Por Jorge A. Pomar, Colonia
El presidente de Venezuela acaba de exigirle públicamente al alto mando de las FARC que libere “a todos los que tiene allá en la montaña. Sería un gran gesto, humanitario. A cambio de nada”, declaró en Aló Presidente, mintiendo a las dos manos más que de costumbre. En verdad, “nada” ahí significa todo, es decir, su propia supervivencia al menos hasta el 2012 en el Palacio de Miraflores.
Días atrás el uso de tres tiros de cámaras diferentes con insertos de archivo , la guerrera del ejército venezolano, la extraña ausencia de deudos del finado y de otros comandantes, además del paisaje de casa de campo, probaron fehacientemente que el vídeo donde “Timochenko” reconoció con dos meses de atraso la muerte de Marulanda se había filmado a la carrera en territorio venezolano y no en la jungla colombiana.
Chivo expiatorio por tamaña pifia televisiva: el ministro de Información chavista. Con toda probabilidad la Revolución Bolivariana, a la que a todas luces se le está cerrando el juego también dentro del patio, va a pagar cara esta puñalada trapera a sus rencorosos pupilos colombianos y sus influyentes cúmbilas de la cocaína y la narcopolítica sudamericana. Eso si los venezolanos no pasan factura en las urnas o el ejército, obstinado, se subleva antes que finalice la legislatura en curso.
Chávez, quien hasta la noticia de la muerte de Tirofijo hace unos días exhortaba al mundo a conceder beligerancia a la narcoguerrilla colombiana, fue mucho más allá y, en un vertiginoso giro de 180 grados, decretó la definitiva obsolescencia de cualquier movimiento guerrillero en América Latina: “La guerra de guerrillas --dictaminó-- pasó a la historia... Y ustedes en las FARC deben saber una cosa: que ustedes se han convertido en una excusa del imperio para amenazarnos a todos nosotros”. Si eso no es una artera traición el Abicú habla cantonés castizo.
¿Cuál puede ser el motivo de este inesperado viraje de palo para rumba?, se preguntará el lector. Respuesta: las FARC virtualmente ya dejaron de existir. Y su nuevo comandante Alfonso Cano, quien ahora mismo, bajo el acoso perpetuo de millares de rancheadores apoyados por cañones y aviones, ha de estar viendo “al diablo sin cachas” (cuernos) como dijera Marulanda de sí mismo en su último email a su vice Raúl Reyes, ofrece ahora la liberación de todos los rehenes con tal de escapar a una muerte tan segura como inútil en la jungla. (Foto: Palacio de Miraflores, sede presidencial en Caraccas.)
Para ello el Palacio de Miraflores, que recién se vio en la penosa necesidad de echar atrás una ley de su cosecha que institucionalizaba la chivatería castrista en Venezuela, ha decidido apelar literalmente a las mil vírgenes del panteón del apaciguamiento internacional: Brasil, Chile, Argentina, Francia, Suiza, España, la OEA, la Cumbre de Río, Naciones Unidas, etcétera, actuarían como garantes y mediadores en el cambalache en ciernes. De ahí que sólo quepa interpretar la finta mediática de ponerse él, Chávez, a las órdenes del nuevo jefe guerrillero como la confirmación de las fuertes sospechas de que:
(1) El secretariado y la estructura de mando de las FARC han sido desarticulados y puestos en fuga.
(2) Alfonso Cano no puede ejercer su jefatura, ha sido herido o muerto en combate, o bien, vive y, ante la deserción masiva de sus menguadas huestes y el riesgo inminente de delación o asesinato a manos de sus subordinados, no le queda otra vía de escape que luchar un salvoconducto hacia París a cambio de los secuestrados.
(3) La ex diputada Iris Betancourt y el resto de los rehenes deben de estar vivos y bajo control de algún jefe dispuesto a claudicar.
(4) Chávez es, de facto, el nuevo Comandante en Jefe de las FARC.
(5) El Plan Colombia está a punto de culminar en rotundo éxito.
(6) El efecto de succión provocado por el colapso de las FARC amenaza con desatar una vorágine capaz de chuparse al chavismo.
Sin duda, este último extremo es el que el Gorila Rojo y sus mentores habaneros pretenden evitar a como dé lugar. Y fiel a la máxima de que “En las FARC no hay amigos”
--eslogan esgrimido meses atrás por un rústico guerrillero para asesinar de un balazo a bocajarro en la frente a su propio comandante Iván Ríos y cobrar la recompensa del gobierno--, con tal de salvarse en primer lugar a sí mismo y, en segundo, a su “socialismo del siglo XXI”, Chávez no ha vacilado en apretar el gatillo para asestarles el tiro de gracia colectivo a sus aliados de la narcoguerrilla. (Foto: rendición de un grupo de guerrilleros la semana pasada.)
Cortándole esta vez el aliento no sólo a la dócil audiencia de Aló Presidente y a sus enemigos internos sino también a la opinión pública extranjera, ha emitido en do de pecho el canto de cisne farcense a su chabacana, estentórea e intempestiva manera. Pero el plan es demasiado sofisticado para atribuírselo a su escaso cacumen. No me cabe la menor duda de que Raúl y sus generales tecnócratas --temen perder el para la sucesión aún vital suministro de crudos venezolanos-- le han metido esta vez el pie hasta el fondo, poniéndolo en tres y dos como ultima ratio.
Dicho en argot ajedrecístico trátase de una jugada de sacrificio (FARC) y enroque real entre las torres mediáticas del diálogo, para que Uribe archive los discos duros de los ordenadores parlantes de Raúl Reyes; y la negociación, entregando incondicionalmente a Ingrid Betancourt y sus compañeros de cautiverio para nimbarse una aureola de hombre de paz.
Sólo que este tipo de ajedrez de alto voltaje político es un juego traicionero y a largo plazo en el que movidas aparentemente brillantes suelen ocultar súbitas debacles. Se deben mover las piezas con calma, tomándose siempre el tiempo reglamentario para meditar y no meter la pata. No en el transe rápido a que nos tiene acostumbrado este torpe jugador castrense, con su feliz manía de dar un paso al frente al borde del abismo.
Parafraseando un dicharacho republicano: lo bueno que tiene esto es es lo rápido que se va poniendo cada vez peor. Desde luego, no será el Abicú quien tema un caótico cambio de piezas con fulminante, electrizante jaque mate a corto plazo en Caracas, que obviamente no dispone de tiempo para esperar a que salga Bush de la Casa Blanca y hagan su entrada MacCain u Obama.
Vale la pena seguir a diario el desarrollo de esta apasionante partida, porque de su al parecer inminente desenlace depende también la capacidad de navegación de la, por cierto, varada sucesión raulista. Si tan mal anda de singladura ahora que le sobran regalías de hidrocarburos, ¿cómo mantenerse a flote cuando el sucesor del bellaco en jefe del Palacio de Miraflores ordene cerrar el grifo?
4 comments:
que se queme, que se queme mico mandante, que se queme. El mono me gusta como en Taiwan, frito.
Comparto tu criterio sobre este binomio Simio Rojo-Simios FRAC.
Muy buen analisis, Abicu! Mis saludos.
Muy bueno,gracias al abicu
El que se haga el loco es porque quiere. Comparto con el abbicu toda la lógica que expone.
Terence
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