¿Voy bien, Camilo?
Por Jorge A. Pomar, Colonia
Va siendo ya notorio que El Abicú Liberal está en deuda inspirativa con Estancia Cubana, un blog que tiene la entre nosotros rara virtud de poner los puntos sobre las íes en la cuestión cubana. Labor que, para mayor mérito de él e interés de nosotros los pie-a-tierra, el titular del blog lleva a cabo sin pecar de los usuales culteranismos letrados.
Entre otros temas sugeridos por mi colega Camilo López Daria (CLD), a la espera de nervio para abordarlos, guardo ya en el tintero en forma de borrador el de la raza, el del papel político de tantos autodenominados "apolíticos" (a las diez de última, los más confiables e instrumentales al régimen) y el de la sucesiva corresponsabilidad pasada y presente (negada hasta la saciedad) de varias generaciones criollas de víctimas-victimarios (por activa y/o por pasiva) del castrismo.
Pero esta tarde aquí en Colonia, bajo un cielo lluvioso y cerrado por los cuatro puntos cardinales, apenas estoy de vena para seguir dándole cuero a Obama y sus adoradores, es decir, para darme otro chapuzón abicueril en muladares ajenos. De manera que, con ánimo de abundar y recalcar más que de disentir cordialmente con el dilecto Camilo, le he dejado al pie del post "¿Porqué no me gustan los discursos de Obama?" una nota que amplío a continuación.
CLD enumera tres motivos por los cuales desaprueba las seductoras descomposiciones orales del cada vez más atortojado inquilino negro de la Casa Blanca: "frecuencia excesiva", "ejercicio planificatorio" y " afán pedagógico hipertrofiado". A la que, de roce, mi Alter Ego añade aquí las consabidas corruptelas de sus secuaces, el abuso del simbolismo histórico y los constantes innuendos (indirectas) al supuestamente oneroso legado de George W. Bush, ese Gran Villano de la Aldea Global en retiro que ocasional y veladamente hace el papel de Diablo en los sermones de la montaña del "Cristo Negro".
Con lo de "frecuencia excesiva" CLD alude a la retórica mesiánica del presidente, que no acaba de entender que ya ganó la campaña electoral y ha llegado el momento de ejecutar los milagros prometidos. Exceso que hasta ahora no pasa de histérica repetición machacona en torno a dos estribillos: catastrofismo apocalíptico e inconmovible fe en las dotes taumatúrgicas del Mesías para, a fuerza de donde-dije-digo-digo-Diego y sacrificios (trabajo voluntario, incluido) sine die, guiar al rebaño monopartidista a través del desierto neoliberal hasta el arco de triunfo de los Estados Desunidos Socialistas de América.
A todas luces, el Mesías carece de la más remota idea de cómo caminar sobre las aguas y multiplicar los peces y los panes. De ahí que el lunes, imitando las malas artes del Magno Paciente durante el "Período Especial en Tiempos de Paz" a fines de la década de los 80, pasándole por encima al Congreso, haya convocado a una esperpéntica Asamblea de Factores con diputados de ambos partidos, sindicalistas, empresarios, organizadores comunitarios, etc. Todos ellos escogidos a dedo a fin de proponer contra reloj (en tres horas) panaceas que el presidente juraba y perjuraba conocer al dedillo.
El Pantocrátor y sus feligreses parten del bulo de que su hercúlea tarea consiste en limpiar el establo de Augias U.S.A. de una supuesta mugre total imputable a la administración anterior. ¿Cómo? Mediante un evangelio presupuestario de 11 mil páginas que ni él mismo, ni los sabihondos miembros de su Piquete de Ensueño ni los representantes y senadores de ambos partidos en el Congreso han tenido todavía tiempo, no ya para leer de cabo a rabo, sino ni siquiera para hojear. CHANGE en el que, a diferencia del escéptico Tomás, el apóstol pescador del Nuevo Testamento que puso en duda la resurrección de Cristo, los obamitas creen a ciegas...
En efecto, como reconoce el propio Obama, lo más probable es que esos ocho billones con doce ceros a la izquierda del punto acaban endeudando a generaciones futuras. No sólo porque de por sí, como proclaman expertos insobornables y refleja la anemia las bolsas de valores más importantes del planeta, el tal plan es un albur sin pie ni cabeza.
También por los 200 millardos que se calcula costará el humanitario proyecto de desplazar a unos 70 mil marines de Irak a Afganistán, absurda ruptura de enroque en la que el U.S. Army, saliendo de Guatemala para meterse en Guatepeor, se arriesga a perder la guerra en ambos tableros a la vez. Pero, sobre todo, porque la Casa Blanca anuncia a bombo y platillo su firme propósito de lograr la cuadratura del círculo, gastando por un lado a las dos manos y, por el otro, reduciendo el déficil prepuestario (sin aumentar los impuestos ni dejar de invertir a fondo perdido en energías renovables que no sean el etanol de maíz sugerido en vano por Bush y anatematizado por Fidelpara disgusto de Lula) justo a tiempo para levantar los ánimos al final del primer plan cuatrienal e iniciar el segundo con Obama en la Casa Blanca.
