Sunday 14 June 2009

Sobre el permiso de salida y restricciones de salida y entrada de los ciudadnos cubanos a su país

¿Milonga o catarsis en Buenos Aires?

Por Arturo González Dorado, Cienfuegos


[Comentario abicueril: Como habrá notado el lector, me limité a colgar los primeros vídeos sobre la manumisión de Hilda Molina. A la espera de que, rebasado el preámbulo sentimental del reencuentro familiar, la neurocirujana deje a un lado sus desconcertantes muestras de gratitud apolítica.

Tal vez sólo entonces despeje la incógnita sobre los experimentos con fetos en el CIREN y se disculpe alegando comprensibles motivos de para haber arremetido contra Miami en los injuriosos términos que lo hizo a mediados del año pasado. Tampoco sería demasiado pedirle que, tras expresar su gratitud al Papa, a Fidel y Raúl, a la presidenta y al pueblo argentino, se acuerde del apoyo del exilio y, en particular, del reportero Juan Manuel Cao., cuya osadía al conminar al Magno Paciente en Buenos Aires a explicar los motivos de su secuestro en la Isla marcó un hito mediático decisivo en la lucha por su libertad individual.

De ella y nadie más depende que su caso no se convierte en otro bumerán a lo Elián González. De momento, el balance se me antoja positivo, cuenta habida de que ni siquiera todos los argentinos de izquierda son tan atorrantes como para creer que 50 años de dictadura totalitaria no son nada. Eso sin contabilizar el dato de que hace rato que la mayoría detesta a los Kirchner. Y no ha perdido la memoria asociativa:

Criticadigital.com, Armando (49 años):
"Esto está totalmente arreglado entre Castro y la presidente Kirchner, ya que no puede pagarnos lo que nos debe, y tampoco puede entrenar guerrilleros argentinos, le tira esta manito a Cristina. Es una movida estratégica electoral, por eso la tilinga los recibe con bombos y platillos."


A pesar de sus invectivas contra el exilio ("resentidos", "cobardes", "envidiosos"...) y de su contradictorio apoliticismo, la Dra. Molina es capaz de aprender, sabe modular el discurso al compás de las circunstancias. Aunque no suelte prenda sobre los experimentos con fetos en el CIREN, sus últimas entrevistas reflejan una progresiva toma de conciencia sobre el drama criollo.

Puede que aproveche esta fuga autorizada para hacer catarsis en Buenos Aires, para desahogarse allá soltando lo oculto entre pecho y espalda al compás del bandoneón. Sería lo justo y deseable. Con todo, conociéndole las dobleces a nuestro paño migratorio, soy escéptico. Ya se verá. Entretanto, los dejo con un post sobre el tema visto por el cienfueguero Arturo, quien nada tiene que ver con el subtítulo ni con las citas o la inserción de los vídeos.]


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Sobre el permiso de salida y restricciones de salida y entrada de los ciudadnos cubanos a su país

Por Arturo González Dorado, Cienfuegos

Una de las desdichas de los cubanos es la incapacidad de centrarse en un punto para lograr objetivos. Y esa incapacidad es evidente en relación al permiso de salida y las restricciones de los ciudadanos cubanos para entrar y residir en su propio país. Los esfuerzos de personas aisladas, la denuncia de casos que confirman lo aberrante de semejante práctica en estos momentos, son en extremos loables, mas por desgracia justo casos aislados.

Lo esencial es centrarse en la raíz del problema, en la disposición que mantiene a nuestro país como un una excentricidad en el concierto de naciones civilizadas. El permiso de salida, y cualquier restricción al libre movimiento de los ciudadanos cubanos deben ser abolidos. Esto es el punto fundamental, y lograrlo depende de los propios cubanos, tanto de los que estén fuera como de los que tengan participación en cualquier decisión gubernamental.



Cuba ha firmado diversos pactos internacionales que le comprometen a ajustar su legislación a normas internacionales de respeto a los derechos humanos, y en estos momentos cualquier justificación política o ideológica resulta simplemente inadmisible, la consecuencia de una mentalidad de conflicto incapaz de adaptarse a las circunstancias históricas, a las necesidades de la nación.

"No me arrepiento de lo que le di a los enfermos, pero sí me arrepiento porque al haber cedido a un sistema que prometió muchas cosas y no cumplió, sufrió mucha gente de mi familia: mi madre, mi hijo y mis nietos, a los que recién conozco".


