Friday, 18 February 2011

Del culto sacrificial martiano en Cuba a la sharía de los Hermanos Musulmanes en Egipto

Elucubraciones asociativas a propósito del embullo leal-disidencial por los sucesos de la Plaza Tahrir

Por Jorge A. Pomar, Colonia

¡El colmo del descaro! Me entero con estupor en el blog La Reina de la Noche, de mi colega Isis Wirth: tras haberle encajado a la luz pública la cimitarra entre los omóplatos hasta forzarlo a abdicar, Barack Hussein telefonea a Hosni Mubarak en el balneario egipcio Sharm el-Sheikh para fumar la pipa de la paz. El reis chicaneado habría rehusado levantar el auricular para recibir semejante beso de Judas. Aunque tengo para mí que la punta de esa puñalada sarracena le va a salir pronto entre las tapas al arrogante, estulto Mesías Negro del Progrerío Rubio Ojizarco y la Fraternal Morería Binladina. De todos modos, el daño a la ya de por sí dudosa fiabilidad de Estados Unidos --y Occidente-- ya es un hecho consumado tanto para los mandatarios aliados del Medio Oriente como para los de todo el Tercer Mundo: estrechar nexos con la Casa Blanca bajo Obama equivale a firmar su sentencia de muerte a plazo fijo…

Con toda seguridad, esta lección magistral de la diplomacia obamita resulta superflua para el Magno Paciente y su Hermanísimo. No así a los ojos de la inefable oposición cubana, ahíta de subsidios y engoada por los 20 millones de dólares recién aprobados por el Congreso para financiar a la contrainteligencia biránica, a su exuberante disidencia de diseño y sus telarañas sociales para enredar a los golosos rebaños progresistas del mundo libre. Por no tener, salvo excepciones confirmadoras de la regla, el anticastrismo ya ni siquiera tiene una intelectualidad militante en grado de contrarrestar la propaganda oficial. De hecho, hablan casi el mismo lenguaje, llamando festinadamente “revolución egipcia”, parangonable a la caída del Muro de Berlín, a lo que a todas luces no pasa de ser el cuartelazo más vulgar jamás orquestado con fórceps made in USA; “pueblo egipcio” a unos centenares de miles de hijos de papá amotinados en una plaza de la capital de 8,5 millones de habitantes en un país con 85.

“Matones a sueldo”, a un grupo de descamisados de la industria turística que intentan parar la protesta pop por la sencilla razón de que no pueden darse el lujo de esperar impasibles a que termine el bochinche de la “juventud” burguesa y los Hermanos Musulmanes para alimentar a su parentela, hambrienta y sin crédito abierto ni telefonía móvil. De repente, resulta que unos mocosos adictos a los “tarequitos” por cuya salud mental en peligro temía hasta hace poco toda la prensa occidental, son vitoreados, también por la flor y nata de nuestra intelectualidad dizque contestataria como los heraldos ciberespaciales del change obamita. Una amenaza que, según el sesudo socialista-democrático Dimas Castellano y el “licenciado extrapenal sin condiciones Ramos Lauzurique ahí abajo, tendría temblando de pavor al vejestorio cavernícola del Palacio de la Revolución. Aviados estamos. Demasiada pangola patafísica para los camellos y dromedarios desterrados al zoo capitalino...


Dimas Castellanos: Cuba y Egipto similitudes y diferencias /Diario de Cuba, 18-02-2011.- …el poder en Egipto fue ocupado por tres gobiernos que, sin renunciar al totalitarismo, fueron introduciendo cambios que permitieron determinada participación pública y legal de importantes sectores de sociedad civil, sin lo cual hubiera sido mucho más difícil, si no imposible, el actual desenlace… las manifestaciones populares de Egipto podrían asumir en Cuba la forma de reclamos para profundizar los cambios, es decir, convertir las actuales reformas gubernamentales en un primer paso hacia la democracia. Eso es lo más factible en el actual escenario como posibilidad de cambios pacíficos. Otros desenlaces pueden imponerse por la inflexibilidad del gobierno, pero no es lo deseable ni lo necesario. La lección de Egipto constituye un mensaje para todos los cubanos, incluyendo a las actuales autoridades...


