Por Jorge A. Pomar, Colonia
Cambiando lo que haya que cambiar, enseguida veremos en qué consistiría ese "significado ético" sibilinamente atribuido por el purpurado habanero al último artículo de Gastón Baquero en el Diario de La Marina. Al margen de las segundas intenciones del vicario General de La Habana para desempolvarlo, el texto posee la doble virtud de, además de ser de una crudeza imprescindible para entender el dilema del autor ante la previsible debacle republicana en enero del 59, conservar casi toda su vigencia en la crucial encrucijada actual.
Clarividencia que el ex jefe de redacción del poderoso Diario de La Marina compartía con muy pocos actores de la época. Así de pronto me vienen a la mente tres testimonios de similar lucidez, impacto, voluntad de estilo y fuerza admonitoria: la viril, desesperada defensa del diálogo con el gobierno de facto hecha por el veterano mambí Cosme de la Torriente en una de las tertulias de la Universidad del Aire; el vibrante alegato de Rafael Díaz-Balart en el Capitolio contra el plan oficial de amnistiar a Fidel Castro y sus secuaces del sangriento asalto al Cuartel Moncada; y el veredicto histórico "Culpables fuimos todos", carta testamento redactada por Miguel Ángel Quevedo, ex propietario y director del influyente semanario Bohemia (en las antípodas del Diario de La Marina) antes de volarse la tapa de los sesos en Caracas en el 69.**
Ya en una categoría menor, dado el mayor grado de involucración y compromiso del autor con el totalitarismo castrista, sin duda por su repercusión en mi propia conciencia a la sazón, se me ocurre traer a colación aquí el poema de Nicolás Guillén "Digo que yo no soy un hombre puro", recitado por este servidor aquí en Renania del Norte-Wesfalia como parte de la campaña de solidaridad con los los reos de la Primavera Negra. La mezcla de impotencia, frustración y angustia, a la que el presidente de la UNEAC (muerto en el 89, no a fines de la década de los 70, como afirmo erróneamente en el vídeo) inyecta una fuerte dosis de extracto de rabia criolla en esa suerte de testamento poético, es muy afín al alegato de Gastón Baquero.
Luis Antonio de Villena, "Gastón Baquero, magias de verso y cultura”, El País, 23-02-2008.- …había sido uno de los prohombres intelectuales de la Cuba de los años cincuenta, justo antes de la Revolución, senador de Batista y secretario de redacción de aquel importante periódico que fue el habanero Diario de La Marina… siempre resultó chocante para algunos, en una sociedad aún oficialmente racista --ni el presidente Batista podía entrar al Jockey Club--, que un mulato pudiera alcanzar las cotas y los honores a los que llegó Gastón… Cuando la Revolución de Castro triunfó y él estuvo y se manifestó naturalmente en contra, supo que el Che Guevara lo iba a citar en su despacho… hubiera sido su fin, así es que con lo puesto y protegido por tres embajadores --entre ellos el de España--, a mediados de marzo de 1959, Gastón Baquero, el intelectual poderoso, tomó un avión en La Habana rumbo a Madrid...
Si bien Guillén, intelectual de capilla y pendejo como para él solo, incluso de cara a la muerte se cuida de politizar explícitamente su exabrupto lírico, purgando sus airados versos de cualquier alusión abstracta al peligroso tema de los derechos civiles, su énfasis machócrata en los excesos de mesa y alcoba insufla al mensaje un mayor poder de convocatoria plebeya y una demoledora vigencia materialista vulgar en vísperas de la abolición dela cartilla de racionamiento y el inminente despido de medio millón de empleados estatales. Mucho más popular y directo que Baquero, el también "Poeta Nacional" da rienda suelta a su visceral aversión al culto al hombre nuevo (nótese el lapso de lengua cometido por el recitador).
"Yo no voy a decirte que soy un hombre puro".
Entre otras cosas / falta saber si es que lo puro existe. / O si es, pongamos, necesario. / O posible. / O si sabe bien. / ¿Acaso has tú probado el agua químicamente pura, / el agua de laboratorio, / sin un grano de tierra o de estiércol, / sin el pequeño excremento de un pájaro, / el agua hecha no más de oxígeno e hidrógeno? / ¡Puah, qué porquería!
