Thursday, 12 February 2009

No corrupción como de costumbre en el segundo mes de la era Obama

Renuncia otro candidato a secretario de Comercio

Por Jorge A. Pomar, Colonia

El primero en hacerle el feo a Barack Hussein fue el gobernador demócrata de Nuevo México Bill Richardson, formalmente acusado por el FBI de asignar contratos estaduales a cambio de donaciones de campaña. La novedad es que por primera vez el renunciante es republicano y no arroja la toalla por tráfico de influencias o estafa al Fisco, sino por "conflictos insolubles" acerca del recién aprobado paquete de estímulos económicos y el Censo.

Según malas lenguas locales, aunque el renunciante haya hecho hincapié en el aspecto económico, la verdadera manzana de la discordia es el Census de 2010, cuyo control el presidente habría trasladado arbitrariamente de la competencias del negociado de Mercurio para entregárselo al jefe de gabinete Rahm Emmanuel (por cierto, sus oscuros nexos con el depuesto gobernador de Illinois siguen pendientes de aclaración) a fin de manipular las estadísticas a favor de la administración demócrata.

El senador Judd Gregg, el republicano con más punche nominado por el presidente para una cartera en el gabinete de crisis, y a buen seguro pieza clave para el entendimiento cordial con el Partido del Elefante, alega por escrito los siguientes argumentos para retirar tan intempestivamente su nominación:


I greatly admire President Obama and know our country will benefit from his leadership, but at this time I must withdraw my name from consideration for this position. As a further matter of clarification, nothing about the vetting process [se refiere al proceso de veto en el Senado] played any role in this decision. I will continue to represent the people of New Hampshire in the United States Senate. [...]

It has become apparent during this process that this will not work for me as I have found that on issues such as the stimulus package and the Census there are irresolvable conflicts for me [...] Prior to accepting this post, we had discussed these and other potential differences, but unfortunately we did not adequately focus on these concerns. We are functioning from a different set of views on many critical items of policy. Obviously the president requires a team that is fully supportive of all his initiatives.

La inesperada renuncia del senador conservador, tercero del partido rival en el staff de la Casa Blanca después del secretario de Defensa Robert Gates y el de Transporte RayLaHood, reduce aún más a la condición de pírrica la victoria a medias obtenida con el placet senatorial al recortado y controversial Plan de Estímulos, que de por sí está levantando más ronchas de lo previsto en ambos bandos.

Además del aluvión de críticas que está recibiendo (pinche para leer el desglose del colega Nobama en el post "¡Dónde se oculta la 'Grasa'..." ), de jure no será del todo pan comido hasta su confirmación formal por la sesión bicameral del Congreso. Si el designado ministro de Comercio, hombre de larga experiencia en la Cámara Alta y ex gobernador de New Hampshire, pone en duda la idoneidad de esas medidas al extremo de haberse abstenido al martes en el Senado, ¿quién más va a confiar en ellas?

El 4 de febrero, en el acto de presentación
Obama puso por las nubes al ex presidente
de la Comisión Presupuestaria del Senado




Peor, el sorprendente comunicado del honesto (hay que serlo en cantidad para soltar prenda
semejante) Mr. Gregg marca el punto de no retorno para el proyecto bipartidista y encasqueta una nueva corona de espinas alrededor de la abrumada cabeza del Cristo Negro de la progresía occidental. Con el gabinete aún incompleto a 23 días de su pomposa ceremonia de investidura, Obama no para de ganar para sorpresas desagradables.

Todo indica que por fin los del bando del paquidermo --ahora capitaneados por el inmaculado afrodescendiente Michael Steele en concordancia con el principio homeopático de arrearle palos al burro demócrata cabalgado por el negro preferentemente con macanas de ébano-- se consideran a sí mismos lo bastante inmunizados contra sus viejos complejos étnicos.

A punto están los discípulos del belicoso Ronald Reagan de arrojar la tupida pipa de la paz y enterrar el hacha de la guerra en la colina capitolina. No corrupcón como de costumbre en el segundo mes de la era Obama.

Una retahila de pifias a cada cual más grave: Bill Richardon, Comercio; Eric Holder, Fiscalía General (se salvó por un pelo pero funge en estática milarosa); Tom Dashle, Salud; Timothy Geithner, Tesoro; Nancy Killefer, gasto federal; y ahora Judd Gregg. Conque de nuevo nariz presidencial de Pinocho y caras ministeriales largas en derredor de la Mesa Oval más influyente del planeta.

Nada que, apenas calentada la codiciada poltrona del poder global, cojea aparatosamente a ojos vistas el primer pato prieto de la Casa Blanca. Parafraseando el aforismo más picante de la antaño aborrecida y hogaño añorada "política cómica" precastrista, lo bueno que tiene la cosa en Washington es lo rápido que va de mal en peor...

2 comments:

Anonymous said...

¡Y que lo digas, Pomar! Vamos a ser testigos de cuánto dura el globo Hussein de los Amores del Mundo antes de desinflarse. Por lo pronto USA se entretiene en poner a la primera dama de portada de "Vogue"

Nobama said...

¡Excelente análisis! En Nobama nos tomamos la libertad de colocar un link a este artículo.
Gracias estimado Pomar,
Nobama