Baracutey Cubano, decano de la blogósfera militante, cumple seis años

Homenaje abicueril al colega titular Pedro Pablo Arencibia

Por Jorge A. Pomar, Colonia

Un millón de colegiales gracias, además, por desempolvar también, al pie del post con la entrevista de Armando de Armas sobre la efemérides, ese añejo comentario abicueril, que afortunadamente mantiene toda su vigencia al cabo de años de intercambios colegiales no siempre del todo consonantes entre nosotros dos. 

Conservar nuestra amistad a pesar de no estar siempre de acuerdo en todos los enfoques --desacuerdo que nunca han afectado a unos principios y finalidades entrambos aún compartidos--, no es sólo una prueba de civilidad y camaradería en los tiempos de ojerizas y bretes que corren, sino también de cordura y cabal espíritu democrático en medio de un ambiente de egolatría, bajeza y mezquindad biránicas generalizadas en sendas cochambres culturales a una y otra orilla de la ciénaga criolla.

PPA.- ...Baracutey Cubano ayuda a que aquellos que no tienen mucho tiempo para estar conectados en Internet (como sucede para la inmensa mayoría de los cubanos de la Isla, los cuales tienen que navegar furtivamente) tengan disponible un compendio de las informaciones y artículos más importantes que diariamente aparecen en Internet sobre la realidad cubana. Baracutey Cubano fue creado, entre otras razones, para ayudar a romper el bloqueo informativo que le tiene impuesto la tiranía al pueblo cubano que sobrevive en la Isla y para que los cubanos que viven en el exterior tengan a mano una modesta pero atractiva compilación o antología diaria sobre el tema cubano que les ahorra tiempo y esfuerzos, acompañada de la atractiva utilización de los recursos de multimedia, como son videos, de lo cual Baracutey Cubano fue uno de los pioneros dentro de las bitácoras en español.

Pues, como te aclaré entonces, si bien agnósticos irreductibles por lección de la vida ya desde mucho antes de militar en el PCC, nos considerábamos ateos vocacionales por los motivos de cuna que se pueden leer en la "Presentación" de este blog ahí al lado, el Abicú y su Alter Ego no ocultan ni su pasado de marxistas conflictivos, que no sienten ninguna necesidad de edulcorar aquí, ni su apego contemplativo a las raíces judeo-cristianas de Occidente. 

De hecho, nuestro errático instinto de conservación se resiste a rendirse a evidencias en contrario cada vez más enajenantes, burlonas y deprimentes. La penúltima de ellas, tan espectacular (¡tremendo vacilón!) como didáctica, fue el balde de agua fría que les vertió en la mollera a sus ingenuos benefactores miamenses el desaprensivo hermano de nuestro muy imaginario albañil mártir de Banes. (Aparte del encanto y la alegría por el mal ajeno que le produce el personaje a mi luciferino Alter Ego, reproduzco ambos vídeos, seguramente ya vistos hasta la saciedad por el lector adicto al culebrón leal-disidencial, atendiendo a su inusitado valor didáctico y al inmenso placer que me causa a mí mismo volver a escuchar la lección magistral del ex guardia de seguridad.) Por un lado, no puedo menos que agradecerle Rogelio Zapata Tamayo, hermano del difunto ex "Digno Casco Blanco", el brutal arranque de sinceridad. Y por el otro, a nuestra Máter Dolorosa su elocuente silencio respecto a los móviles terrenales de esa Sagrada Familia "Palestina", que coinciden punto por punto con los de la inmensa mayoría de los súbditos biránicos en fuga. 

A saber, mientras nuestros cubanólogos insisten en pedirle peras al olmo, nuestros escaldados coterráneos responden más bien al imperativo categórico del Primum vivere ("Lo primero es vivir"). O sea, tratan de sobrevivir individualmente  al naufragio nacional a toda costa. Un principio vital que, lejos de equivaler a error garrafal o pecado capital, es en realidad el único fundamento sólido sobre el cual, dejando a un lado las utopías neoplatónicas posmodernas, podríamos erigir a largo plazo nuestra "ciudad sobre la colina", el país de jauja idóneo para la idiosincrasia hedonista de nosotros los cubanos. 