Yo no te digo pues que soy un hombre puro, / yo no te digo eso, sino todo lo contrario. / Que amo (a las mujeres, naturalmente, / pues mi amor puede decir su nombre), / y me gusta comer carne de puerco con papas, / y garbanzos y chorizos, y / huevos, pollos, carneros, pavos, / pescados y mariscos, / y bebo ron y cerveza y aguardiente y vino, / y fornico (incluso con el estómago lleno)./ Soy impuro ¿qué quieres que te diga? / Completamente impuro. Sin embargo, / creo que hay muchas cosas puras en el mundo / que no son más que pura mierda. /
Por ejemplo, la pureza del virgo nonagenario. / La pureza de los novios que se masturban / en vez de acostarse juntos en una posada. / La pureza de los colegios de internado, donde abre sus flores de semen provisional la fauna pederasta. / La pureza de los clérigos. / La pureza de los académicos. / La pureza de los gramáticos. / La pureza de los que aseguran / que hay que ser puros, puros, puros. / La pureza de los que nunca tuvieron blenorragia. / La pureza de la mujer que nunca lamió un glande. / La pureza del que nunca succionó un clítoris. / La pureza de la que nunca parió. / La pureza del que no engendró nunca. / La pureza del que se da golpes en el pecho, y / dice santo, santo, santo, / cuando es un diablo, diablo, diablo. / En fin, la pureza / de quien no llegó a ser lo suficientemente impuro / para saber qué cosa es la pureza. / Punto, fecha y firma. / Así lo dejo escrito...
Y aunque a título clandestino, ya con un pie en la fosa pero todavía entre temblores y castañeteos de dientes, no es menos cierto que apela tanto a las élites biránicas como a las masas hambrientas y desamparadas desde las entrañas del régimen. A saber, además de gourmet, bohemio y sibarita, el panfletero autor de “Tengo lo que tenía que tener”, consciente del engaño y el autoengaño en que había incurrido, seguía siendo el intelectual marxista atrapado en las redes del fatídico mito revolucionario que él mismo había ayudado a tejer con su poesía negrista y social. Por “azar concurrente”, como acotaría su rival torremarfilesco y ex protegé batistiano (Cabrera Infante, Cuerpos divinos, y no hay ofensa en esto, puesto que, a diferencia del Comandante, el mecenas negroide del Palacio Presidencial no exigía culto a su persona y/o idiosincrasia a cambio de favores concedidos) José Lezama Lima --ahora mismo, con motivo del centenario de su natalicio, de nuevo desnaturalizado a porfía por abstrusos exégetas cuyos calamitosos alardes de erudición parnasiana requieren a su vez una labor de decodificación tan ardua como estéril, pues al final del proceso sólo se saca en limpio sus respectivas egolatrías miméticas-- ya en las postrimerías de su buena vida de “rastacueros” a la sombra de guao del Nuevo Régimen, el desencantado mulato estaliniano Nicolás Guillén corrobora con amargura, a cara de perro furtivo desde su machismo pantagruélico, la incontrovertible veracidad del testamento epistolar de su recatado conracial homosexual Gastón Baquero.
Luis Antonio de Villena, Ibídem.- …Jamás regresaría. El Régimen franquista lo acoge bien y le busca empleo. Me cuentan que en sus primeros años de exilio madrileño (en que Gastón vuelve a la poesía, y con más brillantez aún que en la etapa cubana) seguía viviendo con hábitos de gran señor rico... Pero la intelectualidad antifranquista (que entonces era la intelectualidad española mejor) le vuelve la espalda en su casi totalidad, porque es un ‘gusano’, un reaccionario huido del paraíso socialista que soñaba en Cuba... Casi solo o con amigos en el otro exilio de Miami, Gastón da un giro copernicano: se vuelve un hombre voluntariamente gris y modesto, lejos de cualquier pompa anterior, que gusta de los raros y marginados... Al final, era anticastrista, por supuesto, pero abogaba abiertamente por la unión cultural de las dos Cubas (la de dentro y la de fuera) con la generosidad y amplitud intelectual que siempre tuvo...
Así, pues, al primer golpe de vista, el contraste entre ambos personajes apenas podía ser más craso, pues el modesto e insobornable pero inconsecuente y pusilánime jefe de redacción del conservador Diario de la Marina (foto de al lado, con tirada matutina y vespertina, sin duda el más importante de la Isla a la sazón después de Bohemia) jamás se dejó seducir por los cantos de sirena castrista. Al segundo golpe de vista, ya el lector sagaz detecta, por encima de las diferencias de credo y temperamento, una nítida semejanza tipológica esencial entrambos que da pie al tardío empeño uneacista de ir al rescate diversionista de Baquero por el atajo afectivo y gremial.
Sutil rejuego cultural donde el difunto Jesús Díaz --a lo mejor ya de buena fe pero todavía conforme a la misión original encomendada a su dudosa, equidistante Asociación Encuentro de la Cultura Cubana (AECC)-- se anota un primer éxito arrollador que luego tratará de capitalizar el obispo en favor del diálogo entre el General recalcitrante y su servil Cardenal. Pero entendámonos, a buen seguro la razón arzobispal que explica esta al parecer incongruente y hasta desafiante reivindicación diferida en Palabra Nueva guarda mucho menos relación con el conservadurismo inherente a la Iglesia y al poeta que con la evidencia confesa de que el propio Gastón Baquero no se atuvo del todo a esos principios tan diáfana, magistralmente enunciados en su carta.
