¿Adiós o hasta luego al "Látigo"?

Se despide con un Carpe diem tan brillante como descorazonador

Por Jorge A. Pomar, Colonia

Prosa de la buena y concluyente diálogo para una despedida que promete serlo en falso. Otro púgil blogosférico de estilo, sentido del humor y anestesiante pegada analítica que arroja la toalla, abandonando el cuadrilátero en el asalto más álgido de esta semicentenaria pelea cubana contra los ahora achacosos demonios dinásticos de Birán y sus proliferantes, envalentonadas falanges diversionistas.

Aunque no siempre coincidiéramos punto por punto, mi Alter Ego se quita respetuosamente el sombrero ante su brillante, extemporáneo, descorazonador Carpe Diem! (Pinche sobre el latinajo para no perderse semejante derroche de voluntad de estilo y lucidez existencial.). Talento en retirada, baja harto sensible por su reconocida calidad literaria, sistemática labor de desenmascaramiento de sicofantes y gran poder de convocatoria ciberespacial. ¿Será fiel a su promesa? Presiento que no, empero he de admitir que, al menos en lo esencial frustrante, se marcha con las botas puestas y todas las razones del mundo en los bolsillos.

Mal que nos pese, lo cierto es que, de un modo u otro, sea por obra de sus legiones de agentes provocadores y testaferros digitales, sea debido a las vanidades fulanistas de tanto titular de bitácora independiente mucho más preocupado por el rating y el juego de codos anticolegial que por el debate a rajatabla y el desenlace de la tragicomedia biránica, el caso es que nuestro castrante Castrato se ha vuelto a salir con la suya.

Incluso por partida triple, a saber, (1) suplantando a casi todo el liderazgo opositor más o menos militante por una claque de sicofantes dolarizados; (2) vendiéndole ese simulacro de subversión pacífico-reconciliatoria a la opinión pública extranjera de todos los signos político-ideológicos; (3) desmantelando, cooptando y anegando al periodismo alternativo, blogósfera incluida. [Cuadro: Francisco de Zurbarán, Agnus Dei (premonitoriamente titulado Ariete en la lengua de Goethe y Schiller), óleo sobre lienzo, 1635-40, Museo del Prado, Madrid.]

Triste, deprimente realidad a diario verificable: al interior de la prensa dizque independiente operan mecanismos represivos (Isla) y discriminatorios (Diáspora) que son una copia al carbón de los prevalecientes en la UPEC. Amén de repudiado y puesto en el Índice de la DSE sin tardanza, a todo reportero profesional o aficionado lo bastante honesto como para hacer caso omiso de las directrices de Espinosa Chepe & Héctor Palacios (son los que cortan el bacalao pecuniario junto con Yoani, la Pollán (justo cuando las damas habaneras suspenden sus desfiles, se acuerdan de la hasta entonces olvidada madre del difunto Zapata Tamayo bajo perpetuo asedio en Banes) ahora que las habaneras y nuestro plusmarquista absoluto en huelgas esfinterales.

Por su parte, el resto veterano ya se da por satisfecho con su milimétricamente calculada impunidad disidencial plus las sobras de las remesas foráneas) atreverse a informar al exterior lo que realmente oye, ve, palpa, saborea, huele y piensa sobre su propio bando se lo sirven atado de pies y manos a la gendarmería como el cordero de Zurbarán.

No en balde se da aquí la elocuente casualidad de que el obeso licenciado extrapenal Jesús Mustafá (reparen, por favor, en la carga simbólica de esa rara combinación de nombres de pila) citado abajo en lenguaje indirecto milita precisamente en el Movimiento Cristiano Liberación. Por cierto, el mensaje al ninguneado Oswaldo Payá y a la vía legalista de su ya museable "Proyecto Varela" no se me antoja tan subliminal que digamos.

Diario de Cuba, 19-08-2010.- Dos nuevos excarcelados arribaron este jueves a Madrid y denunciaron una ola represiva del régimen de Raúl Castro contra la oposición interna de la Isla, reportó AP. Los liberados son Fabio Prieto y Juan Carlos Herrera [foto], que aterrizaron en la capital española acompañados de unos 16 familiares...
Herrera: Hay una espiral de violencia y represión contra muchos disidentes, que son detenidos continuamente...Con los Castro no habrá democracia, no habrá nada... La dictadura está feneciendo y es hora de que firme su acta de defunción... El régimen sigue cerrado, corrupto y militar... Siento una mezcla de alegría por estar libre y de tristeza, porque en Cuba no ha cambiado nada... Somos tratados como terroristas, cuando nuestro único delito es defender la libertad y los derechos humanos...Hemos sufrido torturas. Es un terrorismo de Estado lo que hay en nuestra patria...

