Thursday 8 May 2008

Premio a Yoani, crisis bolivariana, ants mill y Primero de Mayo en Cuba, ¿cambio de agujas en Madrid?...

Contestando a lectores y hablando de todo y lo mismo un poco como los locos

Por Jorge A. Pomar, Colonia

Gracias, Éufrates. Sí que es un espectáculo edificante el de esos santacruceños. Pusieron los puntos sobre las íes, igual que la mayoría de los venezolanos en el referendo del 2 de diciembre, casi como los colombianos bajo la batuta del astuto jinete del Apocalipsis neoliberal Álvaro Uribe. Colombia y más del 80 por ciento de los colombianos, duélale a quien le duela, son hoy faro de América, modelo, hilo de Ariadna conducente a la capilla ardiente del Leviatán guerrillero en Latinoamérica.

A la larga, con el tumbao de caracol a cangrejo que llevan los cambios raulistas y la ataraxia cívica de los "hombres y mujeres viejos y nuevos ", parece que Cuba, pionera de la catástrofe marxista subcontinental en el siglo XX, está condenada a beber la cicuta castrista hasta las heces, a volver a ser el vagón de cola en el combate contra la plaga de "los guerrilleros en el poder" entre el Bravo y la Patagonia. Al final los escaches del Kinkong Rojo y su jurásica cría en Sudamérica van a pesar más en el destino de la Isla que lo que hagan los propios cubanos del patio y de fuera. Razón por la cual el Abicú les concede tanto espacio en su blog.

Sí, Aro, cambalachear seguridad por libertad nos ha costado un ojo de la cara y el --perdón-- de las nalgas. Todo para terminar sin la una y sin la otra. Por eso, si Raúl Castro, sus generales tecnócratas y sus arcaicos secuaces del PCC no se dejan de paños tibios y al menos enrumban sin complejos por la banda más ancha del neoliberalismo económico a lo Deng Xiaoping, eventualidad descartable habida cuenta de lo poco que se le ha visto en la bola a ese lanzador septuagenario, estoy cada vez más por el despetronque social en gran escala.

Con todas sus funestas consecuencias porque, como bien dice hoy en
ERR Julián B. Sorel (¿se habrá levantado él también con la leche cortada esta mañana?): "Ni plan quinquenal, ni desarrollismo, ni amaneceres gloriosos: insolidaridad, rapiña, grosería y neurosis colectiva es lo que predomina en el país real, ese que apenas comienza a asomar en las páginas de Granma...".

En esos abicueriles términos describe Sorel la cubanidad doblemente insularizada, por la "maldita circunstancia del agua y la policía por todas partes", que hereda y pretende consolidar el Hermanísimo. ¡Mis respetos, colega! Gracias a ti, constato con alivio que ya no hago falta en el selecto staff de colaboradores de Encuentro en la Red (EER).


La verdad es que yo --sé lo que digo por venir de bien abajo, haber vivido en solares, combatido en Angola, construido en Alamar y militado en el PCC--, tampoco me fío para nada de "nuestro pueblo" que, si para merecer preciso fuere hacer algo meritorio, tiene incluso más de lo que merece.

Y de "nuestros" intelectuales, ya ustedes saben: no sólo detentan buena parte de la culpa en todo lo retorcido en la década anterior al 59 y hasta la fecha en la Isla sino que, con tan honrosas como escasas excepciones, tanto los de dentro como los de fuera, tanto los de antaño como los de hogaño, ya pulen sus autobiografías, como el abajo mencionado historiador de La Habana (Leal), elaborando de paso, en plan de "contingente de vanguardia", el próximo imaginario plúmbeo de la venidera Tercera República.


Como ven, esta tarde me he dejado llevar otra vez por todos los demonios de la mala fe, el despecho, el rencor, la inquina, la alevosía, la perversidad... Y es que se me antoja que el medio siglo de éxito de los Castro se mediría mejor por la cantidad de pendejos, pusilánimes,
tontos útiles, noveleros, mitómanos, payasos, camajanes y halalevas en que se ha sustentado. Sí, me siento fatal esta tarde de verano...

