Monday 27 June 2011

"Los sueños de la razón producen monstruos"

Borrador de tesis abicueril sobre historia de Cuba

Por Jorge A. Pomar, Colonia

[Para Ibis. Gracias por la inspiración colegial.]

Justamente el propósito fundacional de este blog abicueril sigue siendo la incitación al debate a rajatabla a partir de textos con enfoques heterodoxos, intuitivos, comprehensivos, intencionalmente provocadores. Porque, más que la concordia y los sucesos aislados, me encantan la polémica y la contextualización asociativa. Huelga aclarar que, aunque me apasiona el género --y creo haber asimilado con provecho a casi todos los clásicos criollos, plus unos cuantos extranjeros de fuste--, no pretendo dármelas de historiador profesional, oficio que cuadra mal con mi temperamento sanguíneo. Entre otras, por al menos tres razones:

(1) La indispensable pero, para Menda y su Alter Ego en particular, harto tediosa labor de buscar e indagar en polvorientos archivos es sólo la primera fase ajena de la ineludible división del trabajo en un campo inabarcable que debería ser del máximo interés público pero no lo fue, no lo es ni jamás lo será. Ni en la Isla de la discordia cordial entre gobierno y oposición, ni en ningún país del mundo habitable. Por suerte o desgracia. Pues, si bien por un lado semejante desconocimiento colectivo del pasado condena a la polis en cuestión a chocar dos o más veces con la misma piedra, por el otro no es menos cierto que, frente a la irresistible tentación de los aún más catastróficos experimentos de ingeniería social, garantiza el factor vital de la espontaneidad y la renovación generacional en los cambiantes, polivalentes avatares humanos.

Lo sabía por agridulce experiencia propia el Goya de los esperpentos: "Los sueños de la razón producen monstruos". Especialmente los de cualquier utopía revolucionaria. Ejemplo de pasarela en el patio de tales monstruosidades goyescas es la alucinante misión histórica continental asignada a las generaciones futuras por el Apóstol en su alegórica carta testamento. De cuyos mandamientos escatológicos se infiere que Martí, hijo de peninsulares leales a la Corona, condena explícitamente a sus hedonistas pero crédulos coterráneos, por un lado, a trucidar españoles en masa y, por el otro, a no ser felices mientras exista el Imperio. Destino manifiesto de sesgo megalomaníaco cuyo correlato sistémico para un país tan enano y bretero había de ser, salvo objeción divina, el comunismo de guerra a título perpetuo. Por fuerza, lógica, arrogancia y superchería historiográfica...

Broma macabra con la que, profundamente español en su fuero interno, el Poeta Nacional intenta la cuadratura sanguinaria, fratricida, de un círculo anglófobo iberoamericano que igual podía cuadrarse de manera incruenta siguiendo el trazado apacible del compás autonomista. La gran paradoja es que hoy cuando, a diferencia de los ingentes esfuerzos reformistas hechos contra reloj por un Madrid presa de la angustia geopolítica, es obvio de toda obviedad que la Gerontocracia Biránica no nos está tendiendo nada parecido a un ramo de olivo, el grueso obsecuente de la oposición martiana se desvive por el diálogo con sordo y la paz de los sepulcros a ultranza.

(2) Y el estrepitoso fiasco histórico de la Cubanidad --porque de eso se trata, pese a los delirantes afanes de nuestro síndrome crónico de optimismo histórico agudo a contrapelo de crudas evidencias-- tiene demasiado que ver con la camisa de fuerza del "diseño inteligente" concebido para toda la eternidad criolla por la doble moral de nuestra mesiánica intelectualidad sacarócrata del siglo XIX. 

En ese aspecto, la propaganda del régimen no yerra del todo al proclamar al Magno Paciente como legítimo heredero de nuestro inefable "Santo de América". Una vez en el poder, Fidel cumpliría con creces la palabra empeñada en esa carta confidencial a Celia Sánchez Manduley: "...aplastar a todas las cucarachas juntas".  De hecho, hasta hoy persisten en su ardor suicida der metérsele voluntariamente debajo de los cascos.

Desde que la mano piadosa de Máximo Gómez o el secretario del futuro "Apóstol" arrancó del famoso Diario de Campaña los apuntes de Martí sobre el altercado con Maceo en La Mejorana, la mala costumbre de ocultar o destruir fuentes claves hizo escuela en la isla, agudizándose bajo el Biranato hasta el delirio como resultado de vicios hagiográficos comunes a tirios y troyanos. Como consecuencia, ni siquiera se puede calcular el número de documentos ya para siempre irrecuperables.

(3) Por ende, no siéndonos dable alcanzar el nivel medio de exhaustividad necesario para sacar conclusiones a partir de las fuentes --que de todos modos incluso sin esos vandalismos nunca habrían sido más que una ínfima fracción del pasado--, a la hora de estudiar cualquier acontecimiento pretérito pasan a cobrar, por defecto, una importancia determinante el uso desprejuiciado del sentido común y del humor, la capacidad de imaginación factográfica, el cotejo con esquemas contemporáneos similares en países afines, el insight intuitivo-asociativo a partir de realidades objetivas y subjetivas actuales, que no por gusto representan el culmen de todo lo acontecido... Sin ellos, incluso la erudición más puntillosa sólo ayuda al investigador, profesional o aficionado, a ofuscarse cada vez más y despistar a los amantes del género, que ni siquiera son tantos que digamos.

(4) Sin embargo, último pero no menor --visto y comprobado ad nauseam que toda narrativa histórica es y siempre será materia opinable según el cristal individual y epocal con que se mire--, el imperativo categórico abicueril de incluirse a sí mismo como autor en la ecuación historiográfica, con todas sus virtudes y defectos, biografía, intereses y servidumbres, que es justamente lo que olvidan hacer todos esos ilustres autofusilados de cara a la vanidad de vanidades de ese “Otro Paredón” que acaban de inventarse de mutuo acuerdo promocional.

Bueno, Ibis, como ves al final no son tres sino cuatro las razones abicueriles arriba enumeradas. A buen seguro, aún no están todas. Pero consiénteme un par de preguntas mayéuticas en torno al mito fundacional de la Cubanidad, por mor de no dejar el asunto en la mera paja teórica. ¿Conociendo la estructura demográfica de nuestras ciudades durante la época (y hasta la fecha), es creíble que todo el patriciado bayamés, integrado por una mayoría de peninsulares, fuesen realmente tan altruista, patriota y heroica como para aplicarle la tea incendiaria a sus céntricas mansiones coloniales y alzarse en la “manigua redentora” junto con toda la familia a la zaga de nuestro primer “Padre de la patria”?

¿A la vista de látigos, cepos y perros, qué alternativa existencial tenían los esclavos bozales de La Demajagua para negarse servirles de carne de cañón a sus amos, mayorales y rancheadores de la víspera, transfigurados de la noche a la mañana en sedicentes adalides de la libertad, fraternidad e igualdad? ¿Acaso no es más lógico suponer que, en última instancia, sus móviles para seguirlos a una muerte (preferencialmente) segura apenas diferían de los de los cimarrones apalencados o de los que optaban por el corso y la piratería?

Ahora extrapolemos aquella ordalía a las circunstancias de sus descendientes bajo el Biranato: ¿sería descabellado creer abicuerilmente que todos esos aborrecibles “nagües” migrantes del Guaso enrolados en la Policía Nacional Revolucionaria de las provincias occidentales en el fondo responden ellos también a los mismos móviles instintivos que sus antepasados heroicos, o sea, como única forma de paliar su humillante miseria local y aplazar la cita con la muerte?

Por añadidura, escudriñado con las lúcidas pupilas del sentido común, aquella decisión gratuitamente vesánica de incendiar la villa, ordenada por los arruinados bachilleres negreros que capitaneaban la insurrección, marca el primer punto de apogeo del esnobismo eurocentrista radical en Cuba. A saber, en el fondo no era más que un calco neurótico del incendio de Moscú ante el imparable Gran Ejército (medio millón de efectivos) bonapartista, mortífera estratagema del astuto marical ruso Mijail Kutuzov a fin de forzar con sus cosacos a los imprevisores intrusos a retirarse enseguida en medio del crudo invierno justo por la misma senda desierta que acababan de devastar con su voracidad. 

En cambio, los "rayadillos" de la columna del conde de Balmaseda podía darse el lujo de, amén de chupar cañas, recorrer el corto trayecto hasta Bayamo asando lechones a la barbacoa, cazando jutías congas, saboreando mangos del Caney, tamarindos, mamoncillos, anones, papayas, guanábanas, plátanos, piñas... O sea, un acto terrorista tan inútil como la política manigüera de tierra arrasada, incluyendo quemas indiscriminadas de cañaverales entre cuyas llamas perecían enteras familias de misérrimos guajiros y dotaciones de esclavos a manos de los Leonardo Gamboas del mambisado.           