Pero la demanda de ajustes que acaben con tantos años de cierre y separación, de trabas y molestias y sufrimientos sin cuento, depende, insisto y repito, de la voluntad de los cubanos para centrarse en lo que les es vital y factible. Y me refiero especialmente a los cubanos del exilio, a quienes tienen la capacidad de organizarse y exigir lo que, beneficiándoles a ellos, beneficia a todos sus compatriotas.

Los cubanos están habituados a que sea alguien o algo quien decida su destino, ya sea una decisión del gobierno norteamericano para flexibilizar los permisos de viaje, o la buena voluntad de las autoridades cubanas para permitirles salir o entrar a su país. Semejante ausencia de decisión es muy lamentable, no viene al caso ahora analizar sus causas, pero sí dejar claro el hecho.

"Yo nunca fui médico de ningún dirigente, no fui mujer de Fidel Castro, no tuve poder ni privilegios. Si accedí a una banca como diputada, fue como lo han logrado muchos músicos, artistas y profesionales de Cuba".

Quebrantar pesimismos, crear ilusiones, pensar al menos por un momento en el presente y el futuro, dejando de lado el pasado, volviendo a retomar la esperanza, creyendo que es posible lograr cosas, que los resultados ameritan el esfuerzo, es más que una cuestión retórica o política, es una decisión vital que concierne a lo que nos define como nación.

La libertad de movimiento de los ciudadanos de cualquier país del mundo es algo que no admite cortapisas, y es un punto en el cual coinciden todos aquellos que aspiran a la integración del país en la normalidad, al abandono de la excepción que por tantos años ha marcado el sino de los cubanos.

''Hay muchos cubanos cuyos derechos se están burlando y no hablan. No hablo de subversión pero sí de pedir respetuosamente que se respeten los derechos fundamentales''.

Por tanto, un consenso desde un punto en el cual coincide toda persona normal, todo aquel que sienta amor por su país, independientemente de sus posiciones políticas o ideológicas, es factible de lograr, y en el caso que nos ocupa, perfectamente posible. La separación de los cubanos en dentro y fuera, en emigrados y residentes en el contexto geográfico de la isla se hace ya forzada.

La nación no está limitada a su contexto geográfico, las ideologías no pueden seguir condicionando el destino del país, ni de millones de hombres y mujeres que desean vivir como seres humanos normales, poder visitar a sus familias, viajar adonde quieran siempre y cuando obtenga la visa necesaria, residir en su propio país el tiempo que les venga en gana, y abandonarlo luego por las razones que mejor les plazcan.

Esto es un hecho, como lo es el que no hay la voluntad de hacerlo realidad, de llevarlo a cabo por una obcecación de la oficialidad y por la incapacidad de aunar voluntades de todos aquellos que deseen el bien de la nación, independientemente de su postura política. Se trata, pues, de buscar un consenso en un punto desde el cual puedan lograrse objetivos viables, desde donde el marasmo y el inmovilismo que dominan en la sociedad cubana se rompa hacia la integración y la reconciliación.


"Raúl Castro tiene los pies más puestos en la tierra y le interesan, por razones de supervivencia política, las cuestiones internas de la población más que la discusión de los temas internacionales, pero pertenece al mismo gobierno y a la misma ideología que Fidel, al que además le consulta todo".

Centrarse en la normalización de los movimientos de los ciudadanos cubanos, centrase en el hecho de que los más interesados en el asunto son los propios cubanos, que no es menester esperar por el tiempo, sino decidirse a aunar voluntades desde lo que pueda traer consenso, es el punto esencial. Desde aquí las posibilidades de abrir la nación se hacen múltiples, desde aquí los que se empeñan en la mentalidad del conflicto, de la tendencia que sea, podrán ver que tolerar es mejor que simplemente odiar.

Hay que tener objetivos claros, y objetivos viables, hay que romper ese cerco de indolencia y desesperanza que nos rodea desde todas partes, y hay que romperlo desde donde pueda lograrse. Cambios radicales en la isla son impracticables desde las condiciones presentes, y al mismo tiempo el sostenimiento de la situación actual por parte del gobierno es insostenible, aunque sea por el mero hecho de la biología, de la edad de quienes se em-peñan en ello. Por tanto, buscar un punto donde sea posible encontrar el camino de vivir juntos, de abrir el país, es vital, y negarse a hacerlo imperdonable desde cualquier postura, idea o desaliento.