Disculpen el mal humor. Saben, es que me ha indispuesto haber vuelto a observar por Cubavisión ese torrente de gente agitando banderitas el Primero de Mayo frente a la gerontocrática tribuna al pie del obelisco martiano (el "Apostol" de la independencia tampoco es santo de mi devoción) de la Plaza de la Revulsión. Está bien, está bien, ya sé que esos desfiles multitudinarios son pura fachada, simulación, hipocresía de la plebe.

Es lo peor que tienen esas marchas del "Pueblo Combatiente". Desencanto y aristocratizante tirria de gusano de cremallera el mío, de "escuálido" resentido. A mucha honra, por cierto. El resquemor me durará hasta la fosa, ya que no pienso postularme para ningún puesto público y, por ende, tampoco estoy obligado a dorarle la píldora al dizque "soberano". Miren si es así que, de un tiempo a esta parte, detesto más a "nuestro pueblo" que a su moribundo Verdugo Mayor, que ha sido también víctima de nuestra aterrillante tracatanería (adulación en el argot criollo)
colectiva.

Sin ir más lejos, la noche del Día Internacional de la Clase Obrera tuve una pesadilla orwelliana. ¿A que no saben lo que es un
ant mill, un "molino de hormigas"? Desarruguen el entrecejo: yo tampoco lo sabía hasta que hace unos meses me empaté, en un mercado de pulgas a orillas del Rin, con el recomendable ensayo The Wisdom of Crowds (La sabiduría de las multitudes), de James Surowiecki.

El título no engaña. A pesar de todas las experiencias negativas con las masas populares en el siglo XX, éstas poseen cierto asombroso conocimiento colectivo de índole estadístico nada despreciable.

Antes de abordar el tema del
ant mill, permítanme intentar explicarlo con un ejemplo cubano harto elocuente: el VII Congreso de la Unión de Escritores Cubanos (UNEAC). Sabido es que entre las muchedumbres más necias del mundo descuellan por la clásica milla los gremios de gentes cultas y refinadas.

Pues, bien, nuestros intelectuales "orgánicos" --y para ser justos, no pocos inorgánicos que siguen tracataneando hasta después de cruzar el charco-- distan largo trecho de ser la excepción de la regla. Pero, sumando todos sus ejercicios de alcahuetería retórica y sacando el promedio, la descripción involuntaria de la calamidad nacional no puede ser más exacta. Leamos dos citas que hablan por sí solas:

Carlos Lages: Venimos de la ausencia dramática de alimentos y medicamentos, de calles desoladas, de noches oscuras, de doble moneda, que es como doble bandera, con la atenuante de que ambas son nuestras. Venimos, y en alguna medida aún estamos, en un período histórico de casi dos décadas en que nos propusimos sostener un ideal de justicia que ya no era posible defender.

Eusebio Leal: Hemos vencido porque hemos sobrevivido. [...] Cuando todo termine, quizás [...] yo podré decir como el abate Sieyès cuando le preguntaron en los días terribles de la Revolución Francesa, que no han sido los nuestros: “¿Y usted qué hizo?” Respondió, entonces, en un grito de sinceridad: “Yo, sobreviví a ella”.

Huelgan comentarios. Ahí está, en nuez, la magnitud exacta del desastre. Por su carácter testimonial, las deyecciones orales de los uneacistas superan en valor hasta las andanadas críticas del último discurso de Bush, certero pero no en boca de testigo de cargo. El lector suspicaz pensará que he extraído arbitrariamente dos pasajes que encajan en el argumento de marras. Se equivoca de medio a medio: cualquier sumatoria de textos apologéticos del Granma, Juventud Rebelde o La Jiribilla arroja un balance similar.

Igual que cualquier serie de entrevistas hechas al buen tuntún --o sea, incluyendo un alto porcentaje de comecandelas del régimen-- en la Isla reflejaría infaliblemente un ansia recóndita de capitalismo y democracia representativa, de vuelta en redondo al "oprobioso" pasado
tout court.

