren la instalación en la mismísima Basilica di San Pietro de la peor herejía del siglo XX: la Teología de la Liberación, entronizada en la Cittá Santa por las controvertidas bulas de
aggiornamento. Mal concebida y oportunista, aquella puesta al día con el mundo moderno impulsada por el Concilio Vaticano II (1962-1965) buscaba en el fondo una doble reajuste de los dogmas eclesiales con la Teoría de la Convergencia, a la sazón en ascenso en el Primer Mundo, por un lado, y con el auge de los movimientos de liberación en el Tercer Mundo, particularmente bajo la tendenciosa batuta de La Habana en América Latina, por el otro.

Pero en eso llegó Karol Woytila y mandó a parar el relajo misional. Con un inapelable golpe de báculo hacia la ortodoxia catolica, restituyó los postulados ideológicamente equidistantes (entre socialismoy neoliberalismo) de la añeja encíclica de Leon XII
Rerum novarum (1891) y, so pena de excomunión, llamó a los pastores degaritados de vuelta al redil.

Sin vacilar, purgó a la Compañía de Jesús, plagada de curas de sotana roja; amonestó en público ("Usted tiene que arreglar sus asuntos con la Iglesia") al sacerdote Ernesto Cardenal, ministro de Cultura sandinista; y le cortó las alas al díscolo teólogo brasileño Leonardo Boff, anatematizándolo en dos ocasiones. (Foto de al lado: Woytila amonestando a Ernesto Cardenal en el aeropuerto de Managua en 1983.)

Una vez echado abajo, con su ayuda y la del trío Reagan-Gorbachov-Yeltsin, el Muro de Berlín, yugulado el desafío ideológico del Kremlin y extinguidos los focos guerrilleros en Centro- y Sudamérica, Juan Pablo II vuela a la Isla en enero de 1998. Alberga sin duda la loca ambición de anotarse el mérito adicional de haberle asestarle el tiro de gracia espiritual al último reducto del socialismo real en Occidente.

Las esperanzas subversivas que el Pontífice llevaba
in pectore no se cumplieron. Mission impossible en ese aspecto. Empero, su lema de "Que Cuba abra al mundo y que el mundo se abra a Cuba" --donde tanto él como los lobos y ovejas del rebaño insular sobreentendían que la cerrada a cal y canto era Cuba-- no sólo aumentó el predicamento de la Iglesia, sino que insufló esperanzas a los pastoreados, marcando un antes y un después en su lento proceso de toma de conciencia de la anomalía totalitaria.

Sin contar, desde luego, el tácito concordato en virtud del cual la Iglesia recuperó parte de sus antiguos fueros. A cambio, el castrismo vio remozada su carcomida fachada internacional. Sacando la cuenta en total, el balance final arrojó un saldo decente. Fue aquél un
quid pro quo (latinazgo por trueque, toma-y-daca) mutuamente ventajoso, donde acaso por primera vez en política exterior "nuestro pueblo" tampoco salió con las manos vacías.

Amén de que sirvió para romper el hielo, para poner fin con un matrimonio de conveniencia a una ya larga historia de desamor entre el Palacio de la Revolución y la Basílica de San Pedro. Hay que reconocer que Woytila tensó la cuerda, que hizo todo lo que pudo durante su visita pastoral. Y lo que es más digno de encomio: hasta su muerte en 2005 mantuvo el pulso con Fidel Castro, sin ceder el, aunque escaso, precioso terreno ganado en buena lid durante su memorable visita.



Pero, como dice el refrán, "la fiesta en casa del pobre dura poco". Por desgracia, entre la humareda blanca provocada por la incineración de los votos de los 115 cardenales reunidos en clausura para elegir al nuevo titular de la Santa Sede, el 19 de abril de 2005 apareció en la ventana con los brazos abiertos la silueta del cardenal Joseph Ratzinger.
Habemus Papam!, clamaron a una voz --no exenta de fina ironía despectiva-- los periódicos laicos alemanes.

Habiendo fungido el elegido hasta ese pintoresco instante como prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe (antiguo Santo Oficio), cargo para el que fue designado por Woytila, y personaje constantemente tildado de
ultrareaktionär por la odiosa progresía aborigen, creyó el Abicú que él y sus correligionarios también tenía Papa.

Craso error y pronto desengaño. Demasiado empalagosas las sonrisas de Benedicto XVI, pujadas sus caras de mosca muerta, cursis sus esfuerzos por borrar su fama de dogmático. Del "¿Hum..., hum?" con el mentón en la mano fui saliendo a remolque de las primeras señales negativas provenientes de la silla de Pedro.

Para no alargar el cuento, a raíz del autoanuncio de su paso in extremis por el quirófano pasó de castaño oscuro el llamado eclesiástico a "orar por la salud del Comandante en Jefe", hecho por un episcopado que nunca se ha dignado hacer otro tanto por los opositores fallecidos detrás de las rejas, en régimen de libertad vigilada o en el exilio. Por más ser humano que fuese el Magno Paciente, aquella deferencia especial de la curia hacia el poder era irritante.