En cuanto a plan se refiere, habla por sí sólo el dato siguiente: de los 18 expertos designados para asesorar al presidente acerca de la quiebra de la industria automovilística, sólo dos conducen autos made in USA. Por otra parte, según se desprende de una frase del presidente en su primera comparecencia ante el Congreso, el automóvil es un invento americano. Y su vice Joe Biden tampoco se queda atrás en materia de inopia tecnológica: este miércoles de ceniza, durante una entrevista con CBS, confundió la Internet con la red telefónica. Para Biden el URL de la web del Paquete de Estímulos era un número de teléfono que se le había olvidado ante las cámaras.
Pero esos blunders (pifias) son bagatelas comparados con este desconcertante dato estadístico: de 500 funcionarios de la Casa Blanca, hasta el lunes apenas 60 habían tomado posesión del cargo. A lo que se añade el hecho de que el tercer candidato a secretario de Comercio aún no ha sido confirmado por el Senado. Por ende, difícilmente hayan podido estudiar los asuntos de su competencia en un Paquete de Estímulos clientelizado a más no poder (7,7 millardos para estados demócratas); mucho menos aportar las correspondientes sugerencias.
Obviamente, el pastor ha subido al púlpito sin haber abierto previamente el misal ni puesto a punto el sermón más allá del "arrepentíos, pecadores" y el aleluya triunfalista. Peor aún acompañado de un séquito de sacristanes felones entre los cuales desde hace unos días hay que incluir también al susodicho vicepresidente Joe Biden, humilde ciudadano que por todo capital en este valle de lágrimas posee una mansión valorada en tres millones de fulas (dólares) y a quien su ídolo afrodescendiente alabara al presentarlo a la prensa precisamente por esa virtud proletaria.
Michael Steele, chairman del Republican
National Commitee sobre el discurso
Es lo de menos, pero enseguida veremos de dónde saca la pasta Mr. Biden. Esta semana se descubrió que su hijo Hunter y su hermano James están metidos hasta el pescuezo en el fraudulento consorcio financiero de uno de los mayores estafadores de la década: R. Allen Stanford, a quien el FBI acusa de malversar nada menos que 8 millardos. El lector memorioso no debe de haber olvidado el detalle fresco de que este mismo Mr. Stanford figuraba también en la lista de donantes electorales del mulato prodigio de Chicago.
Como de costumbre en estos dos escasos primeros meses de la legislatura obamita, aunque a nombre de la firma familiar Bidens' Paradigm Global Advisors LLC regentaban un fondo común de 50 millones de dólares con capital del Stanford Finantial Group, los señores Hunter y James apenas alegan conocer apenas de oídas o por teléfono al hasta hace unos días fugitivo tahúr.
Por otra parte, ahora mismo un nuevo escándalo hace furor en Chicago: aparte de su controversial nombramiento como relevo de Obama en el Senado, el asediado (cada vez más voces le piden la renuncia) senador negro Roland Burris pugilateó con éxito un lucrativo empleo para su hijo en el gobierno estadual. Sospechosamente, Burris Jr. (foto de al lado) acaba de estrenarse en una oficina que tiene que ver con las actuaciones de los alguaciles en casos de liquidación inmobiliaria por insolvencia.
O sea, un puesto clave para forrarse y, de paso, forrar al gobernador, urgido de fondos, como consta en el único tramo de cinta grabada dado a conocer por el fiscal federal Patrick Fitzgerald. Mas, el rollo sería business as usual en la capital del crimen si al final del casete no saliese a relucir el dato de que, al ser contratado en septiembre de 2008 por la Agencia de Viviendas, el achocolatado niñato no se hubiese estado exprimiendo el cráneo acerca de cómo pagar las hipotecas atrasadas de su propia mansión para quitarse de encima la demanda de embargo de la inmobiliaria después que el Fisco le había impuesto una retención anual superior a los 34 mil dólores de cabeza. Ciertamente, los 75 mil al mes devengados por Roland W. Burris están por debajo del estándar funcionarial pero, azar concurrente, alcanzan justo para sacarlo a flote...
Cierro esta hirsuta descarga con lo de los simbolismos históricos. Y para no perder la costumbre, añado a modo de colofón una breve referencia a la --para los dialogueros y otras malas hierbas que ni los chivos se comen-- supuestamente providencial política cubana de San Obama. Los anacrónicos rituales de lealtad del obamismo al legado del controvertido prócer del abolicionismo son otro punto de contacto con el imaginario castrista. Y de ruptura con el tradicional pragmatismo gringo, del cual el maquiavélico Abraham Lincoln es más bien el non plus ultra.
Finalmente, las albricias de la diplomacia monclovita, cuyo titular Moratinos por estos días no cesa de ufanarse acerca de la novedosa, feliz concordancia al respecto entre Washington y Madrid-Bruselas (Michael Martin, canciller irlandés y Jack Lang (con Raúl en la foto), el enviado del arlequinesco Sarkozy, pasaron por La Habana sin recibir a ningún líder opositor, ni siquiera a los eurocentristas) revelan a las claras por dónde van los tiros disparados desde el despacho oval de la Casa Blanca hacia el "Mar de la Felicidad Caribeña".