"Mejor Batista con sangre que Fidel con hambre", decía un grafiti que
de vez en cuando aún garabatea algún anciano obstinado en la pared al amparo de la noche. De ahí el reciente resurgimiento cuasi nostálgico de los estudios sobre su vida y obra. Y pensar que Raúl Castro, en el mejor de los casos, sería un Batista totalitario. Qué guapo ese mulato; se parece cantidad al ejecutado general Arnaldo Ochoa. ¡Abicú, batistiano! (Foto: Fulgencio Batista Y Zaldívar.)

Pero volvamos a nuestro molino fórmico. Consiste en el siguiente fenómeno: las hormigas
(de la subespecie marabuntas rojas, si mal no recuerdo), cuenta Surowiecki, citando a unos entomólogos, son seres hacendosos pero robóticos. A saber, cuando salen en busca de alimentos o por cualquier otro motivo, lo hacen siempre en fila india. ¿Motivo? La inteligencia de cada individuo se reduce a seguirle mecánicamente los pasos al que va delante.

Cuando la hormiga guía se extravía, sufre un mareo polongado o estira las patas, las demás quedan algarete en medio de la selva sin saber a dónde ir ni qué hacer para continuar adelante con la tarea prospectiva o retomar el "camino correcto" de vuelta a la termita. Dada la especialización de las funciones reproductivas en las reinas, las obreras tampoco pueden fundar un nuevo hormiguero. Incorporarse a una termita ajena significa guerra a muerte. Aquí no hay asilo ni adopción.


Con el tiempo la larga columna de marabuntas rojas va arqueándose cada vez más hasta cerrar un circuito elíptico (mill) de varios kilómetros de diámetro, de donde ya nunca más logran evadirse, a no ser por un golpe de azar. Así prosigue la extraña procesión circular,
sin descanso, invariablemente. Poco a poco las hormigas van cayendo por el camino una tras otra, exhaustas o muertas. No hay escape...

Bueno, seguro que ya se han imaginado lo que me ocurría en aquella pesadilla nocturna del uno al dos de mayo. Yo era una entre millares de hormigas embromadas en la noria de extravío infinito. Medio muerto de hambre, canícula, sudores fríos y creciente fatiga, vestido con un andrajoso uniforme verdeazul de miliciano, loco por pensar o gritar, boqueaba en la oscuridad sin poder cerrar las mandíbulas de mero estupor...

Por fortuna, no me acuesto sólo. Al ver como me revolvía gimiente a su lado en la cama, Anna decidió despertarme, obrando el milagro de hacerme reencontrar de golpe y porrazo la puerta de salida de aquella angustia, de retorno a mi existencia exiliar, que no será rosácea pero la vivo por cuenta propia.


"El socialismo es la ciencia del ejemplo", reza el afiche de abajo. Por ende, los hormigueros son la sociedad socialista perfecta. Tanto que, cuando a esos insectos comunitarios no les va bien dentro o fuera de la termita, no hay para nadie Bombo de Oficina de Intereses o Ley de Pies Secos / Pies Mojados. Ni jinetear pueden. ¡Ay, Dios!

Bueno, después de todo en algo teníamos que diferenciarnos de las hormigas, aunque esos laboriosos insectos no portan banderas ni chivatean y/o chicanean a sus congéneres de la misma termita. En fin, saquen ustedes sus propias conclusiones. Un consejo: no le metan demasiado cráneo al símil, porque es de los que suelen provocar delirios oníricos, diurnos y nocturnos.


Por lo que me toca hoy, corro con el laptop, un habano y una botella de Rioja a sentarme a la sombra en el balcón. A ver si se me calma la tarántula, como las ganas de trabajar al chimpancé del cuento debajo de una mata de coco. El laptop para seguir dechavando a mis anchas; el puro y la botella de vino, como recompensa y fuente de inspiración.