Pero es el caso que, contra lo que piensan la mayoría más uno de todos esos autodesignados catedráticos eméritos en Cubanología Posmoderna, nuestro decrépito Magno Paciente, siempre maquiavélicamente atento a sus intereses locales y geopolíticos, ha vuelto a superar a sus críticos en vista larga para saber por dónde van los tiros en El Cairo y con quien le cuadra solidarizarse allá, que no es con su homólogo parcial sino con los Hermanos Musulmanes. Su craso error de paralaje al asimilar acríticamente el principal mantra de la demagogia sociata al respecto consiste estriba en el siguiente detalle conceptual: así como democracia no es sinónimo de bondad, tampoco todas las dictaduras son igual de malas. Pruebas al canto del muestrario criollo: el apogeo del gansterismo político propiciado por los gobiernos auténticos de Grau y Prío, y exacerbado por las insulsas moralinas populistas del tribuno incendiario Eduardo Chibás, a cada cual más martiano, acabaría caotizando a la Isla al extremo de propiciar, primero, el correctivo autoritario del 10 de marzo del 52 y, enseguida, desestabilizar al Batistato imponiéndole a la sociedad civil la vía de las armas para instaurar el totalitarismo castrista, subproducto fatídico de aquel permanente "bonche" universitario.




Para decirlo por lo claro: cambiando lo poco o mucho que haya que cambiar, mezclado con lo peor del cristianismo y la progresía occidental, el anacrónico culto sacrificial martiano (no por gusto las sangrientas cargas al machete de la caballería mambí han degenerado en performances coreográficos, pintorescos desfiles de gladiolinas por la Quinta Avenida y esperpénticas huelgas esfinterales asistidas de hambre y sed) durante la República jugó a la sazón, y por desgracia nos sigue jugando hoy, una mala pasada muy similar a la que la preceptiva política de la sharía, potenciada por el llamado “Islam moderado” y los delirios mesiánicos del progrerío occidental, amenaza con jugarles a los egipcios si no se andan con pies de plomo. Dicho de otro modo, de consumarse la tal revolución a orillas del Nilo, la distancia arqueológica que separa a las ruinas de La Habana de aquella pujante urbe moderna descrita por Cabrera Infante en su novela póstuma Cuerpos divinos será más o menos la misma entre El Cairo hoy y su aspecto dentro de medio siglo. O sea, que la hecatombe que se cierne ahora mismo sobre el país de las pirámides es de un signo bastante similar al que sellara la tragicomedia actual de los cubanos a fines del 58.

Revolución, en la acepción positiva del concepto, o sea libertaria, serían en todo caso los extraordinarios avances registrados en la Isla entre 1933 y 1940 bajo la égida de Fulgencio Batista y Zaldívar. O para no ir tan lejos, los radicales cambios de mentalidad colectiva que en
Honduras pararon en seco la expansión castro-chavista y en Colombia están a punto de relegar a las FARC al museo de los abortos totalitarios. Significativamente, el espectro de reacciones al respecto entre la inmensa mayoría de nuestros intelectuales y académicos oscila entre la indiferencia dolosa y la aversión abierta. 

Pero dejemos ahí los cotejos historiográficos incómodos y volvamos al concepto de marras. Todo sumado, a la postre algunas dictaduras autoritarias (al igual que los egiptólogos occidentales, no pocos cubanólogos sesgados suelen equipararlas a sabiendas con las totalitarias) con conocimiento de causa y vista larga, como la de Nasser-Sadat-Mubarak en Egipto, no sólo ahorran males mayores a la sociedad y arrojan un balance comparativamente superior sino que suelen ser la antesala del estado de derecho. Verbigracia, franquismo versus II República en España, Pinochet versus Allende, plus un largo etcétera casuístico. Por contra, Chávez versus Carlos Andrés, Batista versus Castro et ídem. Lo cual, ni siquiera en el mejor de los escenarios imaginables, promete ser el fenómeno en la Cuba poscastrista.

