¿Naufraga esta noche el Obamacare en Massaschusets?

Las encuestas favorecen al candidato republicano Scott Brown

Por Jorge A. Pomar, Colonia

La buena nueva proveniente de Chile, donde el candidato liberal Sebastián Piñera acaba de derrotar en segunda vuelta al de la coalición gobernante encabezada por la allendista Michelle Bachelet, podría redondearse mañana mismo en Massachusetts.

Si, tal como sugerían casi todas las encuestas, y ya va confirmando por amplio margen el escrutinio parcial del 65% de las boletas (¡Scott Brown 52,7 versus Coakley 46,3!), según el New York Times a las 21:42 pm hora local, el candidato republicano Scott Brown, neoliberal sin calambrinas y acérrimo partidario del Estado "flaco", derrotará este martes a su plúmbea contrincante demócrata Martha Coakley, obamista a matarse.

El eléctrico Brown se alzaría así con el escaño senatorial cuasi vitalicio dejado al fin vacante el agosto del año pasado por Ted, el peor de los Kennedy, difunto patriarca del clan homónimo y de la retroprogresía senatorial y occidental. (Sí, el mismo paladín humanitario de la justicia social universal y varias veces frustrado aspirante a la Casa Blanca que la noche del 17 de julio del 69 huyera despavorido del sitio de aquel trágico accidente de su autoría, mientras la bella Mary Jo Kopechne, ex secretaria de su hermano Robert, se ahogaba dentro del automóvil).

Rodilla en tierra, el eléctrico Brown se opone a la impopular reforma sanitaria del Benefactor de Ricos y Pobres, así como al resto de las reformas presidenciales. Con su decantada victoria, los demócratas perderían la mayoría absoluta en el Senado y, con ella, el quórum mínimo que blinda todavía a la fracción del Partido de Burro contra las eficaces tácticas obstruccionistas de la minoría conocidas por "filibusterismo".

A saber, consistentes en valerse del reglamento parlamentario a fin de aplazar indefinidamente la votación de un proyecto de un proyecto de ley mediante el abuso excesivo y reiterado del sacrosanto derecho a la palabra. O sea, muy similar al cometido por Obama desde que sentó sus reales en el Despacho Oval. Maldito sea el servicio que parece haberse prestado a sí mismo y a la desmañada Mrs Coakley en plan de socorrista mayor...



Si hoy se queda corta en las urnas la ex Fiscal General de New England, por carambola Nancy Pelosi, líder demócrata de la Cámara de Representantes, y Henry Reed, del Senado, grisácea pareja de poco sesoy mala labia, tendrían que arrojar la toalla y abandonar hasta las calendas griegas sus esperanzas de pasar por la criba legislativa lo que queda en pie del "Obamacare" (nombre despectivo endilgado al Plan de Reforma Sanitaria por cerca de tres cuartos del electorado de toda la Union). Con el agravante de que justamente Massachusetts dispone de su propio programa de salud para todos...

Por otra parte, si en efecto se lleva el pato al agua, Scott puede aporrear al día siguiente las puertas del Senado para reclamar su escaño, impidiéndole al liderazgo democócrata meter el pie a fondo en el acelerador antes de su investidura. Sería la enésima prueba, en menos de un año de legislatura, del estrepitoso fracaso del Mesías Negro del Progrerío Blanco de Ojos Glaucos en su autoasignado rol de "Padre da la Patria".

Caso de irse otra vez con la de trapo, a buen seguro detonaría el inapelable disparo de partida para la marcha atrás a toda prisa de las huestes del Partido del Burro. Amén de una segunda (la primera se la sonaron en New Jersey y Virginia), restallante galleta sin mano en la cara de cartón de un Barack Hussein que, fiándose en demasía de su menguante buena estrella, ha vuelto a calcular mal al poner desaprensivamente toda la piltrafa retórica en el asador estadual a favor de un candidato tan crucial como antipático para sus planes mesiánicos.