El levantamiento de las restricciones de viaje y remesa, mero retorno a la era clintoniana, ya es tapa deglutida en el Capitolio. Pero difícilmente a la mantequilla de cacahuetes de que hablaba Miriam Celaya se sumen entre las mandíbulas del insular de a pie con moneda convertible en el bolsillo los turrones españoles y los quesos franceses. El implorado fin del embargo, que no está ni mucho menos a la vuelta de la esquina, es harina de otro costal.
¿Garantías de que no será levantado durante la actual legislatura? Tres: ciertas cláusulas de Ley Helms-Burton; la demagogia de Obama, embrollado en su aprendizaje de brujo mayor y con las arcas federales tocando fondo, va a tener que recobrar el hábito estudiantil de relajar de vez en cuando fumándose un joint (porro) o esnifando una raya de cocaína (el vicio de Bush era el alcohol); y por si ambas fallaren, ahí está todavía de cuerpo y a ratos de mente presente, felizmente por tiempo indefinido, el aguafiestas del Magno Paciente para hacerles cuantas cruces sean necesarias en los planes a los más entusiastas de dentro y fuera, dándoles de nuevo satisfactoria razón a Camilo López Daria y a mi archirreaccionario Alter Ego.
¿Qué sería de nosotros sin el "Caiguarán"? Después de todo, mirando la situación en perspectiva, mejor así. Pues, sobre la ocupación de 1898-1902, ordenada por un McKinley anglosajón en la Casa Blanca, la generación del 33 despotricó (ahí está el ilustrativo ensayo de Emilio Roy de Leuchsenring Cuba NO debe su independencia a los Estados Unidos) tanto que acabamos en el castrismo.
Cambiando lo que haya que cambiar, no sería exagerado pronosticar que, a más tardar al cabo de 20 años de poscastrismo prestado, entonces sí que habrá que oírles la lengua a nuestros ingratos historiadores e intelectuales a la hora de negar que la Isla debe el impulso hacia las --por casi todos ellos habitualmente-- aborrecidas democracia representativa y libertades burguesas no ya al martiano "Norte revuelto y brutal que nos desprecia" sino, colmo de los colmos, a un "mono encaramado" en la Casa Blanca? ¿Voy bien, Camilo?
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15 comments:
Vas bien, Pomar.
Ejemplar articulo!
Ojala que no seamos pocos los que desconfiemos de esta santificacion en vida que se le esta prolijando al benefactor Obama.
Un abrazo, Abicu!
¡Lapidario!, Abicú. Estamos colocando un link en Nobama. Esta discusión cada vez se pone mejor.
Saludos,
Nobama
Ah, por cierto, lo que menos me gusta del discurso de Obama es precisamente lo que dice.
Pomar, me quito el sombrero con tu blog. Y muy justo que Nobama te tenga en cuenta. Ser honesto e intelgente rinde frutos. Muchas gracias.
me kito el cawa!!
Molto gut
;)
Y me quito hasta el pelo que no tengo, asere.
Brillante, le pongo link.
Gracias a todos. Verdaderamente, decepciona que, al cabo de medio siglo del truco de las palomas blancas posándose en las galoneras de Fidel, la mayoría de los disidentes criollos siga apostando a la milagrería en asuntos políticos. Triste realidad...
El Abicú
Eso pasa, Pomar, porque la mayoría no aprendió a ver quién es su enemigo. Prefirieron creer que es el bloqueo, el imperialismo, el orden económico desigual, las políticas proteccionistas de los países desarrollados y un etcétera interminable de lugares comunes, servido por la maquinaria propagandística castrista para justificar lo injustificable: la desarticulación sistemática de la economía y la violación de la libertad y los DD HH. Así, muchos son tan ingenuos como para afirmar que salieron de Cuba por "razones económicas" y que "no quieren oír hablar de política". Esos ahora apoyan al Negro del Momento y lo hacen con la circunspección y la prosopopeya de quien es "parte del gran momento histórico..."
No les bastó con uno de esos Elegidos que, de tarde en tarde, vienen al mundo a querer mejorarlo a toda costa.
Gracias a tí.
Cristina García.
Muy buenas tus observaciones. Saludos.
Parece que Steele también se puso blandito y genuflexo ante el mesías.
vaya abikú, cambios fuertes en la nomenclatura kubana inkluyendo al perroRoque y tu Lageplan pijama pa montón de gente.
Ro
¿Qué le parece mi estimado Abicú? El nuevo "Canciller" nombrado por Castro II, Bruno Rodriguez Parrilla es medio hermano de Anabelle Rodríguez. Nada, que volvemos a tener a un figura cercana en el poder, ya se comienzan a ver, lentamente, casi de forma inadvertida los cambios al son de la música que llega de La Habana y un pequeño ejemplo de ello fue la forma en que trataron la manifestación de Nueva York del 1ro de marzo.
Son nueve ceros :p, a billion no es un billón, son mil millones nuestros :)
Saludos
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