Arnaldo Ramos Lauzurique: “Un Egipto para Fidel Castro” / Martha Beatriz Roque Info, 17-02-2011.- …Según este señor [Fidel Castro], las violaciones a los derechos más elementales, son simplemente formales, lo cual pone de manifiesto la carga de cinismo de su declaración; y cuando expresa que los pueblos no se rebelan por eso, está negando la condición humana de las multitudes, suponiendo que la libertad, la democracia y las violaciones de los derechos humanos no son suficientes motivaciones para ellas; y que en Egipto la rebelión de las masas fue solo una reacción ante sus malas condiciones materiales y el quebrantamiento de las normas legales… Pero ni aunque hubiera una muy improbable mejoría en ese sentido. El ambiente social, moral y legal, así como el quebrantamiento sistemático de todos los derechos civiles y políticos y la falta total de libertad y democracia, son tan aplastantes que ya la inmensa mayoría de los cubanos no cree en una solución sin un cambio de régimen y todo se circunscribe al cuándo y al cómo… En Egipto pueden pasar muchas cosas después de la caída de Mubarak, pero lo ocurrido hasta ahora allí, asusta a los tiranos como Fidel Castro y pone de relieve el poder de las masas cuando deciden deshacerse de éstos...


A buen seguro, por la triste pero obvia perogrullada de que, tanto o incluso más que en el gobierno, a día de hoy los demócratas de ley brillan por su ausencia en las filas opositoras de ambas orillas. A uno y otro lado del estrecho campean por su respeto en el movimiento anticastrista no sólo legiones de sicofantes de toda laya sino también de virtuosos en el pacotilleo simoniaco. Añádase el encanallamiento masivo de la plebe insular y ya está listo el retrato futurista de la Cubanidad posbiránica. Así pues, nuestro futuro dictatorial está programado a grandes rasgos. Y si navegamos con suerte, surgirá --eventualidad harto improbable dada la notoria ausencia de prospectos y nuestra inveterada proclividad a las moralinas martianas-- un Deng Xiaoping criollo proclamando a punta de bayoneta su ucase neoliberal: “Enriquecerse es bueno para todos”. Porque ya se sabe: demagogos profesionales y maestros de escuela mediante, el espectro omnipresente del “Apóstol” seguirá pontificando largo rato más entre nuestros inermes descendientes. A título de furibundo Mahoma antiimperialista siempre con su inapelable Sutra chibacista (“Vergüenza contra dinero”; dilema falso: ni son términos excluyentes ni, Liborio dixit, el vulgo suele darse el lujo de tener escrúpulos en situaciones de hambre y miseria perpetuas) por delante.

Al igual que la de Batista en Cuba, la dictablanda de Mubarak en Egipto encarnaba el máximo de democracia y prosperidad posibles a orillas del Nilo. El PIB crecía a un astronómico 6 por ciento y el partido de gobierno tenía voz y voto en la Internacional Socialdemócrata. Para completar el símil, la composición de fuerzas en la Plaza de la Liberación coincide con la de la vanguardia burguesa que propiciara el ascenso de Fidel Castro: estudiantes, intelectuales, académicos, prensa, clero, aristocracia obrera, clases medias, partidos de centro-izquierda, sociedad civil en general. Entretanto, hasta el clímax indiferente pero al acecho en la retaguardia, eso que llaman graciosamente "el pueblo" compuesto (Egipto) por más de un 80 por ciento de adeptos a la sharía pura y dura; en Cuba por similar cifra de enfermos a las moralinas del "Apóstol". La entrada en acción de esas mayorías silenciosas a las órdenes del iluminado (Comandante en Jefe Guerrillero o Gran Hermano Musulmán) determinaría ipso facto el siquitrillamiento colectivo escalonado de las mal llamadas "clases vivas". Por fortuna, para los egipcios la algarabía virtual se saldó con la fuga del Reis a regañadientes, reemplazado por una junta militar prooccidental integrada por sus hombres de confianza.