Así, pues, en el fondo ese despectivo, ingrato, silvestre Rogelio es nuestro semejante. Y sus desplantes, sin duda el verdadero testamento del evangelísimo Orlando. "Nuestros reyes mediáticos están desnudos", he ahí, sea cual fuere en verdad la intención real de su chivateo, la quintaesencia del rústico mensaje voceado en la Capital del Exilio por ese jíbaro oriental. 

Por cierto, sospechosamente similares al fetecún orquestado en España por nuestros "licenciados extrapenales", quienes, según Laura Pollán y Bertha Soler, voceras oficiales de las Damas de Blanco, jamás habrían sido engañados por el alto clero habanero ni mucho menos forzados al destierro, como aún alegan. ¿Mero azar concurrente? [Cuadro de al lado: Oskar Herrfurth, pintor e ilustrador alemán (1862-1934), Das Schlaraffenland  (El país de Jauja), óleo sobre lienzo. Tomado del GoetheZeit Portal.]

Al margen del sinfín de rocambolescos entuertos actuales, la polis futura deseada por nosotros los realistas a ultranza, cuya materia prima humana estaría más constituida por el credo terrenal de Rogelio que por el fraudulento culto sacrificial a  su hermano Orlando, tampoco tendría que estar necesariamente reñida con la fe metafísica ni la doctrina martiana sobre el "mejoramiento humano". 

A condición de que se practiquen en clave estrictamente individual, y no como martillos de herejes para imponer supercherías neocastristas al gusto de nuestra acomodaticia oposición revolucionaria. Antes al contrario. Justo por no querer reconocer semejante perogrullada existencial, a partir de nuestro promisorio debut colectivo en la Red de Redes nos hemos venido comportando invariablemente como la clásica piel de zapa balsaciana.

El exceso de mala y buena fe, de maniqueísmo obsesivo-compulsivo que propiciara la apoteosis de la muy gansteril dinastía rupestre de Birán no sólo pasa factura sino que, como una de aquellas maldiciones hereditarias de la mitología grecorromana, tiende a perpetuarse e incluso a crecer, como se puede apreciar en el cinismo de las nuevas generaciones y en las fulastrerías del sedicente liderazgo opositor tanto en la Isla como en la Diáspora.

Cada vez se hace más obvio que sus únicos móviles reales son la inmunidad penal frente a la gendarmería, las poses beatíficas de cara a la galería exterior, los galardones internacionales y, sobre todo, la rebatiña por los subsidios en divisas. Y para dorarnos el bolo fecal, a pesar de nadar todos explícitamente a favor de la corriente raulista, simulan rivalidades doctrinarias (ahora entre el Santuario del Roque y la Gruta Laica del Cerro) que nunca pasan de los ya tradicionales bretes y rencillas personales.
 

En la mejor de las hipótesis escépticas porque, aquí internós, tengo para mí que la más verosímil es también la peor. A saber, un burdo pero –dado el ambiente de milagrería milenarista en que nos hemos abismado– eficaz rejuego contrainteligente de la Gestapo Biránica para, por un lado, mantener en el candelero a sus histriones favoritos, y por el otro inducir a los crédulos incorregibles, que son legión entre nosotros, a tomar partido por una u otra caterva de impostores profesionales.
 

Pero ahí vamos, imperturbablemente de la ceca a la meca y de meca a la ceca. A tientas, pagando falsas promesas de rodillas por el “camino del pueblo” a la furnia matancera del Roque, de la mano del Infante Paellá y el Beato Bistec. Ambos postulados para el Nobel de la Paz de los Sepulcros; el primero por no haber pasado nunca por el “Tanque”; el segundo, dizque seviciado por la inaudita osadía de pasarse –suponiendo mínimamente cierto el cuento de la celda-gaveta narrado por su consorte en Praga, que concuerda mal con el saludable aspecto de su marido al salir del Combinado del Este-- la estancia penitenciaria entera recitando salmos.
 

Efecto palpable: el lógico pero inconfeso desaliento de la menguante militancia anticastrista creíble, acoplado a un creciente choteo nacional e internacional de toda la oposición en su conjunto, que es lo que buscan, y consiguen una y otra vez con pasmosa facilidad, todos esos esperpentos sacramentales impunemente orquestados por los susodichos comesantos y sus émulos neogeneracionales.

