Obama: ¿otra vez en el punto de inflexión o al borde del abismo?

Apunte de psicólogo callejero sobre el Mesías Negro y sus votantes blancos

Por Jorge A. Pomar, Colonia

[Para "Lourdes", que acaba de inspirarme esta descarga de adrenalina con su comentario al post de Zoé "Siete mentiras en menos de dos minutos".]

Habrá que armarse de paciencia y hacer compás de espera, Lourdes. Porque una de las barricadas mentales del cerebro humano cuasi invulnerables a los asaltos violentos de la realidad objetiva es precisamente la que nos defiende la cara, prohibiéndonos terminantemente dar nuestro brazo a torcer frente a la obviedad de algún dislate mayúsculo de nuestra cosecha más reciente.

"Errare humanum est, perseverare autem [pero] diabolicum [est]", reza el aforismo latino. Su presunto autor, Séneca el Joven, erraba: la experiencia cotidiana le dice a cualquiera que le preste oídos todo lo humano tiene su toque largo, ancho y hondo de diabólico. Más aún, el acto de rasgarse las vestiduras en el ágora haciendo su mea culpa infernaliza la conciencia y envenena el inconsciente, que por lo común clama venganza a perpetuidad y, si no se le satisface a tiempo, se ensaña con la cordura del penitente.



Recapacitar sea un don raro que los comunes mortales sólo ejercitan cuando ya es demasiado tarde, casi nadie se acuerda del asunto y ellos no temen pagar las consecuencias. No digamos ya los fanáticos y los testarudos, que también son legión. De ahí que, salvo que el primer inquilino negro de la Casa Blanca sea un loco de atar y prosiga su curso hacia el precipicio político, no es de suponer que lo sufragaron en el 2008 se enmienden dándole su voto al candidato del Partido del Elefante.

Hablo aquí sólo de los anglosajones de clase media, y en particular de los que votaron a Hilaria en las primarias. No así del grueso del conglomerado multicolor menesteroso compuesto por blancos, negros e hispanos de gueto.

A diferencia de sus congéneres laboriosos de clase media, como el joven negro del vídeo de arriba, esos están tan pegados a la ubre del Estado Nodriza que, salvo honrosas excepciones condicionadas por un cacumen y/o una moral naturales fuera de serie en el genoma del homo sapiens, a buen seguro el maná brotado a raudales de las arcas públicas no les deja vislumbrar otra alternativa.



Por su parte, el marrullero Obama hará lo mismo que a mediados de la campaña electoral con tal de desmarcarse de Hilaria y alzarse con las llaves de la Casa Blanca: pisar el freno hasta el tope y dar marcha atrás a toda prisa, cueste lo que cueste y desgájese quien se desgaje. Luego, una vez conseguido el propósito de hacerse reelegir en el lejano 2012, ya sin nada que perder, tendría las manos libres para intentar cumplir parte de sus promesas.

Sólo que nadie más lo creería capaz de obrar el milagro bíblico de caminar por encima del agua sin hundirse, multiplicar panes y peces, levantar del mausoleo a Lincoln y a Roosevelt como Cristo a Lázaro de la tumba o lograr la ecumene zapaterista de la Alianza de Civilizaciones.

Su menguada credibilidad andaría por el suelo y la mayoría demócrata en el Congreso se habría esfumado junto con la "sonrisa perfecta" del dizque carismático Mesías Negro del Progrerío Rubio de Ojos Zarcos. Hora de sacarse de la manga su última baza: a saber, el lastimero argumento de que los ruines republicanos no le dejan hacer lo que desearía para cumplir sus ajadas promesas.

Obamófobos blancos y negros, valga la aclaración. Como, por ejemplo, el distinguido economista Thomas Sowell, doctorado en magna cum laude en Economics por la Harvard University, Master of Arts en igual especialidad por la Columbia University (o sea, la misma alta casa de estudios donde se graduaría más tarde Obama en leyes) y Doctor of Philosophy por la University of Chicago, la misma "Capital del Crimen" donde levitara el Nuevo Mesías:



Lourdes: Que desgracia para América. Y pensar que así lo eligieron (YO NO), oyendo sus mentiras. Este hombre no merece ser el presidente de nuestro gran país. Que ojalá que todos los norteamericanos despierten o se convenzan de quién es (como muchos lo han hecho ya). Que Dios bendiga a América y que la salve del socialismo/comunismo. Después de Cuba a EU y después, ¿a dónde iremos? No quiero ni pensarlo...

Según parece, el ex activista comunitario de Chicago --en La Habana habría llegado alto a nivel municipal compitiendo con los talibanes de la Alta Nomenclatura por los Comités de Defensa de la Revolución-- ya está otra vez a punto de alcanzar el punto de inversión de la parábola utopista para volver a tocar tierra, orientarse por el fiel de la balanza política y encaminarse a paso lento pero seguro --o sea, sin dejar de sonreír a la galería global de izquierda-- rumbo a la única meta que en realidad cuenta para él y su consorte: la reelección a toda costa en los comicios del 2012, que ya peligra seriamente a ojos vistas.

Caso de obrar con más tino en lo adelante, Barack Hussein --que será todo lo megalomaníaco, oportunista, ignaro y petulante que se quiera pero de memo, altruista, doctrinario y testarudo no tiene ni una pasa en su encaracolada cabeza de mango filipino-- estaría siendo leal a sus propios móviles egocentristas.

Y lo que es peor: por efecto del perverso mecanismo inhibitorio arriba descrito, quizás lograría atajar el creciente desencanto demócrata abonado por sus delirios mesiánicos. Ojalá Palas Atenea lo ciegue al borde del abismo y dé el paso al frente, quitándole la razón al Abicú para dársela a su Alter Ego en este vaticinio adverso a la cordura occidental. Cosas veredes... ¿Cuánto apuesta el lector con o sin ganas de financiar al blog El Abicú Liberal?