Visto así, se pinta solo el paralelo con la desaforada idolatría oficial y disidencial al genial, eurocéntrico y escapista niñato postsacarocrático Lezama Lima, falsamente canonizado post mortem por entrambos "enemigos rumores" culteranos como supremo paradigma intelectual. En efecto, además de mentir consciente o inconscientemente al atribuirle la iniciativa de la violencia y el terror al Batistato --secuencia que, como sabe a día de hoy todo el que quiera saberlo, ocurrió al revés, de lo sobra constancia documental--, Baquero optó por el silencio, por el laissez-faire a sabiendas de lo que ineludiblemente vendría tras la evitable apoteosis biránica. En cambio, una vez cerradas a cal y canto las puertas del diálogo y la vía electoral precisamente por la intransigencia de los rebeldes, la complicidad suicida de las mal llamadas "clases vivas" y la escandalosa parcialidad de la prensa republicana, lo éticamente correcto de su parte habría sido elegir in extremis el mal menor en consonancia con su propia filosofía evolucionista.
Y si se tiene en cuenta el dato cronológico de que el terror revolucionario que, a raíz del Pacto de Caracas entre todas las facciones antibatistianas, reorientó al formidable movimiento cívico de la época por el camino de la lucha armada, amordazando a Baquero, había partido del bando opositor, el mal menor era sin lugar a dudas el gobierno de facto, la "dictablanda" de Fulgencio Batista y Saldívar. Tanto más que --sin contar que, al igual que Guillén, a buen seguro él mismo debía en parte su otrora iverosímil ascenso al estrellato mediático a aquella Revolución del 33-40 protagonizada por el sargento oriental, por afinidad de origen (ambos oriundos de Banes), extracción social (de bien abajo), raza (mulatos), condición de hombre hecho a sí mismo y hasta temperamento flexible--, el poeta, epígono*** confeso de Lezama, debió haberse decantado por el "tirano", cuyos "sicarios" no perseguían a nadie por delitos de conciencia sino de sangre y extorsión a mano armada. De hecho, su paisano en el poder había sido investido a todos los efectos como el único garante fiable de la continuidad republicana precisamente por los petardos y amenazas del M-26-7 y el Directorio Estudiantil que le obligaron a callar al influyente editor a la vista de la catástrofe en ciernes.
Por otro lado, el periodista Baquero no podía ignorar el expediente homicida del abogado Fidel Castro, notorio pistolero profesional del "Bonche" universitario cuyas hazañas habían alimentado la crónica roja de la época. Sólo que, aunque probablemente ya inútil a mediados del 58, a Gastón Baquero le faltó desde el principio el mismo cromosoma de coraje cívico que hoy se echa de menos en casi toda la intelectualidad "de ambas orillas", que sabe tan bien como la curia católica que su opción por la paz, el diálogo y la concordia social frente al continuismo raulista conduce en línea recta a la prórroga sine die del actual cataclismo nacional.
Carlos M. de Céspedes García-Menocal, Palabra Nueva, 10/2010 No. 200.- ...Durante muchos años he conservado el texto con el que Gastón Baquero se despidió de Cuba en 1959 e inició su largo exilio en España. Nunca lo había difundido hasta ahora. Lo había mostrado a muy pocos amigos. Curiosamente, tampoco he sabido de su difusión, por otros medios, en Cuba o en el extranjero. Me parece que en el momento actual de nuestra patria, al menos a mis ojos, el texto de Gastón tiene un significado ético muy especial. Durante el resto de su vida, hasta donde llegan mis informaciones, no solía hacer declaraciones ásperas sobre Cuba, aunque sus textos publicados en España, en Miami y en algunos países latinoamericanos no manifestaban simpatía alguna por la Revolución. Además, cuando fue invitado a participar en coloquios literarios con poetas de las dos orillas, no se negó a hacerlo y todos consideraron enriquecedora su participación serena. Conversar con él en Madrid era un privilegio que supe disfrutar, aunque no con la frecuencia que hoy desearía haber mantenido. Toda la responsabilidad estuvo de mi parte. Cuando, siendo menos anciano, yo solía viajar al extranjero, mis prisas me alejaron, en muchas ocasiones, de las visitas y los encuentros verdaderamente importantes que ya hoy no puedo rehacer. Me son irrecuperables. Ya yo no viajo al extranjero y muchas de las personas que harían interesantes esos encuentros que no tuve, ya han muerto. El texto a continuación, de despedida y recomienzo, una especie de “carta-explicación” a amigos y a los que no lo eran tanto, apareció en el Diario de la Marina, el domingo 19 de abril de 1959. O sea, a los tres meses del triunfo revolucionario...