En suma, contra lo que suelen propalar Carlos Alberto Montaner y sus émulos, Cuba no se ha "haitianizado", por la elocuente razón de que, a diferencia de lo ocurrido en Puerto Príncipe a principios del XIX, los negros nunca han gobernado en La Habana. A no ser que se tenga por africanizador al Batistato, creencia que en resumidas cuentas era lo que bullía en el subconsciente de casi todos los antibatistianos. Y aún bulle, puesto que la clave para entender nuestra tragicomedia actual sigue estando en la trama racial de la intrincada, reveladora novela costumbrista de Cirilo Villaverde Cecilia Valdés. "Pelo bueno / malo", "adelantar / atrasar la raza", "salto alante / atrás", etc., son giros coloniales que aún hacen furor en nuestro "Paraíso de la Felicidad".

Lo que pasa es que todavía los más, amén de energúmenos y petimetres de cuna y pupitre, nos pasamos de sentimentaloides y visceralmente hipócritas, cosa que intuye muy bien el gobierno por idiosincrasia propia. De ahí la infalibilidad del truco mediático de venderle a la aperreada Capital del Exilio el cordero envenenado de las reliquias de Zapata Tamayo. Todo cuela, desde la saga jabonera del balserito Elián González y las costosas huelgas esfinterales asistidas del Beato de la Chirusa hasta el rocambolesco performance de la Santa de las Muletas interesándose en el Combinado del este por los derechos humanos de un par de bambinos lujuriosos acusados de trata de mulatas chancleteras e infanticidio consumado. 

Añado, a guisa de ñapa, un último suceso ilustrativo esgrimido a menudo por ciertos sedicentes historiadores disidentes a semejanza de sus colegas oficiales: el desaire del alto mando invasor gringo al prohibirles terminantemente entrar en Santiago de Cuba a las victoriosas tropas auxiliares de Calixto García. Tal fue su modesto papel en la decisiva toma de la Loma del Caney, donde los Rudos Jinetes de Teddy Roosevelt se dejaron cuesta arriba los mil cadáveres que --con razón porque ya todo estaba perdido, sin contar que a la corta ni el mismísmo Abicú, que por entonces sólo lo era desde el punto de vista lucumí se lo iba a agradecer-- se negó a sacrificar el demócrata John F. Kennedy en Bahía de Cochinos. 

La pura verdad, resaltada por el sentido común y un par de datos documentales de dominio público, consiste en que nuestro legendario general sucida habría tardado más en poner una sola bota por su cuenta y riesgo dentro del perímetro de la segunda plaza fuerte de la Isla que los cabreadísimos quintos, guerrilleros y voluntarios, aún armados hasta los dientes y en número múltiples veces superior (a la sazón alrededor de un cuarto de millón para una Isla de apenas tres), en sacarlo a patadas por salva sea la parte.  

Cuba no debe su independencia a los Estados Unidos, reza el  título del soporífero ensayo canónico de Emilio Roy de Leuchsenrig, desafiando las evidencias de que Washington había intervenido a regañadientes, a mucho ruego rodilla en tierra de la diplomacia mambí, justo para evitar a tiempo un ya inminente segundo Pacto del Zanjón. Por cierto, el primero tampoco había sido resultado de la presunta cobardía de los veteranos firmantes, despectivamente tildados de "zanjoneros" por los belicosos pacifistas de hogaño, sino del ultimátum del "menos común de los sentidos" al cabo de diez agotadores, infructuosos años de guerra irregular y otros tantos de enconadas rencillas intestinas, a menudo mortíferas por ilustrativa añadidura. 

Nuestra historiografía académica y escolar de ambas orillas, repleta de mitos caricaturescos a lo Elpidio Valdés, abunda en groseras falacias por el estilo, sin duda frutos hereditarios del ancestral complejo de inferioridad-superioridad inherente a nuestra quijotesca estirpe de los molinos de viento. Verbigracia, ya se pueden contar con los dedos de una mano los semovientes heresiarcas opositores dispuestos a admitir el fallo trascendental de que recién perdimos ad calendas graecas, por ucase de Obama & Hilaria pero también por rebatiñas e intrigas propias, la "Batalla de Ideas" a raíz del traspaso de la gerencia de Radio y TV Martí al liderazgo de la desteñida Fundación Nacional Cubano Americana (FNCA). Nada que, como de costumbre, sólo ganamos sobre el papel, que todo lo aguanta... [Panorámica de abajo: Korda, El Quijote de la Farola, 1959.]

Si como colijo las respuestas son afirmativas, entonces ¿qué tendría de raro que, por ejemplo, Zapata Tamayo (insisto en incordiar a los crédutos inquiriendo donde moraba ese ilustre "palestino" durante sus largos años de apostolado capitalino) y Reina Luisa tampoco fuesen la excepción de la regla oriental en un país donde rato ha que la casi totalidad de la disidencia revolucionaria, la intelectualidad, la academia y hasta los tres cleros jinetean “abierto” en ambas orillas? Finalmente, introduciendo a mi alevoso Alter Ego sin piedad en la ecuación histórica, no cabe duda de que, si el Abicú --a quien sólo (oportunidades de retractarse lucrativamente no le han faltado) por no ser un simpático negro catedrático de filia socialista-democrática le tapian el acceso a los estudios de Miami y Madrid-- se arroga el derecho a arremeter contra los fariseos sin distinción de colores, dicha conducta guarda una lejana relación con añejos, entrañables prejuicios coloniales de los “afrodescencientes” en su ciudad natal.

A saber, Cárdenas, ciudad racista si las había --y hay--, para cuya negrada Cuba terminaba, a mucho reventar, en los confines occidentales de Camagüey. ¿Me expliqué bien? Para este atrabiliario cimarrón exiliar un "blanco pata de puerco", un "negro de mierda", un "mulato peste a culo", un "jabao mala raza" y un "chino maruga" siguen siendo, exactamente, lo que a puerta abierta, delante de sus nietos, la mestiza Doña Inocencia, mi abuela materna, les espetaba en la cara cada vez que chocaba con alguno de esos impertinentes especímenes criollos. Es más, si cabe, creo a pies juntillas que desde el uno de enero del 59 no hemos hecho sino afearnos a porfía...

Saturday 25 June 2011

La memoria histórica, ¿primera víctima de "El otro paredón"?

De cómo más de medio siglo después los cubanos ni siquiera hemos aprendido a hacer oposición

Por Jorge A. Pomar, Colonia

[Para Cristina García y Lázaro González, a propósito de los vídeos de presentación de El Otro Paredón: asesinato de reputaciones en Cuba]

Hola, Cristy, tienes razón. De la forma en que está redactado mi comentario tal parece que atribuyo el complejo de culpa a los académicos de marras. Craso error: sus móviles determinantes son, como bien dices, de origen netamente gremial. El resto sería peccata minuta consonante con las circunstancias. Por lo demás, Lázaro, que conoce el reverso  del paño, los retrata a la perfección con su cámara de alta definición biográfica. Sólo echo de menos en su descripción un novenario de rasgos distintivos del gremio que paso a enumerar a continuación:

(1) De oficio, nuestros eximios "doctores de la ley" disertan ante auditorios imberbes integrados por colegiales con la escasa experiencia vital característica de su edad, cuyo porvenir profesional depende en buena medida de las competencias que ellos les certifiquen por medio del sistema de calificaciones. Factor condicionante al que se suma el hecho concomitante, no menos incontrovertible, de que la inmensa mayoría de los estudiantes se preocupa más por aprobar con buenas notas que por dominar a fondo las materias impartidas. No sin razón porque, en lugar de a pensar con cabeza propia, se les  enseña lo que se quiere que piensen.
2) A fuerza de repetir curso tras curso los mismos planes docentes al pie de la letra, o a lo sumo ligeramente actualizados --excepto notoriamente Doña Uva de Aragón, quien a todas luces clasifica de lleno como maestra de primaria con ínfulas académicas--, hasta los catedráticos más mediocres suelen causar la falsa sensación de ser genios de la retórica. Sensación que calzan bombásticamente con el mayor número posible de textos de corta y pega plagados de insulsas citas mutuas.

(3) A fin de reforzar el ansiado efecto de deslumbramiento juvenil, los doctorados se valen preferentemente de los últimos lenguajes para iniciados creados ad hoc por egregios colegas de moda en la docencia eurooccidental; cuanto más esotéricos y "progresistas" tanto mejor. 

(4) De ahí, pongamos, el actual uso y abuso en nuestras aulas postcomunistas de los anacrónicos filósofos neomarxistas de la Escuela de Fráncfort, convenientemente pasados por el tamiz posmoderno de Derrida, Foucault, Chomski y demás chamanes metalingüísticos de la Aldea Global con nombres altisonantes, etc.   

(5) Fáciles de impresionar en razón de su tierna edad y afán de conocimientos, los alumnos de nuevo ingreso integran el eslabón ínfimo de una cadena vertical de ordeno y mando rigurosamente basada en los principios medievales de la auctoritas (magister dixit) y la cofradía magisterial (fellowship) que poco o nada tiene que envidiar en estilo y jerarquía a las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), al Partido Comunista de Cuba (PCC) o a la inefable curia católica nativa, a día de hoy desfachatadamente a las órdenes del general Raúl Castro Ruz. 