Y reveladora de una resuelta reorientación diplomática del Vaticano a favor del statu quo en la Isla. Por fin, los términos del nuevo trato con La Habana salieron a la luz pública con el cierre, oficialmente por una pretendida falta de recursos, de
Vitral. Editada por la diócesis de Pinar Del Río justo hasta el cambio de obispos en esa provincia, la revista contestataria era una espina en el ojo del Gobierno, pues millares de ejemplares mimiografiados de cada edición eran distribuidos en las iglesias del país.

Cabe recordar aquí también el cordial, cuasi suplicante regaño del clero local por la golpiza y terapia con gases urticantes, previa ruptura de la puerta a patadas, a un grupo de disidentes en el interior de una iglesia santiaguera (Santa Teresita) el pasado 17 de diciembre. Crimen de los disidentes arrestados: solicitarle al párroco mención durante la misa del nombre del preso político Gerardo Sánchez Ortega.

Tal era el panorama antes del reciente paso por la Isla de monseñor Tarcisio Bertone, secretario de Estado del Vaticano. Con su presencia, lo que no pasaba de un discreto escándalo se ha convertido en despelote abierto. Por órdenes del
maledetto Benedetto --"maldito Benedito", así le dicen aquí a Benedicto XVI--, el camarlengo en persona ha venido expresamente a darle el espaldarazo de Roma al recién investido heredero al trono castrista.



Y lo ha hecho de manera tan poco diplomática que se diría que el Vaticano apuesta sin reservas por el continuismo castrista. No es del todo así, claro. Lo que ocurre es que Benedicto XVI ha decidido apelar al recurso más socorrido en el mundo occidental para granjearse las simpatías de un progrerío que, como requisito sin el cual no para quererlo, le exige abolir el celibato y el concepto de la infalibilidad papal; permitir el sacerdocio femenino, el aborto, el cambio de sexo a voluntad, el matrimonio homosexual con derecho a adopción...

Tabúes distintivos que el catolicismo no puede romper sin perder su identitaria razón de ser frente al protestantismo. Coherentemente, por intermedio de su camarlengo o ministro del Exterior, Joseph Ratzinger recurre a la panacea diplomática universal de la hora contra el sambenito de "carca": hincar rodilla en tierra por una sucesión castrista sin disturbios y clamar a voz en cuello por el levantamiento del embargo. Nada de incordiar a Raúl exigiendo amnistía para unos prisioneros de conciencia (basta con que La Habana los canjee a discreción con Madrid) que no han asaltado ningún cuartel; o bien invocando sin ambages la primacía de los derechos humanos sobre los económicos, sociales y culturales.



Parecida a
nuestra República Socialista, la Iglesia Católica es un Estado piramidal donde el jefe gobierna vitaliciamente por designio de un dios todopoderoso. En Roma el derecho divino proviene de Jehová; en la Isla --como acabamos de ver en la paradójico ucase del nuevo presidente a la Asamblea Nacional--, de Fidel Castro, Guía Espiritual endiosado en vida a quien habrá que consultarle las decisiones trascendentales incluso a título póstumo. Transmitidas por el camarlengo, las instrucciones de Benedicto se acatan en la curia insular por aclamación, igual que las del Magno Paciente a la nomenclatura por unanimidad o casi.

Si no le creen al Abicú,
liberal más recalcitrante que aquí como en todas partes da una visión sesgada (a la banda derecha) del acontecer en la Isla, juzguen por la monolítica coherencia de estas citas del jefe de la diplomacia del vaticano, de monseñor Jaime Ortega y del pronunciamiento de los obispos de Cuba ante la elección de Raúl Castro, todas ellas bastante ladeadas también, pero a la izquierda pop:

Obispos de Cuba: En nuestra oración incluíamos una petición a Dios nuestro Señor para que nada perturbara el bien superior de la paz en nuestra nación. Hoy queremos dar gracias a Dios porque esa paz posibilitó, en su momento, que las más altas autoridades del país invitaran a trabajadores, estudiantes y pueblo en general a debatir los problemas más urgentes de toda índole que afectan a nuestro pueblo. El llamado instaba a que esto se hiciera con claridad y valentía.

Bertone: ...mucho desarrollo, he visto relaciones positivas, cordiales, la voluntad de superar las dificultades, de enfrentar los problemas de conjunto.



Cardenal Jaime Ortega: No podemos tener una actitud de espectadores, de meros analistas. [...] Que haya siempre en nosotros amor a la patria, que no haya --a pesar de las diferencias ideológicas y los problemas que esta realidad ha
suscitado, algunos de ellos dolorosos...-- un desentendimiento del
católico de la vida social.

Bertone: La Santa Sede confirma exactamente las palabras de Juan Pablo II [el embargo como "éticamente inaceptable"] es una opresión para el pueblo cubano y una violación de su independencia. El Vaticano hace tentativas de impulsar a Estados Unidos a eliminar este "bloqueo".

Bertone: He encontrado muchísimos jóvenes entusiastas [...] Esos son los hombres del futuro que luchan por la independencia de Cuba, de todo poder opresivo externo, también interno.