Así las cosas, los móviles cubaencuentrosos, léase criptorraulistas, de Monseñor Carlos Manuel de Céspedes para exhumar en la Revista de la Arquidiócesis de La Habana, justo en pleno contubernio clerical con el Raulato, el tan celosamente guardado plaidoyer conservador de Gastón Baquero, se caen literalmente de la mata. A saber, si mi suspicaz Alter Ego no yerra, consistirían en: (1) Legitimar bajo el rótulo de política realista los actuales conciliábulos entre el General y su Cardenal como el único remedio eficaz ante una situación aparentemente sin salida incruenta. (2) Inducir a creyentes, laicos, agnósticos y ateos, revolucionarios, contrarrevolucionarios, desafectos y apolíticos, periodistas, intelectuales y académicos de una y otra orilla, a asumir como máximo similares actitudes equidistantes ante la mezquina, ruinosa "actualización del modelo socialista" en curso. (3) Conjurar cualquier conato de rebelión cívico-militar por medio del anatema religioso-literario a priori contra una posible "revolución en la revolución". Que, valga la sutileza subliminal, cómo no, conduciría por analogía a una imaginaria crisis del mismo signo retrógrado que aquel triunfo castrista pasivamente temido por el resignado director del Diario de la Marina.
Jesús Díaz († Madrid, 2002), fundador de Cubaencuentro, “Soledad de Gastón Baquero", El País, 18-06-1997 / Baracutey Cubano, 20-01-2011- "...Soledad, quizá la mejor metáfora de una Cuba rota. Siempre desde ella, la obra de Baquero va ascendiendo hasta culminar en la cima de su último libro, publicado por Verbum en 1991, reveladora e irónicamente titulado Poemas invisibles. En esa obra maestra dialoga con el universo, pero la dedica «A los muchachos y muchachas nacidos con pasión por la poesía en cualquier sitio de la plural geografía de Cuba, la de dentro de la isla y la de fuera de ella». Consecuente con esa mirada, en 1994 Baquero participó, defendió e impulsó, contra el doble boicoteo del Gobierno castrista y de los sectores más enconados del exilio, el encuentro de poetas cubanos del interior y del exterior, que tuvo lugar en Madrid bajo el título de La isla entera. En 1996 apoyó con todo el peso de su autoridad, y contra el mismo fuego cruzado del odio, la aparición de la revista Encuentro de la Cultura Cubana; quienes la hacemos y tuvimos el privilegio de dedicarle en vida un homenaje se lo agradeceremos siempre...".
Hasta ahí las plausibles conjeturas abicueriles. Juzgue el lector. Al perderse para siempre de Morro rumbo al exilio español tan pronto como en abril del 59 (presteza que, a diferencia del redactor-jefe José Ignacio Rivero, le ahorró al atemorizado poeta la ordalía de presenciar el aparatoso asalto armado por milicianos y agentes del G2 al imponente edificio del diario en la Manzana de Gómez), dejaría a sus obnubilados colegas, y a toda la desquiciada Cubanidad, un vaticinio con el que coincidiría 30 años después Guillén "el Malo" (según el sambenito que le endilgara el despechado apparatchik Pablo Neruda, otro vividor mestizo) del Kremlin in articulo mortis. Dos esfuerzos baldíos: agotado el siguiente ventenio, el (por mor de no pecar de absolutismo demoscópico) grueso largo del obsecuente gremio culto "de ambas orillas de la cultura cubana" sigue haciendo caso omiso, no sólo de ambos alegatos, sino también de la imperiosa necesidad intelectual de al menos hablar claro en tiempos de indolencia, egolatría, materialismo vulgar, doble moral, sicofancia, delación, traición intelectual y eclesiástica, simonía disidencial, oscurantismo general y, sobre todo, agonía existencial de "nuestro pueblo" de a pie de cara a otro futuro repleto de penurias, genuflexiones, éxodos...
______________________________________________________________*El lector ya se habrá percatado de que este post no es más que la nota al pie al artículo de despedida de Baquero. Ampliada, repensada y corregida a medida que se me iba yendo de las manos...
**Los textos de Cosme de la Torriente y Miguel Ángel Quevedo pueden consultarse en El Abicú Liberal AQUÍ y ACÁ. El discurso de Rafael Díaz-Balart (en la instantánea de abajo con Batista), paisano y ministro del Interior de la "tiranía", cuñado de Fidel y fundador de la "Rosa Blanca" (primera organización anticastrista) ante la Cámara en 1955, es una deuda pendiente del blog que viene muy a cuento a saldar a continuación...