Como oyen, genial y original el mensaje a unos españoles que tienen sus propias dificultades y, apenas concluida la mitad del desfile de licenciados extrapenales, ya están hasta la coronilla de llantos, perogrulladas, pordioseros (literalmente) con escopeta, regañinas, ingratitudes y facturas ajenas. Lo dicho y redicho en este blog: decadencia y caída de casi todo el movimiento opositor. El que tenga entendederas, que entienda. Adelante con nuestros tambores del desencanto fecundo. Despotricar de diente para fuera contra el gobierno lo puede hacer cualquiera dentro y fuera del país, si sabe darse al lugar asignado y posee la correspondiente patente de corso villamaristana. Pero ¡ay del que, como hace afuera el Látigo con Yoani Sánchez, le revise allá dentro de la leonera insular el forro de la flamante toga contestataria a alguna de las vacas sagradas de la disidencia leal!

A diferencia de los renegados bajo estricta cuarentena exiliar, ese infeliz temerario haría bien en darse por enterado del funesto trío de alternativas a su disposición: perderse a tiempo del Morro, acogerse al sobrevivir camajanesco o ser puntualmete guardado a la sombra sin derecho ni siquiera al pataleo solidario. Para él no habrá "licencia extrapenal por enfermedad" que valga. Y muy escasa piedad diaspórica.

A menos que sea tan ingenuo como para dejarse dar cuerda y optar --caso raro-- por inmolarse en serio (a lo Zapata, que murió asesinado para que engorden los vividores del cuento sacrificial), de mentiritas (a lo Coco Fariñas (cuyo cuarto de hora de gloria artificial toca a su fin junto con su febril aspiración al mando supremo; sencillamente, dejó ensopársele más de la cuenta el arroz publicitario del suicidio precocido) y Juan Juan, que saben muy bien las patrañas mediáticas que se traen entre manos), en cuyo caso les serviría de bandera al cotarro de jaleadores simoniacos. A día de hoy hace falta ser ciego de bastón y sordo de cañón para no haberse percatado de que la disidencia leal, ampliamente mayoritaria en ambas orillas de nuestra cultura suicida, y a todas luces más raulista que el Hermanísimo, apuesta sin rebozo al cabal cumplimiento de las mezquinas promesas del menor de los hermanos Castro.

Sin contar que, cuando nos quejamos de la boga de que gozan todos esos sicofantes fuera de Cuba, pasamos por alto un dato fresco: queriendo o sin querer, en buena ley nosotros mismos (no me excluyo) contribuimos bastante a encumbrarlos sobre el falso pedestal en que aún se hallan, ofuscando de paso la mirada de nuestros pocos valedores occidentales. Una verdad como un templo. Cuestión de aprender a tomar la precaución de descifrar sin prejuicios, desde la entrada en escena de cada nuevo Deus ex machina insular, las estridencias de la paranoia antes de soltar las campanas al viento. Hábito altamente recomendable cuando se viven a corazón abierto los truculentos avatares del manicomio centrífugo castrista. Añádanse un par de gotas de mala leche, bajas expectativas y --cómo no-- arrobas de buena vida personal, y ya tiene Usted a punto la piedra filosofal que le cerrará a cal y canto la puerta de acceso a la resaca nihilista.

Fariñas modulando en plural de modestia: "Bueno, ya estamos
comiendo casi todo. [¿Por la cartilla de racionamiento?] Lo único
que no en las mismas cantidades que antes de la huelga de hambre
y sed... Un complot del gobierno cubano con el gobierno español
para que estos hermanos nuestros aparezcan...".



Hay una flagrante contradición entre, por un lado, la constante demonización del régimen y el reconocimiento general de la permeabilidad de las filas opositoras, y por el otro el cánon rigorista de miopía y credulidad a ultranza que ciertos prominentes con arte y parte en el negocio disidencial pretenden imponernos a fuerza de puyas, moralinas, ninguneos y francas amenazas. Con todo, de un tiempo a esta parte un dato positivo registrable consiste en que, pese a las presiones mal disimuladas de esos usureros a la entrada del tabernáculo anticastrista, por fin algunos incautos empiezan a caerse de la mata.