Bertone: ...Edificar una civilización en donde la mentira, la injusticia, la opresión o la violencia sean derrotadas por la fuerza del perdón y la verdad. [...] No faltarán contrariedades y problemas. [...] No a devolver mal por mal, sino a ofrecer a nuestros semejantes lo mejor que tenemos [...] Conmoverse ante las desdichas de los demás.

Bertone: Las circunstancias podrán cambiar, lo que debe permanecer inmutable es nuestra identificación con los sentimientos y las actitudes de Jesús.

Bertone: No hemos pedido una amnistía, [sino] gestos buenos como los que se han hecho en el tiempo de Juan Pablo II y como los que se han hecho este mes. [...] La liberación de prisioneros es un acto positivo que ayuda a la futura reconciliación y supone signos de esperanza.



Bertone: Los elegidos en la nueva Asamblea y el Consejo de Estado intentan hacer el bien. [...] Escuchar las aspiraciones del pueblo, sobre todo de los jóvenes, y responder con iniciativas propias, favorables.

Nota de los obispos: Como lo hicimos en Navidad, queremos también ahora renovar nuestros votos de confianza y con esperanza cristiana formular estos deseos al presidente, Raúl Castro, al Consejo de Estado y a la Asamblea Nacional del Poder Popular.

Nota de los obispos: ...tenga [Raúl] la luz de lo alto para llevar a debate con decisión esas medidas trascendentales que sabemos deben ser progresivas, pero que pueden comenzar a justificar desde ahora las ansias e inquietudes expresadas por los cubanos.

Inauguración del monumento a Woytila en Santa Clara, recibimiento por Raúl en persona, paseo por La Habana Vieja, lectura de un comunicado religioso en la tele... Qué duda cabe, el camarlengo ha roto lanzas por la Sucesión, y ha sido regiamente recompensado. El Vaticano pone todas sus esperanzas en el viejo Delfín Coronado. No por gusto, en reciprocidad, Felipe Pérez Roque, homólogo del camarlengo, recalcó en conferencia de prensa conjunta los siguientes aspectos del concordato entre el Palacio de la Revolución y Santa Sede:

El mayor reto, el mayor riesgo y el mayor peligro que el pueblo cubano, incluidos los creyentes católicos, los creyentes cristianos, los fieles de todas las religiones que hoy están establecidas en nuestro país, el mayor riesgo que todo nuestro pueblo enfrenta deriva hoy de la amenaza exterior, deriva de la amenaza de la presión externa, el bloqueo económico, la política de agresiones contra nuestra patria.

La afinidad con el Papado que, haciendo causa común con la alta nomenclatura castrista, heredera de la sacarocracia negrera del siglo XIX, en detrimento de su obstinada feligresía, vuelve a poner sus intereses estatales por encima de los religiosos, apenas puede ser más completa. Para colmo, hoy cuando la opresión en la Isla es infinitamente mayor, cuando no hay sociedad civil ni alternativa pacífica siquiera en lontananza, la curia romana excomulga a priori a cualquier cátaro anticastrista proclive a la violencia, llamando a la concordia y la paz social.

De buenas intenciones están pavimentados los caminos del infierno. Paradójico aprendizaje histórico de la justicia pontificial. A no ser que el Vaticano esté jugando aquí en secreto el as de triunfo dialéctico, axiomático, de la teología cristiana para dejar sin efecto los argumentos de herejes metafísicos como el Abicú. Me refiero al pasaje bíblico que reza así:
"¡Oh, profundidad de las riquezas de la sabiduría y de la ciencia de Dios! ¡Cuán insondables son sus juicios e inescrutables sus caminos!"

Apuntémonos heréticamente a esa ultima ratio teologal. A ver si algún día esos pilluelos multicolores que en la foto chapotean en un charco hediondo pueden hacerlo en una piscina pública como Dios manda. Y se resuelve nuestro problema número uno. A saber, el inveterado rejuego de que el Gobierno haga como que paga y la gente como que trabaja, abordado en The Cuba Raul leads (pinche ahí para acceder a la videoteca de CNN).

Por lo visto, oído y leído durante esta tercera estancia del camarlengo Tarcisio Bertone en el feudo insular de los hermanos Castro, es más rentable apostar al lezamiano "azar concurrente" que ponerse a esperar que se cumpla el Odu o Letra de la Sucesión implícito en el mensaje unánime de los nada sibilinos ministros del Espíritu Santo en La Tierra.

Sunday 24 February 2008

Raúl Castro es el nuevo presidente

Se afianza la vieja guardia

Por Jorge A. Pomar, Colonia

La Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP) ha confirmado el pronóstico más popular entre los cubanólogos del mundo entero. Y para que nadie lo ponga en duda,
Granma Internacional Digital, organo central del Partido Único, ha dado a conocer el nuevo organigrama estatal resultante, a todos los efectos nominales y representativos, de las votaciones efectuadas a puerta cerrada en el Palacio de las Convenciones. El parte oficial en síntesis:

Presidente del Consejo de Estado (CE) y de Ministros: general de ejército Raúl Castro Ruz (76 años), ministro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR).


Primer vicepresidente: José Ramón Machado Ventura (77), cofundador de Buró Político del Partido y la Asamblea Nacional.