(6) Auscultando desprejuiciadamente debates culteranos fuera de claustro, cuales las conferencias de la Universidad del Aire divulgadas en este blog, o los vídeos apologéticos sobre la antología hagiográfica El otro paredón..., se llega sin esfuerzo a esta ineludible conclusión: salvo casos de manifiesta, irresistible hostilidad gremial, en todos los contertulios crítica y autocrítica colegial brillan más bien por su ausencia.

(7) Si ahora añadimos al cuadro de conjunto la íntima interdependencia existencial entre el profesorado universitario y el resto de la intelectualidad --especialmente narradores, ensayistas, poetas, dramaturgos, cineastas y periodistas, siempre ávidos de los réditos convertibles del reconocimiento docente y, desde luego, dispuestos a reciprocar favores ex cátedra--, se comprenderá que la mente del estudiante no tiene modo de escapar indemne frente a ese fuego cruzado.

(8) Por ende, particularmente en carreras de Humanidades y Ciencias Sociales (las llamadas Ciencias Exactas escapan mejor al nepotismo docente) cuando no se imparten puras naturalezas muertas del canon clásico, excepto en casos de excepcional talento natural y/o fuerte influencia moderadora por parte de progenitores cultos con visiones distintas del mundo, sus pupilos apenas pueden oponer resistencia frente a programas de adoctrinamiento, de fuerte sesgo moralista, impartidos por presuntas lumbreras en facultades que, a todos los efectos prácticos, tienden a comportarse más bien como seminarios-madrasas. [Cuadro: Rembrandt, La lección de Anatomía del doctor Nicolaes Tulp, óleo sobre tela, 1632, Royal Picture Gallery Mauritshuis, La Haya.]

(9) Finalmente, lo peor de todo es que, considerando desde este punto de vista abicueril a la enseñanza superior en función de su cambiante contexto histórico criollo, se constata sin falta la siguiente paradoja perversa: mutatis mutandi, unos planes docentes ideológicamente muy similares entre sí surten en el estudiantado socialista efectos perfectamente contradictorios. A saber, bajo las libertades burguesas y la autonomía universitaria socavaron violentamente la economía de mercado y la
democracia representativa hasta el desastre arqueológico. Por contra, bajo el totalitarismo bolchevique y la estricta militarización del campus, reina en las aulas la paz de los sepulcros. A su vez, la flor y nata del claustro en "ambas orillas de la cultura cubana" aboga sibilinamente por el rescate del sangriento "Período Romántico de la Revolución" y el tránsito pacífico hacia el "socialismo con rostro humano"...   

Hasta ahí, sin ánimos de agotar el escabroso tema. Retomemos el diálogo interrupto. En realidad, me refería más bien a los antibatistianos de todos los pelajes y compañeros de ruta del castrismo --burguesía republicana, clases medias, estudiantado, aristocracia obrera, intelectualidad, partidocracia, sociedad civil, desertores de las fuerzas armadas, prensa libre e Iglesia incluidas-- durante la fase insurreccional.

O sea, aludía fundamentalmente al liderazgo ortodoxo y auténtico, sin cuya ingenuidad y/o mala fe suicidas al bloquear a mano armada cualquier salida electoral a la crisis del Batistato y sumarse desaprensivamente a la vía de la violencia revolucionaria impuesta por el M-26-7 y el Directorio Estudiantil, habría sido fácil apear del palenque a los "barbudos" de la Sierra Maestra, conjurando la debacle de enero del 59. Por donde se conoce que, más bien precisamente por temor a las garantías de arbitraje internacional, los partidos de oposición no debían creer ni poco ni mucho en los resultados de aquellas encuestas interesadas de Bohemia que asignaban un lejano tercer lugar al candidato batistiano.

Lázaro comentó.- Sin dudas, El Otro Paredón: asesinato de reputaciones en Cuba, por el tema que aborda y por los autores presentados, donde encontramos a Carlos Alberto Montaner, Rafael Rojas y Uva de Aragón, así como de intelectuales cubanos emigrados que trabajaron para centros de investigación e inteligencia del régimen, como Juan Antonio Blanco y Ana Julia Faya; puede ser un texto que contribuya al esclarecimiento de los mecanismos concretos que ha empleado [y emplea] el régimen de La Habana para destruir social y políticamente mediante la desacreditación pública, a generadores de opinión... habrá que repasar los textos con atención, sobre todo en momentos donde el "intercambio" cultural y de ideas en una sola dirección, constituye una prioridad de la nueva "Batalla de Ideas"...

Por otro lado, varias cosas interesantes se aprecian en este proyecto del otro "paredón", además de la selección de los autores con tan diferentes visiones sobre el tema cubano, que une a un Montaner y a un Rojas; con una Uva, quien fuera subdirectora del polémico CRI hasta hace apenas unos días, y a Blanco y Faya...  quienes laboraron durante muchos años para centros de investigaciones e inteligencia del régimen. Blanco, quien al igual que Faya se acogió a todos los beneficios del programa de refugio político de Canadá --que supone que usted es perseguido en su país de origen y corre grave peligro de muerte--, y cuyo PhD proviene de una candidatura y no un doctorado a la soviética, es un activo partidario de la colaboración [no digo negociación, que es otro concepto], con el régimen en el mundo académico, que eufemística y manipuladoramente denomina "reunificación".

Uva Aragón: "...la mano peluda de los americanos"


La Sra. Faya por su parte, termina aterrizando en la Florida declarándose marxista, luego de disfrutar iguales beneficios del gobierno canadiense a costa de los impuestos que pagamos los taxpayers. Huelga decir que les envié oportunamente a estos dos últimos mis consideraciones sobre el asunto, en lo que no es más que la continuación de un largo intercambio con los mismos, no siempre desafortunadamente en buenos términos, y que incluye censuras a diestra y siniestra por parte del bien ponderado doble Blanco y algún que otro exabrupto de la marxista ahora miamense...

De su antológica deshonestidad colectiva para reconocer las causas de fondo de la apoteosis biránica, ajustar cuentas con sus propios errores --y horrores, puesto que siguieron bañándose alegremente en sangre junto con su futura némesis hasta que ya fue demasiado tarde-- y pactar con sus adversarios, parte la primera gran división fóbica originaria que hasta hoy, por el lado diaspórico, mantiene fatalmente fragmentado al vergonzante, cada vez más cooptado movimiento anticastrista en Miami y Madrid.

(De hecho, se pueden contar con los dedos de una mano --y sobran dedos-- los protagonistas de la gesta revolucionaria que, tras cambiar de bando, hayan tenido el coraje de admitir, sin ambages ni aguajes, sus ruinosas bellaquerías juveniles. Peor aún, se siguen dando de la mano con el régimen en la doble labor mutuamente provechosa de ocultar fuentes comprometedoras y silenciar voces de veteranos discordantes.)

Y por el lado insular, ha degenerado en esa especie de unanimidad microfraccionaria defendida a capa y espada por los capitanes araña de la disidencia leal. Como he venido argumentando desde antes (empecé nadando contra la corriente en Cubaencuentro) de la fundación de este blog proscrito cuatro años ha, a los referidos complejos de culpa de nuestro mal llamado "Exilio Duro", habría que añadir, a modo de correlato sin-el- cual-no, la persistencia de un vasto, esencial solapamiento de idiosincrasias e imaginarios entre ambos bandos en pugna fraternal.

El Abicú había dicho: ...Y hablando de grima, autocompasión y chamanismo, Lázaro: ya de entrada el título escogido para el libro (El otro paredón...) pone al descubierto el modesto mensaje autoapológetico de las susodichas vedetes contemporizadoras del exilio rosa, su afán victimista de equipararse en sufrimiento a los héroes (y antihéroes) acribillados a balazos por la fusilería del Biranato. En suma, la modalidad intelectual de la picuencia del "pobrecito(a) yo" al mejor estilo yoanita.

Egolatría que, a decir verdad, lejos de ser una moda original de la Santa de las Muletas, remite al mito exculpatorio de la "traición de Fidel", pasándose por el arco de triunfo aquel famoso "pacto con el Diablo", rubricado con sangre a sabiendas no sólo por José Antonio Echevarría sino por todo el espectro auténtico-ortodoxo antes y después de la Carta de México. Mutatis mutandi, ratificado hoy a fuerza de lengua bífida con el Hermanísimo por los aludidos héroes académicos. Visto así, el libro de marras no es más que un acto de exorcismo colectivo contra unos complejos de culpa aún demasiado frescos y viscosos...

Por lo demás, cualquier somero análisis de los pocos testimonios tardíos que poco a poco están saliendo a relucir revela cuán fácil lo tiene la propaganda castrista para "fusilar reputaciones" mal habidas, erigidas sobre charcos de sangre y mala leche. Más que de engaño y traición, cabe hablar aquí de estupidez y suicidio. Tomemos el ejemplo el supuesto antagonismo entre Frank País (apenas 22 años de edad al caer abatido en circunstancias sospechosas) y Fidel Castro, visto días atrás con los anteojos apologéticos de un José Álvarez en El Nuevo Herald: "...Aunque admiraba la acción de los que habían asaltado los cuarteles de Santiago de Cuba y Bayamo en 1953, dudaba de los propósitos de Fidel Castro, a quien consideraba un político en busca de un nombre para regresar a la lucha electoral. En definitiva, pensaba País, el golpe de estado del 10 de marzo de 1952 había sorprendido a Fidel Castro en la contienda por un acta de Representante".