A su mullida, moderada manera. Y claro está, siempre adjudicándose sus descubrimientos parciales del agua tibia. ¿Qué más nos falta? Ah, sí, según la inmensa mayoría reptilínea de nuestros gurús espirituales, los cambios anunciados por el presidente y su cohorte de tecnócratas militares (ala reformista) han tenido que ser aparcados debido a la injerencia masiva del Magno Paciente (¡Dios y el Diablo le den con las justas toda larga vida indispensable para que todo siga igual hasta que reviente la olla de presión insular¡) y la vieja guardia fundamentalista a su alrededor (ala conservadora).

Y a guisa de guinda al pastel, el estribillo con el mantra de que la liquidación de la dinastía de Birán, la feliz reconciliación entre hermanos mal llevados (todos parecen tener "el corazón más grande que la cavidad", diría Liborio) y el advenimiento incruento de la democracia en la Isla estarían en manos de los cubanos que "se están jodiendo allá dentro". A título excluyente.

María Jesús Arsuaga, presidenta de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado, CEAR, El Confidencial, 04-08-2010: Aprovechad la oportunidad que se os ha dado y dejad de quejaros. El tiempo pasa, y no os vamos a mantener toda la vida. Así que salid a buscar trabajo si queréis seguir aquí... Se quejan de vicio. Es un sitio modesto, pero disponen de todas las condiciones básicas para vivir: comida, cama, medicamentos, habitaciones, agua. Un bien de primera necesidad que se ha convertido ya en un lujo para muchos españoles...

Todo ello siempre teniendo en cuenta que, en principio, los ideales de la Revolución, cuyas "conquistas sociales" debemos preservar a toda costa, son legítimos y nobles. Por ende, a lo sumo se trataría de dar marcha atrás al punto corredizo (cada cual lo sitúa donde más conviene a su propio historial revolucionario) del llamado Período Romántico a partir del cual el Máximo Líder, plus unos cuantos secuaces, la desviaron del proyecto humanista. Un mundo feliz al que, por supuesto, nuestro pragmático, campechano Presidente estaría dispuesto a reconducir el proceso (bajo el signo del crucifijo y los derechos humanos) si no se lo impidiese todavía la pérfida labor de zapa (bajo el signo de la hoz y el martillo) del atrabiliario Secretario General, quien --para gaudio del Abicú y su Alter Ego-- persiste en su providencial empeño de no querer morirse.

¡Amén! Finalmente, un corolario repetido a coro hasta la repugnancia: el papel de los amigos extranjeros --preferentemente de izquierdas a fin de conjurar las apetencias de la "derecha reaccionaria"-- debe limitarse estrictamente al apoyo incondicional. Sobre todo, financiero, desde luego. Pues, al igual que el gobierno, la oposición en pleno rechaza de plano el derecho a la "solidaridad crítica". Matices más, matices menos, a poco más que eso se reduce, tanto en la teoría y la práctica, toda nuestra actual ciencia sapiencial.

Nada del otro jueves, habida cuenta de que, lejos de ser la solución, la alta cultura (no la popular) y su imaginario eurocentrista (no el cacareado peligro de "haitianización" en una Isla donde negros y mulatos jamás han ejercido el poder) han sido más bien el problema de la Cubanidad desde su invención por la sacarocracia esclavista a mediados del siglo XIX.

Sin duda, estamos en presencia de una aplastante, desoladora victoria contrainteligente a todo lo largo y ancho de la sinuosa, permeable línea del desigual frente anticastrista. Visto o visto, cualquier esfuerzo en contra puede parecernos algo así como arar en el mar de los sargazos verdeolivo. Pero está lejos de ser verdad, a juzgar por el gardeo a presión vicaria a que suele someterse a los transgresores molestos y el denodado empeño en silenciarlos a como dé lugar...

Cubaencuentro, 17-08-2010.- Mustafá Felipe [en la foto, a su llegada a Madrid el pasado 23 de julio], que llegó a Madrid el 23 de julio pasado tras ser liberado por el régimen castrista, dijo a Europa Press, que miembros de la seguridad del Estado cubano le informaron antes de abandonar la isla de que sería posible que más familiares suyos viajaran a España después que él, hecho que aún no se ha producido... Felipe, que en un principio se negó a ser desterrado de su país pero finalmente aceptó por la presión familiar, llegó a Madrid el pasado 23 de julio y desde entonces permanece alojado en el hotel La Princesa (Alcorcón), junto a su esposa, su hija, yerno y nietos, uno de ellos con su pareja... Ahora quiere que una segunda hija de otro matrimonio, junto a sus tres hijos y algunos sobrinos puedan viajar también a España.]