Ir más allá de la denuncia al reclamo, ser capaz de ceder para lograr, mirar al bien común, aunarse, ser más que emigrados comunidad y nación, es algo que no admite dilaciones, es justo la esperanza. Es imposible renunciar a la nación, al menos para la mayoría de las personas, y desde aquí, desde el amor por la nación, es donde es aún posible pensar el futuro.

Desde aquí es donde hay que buscar ese objetivo que sea viable, esa unidad que sea realidad, ese movimiento que entienda que la diferencia es lo normal entre las personas, que el disenso es más común que la uniformidad, y que para que sea convivencia y no guerra y odio debe haber un consenso básico, justo la tolerancia. Exigir pues la eliminación de las restricciones de viaje, buscar ese punto esencial y seguirlo, es el futuro, es la única esperanza real...

''A Fidel Castro, que ha sido el verdugo de mi familia, le deseo que se mejore en su biología y le deseo la mayor paz del mundo, una paz que sería muy buena para Cuba''.

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PD: Pinche para ver a la doctora y escuchar de sus propios labios este último bocadillo (¿sincero o irónico?) en BBC Mundo. El Abicú y su Alter Ego ponen los dedos en cruz para que más temprano que tarde reine en la Isla una paz agresiva, presagiadora de tormenta, similar a la que ahora mismo podría dar al traste con la teocracia islámica en las calles de Teherán. Uso la palabra "milonga" en el título en su doble acepción de tonada arrabalera rioplatense y evasiva para evitar conflictos previsibles.

8 comments:

Anonymous said...

"Tango argentino, canción dolida del hombre abandonau" L.L.

Sharpshooter said...

Abicu,
la falta de sensibilidad de los medios argentinos es alucinante. Mientras en la TV se pasaba la conferencia de prensa de Hilda Molina en la que acusaba al gobierno de Castro de ser su verdugo y el de su familia, la estacion pasaba la cancion "La Era esta pariendo un corazon" de Silvio Rodriguez como musica de fondo. La ignorancia es espeluzante!

Jorge A. Pomar said...

En efecto, Sharpshooter: ignorancia, instrumentación, mala leche, hagiografía museable y estupidez política. Por otra parte, ¿cómo pretender que nos entiendan los extranjeros si no nos ponemos de acuerdo entre nosotros?

La mayoría de nuestros líderes opositores, anclados en un lenguaje y una mentalidad del tiempo de la bomba, no cesan de enviar señales contradictorias.

Toma, por ejemplo, al santurrón de Payá y su chochera de que la blogósfera sea "la voz de los que no tienen voz". ¿Y qué otra cosa hemos estado haciendo los blogueros militantes de la Isla y la Diáspora?

El líder de las 25 mil almas muertas del MCL propone un diálogo al gobierno, pero desde el rifirrafe suscitado por el Proyecto Varela se cerró de banda a cualquier entendimiento con los críticos del mismo bando.

Al igual que la directiva de Cubanet, Payá acusa sibilinamente a los blogueros de nadar en la abundancia abundancia y cuestionar a la antediluviana oposición interna en nombre de una unidad que sólo concibe alrededor de su hernia umbilical.

Como verás, me limité prudentemente a colgar los primeros vídeos sobre la manumisión de Hilda Molina. Estoy a la espera de más declaraciones suyas, para ver si, una vez lejos y en libertad, deja a un lado sus desconcertantes muestras de gratitud apolítica...

Sin embargo, conociéndole las dobleces al paño, soy escéptico. En fin, ya se verá si a la postre el suyo no se convierte en otro bumerán a lo Elián González...

Saludos,

El Abicú

Cristina García said...

Me he reído con tu ocurrente comentario de lo lindo, Pomar.
Lo de las dobleces del paño migratorio es una joya. Y bueno, no te arriendo la ganancia sobre las futuras declaraciones de Hilda Molina, ni aún con escepticismo. Vivir para ver.
Gracias, Pomar.

Jorge A. Pomar said...

Cristy, ¿por qué no te embullas y me envías de vez en cuando alguna colaboración para el blog? Te lo agradecería de corazón.

Saludos,

El Abicú

Cristina García said...

Muy gracioso. Yo no se escribir ni mi nombre, como bien ves.
Tú sigue marcando el paso, que yo seguiré siendo una lectora fiel.
Saludos.

Anonymous said...

Los escritos de Pomar me recuerdan las locuciones de Armando Perez Roura.

Anonymous said...

Tremendos chismes que hay en los comentarios de este post de Varela sobre cierta escritora cubana. Los mejores chismes estan casi al final:

http://varela1.blogspot.com/2009/06/engordar-sin-dignidad.html