Thursday 17 April 2008

Preparados para un nuevo destino

O la leal deslealtad de Eusebio Leal*

Por Juan González Febles, La Habana (tomado de www.cubanet.org)

[Nota bene: Si ya leyó ambos textos, pase de largo al sin duda "ultrareaccionario" comentario del Abicú más abajo. Sin, ídem, perderse los vídeos ilustrativos.]

El recién clausurado VII Congreso de la UNEAC (Unión de Escritores y Artistas de Cuba) se une al tinglado que arma el régimen en busca de supervivencia. Según palabras del Historiador de la Ciudad y exitoso empresario, Eusebio Leal Spengler, el momento será de preparación y despegue. “Preparémonos para el nuevo destino de nuestro país” –dijo.

En este instante
[pinche ahí para leer el discurso de Leal], desde mi corazón, envío al convaleciente [Fidel], que no está porque no quiere, sino porque no puede; yo le envío un mensaje de gratitud, se lo envío. Quisiera ser un bastón como el de Eneas para sostener a aquel que, con su obra, abrió la posibilidad de la nuestra. Eso es lo que creo ahora. Preparémonos para el nuevo destino de nuestro país, creamos que lo que se ha hecho por estos honorables compañeros de la comisión de escrutinio es lo más correcto.

Luego de expresar cosas inusitadas y sorprendentes, Leal se refirió con respeto al presidente Raúl Castro, a quien llamó en un inefable espasmo de guataquería General Presidente. Le comparó con Carlos Manuel de Céspedes, Salvador Cisneros Betancourt y Bartolomé Masó. El historiador soslayó hacerlo con otros generales presidentes como Gerardo Machado Morales y Fulgencio Batista. Estos en mi opinión, andan más cercanos en el tiempo y los procedimientos a su General Presidente.

Leal, quien es poseedor de una vasta cultura, la usa con frecuencia para epatar a su auditorio. Como signo evidente de los tiempos que corren y los que vendrán, citó al abate Sieyes. Este sacerdote, cuando le cuestionaron su actitud durante la revolución francesa y su terror, por supuesto revolucionario, exclamó: “Yo sobreviví a ella”.

Vemos diferencias entre el abate francés y el ex monaguillo cubano devenido empresario-historiador. Sieyes sobrevivió; Leal vivió de eso. Entre vivir de algo y sobrevivir a algo hay sus pequeños desencuentros y éstos no son exactamente de carácter semántico.

Lo que en Sieyes fue tragedia, en Leal es comedia. Luego de despojar a cualquier cantidad de viejecitas y viejecitos de su patrimonio, arrebatado a precios ínfimos, Leal pide respeto y tolerancia. La moda del momento santifica la riqueza lavada y enviada al extranjero. Esa que su hijo y los hijos de otros shogunes como él comercializan. Legitima la riqueza del grupúsculo autorizado por el régimen para gozar de la vida.

Yo no me avergüenzo de los que están fuera, porque mis hijos están fuera, y jamás me avergonzaré de mi condición de padre, ni jamás les quitaré a ellos el nombre de cubanos -ellos decidieron su camino- siempre y cuando no hagan armas contra la patria que los vio nacer o levanten su mano contra el que les dio nombre, ¡siempre y cuando! Porque, de lo contrario, tendría que decir que son hijos míos como todos los que luchan por la independencia de Cuba, como dijo una vez el Padre fundador.

Leal juega a Bonapartista. Los títulos de nobleza concedidos por el emperador han de ser respetados. Hay que respetar a la claque impuesta sobre fusilados, encarcelados, expatriados y balseros.

El juego de los castristas está claro: Van a llenar la escena con su claque. No habrá espacio para más. Los tiempos y las cosas cambian. Ya los macetas dejaron de ser satanizados y pueden dormir tranquilos e incluso hospedarse en la suite valorada en 850 cuc diarios del Hotel Meliá Cohiba en La Habana. Ya no serán acusados de enriquecimiento ilícito.

Fortunas de jerarcas castristas (Leal entre ellos)



En otro orden de cosas, Leal reconoce la cubanía de los emigrados. Para ello se remitió a Doña Gertrudis Gómez de Avellaneda. Pero aclara, que se trata sólo de sus emigrados, los otros no cuentan. Se mantiene el carácter excluyente de siempre. Todos somos cubanos, pero algunos, lo son más que otros. Esos, los más, son los cómplices de siempre.

Leal ante la Eurocámara (septiembre de 2007)



Por Europa andan los niños de los shogunes. Hace tiempo se dan la gran vida en el execrado mundo globalizado y neo liberal. Dan entrevistas y reciben más atención mediática que Antúnez, Chaviano o los presos anónimos que no han clasificado como esposos de blanco.