***Debo confesar aquí que, tras releer sus poemas en busca de alguno con el estro necesario para recitarlo en vídeo, hube de desistir. A diferencia de sus ensayos, en el fondo los poemas de Baquero, remedos del estetecismo lezamiano, no pasan de una amalgama preciosista de frases sublimes y tópicos grecolatinos huérfanos de autenticidad subjetiva y apoyatura vivencial. Dos rasgos comunes que, sin embargo, Lezama compensa con creces a fuerza de imaginería tropológica y excelencia formal. Cuestión de gustos, desde luego, pero lo cierto es que, pese a toda mi buena voluntad, no logré inspirarme en ninguno de sus poemas por falta de contenido discernible que transmitir, más allá del manifiesto complejo de Edipo y la homosexualidad rigurosamente autocensurada del autor.
Señor Presidente y Señores Representantes:
He pedido la palabra para explicar mi voto, porque deseo hacer constar ante mis compañeros legisladores, ante el pueblo de Cuba y ante la historia, mi opinión y mi actitud en relación con la amnistía que esta Cámara acaba de aprobar y contra la cual me he manifestado tan reiterada y enérgicamente. No me han convencido en lo más mínimo los argumentos de la casi totalidad de esta Cámara a favor de esa amnistía.
Que quede bien claro que soy partidario decidido de toda medida a favor de la paz y la fraternidad entre todos los cubanos, de cualquier partido político o de ningún partido, partidarios o adversarios del gobierno. Y en ese espíritu sería igualmente partidario de esta amnistía o de cualquier otra amnistía. Pero una amnistía debe ser un instrumento de pacificación y de fraternidad, debe formar parte de un proceso de desarme moral de las pasiones y de los odios, debe ser una pieza en el engranaje de unas reglas de juego bien definidas, aceptadas directa o indirectamente por los distintos protagonistas del proceso que se esté viviendo en una nación.
Y esta amnistía que acabamos de votar desgraciadamente es todo lo contrario. Fidel Castro y su grupo han declarado reiterada y airadamente, desde la cómoda cárcel en que se encuentran, que solamente saldrán de esa cárcel para continuar preparando nuevos hechos violentos, para continuar utilizando todos los medios en la búsqueda del poder total a que aspiran. Se han negado a participar en todo proceso de pacificación y amenazan por igual a los miembros del gobierno que a los de oposición que deseen caminos de paz, que trabajen a favor de soluciones electorales y democráticas, que pongan en manos del pueblo cubano la solución del actual drama que vive nuestra patria.
Ellos no quieren paz. No quieren solución nacional de tipo alguno, no quieren democracia ni elecciones ni confraternidad. Fidel Castro y su grupo solamente quieren una cosa: el poder, pero el poder total, que les permita destruir definitivamente todo vestigio de Constitución y de ley en Cuba, para instaurar la más cruel, la más bárbara tiranía, una tiranía que enseñaría al pueblo el verdadero significado de lo que es tiranía, un régimen totalitario, inescrupuloso, ladrón y asesino que sería muy difícil de derrocar por lo menos en veinte años.
Porque Fidel Castro no es más que un psicópata fascista, que solamente podría pactar desde el poder con las fuerzas del Comunismo Internacional, porque ya el fascismo fue derrotado en la Segunda Guerra Mundial, y solamente el comunismo le daría a Fidel el ropaje pseudo-ideológico para asesinar, robar, violar impunemente todos los derechos y para destruir en forma definitiva todo el acervo espiritual, histórico, moral y jurídico de nuestra República.
Desgraciadamente hay quienes, desde nuestro propio gobierno tampoco desean soluciones democráticas y electorales, porque saben que no pueden ser electos ni concejales en el más pequeño de nuestros municipios. Pero no quiero cansar más a mis compañeros representantes. La opinión pública del país ha sido movilizada a favor de esta amnistía. Y los principales jerarcas de nuestro gobierno no han tenido la claridad y la firmeza necesarias para ver y decidir lo más conveniente al Presidente, al Gobierno y, sobre todo, a Cuba. Creo que están haciéndole un flaco servicio al Presidente Batista, sus Ministros y consejeros que no han sabido mantenerse firmes frente a las presiones de la prensa, la radio y la televisión.