Vicepresidentes del CE: Comandante de la Revolución Juan Almeida Bosque (80), miembro del Buró Político; general de cuerpo de ejército Abelardo Colomé Ibarra, alias "Furry" (68), ministro del Interior; general de cuerpo de ejército Julio Casas Regueiro (72), viceministro primero de las FAR y director de la corporación GAESA; Esteban Lazo (63) y Carlos Lage Dávila (56), miembros del Buró Político.
Secretario: José Millar Barruecos, alias "Chomy" (75).


Presidente de la ANPP: Ricardo Alarcón Quesada; vice: Jaime Crombet Hernández-Vaquero.


A fuer de sincero, admito de entrada que me he llevado un par de sorpresas. Cierto, la posibilidad de que --dondequiera que se haya cocido esta ropa vieja vicepresidencial, que de seguro fue antes de este domingo y en cualquier sitio menos en el Palacio de las Convenciones-- de que Raúl Castro y su tecnocracia cuartelaria acabasen reafianzando su agarre en el mango de la sarten estaba sobre el tapete.

Pero a este Abicú jamás le pasó por la mente que, con el ascenso del Casas Regueiro en lugar del influyente comandante de la revolución Ramiro Valdés --el hombre que "le metió el pie" a Raúl a raíz de la proclama de Fidel sobre el traspaso provisional de poderes en 2006--, hoy habría dos generales al frente del CE.

La verdad es que no pensé que el impetuoso Ramirito, rival histórico de Raúl, quedara fuera de la plantilla mayor. Por otro lado, obligada por su valor de símbolo racial, la permanencia del reformista Almeida, quien congenia mejor con Raúl, es una manera de limar asperezas con la vieja guardia guerrillera. (Pinche para ver New Cuban president, primer vídeo sobre la sesión disponible en la videoteca de CNN.)

Con la sopresiva promoción de Machado Ventura (foto de al lado) a número dos nominal y la permanencia de Esteban Lazo (dos hombres de tan desigual cacumen como color de piel: el negro, con fama de bruto y nada resolutivo; el blanco, astuto y con tendencia a tomar decisiones por iniciativa propia, como cuando en 1980 mandó parar en Ciudad de La Habana los actos de repudio a los aspirantes a fugitivos del Mariel, salvando al Abicú de un seguro proceso disciplinario por haber protestado contra esos pogromos en el núcleo del Partido del Ministerio de la Industria Básica, más conocido por "El Convento"), el Hermanísimo sale bastante fortalecido frente al desafío de los molestos talibanes, relegados a un segundo plano decreciente.

La estrella ascendente de Carlos Lage ha tocado techo, entrando sin la menor duda en abrupta fase de eclipse después de haber sido candidato de mediática fuerza a la primera magistratura del totalitarismo castrista. Dicho en buen criollo, los veteranos "se lo echaron" sin contemplaciones. Por su parte, Alarcón, en franca picada en los indicadores de simpatía popular desde su cantinflesco performance en la Universidad de Ciencias Informáticas (UCI), salvó "en tablitas" su cargo de maestro de ceremonias de la ANPP.

Aunque hasta el momento aún no se han dado a conocer los nombres de los otros 23 miembros, supongo que ni el sangrón de Pérez Roque, titular de Relaciones ni tampoco el de un tiempo a esta parte perezrroquizado Abel Prieto, ministro de Cultura, hayan pegado el salto con garrocha al segundo (el primero sigue siendo el Buró Político) gremio del poder castrista.

En suma, contra lo esperado el primer efecto de este traspaso parcial de poderes ha sido una consolidación de la gerontocracia ejecutiva en la Isla. No me voy a poner a hacer los cálculos a estas horas de la madrugada, pero seguro estoy de que la edad promedio de los vices ronda la del presidente. (Nota al pie: no hubo ascensos femeninos.)

Siendo la edad de calendario un índice relativo, no es cuestión de reclamar aquí un cambio generacional, habida cuenta de que los talibanes, todos ellos carentes de sentido del humor y del ridículo, son temperamentalmente más vetustos que los veteranos del Santo Grial castrista. Nada de paso de antorchas a una nueva generación afecta de una rabiosa senilidad prematura.

Me sorprende también notar un cambio de tono en ciertos pasajes del discurso de toma de posesión de Raúl, al parecer dirigido hacia las voces protestantes dentro de las filas revolucionarias, como las de los estudiantes de la UCI, pero no sólo (Granma, "dircurso íntegro"):

Es cierto que también hay personas que hablan antes de informarse; que demandan sin valorar si dicen algo racional o descabellado. Coinciden, como norma, con quienes reclaman derechos sin jamás mencionar deberes. Como dijo Fidel en su reflexión del 16 de enero: “esperan milagros de nuestra porfiada y digna Revolución”, concluyó. (Foto de al lado: Esteban Lazo y Casas Regueiro.)

No les negamos el derecho a expresarse, siempre que sea en el marco de la ley. Ante un planteamiento de ese tipo no podemos ser extremistas, pero tampoco ingenuos. Cuando lo motiva el desespero ante una dificultad personal o es provocado por la falta de información, debemos ser pacientes y brindar los argumentos necesarios.