Un político que respeto mucho me dijo hace algún tiempo que se verán horrores. Leal los preludia. Ese es el nuevo destino.

*Subtítulo del Abicú, plagiado a autor de cuyo no me acuerdo.

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Comentario al artículo de González Febles y abicueril consejo
de ex correligionario al señor Presidente del Consejo Estado


Por Jorge A. Pomar, Colonia

Brillante, lúcida filípica de González Febles: con voluntad de estilo, al grano y concisa. Tal vez, en aras de la brevedad, haya desechado un pasaje de la rastrera perorata de Leal que me hizo sonreír maliciosamente a mí y, por vía del símil paródico, moverá a idéntica ironía al lector con sentido del bufo criollo.

La Isla utópica de Leal



¡Habráse visto guajiro más sagaz! Con todo, a que algún desaprensivo lector se me queda babia. Pero es de lo más fácil; basta con transmutar escenario, época, vestuario retórica... Helo aquí:

No estamos solos, la nación está pendiente de lo que decimos. Está pendiente Fidel, y con profundo respeto lo estuvo ayer, presente físicamente, Raúl. Una vez, con exceso de confianza de mi parte, le dije a aquel que evoco [¿Raúl o Fidel?]: «Usted nos ha condenado a que la nación esté para siempre presidida por un hombre ilustre». [...]

No va a ocurrir como en aquella oportunidad de la Guerra Grande cuando, cabalgando junto al Presidente de la República en Armas —precisamente, Bartolomé Masó— venía una flor [...] jóvenes que formaban parte de su Estado Mayor. Al verlos, el general Modesto Díaz, que no entendía mucho de cuestiones de letras, se molestó tanto que le preguntó: «Yo no sé cómo usted se rodea, Presidente, de estos bandidos». Y entonces, el aludido le respondió: «¿Y por qué tiene usted esa opinión de estos jóvenes?» A lo que el otro dijo: «Yo no lo sé; a mí me han dicho que son unos poetas».

Rien ne va plus à l'Île. Sobre todo, si el Hermanísimo se rodea de semejantes petimetres culteranos, por más cultos y circunspectos que sean. Con sus tecnócratas castrenses, tal vez con un grano de sal y mucha pimienta, la cosa podría ir a medias, puentear materialmente la posterior transición a la democracia y el estado de derecho. Pero... ¿con "poetas" emplantillados en la UNEAC...?

La Isla real del cubano de a pie (vídeo)


No caiga en ese insondable vacío, mon Général: las fotos de familia, rodeado y aclamado por esos halalevas intelectuales, le alejan de "nuestro pueblo". Los de ahora son mucho peores que los de otrora, que al menos se jugaban el pellejo en la manigua redentora.

Verdad evidente que le espetaría también a Usted en la cara --si viviera para ver en que acabó el folletín insurrecional bayamés-- aquel rústico mambí sin letras pero dotado de cacumen natural que en vano alertara al incauto Masó.

Presidente, hágale caso al Abicú: empiece por liberar primero a los intelectuales orgánicos de la UNEAC. Mande desalojarlos, a las buenas o a las malas, de la jaula de oro de su palaciega sede en 17 y K en el Vedado. Fuércelos a procurarse mecenazgos buegueses independientes o a ganarse el pan de lo que den en el mercado pluma, pincel, tablas,
zapatillas y cincel; lengua, manos, pies, cordura y fantasía.

Mientras los trabajadores dispongan de otras opciones recreativas donde invertir ocio y dinero, ya puede Usted dormir tranquilo en el ocaso de su larga existencia. Al proletarizarse, tal vez esos infatuados uneacistas sean menos ególatras y muestren alguna empatía por sus desfavorecidos compatriotas de a pie.

Lo cual cuadraría mejor a la obsesiva cantata socialista recién orquestada por esos eunucos mentales durante su recién clausurado congreso. Y vaya Usted a saber: a lo mejor hasta de pronto, al verse en la necesidad de apearse de su torre de marfil subvencionado, esos plumíferos ya cegatos, que ahora ya no ven sino dólares, pacotilla y galardones, abren sus escleróticos párpados y atinan de una vez a cumplir su carpenteareano rol de cronistas de la realidad insular.

En cuanto a un probable viraje en masa de la grey culta parametrada contra el régimen, nada que temer por ese lado, mi General. Amén de empedernidos en el arte de doblar la cerviz, tan desprestigiados están nuestros veteranos del arte y la literatura que sus ataques verbales o en blanco y negro serían,
a los ojos incrédulos de "nuestro pueblo", si acaso otras tantas pruebas fehacientes de que a buen seguro, bajo su cautelosa batuta, el país marcha por el "camino correcto".