Por más que el autor tergiverse el dato con tal de que encaje en su enfoque maniqueo, el sentido común indica a las claras que, al igual que el líder de la FEU, pese a discrepancias de métodos violentos y, sobre todo, de ambiciones hegemónicas, Frank también firmó su "pacto con el Diablo" por pura afinidad antisistema. Donde para casi todos ellos el abominable sistema a abolir era el statu quo implantado a duras penas del 33 al 44 bajo la fusta del general de Banes --cuyo pecado capital consistió en ser el primer intento de echar abajo el proyecto caucasiano de la sacarocracia decimonónica-- y, por esa razón inconfesable, desquiciado a porfía bajo ambos sucesivos gobiernos auténticos.

Cristina García comentó.- Ayer, por falta de tiempo, no pude comentarte sobre eso llamado "El otro paredón", Lázaro. Donde tú ves una mezcolanza de nombres distintos (CAM, R. Rojas, Uva de Aragón, Blanco, etc.) yo veo un grupo homogéneo, compacto de intelectuales. El que conozca, aunque sea de lejos, el mundo académico de todo tiempo y lugar sabe que, con muy escasas excepciones, lo único que importa allí de verdad es, precisamente, la reputación. De ahí la incestuosa endogamia intelectual que practican con entusiasmo los "formadores de opinión" de las dos orillas.

Cualquier académico de fuste antes tomará partido por otro de los suyos, aunque sostenga opiniones diametralmente opuestas, de haberlo, que por otro individuo de fuera de la clase pensante, aunque defienda ideas afines. En el caso particular de los aborígenes cubanos, une a eso la inveterada costumbre del pensamiento tribal por encima del simple razonamiento individual y tienes el cuadro completo.

Lo demás es calderilla. Defender el período romántico de la revolución, pedir la despenalización de la discrepancia, soñar con un mundo mejor y toda la casi infinita lista de aspiraciones de "los que saben", los que tienen "cultura" es común a todos ellos porque ninguno piensa fuera de su casta y todos abrazan la última moda con ardor, sea una nueva figura como YS o una cantinela como que Raúl Castro es reformista.

Cualquier cosa que salga de los intelectuales regresa a ellos sin pasar por el tamiz del pensamiento crítico. Por último, no coincido con Jorge en que haya complejos de culpa en el fondo. Por formación y convicción todos son progresistas, de manera que la ruptura con la tiranía es mucho más aparente que real. Lo que duele es que tarde tanto el reconocimiento a sus personas, tan merecido, según ellos mismos.

Comentando por la misma cuerda el texto en su blog Baracutey Cubano, el colega Pedro Pablo Arencibia tiende a corroborar testimonialmente el dato: "Según un combatiente de la clandestinidad en la lucha contra el régimen de Fulgencio Batista que era amigo de Frank País y de su familia, me ha comentado en varias ocasiones que Frank empezó a tener 'carisma' cuando empezó a matar, pues las personas le temían; el carisma de Fidel Castro quizás tenga el mismo origen. Según esta persona, dos de sus primeros muertos fueron dos personas a las que Frank les había encargado comprar armas y Frank entendió que no le habían hecho un negocio limpio".

Por tanto, no cabe la menor duda de que Frank País, cuyo grupo terrorista no por gusto se hacía llamar Acción Nacional Revolucionaria (ANR) antes de fusionarse con el M-26-7, era otro virtuoso aprendiz de gánster político. Así las cosas, no es de extrañar que el uno de enero del 59, con Fidel Castro fuera de juego en las montañas de Oriente y el presidente legal a media hora de vuelo de la capital, en vez telefonear a Miami y reinstaurarlo sin más en Palacio, se hizo todo lo necesario para facilitar la lenta marcha triunfal de los barbudos hasta La Habana. En la práctica, aquello fue un segundo golpe de estado contra Carlos Prío Socarrás, quien harto significativamente no rompería con el Gobierno Revolucionario (originalmente de mayoría ortodoxa) hasta dos largos, sanguinarios años después. 

A todas éstas, tampoco hay que olvidar el papel de ilustración negativista, utopizante y antinorteamericana sistemáticamente jugado por el grueso de la intelectualidad republicana desde la proclamación de la independencia en 1902. Mal de fondo histórico que a su vez explicaría esta otra aparente paradoja histórica: el acelerado resurgimiento del populismo mesiánico de corte auténtico-ortodoxo en la Capital del Exilio. Un andancio de credulidad rayana en la superchería y el papelazo que provoca desvaríos como esa descocada visita de la Santa de las Muletas al Combinado del Este para interesarse por los derechos humanos de un bambino condenado por asesinato de menores. O las reliquias trashumantes de uno de los "dignos hombres de los cascos blancos" (Fidel) --presumiblemente ex miembro o miembro activo de las Brigadas de Respuesta Rápida en misión Maisinicú-- depositadas al son de tambores batás en el mausoleo a los invasores de Bahía de Cochinos sin ADN que avale su autenticidad) vuelve a hacer estragos.

Yoani Sánchez tuitea (24-06-2011).- Hago investigación periodística sobre el triste asesinato de una menor de edad en Bayamo, del cual han sido acusados 3 italianos… Uno de esos italianos acusados ha estado llamándome desesperadamente desde prisión hace semanas. Hoy iré a visitarlo… Combinado del Este, prisión triste, atestada de hombres. En un país donde tantas cosas están prohibidas la población penal enorme… Me expulsaron del Combinado del Este: "Usted no está autorizada a estar aquí",  pero pude hablar por 20 minutos con los 2 italianos Vengo a visitar a Simone Pini, de los italianos acusados del asesinato de una menor. ¿¿¿Jura que no estaba en Cuba el día de la muerte???... No sé si es culpable o inocente pero me consta que lleva un año preso sin que se le haya hecho el debido proceso… [¡Cara de coco verde olivo que nos ha salido la espabilada flaca ciberdotada del Piso # 14! ¿Acaso otro grosero guiño burlesco de sus diseñadores contrainteligentes, embromados por su propia paranoia policial?]

De ahí el obsceno despelote de malabares contemporizadores. Fenómeno nítidamente observable de un tiempo a esta parte en la creciente polarización del liderazgo exiliar bajo la égida del tándem retroprogre Obama-Hilaria. En consecuencia, tengo para mí que, verbigracia, la tardía exhumación de la figura dialogante del presidenciable ortodoxo Carlos Márquez Sterling en boca de Uva de Aragón guarda una sutil relación con los obsesivos esfuerzos de La Habana por apuntalar, vicariamente, la truculenta unanimidad seudodisidencial en boga, basada en la "concordia social y reconciliación nacional", o sea, el borrón y cuenta nueva a ultranza. Gestión que, por azar concurrente, concuerda la virulencia de cierta burda campaña culterana al objeto de entronizar al genial pero torremarfilesco Lezama Lima como paradigma del intelectual anticastrista.

Al menos mi receloso Alter Ego así lo cree cada día más, precisamente por lo absurdo que se nos antoja. En suma, que más de medio siglo después del desastre del 59 obviamente los cubanos aún no hemos aprendido a gobernarnos pero tampoco a oponernos. A saber, los innegables éxitos civilizatorios de la colonia criolla en La Florida no se deben menos a sus propios méritos --indudablemente existentes-- que al hecho cierto de que opera dentro del marco corrector del Rule of Law y el American Way of Life.

Así las cosas, llegada la ansiada hora de trasplantar el modelo a territorio insular, otro gallo mucho más afónico volvería a cantar sin falta al son celtíbero de las mismas consabidas disonancias guerracivilistas que Uva Aragón parece preconizar al asumir la defensa de aquellos pichones de burgueses adscritos al "Bonche" (gansteril) universitario que, casi en solitario ante la significativa indiferencia popular, quemaron mucho más que simbólicamente la Carta Magna en protesta por el “madrugonazo” incruento del 10 de marzo.

Hecha la anterior salvedad en extenso, insisto en que, si bien el resorte que los mueve es de factura eminentemente gremial, nuestros académicos tampoco están exentos de mala conciencia. No sólo fingen descubrir a cuenta gotas esas perogrulladas historiográficas por su cuenta y riesgo, esto es, plagiando al descaro el copyright foral. Sino que, además de vetar el acceso a la opinión pública del personal ajeno a la plantilla escolástica, se cuidan de ajustar bien el gotero de la falsa ilustración democrática a las falacias de un presunto CHANGE raulista en el que, en su turbio fuero interno, ni ellos mismos creen. 

Ni por obra de un lapso de lengua arriesgan una opinión personal capaz de poner en tela de juicio a cualquier vaca sagrada de nuestra oposición cómica antes ni después de su fase de ordeño contrainteligente. Inútil preguntarles qué opinan sobre los sonados escándalos financieros de la Asociación Encuentro o, para no ir tan atrás, las graves implicaciones de las pasmosas palabras de Laura Pollán desmintiendo el relato victimista de nuestros lacrimógenos licenciados extrapenales dizque desterrados a la Península. 