Pero si alguien lo que pretende es presionar con afán de protagonismo o animado por la ambición, la demagogia, el oportunismo, la simulación, la autosuficiencia u otra debilidad humana de similar carácter, hay que enfrentarlo resueltamente, sin ofensas, pero llamando las cosas por su nombre.

¿Preludio de los autos de fe predichos el Abicú como señal de cambio? Además, como parte de mis chapisteos a la mañana siguiente, incluyo el dato significativo de que Raúl ha cedido la plaza de ministro de las FAR al general Casas Regueiro.

Históricamente, aunque Casa Regueiro sea hombre de su máxima confianza, el retiro del clan de los Castro del alto mando pone a Raúl, salvando las enormes diferencias, en situación similar a la del general Fulgencio Batista cuando se postuló para la presidencia en 1939.

Sobre todo porque el sustituto es visto por los militares como lo que realmente ha sido a lo largo de toda su carrera: más un general de oficina climatizada que de campo de batalla. Raúl era un primus inter pares; Casa Regueiro, un igual entre iguales mirado por encima del hombro por la élite guerrera. A los ojos de la oficialidad subordinada, la merma aquí es tanto de legitimidad dinástica como histórica y profesional. En ausencia de Fidel y Raúl por muerte o inhabilitación facultativa...

Por otra parte, la designación de Raúl como jefe de Estado y Gobierno indica que no hay la intención de contornar la cláusula excluyente de la Ley Helms-Burton (veta de antemano a los hermanos Castro como interlocutores de la Casa Blanca en cualquier futura negociación bilateral) para viabilizar el diálogo interestatal con miras al levantamiento de lo que resta del embargo. O sea, apenas la prohibición de financiar exportaciones cubanas y las restricciones de viaje. Visto que las importaciones de productos de la arruinada Isla, que ahora mismo compra al contado hasta azúcar made in USA.

Con todo, la novedad más positiva dentro de un esquema de descentralización similar al soviético durante la interfase Stalin-Jruchov- Breznev, consiste en que, a grandes rasgos, los cambios introducidos en el organigrama estatal conllevan un primer replanteo colegial de la dirección del país. Es un salto cualitativo. Pararé las orejas en las próximas semanas, a ver qué hay con eso. (Foto de al lado: de izq. a der., Ramiro, Pérez Roque y Alarcón. ¿Perdedores?)

Por lo demás, en vísperas del cónclave ya el Magno Paciente se había encargado de arrojarles a tiempo otra inequívoca retranca entre las piernas a Raúl y sus incondicionales con una frase que no deja lugar a duda en cuanto a la nitidez de los fugaces rayos de luz que iluminan su cerebro en desarreglo: "¡Cambio!, pero en Estados Unidos. Cuba cambió hace rato y seguirá su rumbo dialéctico".

Y ni tonto ni perezoso, su obediente hermano menor se lo ha recordado a sí mismo y a todos los demás. Sus primeras palabras después de la ceremonia de investidura: "Asumo la responsabilidad que se me encomienda con la convicción ... de que el Comandante en Jefe de la Revolución Cubana es uno solo: Fidel es Fidel". Sí, todo indica que Raúl (foto: con Almeida, Machado Ventura y Lage) y la tecnocracia militar han salido ganando y las agujas apuntan hacia una futura versión criolla de la vía china.

Mandan, pues, el Comandante en Jefe, las FAR y el Partido, por ese orden, mientras que la ANPP queda para los puros trámites y el papeleo legislativos, igual o más que antes. Para disipar cualquier duda acerca de la cadena de mando, Raúl "Solicitó y aprobó la Asamblea que las decisiones de especial trascendencia para el futuro de la nación, sobre todo las vinculadas a la defensa, la política exterior y el desarrollo socioeconómico del país, se le permita continuar consultándolas al líder de la Revolución, el compañero Fidel Castro Ruz". O sea, punto menos que todos los asuntos de Estado y el Gobierno.

He aquí un pasaje interesante del discurso de Raúl: "Existen cuestiones cuyo estudio requiere tiempo, ya que un error motivado por la improvisación, la superficialidad o el apresuramiento, tendría consecuencias negativas considerables". Seguido de nueva referencia a las "Reflexiones del compañero Fidel", se presta a especular que existe un segundo paquete aperturista de mayor calado que en vida el Guía Espiritual no estaría dispuesto a tolerar bajo ningún concepto. Dicho de otro modo, Raúl parece estar pidiendo ahí veladamente comprensión para un, por ese motivo, ineludible compás de espera.

De suerte que, a buen seguro, el renqueante, chirriante, subrepticio tren de las reformas no se alejará del patio de maniobras mientras el Magno Paciente pueda seguir apretando a discreción la palanca de freno desde su lecho de muerte. Y en lo que llega el despeje biológico de la ecuación posfidelista, doña Naturaleza y su consorte ocasional el Azar nos darán algunas sorpresas más fuera de cálculo.



Por lo pronto, el imprevisible paréntesis de la Regencia acaba de arrancar con la solemne promesa del Delfín Coronado de eliminar parte del "exceso de prohibiciones y trabas burocráticas" tan pronto como en las próximas semanas. Algo es algo, para ir haciendo boca, entre algún que otro previsible Muerto Grande de charada y el siguiente, a la espera de las Magnas Exequias...