(¡Zarabanda!) Con todo, mi estimado Látigo, el énfasis diversionista en la paz a ultranza y el perdón de los pecados a priori (no sólo al Beato de La Chirusa, la Santa de las Muletas, el Negro Catedrático arcoprogresista, los 74 diplocartistas, las Damas de Blanco versus Apoyo, la curia episcopal, La Moncloa, la Casa Blanca, la OEA, la ONU y unos cuantos comiquísimos licenciados extrapenales por enfermedad pasados de peso en Madrid, etcétera: hasta a la mismísima Caridad del Cobre la sacaron en procesión al efecto) indica a las claras que los gerontócratas del Palacio de la Revolución están poniendo toda la carne en el asador con tal de conjurar aquello que más temen: el azar discordante en forma de vacío de inminente poder biológico y el previsible final horripilante.

Magra, fortuita, loca esperanza, lo sé, eso de fiarse más bien a los chiripazos de la historia que a los planes de sus pretendidos timoneles. Sin embargo, como los torpes náufragos a la deriva que somos, y a estas alturas del juego nacional ya a nadie, salvo a esos ruines peseteros de la disidencia, le cabe la menor duda de que el de la Cubanidad es un auténtico naufragio histórico, no nos queda otra que agarrarnos desesperadamente al último clavo ardiente aún a nuestro alcance.

Al lezamiano "azar concurrente", que a la postre siempre acaba diciendo la última palabra en el rocambolesco devenir de una Isla de la Siguaraya donde en materia de eclosiones sangrientas al final siempre ha ocurrido lo que --para su bien o su mal-- casi nadie quería. De manera que, a buen seguro, la hecatombe que se ve venir tampoco será la excepción de la regla. Con la ventaja diferencial de que, caiga como caiga el dado, la próxima vez el cubano de a pie tendría poco o nada que perder y mucho o todo que ganar en un ajuste de cuentas violento con el Castrato terminal.

Eventualidad que, dada la delirante singladura que ha tomado la nave de los locos criolla, sólo puede jugar a favor de la cordura y el progreso, materialmente hablando. En fin, si las elucubraciones catastrofistas de mi Alter Ego no son puro raciocinio desiderativo a lo „Eje del Mal“, a juzgar por el polemista nato que nos has dejado ver desde tu debut en la blogósfera, muy pronto seremos testigos de un precipitado, y deseable, retorno del Látigo.

Seas quien seas. Vivir para ver. Por lo demás, el carpe diem ("Aprovecha el día") de los antiguos romanos jamás estuvo del todo reñido con las ansias de rerum novarum, o sea, "revolución", "cambio de régimen". Te lo garantiza mi Alter Ego, que acaba de regresar de una orgiástica estancia en el casco histórico de Cádiz listo para reincorporarse con renovados diabólicos bríos al Eje del Mal.

He ahí, adecuadamente combinado con la fe en las volteretas de la historia, el antídoto idóneo contra la depresión y el sentimiento de impotencia subversiva. Dicho de otro modo, para poder rivalizar con la longevidad biránica, el espíritu de resistencia ha de incluir cierta dosis preventiva de estética lúdica. Sobre todo, tratándose de la lucha contra un régimen decrépito y tragicómico pero todavía capaz de inventarse su propio bufo opositor. [Cuadro: Picasso, Familia de Saltimbanquis, óleo sobre lienzo, 1905, National Gallery of Arts, Washington D.C.]

Faquires, santas martirizadas, reclusos en plan ceba, profetas iracundos, pogromos ficticios, abstrusas figuras jurídicas ("licenciado extrapenal"), migraciones de tribus gitanas enteras (con patriarca de nombre musulmán y todo, como el impresentable "Mustafá" del recuadro de arriba) y otros trucajes hilarantes... Una genuina carpa de circo (lástima que tantos de nuestros agudos caricaturistas exiliares, también ellos a buen seguro intimidados por el chantaje afectivo, prefieran aristas más inocuas del conflicto) bajo la cual medran toda clase de payasos, marionetas, malabaristas, ventrílocuos, saltimbanquis, contorsionistas pero, sobre todo, domadores y trileros de los derechos humanos, la corrección política, el diálogo con sordos y el sociolismo del siglo XXI. ¡Conque hasta ahorita, abicueril colega!