Esos bretes, happenings y corruptelas (si el lector les cree a ellos todo eso, igual puede creerle a mi Alter Ego que el pasado 22 de junio este hijo de Mercedes cumplió 36 veranos en lugar de 63) no están a su capcioso nivel de toga y birrete. Pero, por mucho que se esfuercen en cortar pelos en cuatro y rizarlos a tono con el trenzado coyuntural, lo único cierto es que, al cabo de más de medio siglo de fracasos, a fuerza de distorsionar la memoria histórica los cubanos no sabemos gobernarnos. 


Qué digo, ni siquiera hemos aprendido a hacer oposición con los pies sobre la tierra. Y eso que el presbítero Félix Varela y Morales, según José de la Luz y Caballero "el primero que nos enseñó a pensar", falleció desterrado en La Florida hace ya la friolera de 224 calendarios. Vaya si seremos duros de mollera (y de corazón, porque parece que metabolizamos fatal las moralinas implícitas en esos dos nombres) nosotros los cubanos. Risa daríamos si no diésemos grima, como bien ilustra el retrato del Magno Paciente entre las pezuñas laqueadas de ese esperpéntico travesti agradecido. Insuperable remate gráfico del espectacular fallo intelectual y ético-docente de la Cubanidad... 

Wednesday 22 June 2011

La mexicana Perla está harta del capitalismo y la democracia representativa

No tanto así de las horripilantes degollinas de los narcos, que se cuida de no mencionar. De creerle, ya debe de estar remando a bordo de su canoa alternativa de Yucatán a la cercana Perla de las Antillas. Junto con los dignos "indignados" del Quince-Eme, que también están hasta las narices del euro, la economía de mercado, la "pluriporquería", etc. Con razón, porque al menos en el Paraíso de la Felicidad Biránica nadie les rebanaría el pescuezo por denunciar todos esos males en el Protestódromo. Además de exigir a coro, vía Internet, con la Santa de las Muletas y sus adláteres la "despenalización de la discrepancia"como panacea universal. ¡Cómo mola!

Saturday 18 June 2011

¿Una solución japonesa a la escasez de proteínas en Cuba?

El invento de Ikedasam merece una "Reflexión" urgente al más alto nivel profético

Por Jorge A. Pomar, Colonia

Un científico japonés logra convertir heces fecales humanas en suculentos bistecs. La "fibra" resultante, idónea para los más diversos platos cárnicos de la culinaria universal, contiene un 63% en proteínas, 25 de carbohidratos, 3 de grasas y 9 de minerales. El procedimiento asombros por su extraordinaria sencillez: tras extraer las proteínas de lodos de alcantarilla comunes y corrientes, se les somete a una especie de reacción catalizadora. El aséptico proceso de elaboración concluye en el interior de un reactor de enriquecimiento conocido como exploder de donde ya salen los filetes sin huesos listos para engullir. Pero, puesto que los ojos también comen, se les procede a colorearlos con aditivos disponibles en el mercado. De mejorar el sabor se encargan proteínas de soya.

No es una broma de mal gusto. El Abicú y su consorte germánica, que hace dos años se dieron el lujo de recorrer la isla mayor de Honschu (Hondo) desde Fukuoka hasta Tokio, pasando por Kioto, Kumamoto, Nagoya, Nara, Nagasaki, Yamagushi, Tokorosawa, Yokohama, etc., no perjuran al asegurar aquí que en fondas, restaurantes y supermercados nipones --estos últimos, donde el cliente siempre tiene la razón, con una oferta de comida para llevar literalmente inagotable, cocineros con atuendo de laboratorio y aseos impecables, amén de agua mineral, hielo para enfriar y servicio de microonda gratuitos  (conexión a Internet plus telefonía local de ñapa en los hoteles)-- reinan las normas de pulcritud más exigentes del mundo, como se puede apreciar en el vídeo (supermercado Maruetsu) y la foto (retrete de 7-Eleven) al final del post.



Según el profesor Misuyuki Ikeda (foto), creador de la escatológica patente --y algunos catadores voluntarios que ya se dignaron saborear el sucedáneo--, la carne sintética así obtenida no sólo parece sino que, en efecto, "sabe a pura chuleta de res". Sin duda, el providencial engendro nipón no sólo merece el Nobel de Bioquímica 2011, sino una urgente reflexión aplicativa al más alto nivel profético en nuestro renombrado "Paraíso de la Felicidad", donde en el pasado nuestro Magno Paciente ha estado a la vanguardia de tales experimentos nutricionales.

Aparte del precio de venta previsto, durante la inminente fase de vulgarización todavía varias veces más alto que el de las carnicerías debido al costo de las investigaciones, el único inconveniente de alguna consideración, según el científico del País del Sol Naciente, sería de carácter estrictamente subjetivo: a saber, la "barrera psicológica", abolida en Cuba desde la introducción de las apetitosas hamburguesas "McCastro" (a base de lombrices de tierra) en los albores del Período Especial (aún en curso ascendente para la chusma pedestre), el bistec de frazada de piso podrida, el picadillo de soya texturizado, el arroz con truco, el mozzarella de condomes para pizzas y demás exquisitos manjares alternativos de la cocina tradicional biránica.


Ahora bien, dado el bajo contenido proteico de la inmensa mayoría de los excrementos de origen suburbano en nuestro hambreado terruño, así como los efectos indeseables de una discriminación sobreañadida entre la población nativa al dotar --por razones evidentes-- de esa ecotecnología de punta para el Primer Mundo sólo a las rentables "Zonas Congeladas", mi animalitario Alter Ego se atreve a  [sic.] "recomierdar" su uso exclusivo en desagües de hoteles de tres a cinco estrellas, aldeas o cayerías turísticas.

A su perverso juicio, únicos emplazamientos en los que, en virtud del limitado acceso nativo, no levantarían ronchas de envidia igualitarista, pudiéndose aprovechar, por contra, en  beneficio neto de la magra dieta reservada a "Nuestro Pueblo" las ricas deyecciones sólidas de alrededor de un cuarto de millón al año de huéspedes extranjeros sobrealimentados. 

Al fin "¡¡¡JAMA!!!" de calidad en abundancia sostenible para matarle de una vez por todas el hambre vieja al resabiado Pánfilo. Y de paso, hacer las delicias del insaciable sinfín de comemierdas, natos, ocasionales y/o vocacionales, que extriñen la Isla y asfixian a la Diáspora con su lacrimógena alitosis migratoria. ¡Buen provecho! Con derecho a reenganche a pedir de boca, además. 

El aporte criollo al invento de Ikedasam consistiría en una trascendental innovación de orden redistributivo perfectamente acorde con la filosofía del régimen,  a saber: el inapreciable mérito histórico universal de ser la primera potencia del orbe capaz de obrar el milagro de poner a los ricos a trabajar orgánicamente a gusto para los pobres. Sin sacrificios pecuniarios ni fines de lucro, por puro amor al placentero arte de seguir cagándoles los hocicos a nuestros presuntuosos "condenados de la tierra"...

Thursday 16 June 2011

Barcelona: "Cría cuervos y te sacarán los ojos"

Los Mossos d'Esquadra empiezan a perder la chaveta
con los alebrestados niñatos mejormundistas de la LOGSE

Wednesday 15 June 2011

"Mis derechos ciudadanos no dependen de Grau…"

Entrevista exclusiva con Fulgencio Batista

Por Ernesto de la Fe, Bohemia (Nueva York, 01-06-45)

[Transcripción abreviada de las fotocopias publicadas por el colega Javier de Castromori en Memorandum Vitae]

"Cuando la libertad y la vida no tienen garantías… 
Volveré a Cuba en este año… / Allá Grau 
con sus glorias o sus culpas…"

El primero de junio de 1945 fue el día que prácticamente madrugué en Nueva York… A las nueve y media llegué al Waldorf Astoria, situado en Paris Avenue y Calle 50, residencia temporal del ex Presidente de Cuba... Batista había rechazado de manera oficial la protección policíaca ofrecida por el gobierno americano por su condición de hombre prominente... Con gentileza que rayaba en franca cordialidad cambió las primeras frases. Sus preguntas iniciales fueron sobre Cuba. Y a continuación, al hacerle presente el saludo de mi querido amigo Miguel Ángel Quevedo, me encargó devolvérselo con todo afecto: [Fotos (las tres) de archivo de Time: Abrazo entre el presidente electo Ramón Grau San Martín y el mandatario saliente Fulgencio Batista y Zaldívar.]

--Acabo de hacer declaraciones de tipo político --comenzó-- y no quisiera repetirlas, pero deseo satisfacer a BOHEMIA y contestaré sus preguntas, según me pide.