La segunda muerte de Jorge Mas Canosa

"Pepe" Hernández entierra por enésima vez al fundador de la FNCA

Por Jorge A. Pomar, Colonia

Mas Canosa senior (1939-1997, foto de al lado), encarnación del
self made man, el líder político que más ha hecho por unir a la comunidad cubanoamericana, levantarle la moral e insuflarle la confianza y voluntad identitarias imprescindibles para ganar amigos e influencias en Washington sin hacer concesiones de principio a la política local ni chocar con los fundamentos de la Union, dejó una obra inconclusa en manos de su hijo Jorge Mas Santos, Francisco "Pepe" Hernández, actual presidente de la Fundación Nacional Cubano Americana (FNCA) y otros futuros apóstatas contumaces.

A estas horas Mas Canosa debe de estar revolviéndose en la tumba. Por un lado, no vivió lo suficiente para asistir a la actual agonía biológica del castrismo. Es lo de menos. Lo de más es que, apenas habíase secado su cadáver en la fosa, la FNCA se escindió irremediablemente. Ya desde entonces la ejecutiva actual, su hijo incluido, dio señales inequívocas de que en lo sucesivo renunciaría al mantra del difunto: "...El exilio cubano tiene que persistir, obsecadamente, con terquedad, con vehemencia y con apasionamiento patriótico, en la lucha por reconquistar las libertades patrias''.

Los sobrevivientes acuden al ocaso del castrismo divididos en dos bandos antagónicos. Por un lado, hace unos días Ninoska Pérez-Castellón, ex vocera de Mas Canosa, quien se mandó mudar en 2001 después de constantes rifirrafes, declaró: "Tenemos un sabor agridulce porque queríamos ver a Fidel Castro fuera del gobierno, pero la realidad es que hay un continuismo. [...] Habrá un cambio en Cuba cuando haya elecciones libres, cuando haya libre expresión y libertades políticas. Cosa que no podemos esperar que suceda con este gobierno".
Honorable postura que comparto sin resquicios y contrasta con la del actual chairman de la Junta Directiva.

En entrevista hodierna con el diario español
ABC (pinchen ahí para que no se diga que lo cito fuera de contexto) , "Pepé" Hernández no para mientes en hacer las siguientes declaraciones:

“Es histórico que un dictador decida retirarse por voluntad propia. [...] Para bien o para mal, en Cuba ha comenzado una transición. [...] La muerte de Castro ya será algo anticlimático. Todo está planeado y medido. [...] Tampoco es posible una rebelion popular, pero sí podría producirse una inestabilidad social que, antes, la personalidad de Fidel Castro bastaba para controlar. [...] El cambio no tiene por qué ir hacia la democracia necesariamente: eso lo decidirá el pueblo cubano. [...] Hemos podido tener contactos, de manera discreta, con mucha gente dentro del régimen, y es la que nos da mayor esperanza de que esto pueda producirse”.

Tan laxa es su obsecuencia con el sector reformista del régimen que la actual Junta Directiva ha logrado lo que Mas Canosa jamás se propuso ni le hubiera sido concedido, a saber, intercambiar confidencias con sectores leales al Gobierno que en realidad no pueden ser otros que los instigadores de los voceros oficiosos del raulismo que hemos venido escuchando esporádicamente de un tiempo a esta parte.

Pero donde mejor se pone de manifiesto su abandono total del canon mascanosista es en el remate de la entrevista. “Pepe” Hernández (foto de al lado) se quita el antifáz y descubre, por un lado, una ruptura total de la FNCA con el legado del fundador que abarca la toma de partido a priori, dogmática, a favor de los demócratas y en contra de los republicanos.

Fe de ello da el apoyo a candidatos cubanoamericanos de filiación demócrata en contra de representantes y senadores anticastristas. Por el otro, revela a las claras la finalidad de cavar un foso (de ingratitud) entre el llamado exilio histórico y las últimas oleadas de inmigrantes, movilizando a aquellas contra éste alrededor de trivialidades como el derecho a sobrevolar más a menudo el estrecho de la Florida de vuelta a la Isla.

Tercer objetivo, más mezquino todavía: excluir al exilio en su conjunto de cualquier participación en los cambios que tengan lugar en Cuba. Al dar por no “posible una rebelión popular”, se desprende que los prefiere pacíficos y graduales. Lo cual no estaría mal para ser un deseo, si no fuera porque convoya su magnanimidad con la afirmación rotunda de que, “para bien o para mal, en Cuba ha comenzado una transición”. Así que, si aún no lo sabían, entérense de una vez: ya marchamos por el camino correcto rumbo al luminoso futuro.

(Será por eso que, al sintonizar Cubavisión esta tarde a las 16 horas (10 de la mañana en Cuba) me tropecé con la otra cara de la luna de Silvio Rodríguez ocupando el lugar del hemiciclo parlamentario donde ahora mismo empieza cocerse el porvenir insular sin la presencia del Comandante en Jefe.)

