Estimados lectores:
Aparte del vacilón de las vacaciones a orillas del Támesis --donde, créanlo no lo crean, conversé con y recibí unos consejos muy útiles de mi admirado premier Winston Churchill que ya les contaré-- y de la saludable conveniencia de desconectar un rato del obsesivo "monotema" criollo, por motivos particulares que no viene al caso consignar aquí pero que no son de monta, me ha sido del todo imposible cumplir mi promesa de reactivar el blog tan pronto regresara de la capital británica. Mis disculpas especialmente a Analista y al Anónimo del 14/10/07 06:03.
Ya bastante desintoxicado, he vuelto a entregarme esta mañana en cuerpo y alma, con redoblado entusiasmo, al vicio de la cubadicción. En el curso de la semana volveré a la carga con una serie de textos dejados a medias antes del viaje.
Por supuesto, no faltará el tan apetecido plato fuerte del Abicú. Ya saben, para gaudio de tirios y troyanos, algo más de mi "guerrita particular", de mi "encarne" contra la benemérita Asociación Encuentro de la Cultura Cubana.
Aunque esta vez sólo sea de refilón, a fin de recalcar razones con nuevas viejas evidencias reforzadas por los últimos acontecimientos y, sobre todo, para no perder la pitirresca costumbre de picotearle la cabeza a ese otrora influyente buitre en voluntaria caída libre: ya no engañan a nadie dentro y fuera de Cuba más que a sí mismos, a los desprevenidos y desde luego a quienes, por activa o por pasiva, tengan arte y parte en tan lucrativa bolsa negra diz que culterana.
¡No se pierdan mi plática con Churchill! Por el momento, a título experimental (no garantizo que puedan verlos), los dejo con dos breves vídeos del viaje a Londres.
Monday, 15 October 2007
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