Sunday 16 December 2007

Doña Eunice y sus diez maridos

Noticia refrescante para un Fin de Año tenso

Por Jorge A. Pomar, Colonia


Luce una gordita de aspecto más bien maternal, incapaz de romper un plato, pero es mujer de armas tomar. En todo caso, si no un récord, el suyo es un buen average: según un escueto suelto del
Miami Herald reproducido por Il Corriere della Sera, la policía del condado de Miami Dade acaba de arrestar a la cubana Eunice López por el delito de “bigamia”.

Poliandria sería más exacto, pues contrajo nupcias sucesivamente con diez novios diferentes sin un solo divorcio de por medio. Tratándose de un misdemeanor o delito menor sancionado por el Código Civil pero habitual en el tráfico de personas del Tercer Mundo al Primero, es posible que no clasifique como récord para el Guiness del año en curso.

Sin embargo, los compiladores británicos del célebre registro de superlativos a escala mundia deberán tener muy en cuenta dos circunstancias para nada desdeñables a favor de nuestra avispada compatriota: (1) doña Eunice realizó su proeza en sólo cuatro años y (2) no es ciudadana sino apenas residente en Estados Unidos.

Una tercer dato favorable a su inclusión en el Guiness sería el haber reincidido nueve veces en el delito de su especialidad sin ser detectada. De hecho, la tarde del miércoles pasado compartía plácidamente unas cervezas con una amiga al aire libre cuando un policía del tráfico se les acercó para multarlas...

...¡presumiblemente por mal estacionamiento del auto! Al chequear los documentos de identidad, el oficial constató que había una orden de búsqueda y captura contra la cubana. Las computadoras de Departamento de Inmigración habían dado la voz de alarma...

Simplemente, el miércoles pasado se levantó con el pie izquierdo. Eunice había entrado legalmente en Estados Unidos en 2002. El 22 de junio de ese mismo año anudó el primer eslabón de cadena poliándrica al casarse con el señor Mauricio Carlo Matos, enlace previamente remunerado por el novio para agenciarse residencia legal en Estados Unidos. Enlace considerado legal a todos los efectos civiles, por cuanto la acusada rezaba como soltera, al menos en el registro civil local.

Pero enseguida le cogió el gusto al lucrativo negocio nupcial y, en vertiginoso crescendo, hasta el mes de noviembre del año pasado hilvanó otros nueve matrimonios fraudulentos sin previo divorcio con los siguientes clientes:

Jose L. Ramos (11-08-2003

Luis Antonio Cordeiro (03-05-2005)

Humberto Navarro Suarez (11-05-2005)

Leandro Abelha (17-11-2005)

Euclides Yepes (06-01-2006)

Martin Errazola Alvarez (11-05-2006)

Antonio Serrano (02-05-2006)

Diego M. Hernandez-Figueroa (24-07-2006)

Fernando Jose Urroz Leguisamo (21-11-2006)


¡Tres himeneos en el 2005 y cinco en el 2006 con el 2004 prudentemente intercalado como año sabático! Y si paró en el 2007 debe de haber sido porque no ignoraba que existía ya una requisitoria contra su persona. Se desconoce aún si estos matrimonios ilegales incluían servicios de alcoba, lo cual obviamente no debe de haber sido en modo alguno el interés principal de los cónyuges.

Consta, en cambio, que Eunice seguía extorsionando a sus maridos bajo amenaza de denunciarlos a las autoridades de Inmigración si no le aflojaban en tiempo y forma pasta adicional por el inapreciable favor de facilitarles un boleto de entrada al American Dream.

Una de las fórmulas eficaces para triunfar en el capitalismo manda descubrir un nicho en el mercado y explotarlo. Aunque le fallase el truco a última hora, Eunice supo encontrar y explotar su nicho en La Florida. ¡Agallas que se gasta la emprendedora criollita!

Tampoco se sabe a cuánto ascendían los honorarios que cobraba Eunice por la transacción conyugal en sí. Todo indica que, al momento del arresto casual, la acusada no afrontaba dificultades de liquidez, ya que aflojó sin demora los 18 mil dólares (de 75 mil que le pidieron al inicio) exigidos por el fiscal para ponerla enseguida en libertad bajo fianza.

A decir verdad, Eunice --poético nombre, por cierto-- no le ha hecho daño a nadie. Ni siquiera al implacable fisco norteamericano. Sus víctimas, todas ellas extorsionables sin riesgo de venganza violenta, no deben de ser maleantes peligrosos sino varones honestos, probablemente técnicos o profesionales solventes. Cuestionable sin duda, pero a la vez inocuo, galante, imaginativo el modus vivendi de esta fierecilla nuestra escapada del gulag castrista hace un lustro.

Eunice se halla ahora a la espera de juicio en paradero desconocido, convenientemente lejos del mundanal ruido con sus cuitas. Último domicilio registrado: Hialleah. A estas horas en todo el sur de la La Florida sus múltiples matrimonios y su fotuito arresto deben de estar alternando con la reciente fuga del presentador de TV Carlos Otero como la comidilla del día en la comunidad cubano-americana.

Y no es para menos. El Abicú quiere expresar aquí compasión y empatía no sólo por esta ingeniosa abeja reina cubana de 26 años y su novelesco drama, sino a la vez por los posiblemente todavía desprevenidos zánganos en su extensa nómina de estafas matrimoniales, entre los cuales de seguro figuran cubanos.

¿Conoce, por azar, algún lector versado en jurisprudencia cuál es, aparte de la lógica anulación de los nexos conyugales, el marco de sanciones a que se exponen Eunice y sus diez maridos? ¿Multa, cárcel, deportación?

Ojalá las leyes de inmigración de la Yuma no contemplen este último extremo para ninguno de ellos. Y una vez sudado el sofocón jurídico, doña Eunice pueda resarcirse con creces de las costas procesales cobrando a diestra y siniestra por vender su picaresca historia a la prensa del corazón.

Y sobre todo, vendiéndola a buen precio a algún canal de televisión deseoso de halagar a sus espectadores con el culebrón más deleitoso del 2008. Así acumularía capital suficiente para invertirlo en un negocio que a buen seguro prosperaría con su bien merecida fama de recordista matrimonial del Guiness. ¡Aché para ti, Eunice!


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