Muy bien dicho, "Firestone O Yanta ú Mala". Fina ironía la tuya contra el tardoindigenismo a lo Galiano, Retamar y demás yerbas calibanescas. Y a propósito, ¿dónde se metieron esos sanguinarios indígenas y cholos bolivianos cuando el Che rompió en balde todas las trompetas de Jericó en las selvas del Altiplano? "Perro que ladra no muerde", dice el refrán. Y si los canes son a la vez
homo sapiens, menos que menos. Lo dice un ex chamaco del barrio de Jesús María.

Lo siento, Marcoreto, todavía no ha expirado la tregua de un mes declarada por el Abicú con motivo de la visita de Ponte a Colonia, de grata memoria en estos pagos europeos de vez en cuando conmovidos hasta las lágrimas por demagogos letrados de la Isla y la Diáspora en plan de autochapisteo de dudosas carrocerías disidenciales.

Empero, lo valiente no quita lo cortés: mis felicitaciones, sin dobleces, a Sorel por su diáfano artículo de hoy: "Las meigas y los heptarcas", un mandarriazo contra el culteranismo ambiental, asestado con ambas manos, con toda la demoledora contundencia del rústico implemento. Pongo gustoso aquí mi firma debajo de la suya. Y alzo el pulgar también a favor de la Redacción, que reseñó el discurso de Bush. Será que en el fondo el cambio en la Asociación Encuentro de la Cultura Cubana (AECC) es algún adarme más que un nuevo cambio de look gráfico en Encuentro en la Red...

¿O el castigo a Yoani Sánchez --por quien, por cierto, el Abicú rompió más de una lanza cuando otros que ahora la veneran ponían en duda su integridad o guardaban silencio-- ha sido demasiado hasta para la presidencia de la AECC? Desde luego, también pudiera ser que el influjo del poderoso grupo mediático sociata Prisa, que se salpica rindiendo honor con el Premio Ortega y Gasset (filósofo español felizmente notorio por,
me lo recuerda hoy Perucho, abominar de las multitudes en un ensayo brillante titulado La rebelión de las masas) a quien honor ya hacía rato de sobra merecía, haya sido demasiado irresistible para el circunspecto piquete de Infanta Mercedes 43 en Madrid.

Uhm... Detrás de Prisa está El País, o al revés; y muy cerca detrás de ambos, el PSOE y la Moncloa. ¿Caray! Y resulta que esta misma mañana Tania Quintero... Uhm... Déjenme cerciorarme para que luego no me acusen de conspirólogo, de estar haciendo conjeturas en falso. Un momentico...

En efecto, acabo de pinchar de nuevo en el URL de Generación Y. Sigue saliendo un letrero en inglés que dice así:
This web site is currently not available. Please try again. Ídem con el sitio de la Revista Digital Consenso. (Ambas fuera del éter.) O sea, la del grupo de arcángeles rebeldes de la redacción que expulsara al "socialdemócrata" --o "socialista democrático", él suele presentarse indistintamente bajo ambos rótulos--, de la antigua Consenso por malversación y despotismo.

En la actual Consenso figuran --entre otros indeseables para el régimen y más todavía para Cuesta Morúa-- Yoani y su media naranja. Me refiero a mi amigo y correligionario fuerte Reinaldo Escobar. Si bien
es cierto que El País, justo es reconocerlo, se había trepado just in time a la cresta de la ola de popularidad yoaniana (ya es hora de lexicalzar su nombre), no lo es menos un hecho que el PSOE y Zapatero no ignoran.

Concederle a una francotiradora anticastrista in situ,
a esa espina juvenil de tan sutil manera enconada en el ojo del castrismo, nada menos que el Ortega y Gasset en Periodismo Digital es un inexcusable desafío a La Habana por parte de un ejecutivo socialista que pronto tendrá cabal respuesta.

