Cuan lejos, Yoani...

Por Roberto Madrigal, Cincinnati

La medida de lo lejos que tu fama ha llegado se me dio esta mañana del 8 de mayo, al llegar a mi trabajo en Miami University. Esta universidad estatal, considerada entre las mejores del país, está ubicada en Oxford, al suroeste del estado de Ohio y a unas millas de la frontera con Indiana.

Un pequeño y bucólico enclave universitario, con unos cuantos cafés, restoranes y dos buenas librerías. Quitando a los 10 mil alumnos y profesores, no sería mas que una aldehuela rural. Cincinnati, la ciudad más cercana, queda a 45 minutos en auto. Ocho millas la separan de la notoriedad más cercana: el villorrio donde nació Sherwood Anderson, el más grande de los cuentistas de Estados Unidos. En fin, aparte mi presencia, nada más lejano y ajeno a Cuba.

Pues, bien, al llegar hoy a eso de las nueve de la mañana, todo el equipo del Centro de Asistencia al Aprendizaje, secretarias, estudiantes, profesores, administradores y hasta los bedeles, se me acercaron casi en tumulto para comentarme que acababan de oír un programa transmitido por la National Public Radio en el cual hablaban de ti. Por desgracia, hoy me lo había perdido.

Hablan los jóvenes de la "Generación Y"



Todos comentaban acerca de tu valor y de tu lucidez. Ninguno habla español, ninguno te ha leído. Y es casi seguro que sólo dos o tres pueden señalar a Cuba en un mapa. Poco importa. El caso es que hasta allá llegó tu mensaje. Con la fuerza de esas verdades tan evidentes y diáfanas que permite a cualquier extranjero descifrar, captar la esencia del mensaje sin necesidad de entender el idioma. Y no sabes, Yoani, lo orgulloso que me hiciste sentir...

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Posdata: Ya se puede acceder a Generación Y. Igual a la Revista Digital Consenso. Ambas bitácoras habían sido boicoteadas desde el 8 de mayo. Todo indica que los censores digitales están librando contra esos blogs --particularmente incómodos para el régimen sobre todo por estar cada vez más en "onda" entre la juventud insular-- una guerra de nervios, hostigándolos a ver si desisten.

O tal vez el propósito de esas interferencias intermitentes es sondear a los medios de difusión occidentales para ir haciéndose una idea sobre la reacción de la opinión pública internacional en caso de bloqueo electrónico definitivo. Sea como fuere, al igual que con la negación del permiso de salida a Yoani para recoger el Premio Ortega y Gasset en Madrid, están logrando el efecto contrario: aumentar la popularidad interna y externa de Generación Y, así como el interés por su entorno mediático y la blogósfera contestaria insular en general.