Con todo, a nivel simbólico, la traicionera, humillante eyección de Mubarak, decisión tomada por consenso bajo abierto gardeo a presión por parte del inquilino criptocoránico de la Casa Blanca, abre un boquete moral en el blindaje de las fuerzas armadas por donde a la postre bien podría irrumpir el torpedo islamofascista. Desde luego, de soslayo, como quien no quiere la cosa. No de rondón, como ocurrió en la Isla gracias a la capitulación incondicional voluntaria de las tres armas. Tocante al rol jugado por los gringos, salta también a la vista un detalle distintivo a favor de Egipto: lejos del despelote de Obama & Hilaria, de principio a fin el tándem Eisenhower-Nixon jamás cortó el bacalao con los rebeldes de la Sierra Maestra. De hecho, sólo canceló a regañadientes el suministro de armamento al Batistato a partir del momento justo en que burguesía, prensa, partitocracia y sociedad civil republicanas se embromaron a sí mismas al guiar a la morralla plebeya directo a la atarraya artesanal de los hermanos Castro.

Yusuf Qaradawi (Presidente del Consejo Mundial de Ulemas) / El País, 18-02-2011.- …Si los jóvenes quieren, pueden, y su voluntad es la voluntad de Dios… Me gustaría ir y besarles uno a uno sus manos… La victoria de la revolución es para todos los egipcios, y no sólo para los musulmanes… Los musulmanes y cristianos se han unido en la Revolución y han vencido al sectarismo reinante… Me dijeron que no me fiara del Ejército, que me iba a decepcionar su papel, pero el Ejército ha demostrado que es el brazo del pueblo y que no ha sido menos nacionalista que el tunecino... Pido al Ejército que nos libre del Gobierno actual que representa más el pasado que el presente, forme un gobierno civil compuesto por los hijos de Egipto… Pido al Ejército que se libere a todos los presos políticos… Pido al Ejército que abra el paso de Rafah y que nos permita… La obligación del pueblo egipcio es trabajar hoy más que nunca para levantar la economía del país. Los que hemos hecho y apoyado la revolución no debemos ser responsables del deterioro económico del país… El pueblo quiere la limpieza del país, y no quiere ni a Husni ni a los que lo apoyaron, ni a su partido ni a sus ayudantes...




Por lo pronto, los ya disciplinados manifestantes de la Plaza de Tahrir están entrenándose en las labores de trabajo voluntario. Y su primera Marcha del Pueblo Combatiente (apenas unos centenares de celebrantes), o “De la Victoria”, como la han bautizado sus fantasiosos promotores mahometanos. Lo que todavía no muestran los vídeos de Al Jazeera son los trescientos y tantos entierros de las supuestas víctimas mortales de la represión. Ruedan las primeras cabezas de turco ministeriales como anticipo de la futura cacería de brujas y, si la cosas les salen bien a los jenízaros del Ulema Supremo, habrá fatuás hasta para camellos y dromedarios sacrílegos... El desastre puede o no sobrevenir, pero apuesto que al igual que mi suspicaz Alter Ego al lector sagaz tal vez le suene al oído un tanto sospechoso el desespero del diario socialista español El País, que encabeza hoy el artículo donde limpia de polvo y paja teocráticos a Yusuf Qaradawi con el siguiente cintillo: “Egipto pide al ejército que no se olvide de su revolución”.