Ha llegado la hora del análisis de Grau…¿Cree usted que el pueblo de Cuba ha recibido beneficios plenos con el traspaso de Poder al haberse procedido constitucional y democráticamente bien? Batista es un hombre que pesa mucho el valor de cada palabra; por eso antes de responderme meditó por unos momentos la respuesta. Y como un martinete empezó:

--En el respeto a la voluntad del pueblo radica el espíritu democrático y el imperio de la Constitución. Si el Gobierno que haya elegido el Pueblo no cumple sus deberes ni realiza el programa prometido, la responsabilidad es de quien incumple, y no del pueblo o del que haya propiciado la existencia democrática. Entiéndase por pueblo el conjunto de voluntades que representa sentimientos, ideales e intereses en la nación; no los grupos o partidarios que aplauden u obedecen según convenga.


Sin darle un ligero descanso inicié la otra pregunta, por supuesto ya meditada. Se cumplía exactamente un año de la elección del Dr. Grau y consideré que ya Batista tendría más que formada una opinión sobre la conducta gubernativa de su sucesor:

--Siempre, dije –me respondió—que debía darse tiempo al nuevo Gobierno para que llevase adelante sus planes o proyectos. Aconsejé a mis amigos la mayor ponderación en sus actitudes. Parece que no se ha comprendido bien el interés patriótico que inspiró esta conducta por parte de los que ejercen la máxima representación ejecutiva. Si miles de empleados públicos que cumplían sus deberes fueron cesanteados, llamándoseles botelleros, y la Administración parece que marcha entre confusiones e incertidumbres; si los que han querido ayudar a distancia el interés de Cuba, con su silencio y discreción y los que ejercen el derecho a pensar libremente, son llamados conspiradores; si los Poderes que garantizan la Constitución, basamento del régimen democrático, son agredidos y amenazados; cuando la libertad y la vida no tienen garantías, puede afirmarse que ha llegado el momento de que el balance de la obra de Gobierno se ofrezca, y de que el análisis se haga.

Hubo una breve interrupción originada por uno de sus secretarios, lo que me permitió estudiarle más detenidamente. Vestía de gris –su color preferido--, camisa blanca, corbata de dos tonos y zapatos negros. Aparentaba una salud espléndida y por sus movimientos ágiles y su tórax abultado se adivinaba al hombre que cuida gimnásticamente su físico. Después me aclaró que, entre otras cosas, todos los días camina un buen número de cuadras. ¿Qué opina usted --recomencé, mientras observaba los movimientos de sus facciones-- de las alusiones de que el Dr. Grau le hace objeto, con cierta frecuencia desde la tribuna pública? Sin mostrar sorpresa, respondió:

--Algunos periodistas me han hecho la pregunta ya. No sé a qué atribuir ese vicio del lenguaje. Siempre le ofrecí respetos y garantías. El Presidente Grau es médico y quizás él le encuentre una explicación adecuada. [Foto: Roosevelt-Batista.]

La ironía que encerraba su respuesta no pudo hacerme menos que preguntarle: ¿Es cierto que regresará a Cuba en este año? ¿En qué mes?...

--Ahora, después de haber oído tantas cosas, me interesa observar. Pienso regresar a Cuba dentro de este año. No sé todavía en qué mes será. De todas maneras daré tiempo a que los desaciertos del Gobierno no le puedan ser atribuidos a mi presencia. Allá él con sus glorias o sus culpas.

Mucho se ha hablado últimamente en nuestro país sobre los propósitos del general Batista y su deseo de formar un nuevo partido político. Ambas preguntas fueron contestadas así:

--Mis propósitos han sido mantenerme alejado de las actividades públicas., pero me parece que no podré lograrlo. Si actúo en política, como están señalando los acontecimientos en mi país, lo haré oportunamente, cuando mis actividades no influyan en el inmediato porvenir., de manera que Gobierno, partidos y líderes de todas las tendencias se encuentren libres de mi intervención política en la reorganización que se avecina y en las elecciones parciales próximas. El que ingrese en un partido de los existentes o que forme uno nuevo para orientar la opinión pública que me secunde, dependerá de los resultados de aquellas manifestaciones cívicas y de las actitudes o conductas que hayan observado los partidos y sus dirigentes...

Recobrado el hilo de la entrevista, proseguí. De acuerdo con las informaciones que posee de Cuba, ¿cree usted que el Dr. Grau le respetará en su condición de Ex Presidente de la República y hombre que le entregó el poder, permitiéndole ejercitar --libre de persecuciones-- sus derechos ciudadanos? Cual si ya hubiera meditado mucho sobre la cuestión, no fue tardo en responder: 

[Obra de un talentoso y corajudo alumno ecuatoriano 
de la Escuela Internacional de Cine, este impactante 
cortometraje refleja al más bajo nivel, por un lado, los 
efectos existenciales del apartheid y, por el otro, ilustra
la tragicomedia familiar en la Isla. 
OJO: escenas, desenlace y mensaje pueden perturbar.
No hallé mejor colofón audiovisual para la sabia pero 
deoída advertencia patriarcal al cierre de la entrevista.] 


--Mis derechos ciudadanos no dependen de la voluntad de un hombre. Son la Constitución y las leyes en las que debemos confiar. El Presidente de mi Patria, mientras impere el régimen democrático que el pueblo quiso y yo propicié, tendrá que subordinarse a ellos...

Fiel a mi plan me aventuré en la siguiente pregunta:¿Qué opina usted de la muerte de Enrique Enríquez? Batista me clava su mirada como queriendo penetrar en mi pensamiento. Hace un gesto muy peculiar con sus brazos, y despaciosamente responde:

--Las noticias que tengo de algunos crímenes cometidos en Cuba son las que me llegan de vez en cuando por el cable. Los de Llanillo y Enríquez, por ejemplo. El primero amigo personal mío y colaborador de mi Administración; el segundo, sirvió al Dr. Grau y a agentes policiacos de mi Gobierno en recíprocas informaciones. A éste último no lo conocí personalmente. Sólo lo recuerdo por los informes políticos que recibía. Según todos los antecedentes, esas muertes trágicas se han producido por elementos de la actual situación gobernante. ¡Figúrese lo que opino! ¡Pregúntele al pueblo!

La conversación recae sobre épocas pasadas, coyuntura que aprovecho para obtener su opinión sobre si estimó correcta la conducta de Migoya como Jefe del Ejército en el Gobierno de Grau y la de los otros generales. Por un instante creo advertir en sus pupilas el fulgurar de la ira. Sus músculos faciales se contraen. Va a decir algo pero se domina y, con esa inflexión irónica que a veces se advierte en sus palabras, dice:

--No merece el comentario. Pase la pregunta.

La entrevista comienza a prolongarse, pero el Ex-Presidente de Cuba se muestra en extremo gentil. Me intereso por su jira a través del Continente americano. Del conocimiento que esos pueblos hermanos tiene de nuestro país. Y llego a preguntarle además: ¿Por lo que ha podido constatar, considera eficiente nuestro Servicio Exterior o por el contrario lo cree necesitado de renovación como estiman muchos en La Habana? A todas estas interrogantes responde... 


--Mi jira por el Continente ha sido muy saludable para mí. Para mí, como hombre público, como representativo y como cubano. Ésta es una entrevista de las que pudiéramos llamar "relámpago". Ya hablaré detenidamente de esto en otra ocasión. Déjeme decirle --añade tras una breve pausa-- que el progreso en nuestra América es creciente, sobre todo en lo cultural y político. Falta mucho por hacer. ¿Y dónde no? Desde luego que lo democrático tiene grietas en muchas partes. Claro que me refiero a los países que se llaman tales. Resta por realizar una larga tarea en lo económico y en lo social. La América nuestra esta grávida de sentimientos de sincera fraternidad y el Pan Americanismo es positivamente vigoroso. 

Las potencias del Eje y sus doctrinas han tenido aliados eficaces en nuestras hermanas del Hemisferio. Cuba es bien conocida y sus instituciones y costumbres prestigiosamente acreditadas. Lástima que tan frecuentemente la pequeñez de ciertas pasiones localistas, por no decir pro¬vincianas, empañen el brillo que tan legítimamente tiene Cuba en los países hermanos... Nuestro Servicio Exterior no es malo. Lo que le falta es personal, presupuesto y estabilidad. Eso y la intensificación de los negocios y asuntos culturales, interamericanos, estrecharían más nuestras relaciones con las naciones del Continente.

Y a su libro, General --que tengo entendido que trata algunos de estos aspectos--, ¿cómo lo intitulará?

--Estoy recopilando datos --me responde--. No le pondré nombre hasta ver qué figura alcanza. Ni estridencias ni falsas posturas…

Ya de pie, el cameraman dispara sus últimos “flashes”, mientras le inquiero respecto a su visión del porvenir de Cuba en la Posguerra. A la pregunta, que parecía esperada, responde en tono firme:

--La posguerra tendrá para Cuba consecuencias lamentables de crisis económica y desempleo, si los llamados a gobernar el país no realzan de inmediato los planes coordinados indispensables para evitar el desastre. Si todos nos ocupamos de ayudar...