Creo que esta amnistía tan imprudentemente aprobada, traerá días, muchos días de luto, de dolor, de sangre y de miseria al pueblo cubano, aunque ese propio pueblo no lo vea así en estos momentos. Pido a Dios que la mayoría de ese pueblo y la mayoría de mis compañeros Representantes aquí presentes, sean los que tengan la razón. Pido a Dios que sea yo el que esté equivocado. Por Cuba…
15 comments:
Puede haber sido la intención de Guillén dejar constancia de su desencanto, ese estado que se le atribuye instintivamente a cualquier persona inteligente que vive en la mentira comunista. Esa aceptación es una forma de honra que, en mi opinión, el personaje no merece. Su enumeración de impurezas no es más que el canon progresista del siglo pasado, con su aire iconoclasta tan seductor a los rebeldes de todo tiempo y lugar. Si intercambiamos "puro" por "hombre nuevo" el poema, en vez de cobrar sentido lo pierde por completo porque el arquetipo de hombre nuevo preconizado por el criminal Guevara y Cia nada tiene que ver con la supuesta pureza que Guillén desprecia. Por el contrario, el poeta le canta al hombre nuevo recitando el credo que acompañó el delirio sociológico de hacer un hombre nuevo, sea eso lo que sea. Guillén nunca dejó de ser un estaliniano por los cuatro costados y, si alguna vez se desencantó, se cuidó mucho de dejarlo ver.
Mi primer contacto con ese poema me dejó la sonrisa de lo atrevido (yo era muy joven) y la frialdad de lo vacío de ese canto tan progre, tan chic, tan snob.
Gastón Baquero no tuvo valor para desmontar el mito castrista que se empezó a crear aún antes del 1 de enero del '59. Sospecho que sabía, cuando escribía en el Diario de la Marina, que mentía cuando hablaba del batistato como causa y no como efecto. Pero como casi todos los intelectuales, el divorcio con la realidad nunca lo escandalizó demasiado. Su lucidez no le alcanzó para darse cuenta de que el diálogo con la tiranía, aún a traves del intercambio de poetas de las dos orillas y con la bandera de la cultura única en alto, sólo sirve para validar esa tiranía legitimándola.
A los tres dardos puestos en la diana por tu Alter Ego yo añadiría el de usar un nombre vagamente conocido por los lectores mayoritarios de la revista, un personaje del que nunca se habla salvo en ciertos círculos intelectuales, con contornos anticastristas claros como Gastón Vaquero, para travestir de contestataria e independiente esa publicación, claramente progobierno, cuya labor de minar cualquier resistencia al guión del Biranato es desvergonzadamente transparente. Doble objetivo logrado atrayendo a su alrededor a un gruo de creyentes que de buena fé ponen su esfuerzo al servicio de democratizar Cuba sin fijarse en la "letra menuda" de lo que hacen y presumiendo de independiente al escribir cirtos nombres proscritos en sus páginas. Ese es el modus operandi del alto clero cubano desde que se lanzaron a la ofensiva evangelizadora de finales de los '80 y principios de los '90. Había que atraer no solo a los que ya creían, sino también a los que buscaban una voz alternativa al gobierno. Nuestro alto clero, sin arriesgarse a perder el sacrosanto favor del gobierno, se dio a la tarea de engañar a conciencia a los desencantados con maniobras como esa de publicar revistas "contestatarias". Cuando creyó que Vitral se le podía ir de las manos y empezar a ser problemática a los ojos del gobierno, la clausuró sin más.
Gracias, Pomar.
Interesantísimo, Abicú. Muchas gracias.
No me extraña que no lograras inspirarte con ningún poema de Gastón Baquero.
El exotismo del invernadero en estado puro, ese que habla a un selecto grupo de iniciados, común a Lezama y tantos otros Nombres de la literatura anterior a la revolución del '59, rescatados y remendados a toda prisa para fuste de nuestra intelectualidad revolucionaria, la que compra los libros y no los lee, la que diserta sobre autores que no conoce, asfixia en lugar de inspirar.
Latinoamérica es la tierra de los poetas. En nuestros pagos casi todos son poetas. Probablemente por eso somos incapaces de poner juntos dos pensamientos consecutivos con un mínimo de racionalidad cuando evaluamos la realidad.
Saludos.
"Wenn Arbeit etwas schönes und erfreuliches wäre, hätten die Reichen sie nicht den Armen überlassen." - diese alte kubanische Weisheit zitierte Paul Lafargue (1824-1911) in einer seiner Schriften. Ihn beschäftigte das Thema Arbeit ein Leben lang, allerdings aus einem Blickwinkel, der bei seinem Schwiegervater (Karl Marx) blankes Entsetzen hervorrief: Er forderte als erste Reform den Drei-Stunden-Arbeitstag. Wo immer weniger Menschen immer mehr Überfluß produzierten, sollte vernünftigerweise jeder einzelne weniger arbeiten. Das gesellschaftliche Ansehen von Arbeit, die Arbeitssucht, müsse sinken, das Ansehen der Faulheit hingegen dagegen steigen, forderte Lafargue. Das Leben solle endlich mehr genossen werden.