Fíjense que una la palabra “transición” , no sucesión. En cuanto a eso de la execpecionalidad histórica de que un dictador “decida retirarse por voluntad propia”, deja ver no sólo la supina ignorancia de este señor en la materia sino también su increíble capacidad para distorsionar la realidad, que llega al extremo de ignorar los motivos alegados por el propio Magno Paciente.

Léanle el liliputiense pensamiento: “El exilio ha cambiado sustancialmente, sobre todo en el aspecto demográfico. Desde el 96 han llegado unos 400.000 cubanos nuevos en edad, nuevos en experiencia, que dejan atrás unas relaciones familiares muy cercanas y muy diferentes a las que pudo tener el llamado exilio histórico.Gente con más conciencia de la realidad dentro de Cuba, que nos han hecho ver que no es nuestra responsabilidad salvar al pueblo cubano; ese papel lo tiene que desempeñar la gente dentro de la isla”.

Como si haber aguantado durante más tiempo sin revelarse fuese algún mérito de cara a unas futuras elecciones democráticas pluripartidistas, único recurso a disposición de la ciudadanía para decidir el futuro de su país. ¿Olvida “Pepe” Hernández el dato incontrovertible de que las propias leyes y autoridades castristas impiden a cualquier exiliado renunciar a la nacionalidad cubana?

Coincidiendo con la sesión inaugunar de la Asamblea Nacional, “Pepe” Hernández entierra por enésima vez a Mas Canosa y pone a la FNCA a la par de su igualmente socavada desde dentro y venida a menos Asociación Encuentro de la Cultura Cubana (AECC).

De la flamante Federación Española de Asociaciones Cubanas (FECU) y su larrinaguense propuesta de “levantemos todos las manos de los demás”. Como si no bastara con levantar cada uno la suya mejor no hablar. (No en balde Zoé Valdés se desmarcó públicamente de ese bluff persistente.) En fin, con tales abogados no nos hacen falta fiscales. Menos mal que existen otros...

El mejor actor del siglo XX

Por Manuel Díaz Martínez, Gran Canaria

[Presidente del jurado que premio el célebre poemario inconformista de Heberto Padilla en 1968, promotor y firmante de la Carta de los Diez en 1991 y, lo que es peor, padre espiritual del Abicú, el poeta (foto de al lado) exiliado en Las Palmas desde 1992 adelanta epitafio sui generis a Fidel Castro. Tomado del blog homónimo del autor.]

Fidel Castro, a cincuenta años de su arribo al gobierno, se ha jubilado de presidente de los Consejos de Estado y de Ministros y de Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas. Pero en la carta de dimisión no menciona su cargo de secretario general del Partido, el puesto más decisivo en la estructura de poder de un régimen comunista. ¿Significa esto que se fue pero no se va? Desde que delegó en su hermano Raúl, hace año y medio, en Cuba todo ha permanecido inmutable. Y nada fundamental ha de moverse en la Isla mientras Él, el Supremo, pueda hablar por teléfono.


Si a un dictador se le mide la categoría “profesional” por el alcance de su poder y la duración de su mandato, a Fidel Castro no se lo puede calificar de mediocre: ha estado medio siglo haciendo lo que ha querido con Cuba y los cubanos y, además, influyendo en la política internacional desde el pequeño país que lo padece. Trágica ha sido para los cubanos la altísima calidad de Castro como profesional del totalitarismo, calidad debida a su admirable astucia política y a su total falta de escrúpulos.

Cuando estaba en la Sierra Maestra y cuando se estrenaba como gobernante, su ideario, contenido en el Programa del Moncada y en sus soflamas de entonces, era el de un socialdemócrata. Después se declaró marxista-leninista y se alió con la Unión Soviética, y a partir de ese momento condujo la revolución hacia el estalinismo.

La Unión Soviética lo respaldó económica y militarmente, garantizándole la existencia del modelo totalitario que le ha permitido practicar sin limitaciones el caudillismo de izquierda que con tanto éxito mediático ha venido protagonizando.

Castro jamás se ha equivocado en su contra. Quiso ser el dueño del país y lo consiguió sin cometer ni un solo error. Lo más dañino para Cuba de cuanto ha hecho es haber establecido un sistema rigurosamente autocrático, en el que su voluntad ha sido la primera y la última instancia de poder. Así, la inteligencia y la iniciativa personal del ciudadano, o sea, la fuerza creadora de la nación, quedó abducida por el líder omnímodo, cuyo nombre ha llegado a fundirse simbólicamente con el del país. No olvidemos la aberración, mundialmente generalizada, de que discrepar de Castro significa situarse contra Cuba. Por supuesto, un régimen de estas características sólo se construye mediante el falseamiento de la realidad, la divinización del adalid y la coacción sin límite.

Por el mundo circula la creencia de que hay dictadores malos, como Pinochet, porque son de derecha, y dictadores buenos, como Castro, porque son de izquierda, y esta tontería forma parte del conjunto de factores que determinan la tibieza con que la comunidad internacional ha reaccionado ante la violación de los derechos humanos en la única nación con dictadura que existe en América Latina.