Monday 13 June 2011

“La revolución de la bofetada”

O cómo se crean mitos que conducen a ella
Por Isis Wirth, París

[Tomado del blog La Reina de la Noche]
 
Fue Jorge A. Pomar, el Abicú Liberal, quien primero me dio a conocer --y le agradezco-- del proceso de mitificación con Mohamed Bouazizi, el mártir que desencadeno la “revolución del jazmín” en Túnez, la cual a su vez desencadenaría la del “papiro” en Egipto, y etcétera, etcétera, etcétera. Pomar, quien también escribió sobre el asunto, me remitía el artículo de Elizabeth Day, publicado en The Guardian, el 15 de mayo de 2011:

Elizabet Day, The slap that sparked a revolution, The Guardian, 15-05-2011.- The Arab spring was triggered in Tunisia when Mohamed Bouazizi set himself on fire after claiming he was slapped by policewoman Fedia Hamdi. But as Elizabeth Day discovers, revolutions create their own myths. Manoubia Bouazizi [foto titular, The Guardian] has grown used to the idea that her son Mohamed no longer belongs to her but to the Arab world. In the streets near where she lives on the outskirts of Tunis, she is stopped by people who recognise her, who have heard she is the mother of the market trader who set himself on fire in protest against an authoritarian regime, who kick-started the Jasmine revolution, and so the Arab spring... 

His likeness is everywhere. Around the corner from her home, a pizza restaurant proprietor has mounted a full-colour reproduction of Mohamed’s face in his window to advertise a special discounted “Revolutionary Menu”. Manoubia freely admits she, also, has made money from the global interest surrounding her son’s death. Sometimes she will be paid by the media organisations who want to interview her, and she has a ready-made contract drawn up for them to sign. The family were given 20,000 Tunisian dinars (about £9,000) by former president Zine al-Abidine Ben Ali as compensation for their loss and there are rumours – which Manoubia denies – that she has sold Mohamed’s vegetable cart to a rich businessman in the Emirates.”



Ahora, un extenso reportaje se ha publicado ayer en el diario francés Libération, bajo el título “La revolución de la bofetada”, de Christoph Ayad, que abunda y precisa la mitificación del denominado mártir tunecino, y del que ofrezco una síntesis en este post. Nunca hubo tal bofetada, fue todo un invento, y hasta su inmolación por el fuego parece haber sido accidental, según testigos presenciales: enarbolaba la fosforera como una amenaza y, ¡zas!, sucedió.

El 17 de diciembre de 2010, en la ciudad tunecina de Sidi Bouzid, el vendedor de legumbres Mohamed Bouazizi fue amonestado por la mujer policía Fayda Hamdi, pues había situado su puesto de ventas en un lugar prohibido para ello. Hamdi le confiscó su balanza (testigos presenciales expresaron que Bouazizi le respondió gritándole: “¿Y con qué quieres que pese la mercancía? ¿Con tus senos?”). Y le habría dado una bofetada. Indignado con este trato humillante (“No era la primera vez que se le confiscaba su mercancía, pero ser abofeteado por una mujer en plena calle, eso lo quemó desde el interior. En nuestra tribu de Mamama, eso es inaceptable”, decía su madre), Bouazizi se prendió fuego.

Fayda Hamdi, tras meses de cárcel, ha sido absuelta en un juicio por el que luchó para tener derecho, por medio de un mes de huelga de hambre. No hubo tal bofetada, y la mujer de 46 años lucha ahora por percibir su salario y espera reintegrarse a su trabajo. Cuando se pronunció la conclusión de “no culpable”, la sala estalló de alegría, y más aún fue recibida, a la entrada en la corte, por un gentío que, para su sorpresa, enarbolaba pancartas pidiendo su libertad. Ello fue una consecuencia del rechazo que ha producido la madre de Bouazizi, por las ganancias que ha obtenido explotando sin escrúpulos la muerte de Mohamed. Ya éste no es más un icono. Su foto incluso ha sido arrancada de una estatua que se encuentra en el centro de la ciudad. Lamine al-Bouazizi (sin relación de parentesco con Mohamed), antropólogo y dirigente sindical, explica cómo se construyó el mito:

¿Por qué la revolución estalló aquí? Se habían dado casos de inmolación en Túnez y no obstante no fueron seguidos por manifestación alguna… Después de los problemas en la cuenca minera de Gafsa, comprendimos que el régimen era vulnerable. Buscábamos el transformar todas las manifestaciones en una ocasión de manifestar contra el régimen… Por demás, Bouazizi no era un tipo politizado, sino un muchacho valiente que participaba en nuestras protestas... En realidad, uno inventó todo (la famosa bofetada) menos de una hora después de su muerte. Dijimos que era un universitario desempleado para sensibilizar a esa parte de la población, en tanto no tenía sino el bachillerato y trabajaba como comerciante de legumbres. Para lograr que reaccionaran los no educados, inventamos la bofetada de Fayda Hamdi. Aquí estamos en una región rural y tradicional, eso choca a las gentes. Y de todos modos, la policía es como los US con el mundo árabe: ataca a los más débiles”. Confiesa también que los teléfonos portables fueron el arma para propagar el rumor. Bouazizi, aduce, se inmoló porque no lo querían recibir ni en la alcaldía ni en la sede del gobierno”. [Foto de arriba: Hermanastra con poster del verdulero suicida, Libération.]

La malignidad y el cinismo de Lamine al-Bouazizi van más lejos aún: revela cómo el propio hermano de Fayda Hamzi, Fawzi, participó deliberadamente en la propagación del rumor. “Lo que era importante para él, era la lucha política, la eficiencia de la acción. No dudaba que ella pagaría las consecuencias”. El periodista señala que ha tratado de hablar por teléfono con él, se ha negado, corroído por la culpabilidad de haber contribuido a enviar a su hermana a la prisión. Y ahora es Lamine al-Bouazizi quien ha tomado la defensa de Fayda, dondequiera que va, hasta en el think tank de Al Jazira.

El ex-jefe de Fayda Hamzi es quien en definitiva da las claves de este engaño: “Ella nunca habría podido abofetear a un hombre en plena calle. Si lo hubiera hecho, las gentes la habrían linchado”. Una mujer golpeando a un hombre en un país musulmán… Mientras tanto, el periodista de Libération consigna que la población está exasperada porque su vida cotidiana no ha mejorado sustancialmente después de la revolución, no hay suficientes empleos todavía, y los policías, temerosos, no salen a la calle, por lo que prosperan la anarquía y la inseguridad. Y Fayda Hamzi ha tomado el lugar de la víctima que ocupaba Mohamed Bouazizi.

La lectura que se desprende de esta mitificación de la bofetada y de la construcción de la figura de la víctima en la persona del vendedor de legumbres, es que no se puede tomar a ninguna revolución al pie de la letra. Esta última, letra tan sólo es, destinada a inflamar, por medio de la recepción de su escritura, a los espíritus “revolucionarios”.
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COÑA ASOCIATIVA DEL ABICÚ A PROPÓSITO DEL TÓPICO DE LA "MALA MADRE" METIDA A POLÍTICA

Por Jorge A. Pomar, Colonia

Gracias a ti, Isis. El tema no puede ser de mayor actualidad criolla, y ladinoamericana en general, si se lo relaciona con la broma macabra alrededor del desembarco de las urna con las cenizas de Zapata Tamayo en Miami y el rollo), ciertos turbios negocios de inversión a nombre de nuestras “desinteresadas” Damas de Blanco ibídem. Escándalo apresuradamente barrido bajo la alfombra, como de costumbre, pero ahora mismo recién ilustrado por analogía con el de Jaba Bonafini ("¡Bolivianos de mierda, váyanse, la plaza es nuestra...!") y las Madres de la Plaza de Mayo en Buenos Aires, que explotan el martirio de unos "barbones" que, de haberse salido con la suya, habrían martirizado mil veces más a los moradores del río La Plata que Perón & Evita y Kirchner & Cristina gobernando juntos. 

Del coro de ocas seudolibertarias en nuestra Quinta Avenida, amén de felizmente al fin en sordina tras la excarcelación de sus 75 grajos parlanchines, ya se ha desbarrado bastante en este blog. Pongámoslas, pues, en remojo para próximos caldos mientras nos ocupamos de una supernumeraria aún más pintoresca. A todas luces, la condición de madre humilde, santera, negra y oriental de Reina Luisa surte en la Capital del Exilio el efecto esperado por sus demiurgos contrainteligentes: un chantaje a la vez afectivo, social, racial y folclórico totalmente irresistible para una Comunidad Cubana plagada de prejuicios ancestrales, enferma a los melodramas baratos e incapaz de someterse a la técnica del flujo de conciencia sobre el sofá freudiano.

Dicho sin ambages: la Mater Dolorosa y "el Fruto de su Vientre Fidel" encarnan a la perfección el arquetipo más segregable del paria insular, desde el color de la piel, la condición de plebeyos y la denominación de origen hasta el superávit y el déficit de sibilantes. Discriminación compartida incluso por la negrada occidental, por saberlo desde su más tierna infancia este reaccionario Alter Ego del Abicú, no por gusto oriundo de Cárdenas. 