Paul Lafargue texten
www.marxists.org/deutsch/archiv/lafargue/index.htm
Gracias, Pedro C. R. Ya se te echaba de menos por estos pagos en cuarentena. Anónimo del 24/01/2011 00:35, "El derecho a la pereza ", del yerno mulato criollo de Karl Marx, figura entre mis ensayos de cabecera. Por desgracia, los epígonos del marxismo hicieron caso omiso de ese deliz herético de nuestro paisano para seguir apostando al trabajo en vez de al ocio, que es la meta final de la humanidad y el padre del progreso universal.
Cristy, fíjate que yo no defiendo en modo alguno a Nicolás. Como miembro de la UNEAC desde el 81, alcancé a conocerlo en persona por la época en que, cada día más escéptico y decrépito, ya apenas concedía audiencia a sus adláteres ejecutivos en el patio del palacete de 17 y K mientras esparcía granos de maíz a su adorada cría de gallinas de raza.
Publicado a título anónimo e interpretado a la sazón en sentido antiguevariano por todos sus lectores, le agradecí el poema de marras como uno de tantos desplantes cínicos y/o despechados en boca de arribistas contumaces --o sea, por vocación e idiosincrasia-- que influyeron bastante en mí desde la adolescencia. A la postre, acabarían por persuadirme de la siguiente perogrullada: al menos en el plano gnoseológico, todos aquellos lúcidos trepadores --solían aconsejarme que me pusiera para las cosas porque todo era una mentira como una casa y lo mejor que se podía hacerse era "vacilar el comunismo"-- poseían la virtud racional de estar mucho más claros que nosotros los "conflictivos", que todavía creíamos a pies juntillas en los "nobles ideales de la Revolución" traicionados por la burocracia pero no así por la cúpula castrista, supuestamente ignorante de sus propios desmanes.
De hecho, contra lo que se suele pensar, a todos los efectos prácticos y propagandísticos los "revolucionarios honestos" dentro de las corruptas filas gubernamentales son más dañinos que los camajanes. Por la sencilla razón de que son ellos quienes, con su ejemplo y buena fe, no sólo legitiman al régimen sino que por añadidura refuerzan las dudas de la mayoría vacilante y embaucan a la juventud.
Por otro lado --aunque sé muy bien que esto ya no hay que explicártelo a ti-- es una ilusión peligrosa seguir creyendo en la falacia de que, por más sincero que sea, el mero paso del gobierno a la oposición presupone algún tipo de mejoramiento humano esencial en los que se atreven a darlo. (Tocante a ese punto, pese a haber optado por lavarse las manos a lo Poncio Pilatos, no cabe duda de que nuestro pusilánime Gastón Baquero atinó a pegar justo en la cabeza del clavo.)
Igual lo es persistir en el craso error de juzgar las obras literarias por el mayor o menor grado de compromiso político de su autor con uno u otro bando en pugna, debilidad que tampoco cabe atribuirte. El arte y la literatura son amorales por antonomasia. Peor aún: por regla general, cuanto más programáticamente noble, edificante y taxativa la poética autoral, tanto menos amenos, aleccionadores e incluso excelentes sus productos. En otras palabras, lo que me cautiva en el poema de Guillen es precisamente la incuestionable autenticidad de la mala leche que destilan esos versos rabiosos. Por lo demás, estamos en sintonía..
Saludos a todos,
El Abicú
Que manera de escribir boberías, como dijo alguien aquí una vez:"Portentosa verborrea", no obstante:"no te dejes acomplejar" más de lo que ya estás.
No acabo de comulgar con la idea de que los autores y sus obras se pueden separar. Y créeme que no es puritanismo, es vicio profesional ese de evaluar el conjunto, aún cuando puedo separa tantas partes como quiera. Tal vez Guillén estaba hasta las cejas de la retórica comunista y de los arribistas. Lo que no me convence de su arranque de honestidad denunciando al hombre nuevo. Es que cada vez que oigo esas palabras, con variaciones, es en una de esas tiradas delirantes de los progres sudando las neuronas para imaginar un mundo mejor. ¿Por qué no despreció las tiranías, los ideales que mataron millones en su siglo, las renuncias y privaciones presentes por el elusivo bien del futuro? Preguntas retóricas, por supuesto. La pataleta fue contra lo que se podía condenar, no contra lo prohibido.
Claro que estamos en sintonía.
Saludos.
Exelente..., gracias.