Tanto más desconcertante el galardón a la chica de Generación Y cuanto que José Ortega y Gasset está catalogado por la ciencia maxista-leninista como un filósofo irracionalista burgués, contrarrevolucionario y antitotalitario. Con razón, como se aprecia en este pasaje de La rebelión de las masas: ...Ésta [la "razón" histórica] nos muestra la vanidad de toda revolución general, de todo lo que sea intentar la transformación súbita de una sociedad y comenzar de nuevo la historia...


Sayo que, aunque un poco ancho para su talla retroprogre, le sirve también a su tocayo Zapatero. Y así llegamos al quid, a la pregunta clave de esta nueva especulación reaccionaria del Abicú: ¿cambio de agujas en La Moncloa? ¿Conflictos latentes, soterrados por una política de apaciguamiento contra viento y marea, entre La Habana y Madrid que de pronto, sin que lo sepamos, están a punto de salir a la luz pública? No lo creo, pero su jaleo habrá de lo que no hay remedio porque, en tratándose de gente floja y del comercio, los Castro nunca se quedan dados.

En todo caso, nada que a la postre
no pueda resolver la moratinesca diplomacia de la genuflexión con a fuerza de guiños cómplices, nuevas concesionese o una visita de cortesía a la Isla. Cabe también la posibilidad de que la progresía cultural española, confundiendo la perspicacia y delicadeza de Yoani con lo que ellos entienden por talante dialogante, conciliador, se hayan propuesto captarla para la causa zapateril.

Craso error de paralaje del no tardarán en salir. Esta "damisela encantadora", capaz dedanzar sobre la cuerda floja totalitaria habanera,
a buen seguro deslumbrará a tirios y troyanos patinando artísticamente a su aire sobre la babosa autopista de la inefable retroporgresía madrileña. Vivir para ver...

En sentido lato, me inclino a pensar que el premio puede tener algo que ver con el inicio del segundo mandato de Zeta que, a causa del descalabro electoral de sus aliados de Izquierda Unida y las tribus regionalsocialistas (aquí entra en liza de nuevo don José, cuyo ensayo España invertebrada parece haber sido escrito ad hoc para la coyuntura actual en la Península) no tiene otra alternativa que el matrimonio de conveniencia con el Partido Popular en una legislatura que se perfila cuesta arriba en múltiples aspectos.

El económico incluido, porque los números no dan para cumplir tantas promesas a la plebe peninsular; el político-administrativo también, porque Cataluña y el País Vasco reclaman con razón también su shakespereana libra de carne en fueros y franquicias. Al Mr. Bean monclovita le urge también, por un lado, romper el férreo aislamiento (léase ninguneo) que sufre la Madrastra Patria, y él en particular, por parte de sus socios de la Unión Europea. Y por el otro, conseguir al fin algo más que un "Hola, amigo" --y si te he visto no me acuerdo-- del aborrecido Bush.

Finalmente, el paquebote del castrochavismo hace aguas a ojos vistas por todas partes y en cualquier momento se va a pique. (La victoria del SÍ en Santa Cruz trae cola: el senado boliviano aprobó ayer un referendo revocatorio contra Evo Morales.) O de pronto se radicaliza y arremete a fondo contra los intereses peninsulares en media Sudamérica, haciéndo quedar mal al hombre de las cejas circunflejas. Vaya Usted a saber...

Por si fuera poco, después de tantos bretes y pifias monumentales, da la sensación de que Obama o Hillary llevarían las de perder frente al viejo MacCain. Y no es cuestión de que Zapatero se arriesgue a halar otro quinquenio gris sin realizar el sueño dorado de poner los pies dentro de la Casa Blanca. ¿No va siendo hora ya de tomar distancia del mito guerrillero sudamericano? Por descontado que el más que merecido premio a Yoani Sánchez igual puede haber sido fruto del perenne culipandeo, de la demagogia galopante de un ejecutivo de opereta posmoderna como el del PSOE.




En efecto, el Abicú sueña despierto, se está haciendo aquí a sí mismo el cuento de la lechera. A sabiendas, pues lo más probable es que, como de costumbre entre la Madrastra Patria socialista y su Hijastra Pródiga castrista, la sangre no llegue al río y la "provocación" del Grupo Prisa sea oficialmente aclarada entre ambas cancillerías como un simple malentendido y el conflicto ahora mismo en ciernes acabe en la enésima reconciliación.