Armando Pérez Roura (Director General de Radio Mambí) / Libre Online, 16-02- 2011.- ...Creemos que si convertirnos a la unidad en un partido político, vamos a hacer lo mismo que hizo el apóstol José Martí, cuando fundó el Partido Revolucionario Cubano y trabajó para finiquitar la independencia de la isla… El mundo no puede permitir que siga sucediendo a 90 millas de este país, lo que no se ha permitido en Egipto u otras regiones del mundo muy remotas, donde la democracia occidental ha tendido un puente para proclamar que hay derechos del ser humano que hay que respetar. Y no se puede permitir tampoco a esas 90 millas donde existen las Naciones Unidas que, precisamente, fueron fundadas para impedir que se produjera en un futuro lo que ha ocurrido en Cuba y en otros países… Estamos muy seguros de que la libertad de Cuba se aproxima cada día y está más cerca que nunca y no habrá ningún país o régimen que así lo pueda evitar…Tengo conocimiento de sucesos que se avecinan en Cuba de los cuales no puedo hablar. Pero sé que en Cuba el pueblo, cada día, se va a lanzar a la calle para exigir lo que tiene exigir, que no es otra cosa que libertad y democracia y que se vaya para siempre la tiranía… Todo el mundo sabe lo que pasó en Egipto donde el pueblo, por fin, logró que se fuera el tirano que había avasallado a esta nación durante mucho tiempo, violando todos los principios de la libertad y la democracia... Lo bueno que tiene esto, es lo malo que se está poniendo”, dijo Pérez Roura para traer a cuento un estribillo callejero, reiterando que “Estados Unidos va a tener que reaccionar pronto y hacerlo como lo que es, de ser la nación más poderosa del mundo...


Sintomático, a lo mejor va y esa alegría inconsciente por el mal ajeno tiene además bastante que ver con el contraste entre los balnearios, hoteles y museos vacíos del país de las momias y el inesperado superávit turístico en las Islas Canarias. Cualquier semejanza causal con la aséptica solidaridad antillana con su idolatrada Revolución Cubana es, sin duda, producto de la mala fe del Abicú. 


Otrosí, a diferencia de sus empáticos homólogos criollo, ciertamente el liderazgo de los Hermanos Musulmanes no se propone implantar la dictadura del proletariado ni la cartilla de abastecimiento. Finalmente, falso de toda falsedad el axioma de que el hambre y la indigencia compelen a los "pueblos" (concepto romántico elástico como un chicle) a revelarse contra las dictaduras. Eso ocurre indistintamente lo mismo contra una tiranía que contra una democracia, a condición de que sean lo bastante débiles o guerra civil de por medio. 

Luis XVI en Francia, por citar el ejemplo clásico, no terminó su reinado debajo de la cuchilla de la guillotina a causa de las hambrunas de la época sino: (1) porque no poseía la voluntad de poder de Luis XIV, y (2) porque entretanto el Tercer Estado ya había acumulado el poder de convocatoria mínimo necesario para, invocando los ideales abstractos --léase Droits de l'Homme, de los cuales en su cuarto de hora de gloria los jacobinos aplicaban a diario cuatro y violaban catorce -- caros a los enciclopedistas, capitalizar a su favor el mismo fervor revolucionario de unas legiones de muertos de hambre que en breve morirían a gusto en los campos de batalla bajo el mando de los mariscales del emperador Napoleón Bonaparte. Por el contrario, el caso criollo demuestra a las claras que, sabiamente dosificadas desde arriba, el hambre y la miseria constituyen la mejor garantía de supervivencia de un gobierno despótico apoyado, por un lado, en el mito multicultural posmoderno de las "raíces culturales" y, por el otro, en la correspondiente casta intelectual servil. 

La tercera pata del trípode sería la utopía terrenal de las izquierdas mesiánicas. Enfocado así el tema, resultaría que nuestra cultura nacional, y en particular nuestra "alta" cultura, no es la solución sino parte esencial del problema. Y ahí radica también el dilema del mundo islámico: a saber, el Islam es a la vez cultura y ley. La gran diferencia consiste en que en Egipto el furor populi, fuerza indiscriminada si las hay, tiene mucho de positivo que destruir, mientras que en Cuba apenas puede ser otra cosa que el preámbulo de la reconstrucción nacional. 