Esto por el mal augurio de una pifia en Massachusetts, feudo inexpugnable del clan kennediano desde el 52. Y porque, si bien factible desde el punto de vista técnico, acelerar contra reloj la votación sobre la Reforma Sanitaria en el Capitolio, con tal de salirse con la suya antes de que Brown jure el cargo en el Senado, aparecería a las claras ante la opinión pública como una jugada sucia, desleal, un forro con doble nueve en dominó.

Sin contar el alto riesgo de que, presa del desencanto y atento a su propio porvenir político, más de un senador o representante de su bando se le “vire con ficha” a última hora. Por lo pronto, el improvisado mitin de apoyo local a la Coakley devino en imprevista reedición del Boston Tea Party*. Como puede apreciar el lector en el vídeo de abajo, con constantes y sonoros abucheos al facultoso huésped de Washington:



Sufrió el habitual ataque de gaguera compulsiva. En verdad, tampoco era para menos. Hombre capaz de chocar con la misma piedra cada vez que la tiene delante, definitivamente incapaz de hablar en público sin telepromptuario, Obama va camino de derrapar aparatosamente en una curva de retorno al epicentro político que a veces parece resuelto a acometer pero, soberbio como en el fondo es, a la hora del cuajo siempre se niega a arriesgarse.

Para su mal y el de, por un lado, los numerosos burros y zorros y, por el otro, los contados e impotentes búhos del Partido Demócrata. En esta penúltima (no es de esperar una pronta recapacitación de su parte) temeraria apuesta suya en Boston, ni siquiera tiene la excusa de ignorar el pronóstico adverso de las evidencias. El Mesías, cada vez menos gringos de todos los colores y etnias lo dudan, no da más. Sencillamente, está llegando a la zeta de su ajado glosario de latines mesiánicos...

Al ritmo de pifias mayúsculas y minúsculas que lleva hasta este martes agorero, lo más probable --y deseable por el bien de todos los amantes del American Way of Life-- es que acabe rompiéndose la crisma más temprano que tarde. De hecho, tal como pintan los palos de la opinión pública federal y la baraja parlamentaria, peligra su meta a mediano plazo: la ansiada reelección presidencial en el año 12 de este tercer milenio. Hasta ahora ha ido escapando con las justas a costa del capital de popularidad de arrancada. Pero a esta bajura ya se le ven las cartas bajo la manga.

La veleidosa diosa de la suerte podría enseñarle sus colmillos venenosos de un momento a otro. A saber, entre otras eventualidades, por obra y gracia del azar concurrente en forma de impecable atentado terrorista de gran envergadura. Ciertamente, ni el Abicú ni su Alter Ego, enemigos jurados del fascismo mahometano y admiradores del American Way of Life & Melting Pot, no desean en absoluto una repetición del 11/9 en cualquier escala. Menos aún pensando en las víctimas inocentes.

Debacle obamita a todas luces superflua, pues no es menos cierto que el presidente más inepto de la Union desde la era fundacional de George Washington ya viene haciendo a porfía todo lo que es menester para dechavarse a corto o mediano plazo. Pero, el metafórico refrán español, "Tanto da el cántaro a la fuente hasta que se rompe".

Sin contar todas las demás perlas de su rosario de reveses irreversibles, navegando sin brújula ni GPS entre los arrecifes de la política doméstica, el buque insignia de la Reforma Sanitaria no sólo hace aguas: la singladura elegida por el Gran Timonel Amateur conduce al naufragio congresual.

Tan escasas son las perspectivas de la Coakley que acaba de ser descubierto en la Red de Redes un humeante, furtivo Winchester digital apuntando a un probable conato de fraude electoral a lo república bananera. Pinche AQUÍ para enterarse del chisme digital en el siempre bien informado blog del colega Nobama (saludos).

La al parecer inevitable derrota de hoy martes, que daría al traste con la actual mayoría absoluta bicameral en el Capitolio sería la primera señal de peligro. Pero si, desoyéndola, Obama sigue prestándole oídos a los cantos de sirena entonados a coro por el ala izquierda del Partido del Burro, la colisión definitiva se producirá tan pronto como en las elecciones de renovación de mandatos legislativos a fines de este año.