Sólo cuando en Cuba se ha cometido un abuso espectacular, como el encarcelamiento masivo de opositores pacíficos en 2003 y el fusilamiento ese mismo año de tres muchachos negros que secuestraron un bote, la comunidad internacional ha reaccionado enérgicamente, hasta que al cabo de unas horas ha vuelto a fijarse más en los talibanes detenidos en la base yanqui de Guantánamo que en los demócratas presos en las infectas cárceles de “la Cuba revolucionaria”.

Desde el triunfo de la revolución, es la primera vez que Castro no está visible ni ejerciendo, oficialmente, el poder. Esta novedad traza la frontera, por el momento sólo psicológica, entre un antes y un después en Cuba. Que esta frontera deje de ser un sentimiento o una expectativa y se convierta en un hecho objetivo depende de que Castro desaparezca. Sin Castro será imparable la descomposición del régimen, primera etapa del proceso de transición.

Ahora que pende sobre el sepulcro, los cubanos podemos decir que Castro nos despertó con un sueño y nos abandona con una pesadilla.

Una periodista brasileña me preguntó recientemente qué era, en mi opinión, Fidel Castro: ¿un estadista, un líder, un dictador? Le respondí sin ironía: el mejor actor del siglo XX.

Thursday 21 February 2008

Little Little Havana is Changing

De revoluciones trabajando para el inglés

(Versión precisada y aumentada)

Por Jorge A. Pomar, Colonia

O, gracias al esfuerzo de los cubanoamericanos, más pan con sueño americano para todos los inmigrantes iberoamericanos también en la Pequeña Pequeña Habana (Union City, New Jersey), que
igual que Miami está cambiando, ha estado siempre cambiando para mejor a ritmo de vértigo desde el arribo en masa de la primera oleada de fugitivos del castrismo en 1959. (Foto: Union City.)

Contra el cliché eurooccidental de los bad Cubans cayendo como una bandada de buitres sedientos de venganza sobre la Brave Island of Liberty and Hope, los exitosos habitantes de Union City, Tercera Capital de los Cubanos, que en conjunto con La Florida producen más de 25 veces el PBI de la Isla, han preparado condiciones óptimas para el arribo de nuevas oleadas de latinos. Especialmente, venezolanos de clase media, que aterrizan cada semana en el Miami o Nueva York para elegir entre ambas ciudades y quedarse en una, o en las dos a la vez, con su know-how y sus tarjetas de crédito.

Un proceso destinado a consolidar la creciente fama de la villa como capital cultural de América Latina y --tan pronto rompa en la Isla la transición a la democracia- a convertir al eje Miami-Habana en el polo turístico número uno del planeta. Un gigantesco proceso de integración de la cultura anfitriona anglosajona con la cultura huésped latina que, a juzgar por los entrevistados en el vídeo del
Little Little Havana is Changing (pinche ahí para ver el vídeo), tiene lugar con poco trauma.

Con la particularidad de que, tanto en Little Havana (Miami) como en Little Little Havana los cubanoamericanos hacen ahora las veces de main stream en el melting pot para los sudamericanos. Con unos 70 habitantes, Union City aventaja a Miami --en verdad, un reparto residencial hipertrofiado-- en las preferencias de los inmigrantes cubanos por una peculiaridad dilecta a nuestra idiosincracia: es la ciudad más densamente poblada del país. Y a nosotros nos gusta la juntera, el calor humano. Único handicap: el frío norteño.



De ahí que Miami siga siendo the next best the next best thing to home for close to 60 percent of the one million Cuban exiles living in the United States. Lo afirmaba ya hace 15 inviernos un tal Mr. Pérez, vecino de la Pequeña Pequeña Havana, en un muy recomendable artículo del NYT titulado Union City and Miami: A Sisterhood Born of Cuban Roots. (Pinche sobre el título para leerlo.)

Da gusto ver la agilidad con que se urbaniza y diversifica esta antigua aldea-balneario de La Florida donde, al esfuerzo de varias generaciones de inmigrantes cubanos, se añade ahora una poderosa inyección de capital humano procedente sobre todo de Venezuela, Bolivia, Ecuador y Nicaragua. Una incesante Völkerwanderung (migración de pueblos) de Sur a Norte provocada por caudillos revolucionarios para beneficio del Tío Sam. (Foto: Calle Ocho, Miami.)

Todo gracias al castrismo y al espectro del socialismo del siglo XXI en Sudamérica, ambos el negocio más lucrativo, sin contrapartida, del Imperio en los tiempos que corren. Nunca, y en ningún otro continente, más cierto el lacónico aforismo hispano: "Trabajar para el inglés".

Sabedor de lo que es no tener prácticamente aliados sudamericanos en este largo, afectivamente ingrato exilio teutón, el Abicú se alegra por sus paisanos en La Florida y el resto de la Yuma, que cuentan con la empatía y solidaridad activa de la creciente comunidad venezolano-americana.

Cualquiera diría que en Miami, Union City, New Jersey, Nueva York..., o sea, en franco territorio imperial, empieza a materializarse, gracias a la fuerza centrífuga de las réplicas del castrismo en América del Sur, el viejo sueño de unidad de iberoamericana de Bolívar y Martí.