Entiende esto Cristy: no ya entre la intelectualidad y la disidencia de diseño --que siempre más atentos a su idealizado “mundo civilizado” que a la realidad criolla, viven de medias tintas y migajas del poder” --, incluso entre el total de la población insular y exiliar la protesta furtiva de Guillén no es la excepción sino la regla de conducta general. Puedo ir más lejos y afirmar, para tu tranquilidad, que bajo las mismas circunstancias todos los pueblos del mundo se han comportado, o comportarían, exactamente de la misma manera que los cubanos hace más de medio siglo bajo los carcañal de indígena biránico.
Una vez que un pueblo cualquiera, culto o inculto, salvaje o desarrollado, oriental u occidental, ha caído voluntariamente a fondo en el vacío utópico absoluto, si no interviene el azar concurrente en forma de desembarco a normando con todas las de la ley, cataclismo natural o extinción dinástica (esto último si acaso suerte mediante), se instala un círculo vicioso sin fecha de caducidad previsible en el que todos los factores internos y externos, terrenales o divinos, interactúan para que todo siga más o menos igual. Tanto más en nuestra posmoderna Aldea Global de signo obamo-hujintaoísta.
¿Por qué? Pues, porque el despotismo y el régimen de castas son más consustanciales a la condición humana que la democracia representativa y el estado de derecho, conquistas demasiado frescas del homo sapiens que no ha alterado todavía el genoma de la especie. No en balde nuestro Magno Paciente en sillón de rueda-escritorio ha visto al fin realizado su sueño original de liderar, a título omnímodo, el gobierno y la oposición.
Lo cual, desengáñate, presagia un porvenir democrático lo bastante remoto como para que ni siquiera la infame generación de las yes alcance a ver al final del laberíntico túnel totalitario el resplandor capitalista que evidentemente no quieren ver ni nuestra victoriosa Santa de las Muletas y sus idólatras ni la vieja guardia siniestro-humanitaria en trámites de jubilación forzosa por obsolescencia precoz. Ahora bien, el azar existe. Por eso, pese a todos los malos agüeros, mi Alter Ego prefiere seguir rigiéndose por el principio de que lo bueno que tiene haber tocado fondo consiste en que ya no se puede caer más bajo. Cuestión de exigir el máximo posible para sacar el mayor provecho del naufragio o, con un poco de suerte, pescar en río revuelto si por casualidad a la hora de la gritería se arma el dale-al-que-no-te-dio en la Alta Nomenclatura Geriátrica Por el momento, tal como pìnta el dado trucado del destino, parece que no hay más nada que aporrear sin piedad a la nueva criptodiplomacia castrista. A saber, la sicofancia insular y exiliar en pleno...
Saludos,
El Abicú
Si, claro que ese parecer que se dijo sin decir, la doblez, el déjalo-ahí, el "mejor es no meneallo" de Sancho es la regla, de oro, añadiría yo, de los que viven bajo una tiranía. Aceptarlo no hace al poema, ni al poeta en cuestión más rebeldes.
No se si te has fijado, pero yo no apuesto un centavo a la democracia en nigún lugar y mucho menos a la cubana con las recuas de "demócratas" que padecemos en la isla y en sus colonias de ultramar.
Te veo en el siguiente post.
Saludos.
No, no, Cristy, yo no le estoy atribuyendo a posteriori ningún género de coraje u honestidad a Nicolás Guillén, al fin y al cabo muerto en olor de santidad. Por otra parte, su elocuente recondenación íntima ni siquiera tiene sujeto (anónimo) o objeto (culpable). Lo cual, gracias precisamente a la proverbial cobardía del autor, le confiere a esos versos una cierta intemporalidad, rasgo que nunca le viene del todo mal a una obra literaria.
Así que, antes al contrario: simplemente, creo haber subrayado que --al menos a mí-- el poema de marras me llega todavía e inspira debido a que, además de coherente y muy bien escrito, conserva su carga renunciatoria, digamos, inmanente, intrínseca. O sea, no propiamente denunciatoria, pues en ese aspecto Guillén se esmera en curarse en salud, dejando al lector sugerir los tópicos faltantes por su cuenta y riesgo...
Saludos,
El Abicú
A estas alturas de mis 40, lo único que soporto de Guillén son algunos de sus epigramas por su humorismo. Pero te repito, mi recuerdo de la impresión inicial del poema fue una mezcla de sorpresa bastante ñoña y frialdad por los ecos de consignas "anti..."
Sí que está formalmente bien escrito.
Saludos.
No tengo claro que Díaz-Balart haya escrito eso así en 1955.
Well, I guess I havent met any of the others So the seven angels who had the seven trumpets prepared themselves to sound No action is involuntary, including your thoughts Her brain stem, the most primal part of her brain, receives the stimuli and determines that this loud sound could be a threat to her safety
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