Sea como fuere, ya me estoy frotando las manos de alegría por el mal ajeno. Ahora bien, ¿será también el bloqueo electrónico contra Yoani el resultado de una chapuza, por exceso de celos, malintencionada por parte de un Eliécer Ávila en proceso de reivindicación? ¿O bien, del comilitón "eléctrico" que lo sustituyó al frente de la Brigada de Vigilancia Electrónica en la Universidad de Ciencias Informáticas (UCI)?

Mucho me temo que la causa real de la negación de la "tarjeta blanca" (permiso de salida) a Yoani sea un ex abrupto al más alto nivel, posiblemente del Magno Paciente en persona. Y esta vez podría ir en serio a por la chica que más dolores de cabeza le está dando al Fraternísimo. Y es que Yoani es una hormiga brava lúcida, sobria, perspicaz, voluntariosa, incómoda pero con ángel... Lo que se dice una flaca bien plantada en quien el Abicú se precia de haber visto desde su debut una prueba más de que el castrismo va a tropezar con la horma de su zapato donde menos se la espera.

De pronto, Yoani se les ha agigantado a los inquilinos del Palacio de la Revolución ahí mismo en la antigua Plaza Cívica batistiana, o sea, literalmente debajo de sus propias barbas. Cual de botella genio brotado, como diría Góngora. Pero cabalga sobre un tigre...

3 comments:

Lázaro Buría said...

Te sigo queriendo y no sé porqué. Mi gusta como hablas, aunque no comparto todo lo que dices. ¡Imaginate tú que conflicto! Para resolverlo me hago una pregunta que, por más que insisto, nadie quiere responder: ¿Qué hago y como me siento cuando me doy cuenta que mi enemigo tiene parte de razón -¡o toda!- en las ideas asume para atacarme? ¿Habrá terreno común donde, ellos y nosotros, podamos conversar para resolver este arroz con mango? Tengo respuesta para la primera, pero es larga. Y aquí no cabe. Para la segunda no, aún.

Me ha extrañado no ver includio tu blog entre los que participarán en BLOGUEANDO A CUBA.

http://bloggerdecuba.blogspot.com/

Y la idea nació cerca de donde estás. En Berlín.

Un abrazo, para ti para Ana.

Lázaro Buría.

Anonymous said...

Hoy es (creo) el cumple del filósofo individualista, liberal y algo abicú Ortega y Gasset, cuyo nombre lleva el premio que recibió el blog Generación Y.
Este hombre escribió (sobre todo este y también otros) un libro que hoy todavía se puede leer y está super vigente; La Rebelión de las Masas.
Perucho

Jorge A. Pomar said...

Hola, Lázaro:

Haz como yo, que hace ratón y queso aprendí a no juzgar los argumentos convincentes por la filia de quien las sostiene. De hecho, si a pesar de todo insistes en leerme, es que ya has empezado a transitar por esa ruta retroalimentaria.

Duele hacerlo, pero merece el esfuerzo. Sobre todo si uno no quiere acabar sus días enredado en sus propias mallas o perdido en un campo de lechugas ortodoxas.

En cuanto al certamen "Blogueando a Cuba", me enteré por la Chica de Kubalgie. Como no fui convocado, no quise incordiar presentándome de motu propio. No me pesa. Soy "ansí".

Gracias, Perucho. Pertinente y útil tu comentario. Como verás, he vuelto a hacer uso de mi derecho al chapisteo e incluido al filósofo. Dándote el crédito nemotécnico, desde luego. Por favor, echa un vistazo de nuevo.

Agradezco de antemano, a ti y a los demás, la continuación de esa ayuda en cuanto a coherencia y contenido. Igual en lo tocante a la ortografía. Y sobre todo, a la sintaxis, donde no basta con el corrector de Word.

El Abicú