De ahí que sea justo reconocerlo: igual que en el folletín protagonizado por el balserito Elián González, cuya dudosa progenitora a buen seguro no se ahogó en aras de libertades abstractas sino de los mismos bienes de uso y consumo con que nuestro taimado Magno Paciente conseguiría disuadir sin esfuerzo al no menos cheo padre de la vulgar criatura-,- el éxito taquillero de la burda trama del enésimo culebrón materno-filial en curso, primorosamente enganchado esta vez sobre a un anzuelo con todas carnadas del género para engoar al Bobo de la Yuca diaspórico, estaba meticulosamente programado. A no dudarlo, el copyright de la farsa pertenece a los fantasiosos dramaturgos de Villa Marista S. A.



De justicia es también rendirse a la esperanzadora evidencia de que en el esperpento funerario escenificado en el aeropuerto de Miami apenas participaron la prensa y el estridente picuerío adicto a esos números de circo manigüero. No así las multitudes exiliares, que volvieron a brillar por su ausencia del mismo modo que “nuestro pueblo” al paso de la histriónica matrona de Banes, enigmática urna en mano, por las calles de La Habana. Donde, por cierto, estas son las santas horas en que todavía ninguno de los locuaces tertulianos entrevistados en el famoso vídeo hagiográfico sobre el ex “digno casco blanco” se ha dignado dar cabal respuesta a la pregunta abicueril sobre el “gao” (casa) del ilustre difunto “palestino” a lo largo de casi una década de residencia clandestina en la capital sin ser desterrado a su detestada y calumniada provincia de procedencia.

"Humano, demasiado humano", rezongaría el cascarrabias de Nietzsche, que tanto los ocho parientes de Mohamed Bouazizi como los doce de Orlando Zapata Tamayo incurriesen a sabiendas en el pecado del canibalismo familiar a fin de salir del anonimato y la indigencia. Por poco originales que sean las tenebrosas leyendas materno-filiales urdidas por los demiurgos necrófilos de nuestra raulísima “disidencia revolucionaria”, no se puede menos que certificarle a los sicólogos de la DGI un conocimiento de primera mano de los resortes atávicos del subconsciente criollo. Y hablando de falsas maternidades heroicas, viene aquí a colación como antídoto idóneo un crudo, irreverente, herético ensayo sobre el tema de marras en el suplemento dominical del diario liberal-conservador Libertad Digital.

Si disponen de un rato de ocio, no se pierdan ese espeluznante recuento historiográfico. Sin desperdicios. Firmado por Remedios Morales, lleva el sacrílego título de “La mala madre”, pero posee la virtud de combinar amenidad con seriedad profesional, rigor lógico con erudición a prueba de remilgos académicos. Pues la lúcida y corajuda autora, cuyo nombre y apellido es de por sí el anuncio de una farmacopea ad hoc para nuestra aguda sicopatología martiana del sermón y las moralinas– ilustra convincentemente sus argumentos con una serie de datos y casos verídicos:

Remedios Morales, Fin de Semana, 10-06-2011.- ...La infancia no tenía buena prensa. Bossuet decía que la infancia es "una vida animal". San Francisco de Sales, tan dulce él, escribió que durante la infancia somos "como bestias carentes de razón, de discurso y de juicio". Y Bérulle, a la cabeza de un gran movimiento pedagógico en el s. XVII, se pasó un pelín al decir que la condición infantil es "la más vil y abyecta de la naturaleza humana, después de la muerte". En esas épocas tan duras para los niños siempre queda al descubierto la falta de instintos maternales en su faceta más truculenta... La pobreza fue siempre la principal enemiga de la infancia. En los cuentos infantiles no faltaron niños pobres abandonados por sus padres... Muchos folletines incluían a bebés abandonados... Cómo sería que, en Portugal, llamaban a las nodrizas "tejedoras de ángeles". Eça de Queiroz habla de ellas en El crimen del padre Amaro. Los padres parecían insensibles. Talleyrand, por ejemplo, fue entregado a una nodriza nada más nacer, y en los cuatro años siguientes sus padres no lo vieron ni pidieron noticias de él, así que no se enteraron de que había quedado tullido a causa de un accidente...

Nada nuevo bajo el sol. Ni tampoco más incompatible con la trama lacrimógena del serial El derecho de nacer, que allá por los años 50 hiciera derramar ríos de lágrimas y ciénagas de mocos a nuestros sentimentales abuelos.  Pero aquí internós, tengo para mí que --suponiéndoles la mínima afición a la lectura, lo cual ya de por sí es demasiado suponer como hábito de los más-- en última instancia tanto los pacientes del patio como los del extrapatio clasifican en su inmensa mayoría como individuos completamente inmunes a cualquier catarsis respecto a la más endémica de nuestras cursilerías maniqueas. Otra cosa es el hartazgo que, por el lado positivo, ya empieza a dar los primeros síntomas de náusea colectiva entre la aperreada colonia criolla. Güiros y bembés en Hialeah:



No es para menos, habida cuenta de la insólita generosidad del régimen al sufragar la imaginaria exhumación del Corpus y el resto largo de trámites migratorios para doce personas, custodiar la lúgubre procesión de despedida con el osario de un connotado contrarrevolucionario, cubierto para más inri por la enseña nacional por calles céntricas del Vedado... ¡Joder, fieras, a fe nuestra que ése no es ni por asomo el Biranato cuyos chantajes y sevicias tantos conocieron en carne propia! Y a guisa de contrapartida gusañeril, esas patéticas escenas del recibimiento y el descabellado, irritante e irrisorio proyecto de mausoleo unipersonal en Miami, ciudad donde apenas una cruz blanca en el cementerio o un nombre en una placa recuerda a tantos héroes caídos sin aureola de sicofantes. Por no hablar ya de los millares de soldados desconocidos y/o insepultos de la a día de hoy, pese a la proliferación de dedos haciendo ajadas señitas de victoria, cada vez más   enrarecida causa anticastrista. 

A fuerza de creer en la supuesta "excepcionalidad cubana" (la tunecina Manoubia Bouazizi y la argentina Hebe Bonafini, sí cómo no; pero el congrí criollo de Laura Pollán & Berta Soler plus Reina Luisa, no cómo sí) a  contrapelo de las semejanzas con otras realidades concordantes en esta Aldea Global posmoderna, nos estamos pasando de autistas a riesgo de reincidir en el mismo esquema de unanimidad emocional que hundió de la noche a la mañana a la pujante Segunda República. El espectáculo de marras daría cualquier cantidad de vergüenza ajena, activo cada día más escaso entre nosotros, si no moviese a risa y grima a mandíbula batiente.

En cambio, por el lado fulastre todo parece indicar que nuestros emotivos congresistas, únicos representantes electos de la Cubanidad a ambos lados del estrecho y allende el Atlántico, aún no quieren rendirse a la evidencia: a saber, que la algarabía alrededor de la Madona de Banes y las Sacrosantas Reliquias del Mártir Albañil, de cuya autenticidad hay menos constancia pericial que de las causas dolosas de su presunta inmolación --o de la ejecución extrajudicial de Bin Laden en Abbottabad-- forma parte de un viejo plan de tiro al blanco biránico cuya primera diana son exactamente sus propias cabezas, o sea, su molestísimo poder de convocatoria en el La Florida y Washington.

 

Lo creo a pies juntillas, por la sencilla razón de que no sería nada absurdo sino, al contrario, de una coherencia lógica a prueba de idiotas inmunes a las vacunas de sobriedad y lucidez administradas a espuertas por una Remedios Morales a través de las páginas de Libertad Digital. Apuesto, pues, a que muy pronto, si no ya mismo durante su proyectada visita de recaudación de fondos reelectorales, veremos a "Eta Madre" llorando estremecida de gratitud entre los cada más escuálidos tentáculos multiculturales del Mesías Negro del Progrerío Rubio de Ojos Azules. Imbuida de las mismas potestades mediúmnicas --seguro que, además de santera y católica, es también espiritista-- gracias a las cuales que ya le rogó por consulta remota al Beato de la Chirusa preservar para la Patria el vacilón dolarizado de la buena vida que se está dando, más temprano que tarde le pedirá al primer Pato Cojo "afrodescendiente" de la Casa Blanca, mano sobre el pecho y sendos lagrimones pietistas en los ojos, la libertad de "nuetro Cincos Héroe". 

Cuyas "pobre madres" sufren allá en la Isla, como ella misma hasta la víspera de empatarse junto a su estirpe tránsfuga con el emparedado de jamón y la Coca-Cola, el inhumano dolor de esa cruel separación a causa de un lamentable  malentendido entre dos gobiernos. Fácil de enmendar por el providencial mandatario liberal con sólo ordenar el levantamiento incondicional del "criminal Bloqueo". Favor implorado, desde luego, previa entrega del gladiolo bajo la mirada vidriosa de los ejecutivos altruistas de la FNCA, por ucase concurrente de la Casa Blanca, ahora a cargo de velar de cerca por que Radio y TV Martí, acaso el único proyecto gringo capaz de revertir el actual curso adverso de la "Batalla de Ideas", siga criando telarañas ad calendas graecas en el fondo de una gaveta...