Por lo demás, "revolución", entendiendo como tal, no el rerum novarum (cualquier quítate-tú-para-poner-yo entre césares, como el que acabamos de presenciar en El Cairo) latino, se le llama a todo progreso o retroceso general notable a ritmo acelerado por medio de la violencia. Jamás es obra de la espontaneidad popular per se, que juega ahí más bien el papel de caldo de cultivo de una nueva élite egregia o bárbara aspirante al relevo e inspirada en una ilustración previa. Ahora bien, ninguna de las dos premisas se dan en un movimiento anticastrista cada vez más atomizado y penetrado, amén de huérfano de filosofía propia.

Y es que la inmensa mayoría de nuestros historiadores del exilio todavía no se han enterado a ciencia cierta de los porqués de lo realmente acaecido aquel uno de enero del 59, de la cadena de eslabones de traición cainita que hemos venido arrastrando como pecado original a partir de la apoteosis del Magno Paciente en medio del feroz ensañamiento fratricida contra los mediáticamente demonizados "batistianos". Unos tras otros les iría tocando el turno en la cola del suplicio existencial al grueso de los inquisidores y espectadores de aquel multitudinario auto de fe. He ahí nuestro talón de Aquiles hasta la fecha, la fuente originaria de las tantas incopatibilidades pasadas y presentes. Sobre todo, futuras, porque habría que ser ciego de bastón para no ver que hasta la propia Cubanidad empieza a convertirse en un gentilicio en peligro de extinción político-administrativa mientras nuestros intelectuales culteranos se entretienen en la vacua tarea culinaria de sacarle las supuestas enjundias criollas a la vida y obra de un genial niñato gótico llamado Lezama Lima. 

Dianóstico abicueril para un posible certificado de defunción cultural de la Cubanidad: "Síndrome de esnobismo mimético-emulativo en estado terminal con abundantes petequias plagiarias de intensa coloratura rojiverde".  Si ahora obligo a mi atávico Alter Ego a escoger entre ambos totalitarismos, voy a mí que el muy astuto se decantaría por la sharía con todos sus corolarios. Aunque sólo sea, sospecho, con el firme propósito de aprovechar nuestra primera peregrinación a la Meca para dejársela más fácil en la mano a los entrañables cúmbilas islamofascistas de nuestro Magno Paciente...

7 comments:

Cristina García said...

Jorge, magnífico análisis que no dejó cabo suelto. El tinte comunista de todas las griterías moriscas de diseño que andan recorriendo la zona tendrá lo suyo cuando se le atraviese en el camino a las hordas islamofascistas. ¿Qué dirán entonces tantos defensores de la "revolución democrática egipcia"? Y mientras tanto, los mendigos intelectuales cubanos andan de rondas por las salas de prensa, y otros pudrideros similares, blasonando de entendidos y de opinión.
Muy divertido el post, además.
Gracias, Pomar.

Isis said...

Cristina se me adelantò, que iba a utilizar en mi comentario casi todas las ideas que ella ya ha expresado. Me alegra, ademàs.
Sòlo te digo: excelente!!!
Coincido contigo.
Y còmo lo has expresado.
Le hago el correspondiente link en mi blog.
Respecto del baròn Zu Gutenberg, casado con una biznieta de Bismarck, sì, me enteré. Era de esperarse, que la Merkel se lo llevara en la golilla. Casualmente, yo estaba leyendo anteayer una entrevista a él, realizada meses antes del "Copygate". El entrevistador dejaba entrever la posibilidad de que la Merkel lo eliminarìa, en un momento u otro.
Voy a ver si escribo algo sobre ello en mi blog.
Saludos,

Anonymous said...

Isis se me adelantó, BRILLANTE!!!!, le hago correspondiente link en tu propio blog, querido Pomar.

Zoé Valdés said...

NO estoy de acuerdo total, con algunas cosas sí, como sabes. Sólo te diré una frase que le dijo una señora a un amigo mío. La señora es egipcia: Cuando ocurra en Palestina lo que ocurrió en Egipto, es que se arreglará todo Oriente Medio. Gracias.

Anonymous said...

ase mesmo

Anonymous said...

a ver cuantos muertos va ha poner de verdad la oposicion cubana

Anonymous said...

ninguno
d verda verda
ninguno