Del citado comentario abicueril ibídem (1).- ...puesto a elegir culturalmente entre las diversas ofertas eclesiásticas de nuestros días, me decanto sin complejos por la cristiandad. Es más, doy por sentado que la crisis de la civilización occidental no se debe tanto al fallo por anacronismo, intransigencia o babilonización del Vaticano, como al éxodo masivo de fieles de clase alta y media portadores de dogmas cristianos afines al marxismo. Otro tanto ocurre con nuestros intelectuales, que son los clérigos laicos de esa caudalosa corriente errática, extraviada. Desde mi punto de vista, esa falsa defección religiosa del confuso movimiento social que ha dado en llamarse "progresía", principal culpable de la aguda crisis moral de Occidente, equivaldría a un último cisma protestante de corte posmoderno...

La causa eficiente de la actual fenomenología hagiográfica negativa, que tan irresistiblemente nos compele a buscar héroes y mártires a nuestra imagen y semejanza, habría que ir a buscarla precisamente en cierta notoria, contumaz renuencia del cubano a ajustar cuentas con el propio pasado personal. En ejemplar, paradigmático contraste, una simple retrospectiva a lo largo de estos seis fructíferos años de Baracutey Cubano, salta a la vista que a la postre, en paz con su historial y fiel a su credo personal, el titular siempre acaba siendo mucho "más amigo de la verdad que de Platón".

Algo que, por desgracia, no se puede afirmar sin más de cualquier veterano de una blogósfera militante regida por el aforismo más cainita del repertorio romano: "Tu muerte me beneficia". Con todo, como bien aconseja el refrán criollo, "Mejor solos que mal acompañados", porque cero es más que minus. Razón de más, estimado colega, para seguir queriéndote, apreciando tus análisis y deseándote nuevos éxitos. [Cuadro de abajo: Jean Lievens, Caín matando a Abel, talla en madera, 1640, Rijksmuseum de Amsterdam.]

Del citado comentario abicueril ibídem (2).- ...De ahí que, siendo aún militante del PCC pasara un cursillo de cristología con un sacerdote español en la Iglesia de San Juan de Letrán; disfrutara de las visitas espirituales de otro prelado español en la prisión de Ariza; y me crea uno de los pocos criollos capaces de disertar sobre Martín Lutero, Tomás de Aquino, Pelagio, el persa Mani, las herejías cátaras, San Agustín, la dicotomía presdestinación-libre albedrío, la paradoja del rol positivo de Borgias y Médicis durante el Renacimiento. 

Temas apasionantes e instructivos mucho más actuales de lo que se suele creer. Igual he leído la Vulgata en latín, la Biblia de Lutero en alemán, los evangelios apócrifos, etc. Por tanto, acepto y admiro el credo cristiano, a condición de que, como en tu caso particular, sea auténtico y no una conversión de última hora para lavarse el cerebro de cara al sufrimiento del prójimo en la Isla, un "acordarse de Santa Bárbara sólo cuando truena".

Y conste que, si no le trato aquí de "hermano" o "amigo" acorde a la clase de afectos que suelen inspirarme la ternura y fairness de Pedro Pablo Arencibia Cardoso, criollo chévere, baracutey donde los haya, no se debe tanto al desconocimiento personal como al hecho cierto de que hasta la fraternidad y la amistad nos la han jineterizado las proactivas, fantasiosas, virulentas, faranduleras legiones de sicofantes, simoniacos y fariseos al deservicio de nuestra aperreada Causa Común las 24 horas de sus sibaríticas jornadas, dizque consagradas a menesteres exclusivamente patriótico-filantrópicos. Ya sea en la Isla o en la Diáspora: "Tanto monta, monta tanto" que hasta el sentido del humor nos hemos dejado a lo largo del desangelado, tortuoso "camino del pueblo". Es que el sentido común y, sobre todo, la honestidad a carta cabal tampoco pagan en el multitudinario bando microfraccionario del anticastrismo de pandereta y timbales mambises. Por saberlo tú y yo...

Un abrazo fuerte desde Colonia Agripinensis,

El Abicú