Y al que se pase de rosca, ya Usted sabe: enséñeles los mismos "instrumentos" que hasta hoy no han disuadido a tantos disidentes. Remedio santo para mañosos parásitos intelectuales teatralmente elebrestados. Por lo demás, de acuerdo: hacerse aplaudir a rabiar ante las cámaras por esa
gerontocrática panda de genuflexos, sinecuristas y cambiacasacas blinda al Gobierno de algún modo contra las tentativas de esas cucarachas Maltinas para vestirlo a Usted de chivo expiatorio póstumo al inicio de la era poscastrita.

Pero las represalias literarias más temibles contra su controvertida memoria provendrán de la nutrida pléyade de autores noveles no invitada al cónclave uneacista. Sólo entre esos, los más ariscos, una vez fallecido Fidel y ya con las manos libres para demostrar hasta dónde está dispuesto a llegar, tal vez podría Usted reclutar una nueva falange intelectual en grado de legitimar sus reformas.

Es verdad que el Abicú está más bien por el final con espanto que por el espanto sin final, o sea, por la solución insurreccional. Cruenta eventualidad materializable con o sin reformas. Pero una cosa son mis deseos y otra las realidades. No obstante, hágase cuenta de que le hablo con el corazón en la mano y, llegada su oportunidad, suponiendo que sobreviva a su fraterno Magno Paciente, actúe con presteza. Pues, así como así, tiempo no ha de sobrarle.

En compensación, imagínese el efecto entre la generación joven si, de repente, siguiendo mi consejo, sus medidas aperturistas salpican también a la plebe y logran el milagro de aplacar las iras del rockero rebelde Gorki Águila, hacer titubear a la recién laureada Yoani Sánchez, moderarse a la mismísima Zoé Valdés,
ponerse incondicionalmente a sus órdenes al sociata Cuesta Morúa, aplaudir de júbilo al alicaído Eliécer Ávila, aquel astuto guajirito de Puerto Padre --su coterráneo, por cierto-- que puso en aprietos al "escuálido" chambelán de la Asamblea Nacional del Poder Popular...

El eterno Hermano Menor --que hasta la fecha defrauda a quienes se fiaban de su capacidad de mando en solitario y reafirma a los que siempre le han considerado en el fondo un pusilánime--, pasaría a la historia al menos como el Deng Xiaoping criollo. ¡Qué gloria para Usted! ¡Qué alivio para el elitista Abicú, que no se fía ni atrás ni alante del tal "nuestro pueblo" y,
en señal de respeto y admiración, se quitaría de buen grado el sombrero ante su marcial retrato aquí en Colonia!

Aunque no sea ése el sendero luminoso que más le agrade a este espíritu de contradicción, hasta el historiador de la villa de San Cristobal de La Habana se daría por bien servido. Con tal de que le dejen seguir contando sus historietas de condesas y marqueses a los turistas del casco antiguo.

No en balde malas lenguas andan regando por ahí que los sirvientes que custodian el zaguán de su mansión visten librea y ensayan coloniales reverencias al paso del distinguido caballero y sus alcurniosos huéspedes nacionales y extranjeros...

5 comments:

Anonymous said...

En cuanto a lo negativo para Cuba el caso de Leal es sólo comparable (aunque este otro cavernícola le superó mucho en casi todos los parámetros)al del conocido y por gran suerte para la nación ya fallecido espeleólogo Antonio Núñez Jiménez. Corrupción, Nepotismo, Caudillismo, Doble moral, Plagio sistemático de ideas, etc, etc.

Invito a los que le conocieron a que cuenten aquí o donde sea, sus anécdotas personales porque sería muy bueno ilustrar para las generaciones que vendrán, ambos casos de tan prominentes pseudocientíficos oficialistas ilustres cubanos, santones inmaculados de la agiografía "revolucionaria".

:O

Anonymous said...

Yessssssssssssssssss! Do it!

Anonymous said...

Me gusta lo de la invitación. Yo en cuanto pueda dejaré por acá un par de cuentecillos picanticos de lo que viví en el Museo de la Ciudad bajo la férula de ese fiero gandul que se dice y se llama Leal (con perdón, que no me estoy refiriendo a ninguno de los fieles cuadrúpedos amigos del hombre).
Aro

Anonymous said...

Estaria superOkey que se contaran "las historias" de esos dos patricios con poder revolucionario y exelentes amigos fieles. Rumores de que eran buenos hijos de p ya escucho en RadioBemba desde los 70.
Marcia

Anonymous said...

?