Volviendo al apocalíptico tema del islamofascista, el último discurso presidencial al respecto demuestra que, por nebulosa afinidad demagógica, Barack Hussein no quiere y, por torpeza congénita atribuible a sus progenitores, tampoco es capaz de entender el fenómeno retroalimentario entre Islam "moderado", fundamentalismo coránico y masoquismo neoprogresista en los ambientes académicos, mediáticos e intelectuales del decadente pero próspero mundo occidental.

El caso es que cada vez le va quedando menos tiempo para corroborar el optimismo de Churchill sobre aquellos americanos del siglo XX que a la postre siempre acertaban a hacer sus deberes históricos. Al paso que va, a buen seguro ni siquiera alcanzará la meta número uno de su ambiciosa agenda presidencial: salvar los muebles de la Casa Blanca para él y su Holy Black Family.

Por lo pronto, el terremoto haitiano, atribuido por el Gorila Rojo** a..., agárrense fuerte, "una prueba de la marina de Estados Unidos" (el inefable actor Danny Glover no se queda atrás: culpa al "cambio climático"), le ha venido como anillo al dedo para limpiarse en plan humanitario con los afroamericanos. En cuanto a lo que nos concierne, imitando al sonriente Gran Villano de la Aldea Global en Retiro, recién ha suspendido pro tempore la controvertida cláusula extraterritorial de la Ley Helms-Burton.

Medida rutinaria del Gran Villano de la Aldea Global en Retiro que no indultará a “Obama el Bueno” del anatema castrista contra “Obama el Malo”. Como harían por estos pagos teutones los indígenas de derecha para desearle suerte a un candidato de la Union Demócrata Cristiana: Drücken wir unseren erzkonservativen Herrn Scott den Daumen (para Chocolatico Pérez, que sabe alemán).

O sea, "apretemos sin complejos el pulgar derecho con el índice a favor de nuestro ultraconservador Mr. Scott". Huele a quemado, porque El País (nuestro infalible barómetro negativo) se adelantó esta madrugada a poner el parche poroso en segunda plana antes que supure la llaga abierta por Mr Scott: "El candidato de la derecha, Scott Brown, ha rentabilizado el odio a Obama y ha conseguido una apasionada movilización de repudio a su política".

Presiento que esta noche podría empezar a romperse el corojo en la Yuma. De estar en lo cierto mi taimado Alter Ego, el presidente español Rodríguez Zapatero, oficiante laico del Desayuno Nacional de Oración del próximo 4 de febrero en Washington, deberá poner en juego toda su influencia ante la Divina Providencia para romper el maleficio bostoniano. Seguiremos informando....
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*Motín del Té. Alude al célebre boicot del 16 de diciembre de 1773, fecha en que una airada multitud de colonos arrojó al agua en el puerto de Boston un cargamento de esa hierba aromática a modo de protesta contra los privilegios arancelarios del fisco británico. Aquel boicot agudizaría unos conflictos político-comerciales de vieja data con Londres.

Tres años después, culminarían en secesión de las Trece Colonias. Se habla de masacre, pero los historiadores no se han puesto de acuerdo sobre la envergadura del suceso. Lo que sí consta en crónicas y testimonios de la época es que hubo tiroteos, sabotajes y sablazos, ejecuciones sumarias de patriotas exaltados y linchamiento de aduaneros de la corona.

**Penúltimo chiste del vulgo caraqueño sobre el ahijado predilecto del Magno Paciente a propósito del sismo en Haití y los apagones planificados en Venezuela:
El presidente de Haití ruega encarecidamente a su colega Hugo Chávez:
--¡Por favor, envíame de urgencia unos cuantos expertos en desastres nacionales!
Chávez responde:
--Hum... Qué va, no puedo. Me quedaría sin Gabinete.