Thursday, 14 January 2010

Gloria Amaya, ejemplo que debería hacer escuela

Una tía cariñosa que nos invitase a beber una taza de café en su humilde cocina matancera

Por Jorge A. Pomar, Colonia

Zoé y Güicho, en realidad yo era aproximadamente tan corpulento como Justo Vasco hasta antes de entrar a "El Secadero", "El "Tiburón" o "El Sarcófago", como le dicen a la prisión de Ariza donde, postrado sobre rústica litera de hierro, languidece desde hace seis años el reo de conciencia Ariel Sigler Amaya, a quien el juez castrista le echó la friolera de 20 años de cárcel. No apenas dos, como al Abicú.

A pesar de las comidas con tres carnes y la bien surtida jaba que me traían Gipsia y mis hermanos cada 45 días durante las visitas reglamentarias. En el caso especial de los reclusos habaneros, debido a la lejanía y para ahorrarse molestias logísticas, el alcaide tenía la gentileza de convoyar las dos horas de visita conyugal o "Pabellón" con la familiar. [Foto: Gloria Amaya.]

Almuerzo y comida se reducían a unas tres o cuatro cucharadas rasas de arroz con gorgojos, un cucharón de sopa o potaje con ídem flotando y un trozo de yuca o plátano verde en cada comida. Picadillo de soya, no siempre. En días de bonanza, una cuota similar de arroz con menudos de pollo, al que los matones del comedor expurgaban sin falta hasta la última posta. Desayuno, "sopa de gallo" tibia, acompañada de una rebanada de pan tan fina que costaba imaginarse cómo se las ingeniaban los pinches de cocina para no rebanarse la yema de los dedos con el filoso cuchillo.

Gracias a que mis parientes me proveían de un generoso sobrante de cigarrillos Populares y Aroma (son todavía la divisa de los presidiarios criollos) y tabacos (los habanos de marca me los reservaba, dejándoles el cabo o, a mucha insistencia, el "sargento" a mis compañeros de celda) de bodega, cuando el hambre apremiaba podía trocarlos por golosinas caseras en las jabas de los reclusos reincidentes, que tenían visitas cada dos meses en vez de cada 45 días.

De gran ayuda durante meses me fue también un lote de piedras de fosforera que Gipsia me pasó dentro de un pan de molde. Atento a la ley de la oferta y la demanda, les cobraba a los rellenadores autorizados de dos a cuatro cigarrillos por piedra que, a su vez, aumentaban mi reserva de capital financiero para menesteres de beneficencia (es aconsejable no se casasola y, en ciertos casos, comprar simpatías difíciles pero a veces útiles tarde o temprano).

La ventaja consistía en poder entrar por todo lo alto en las poninas para pagar la jama robada de la cocina. O bien, cuando la vigilancia no lo permitía o se agotaban las reservas del almacén (corrían los tiempos más severos del Período Especial en Tiempo de Paz), un gato primorosamente descuerado.

Se adobaba con las especias disponibles: sal, orégano, limón, un par de gotas de aceite o manteca de puerco rancios (los presos solventes solían guardarlo celosamente en un frasco a fin de echárselo a la comida y evitar las temibles hemorroides y diverticulosis) o, en defecto de todos esos ingredientes, hierba elefante del corredor externo del penal prefabricado. Si el asado no le salía de rechupete a nuestro maestro de cocina, siempre me quedaba el consuelo de saberme razonablemente proteinizado, a salvo del traslado a la siniestra galera-lazareto del escorbuto, la conjuntivitis hemorrágica y la avitaminosis.

Igual prestaba a reclusos adictos a las cartas o los dados. Con los réditos les compré a mis hijos un bello toallón de playa, un precioso juego de ajedrez, pulsos, manillas y sortijas, elaborados por hábiles artesanos aficionados a base de fundir todo tipo de plásticos duros, industria que nublaba la celda con una densa humareda tóxica. A mi hermana Fela le regalé una hermosa Biblia made in Spain con tapas de piel y papel de cebolla. Conservada aún en perfecto estado, la trajo de La Habana para su estancia trimestral aquí en Colonia.

Con todo, pese a las recargadas jabas y los múltiples cambalaches, los interludios gastronómicos de tiempo muerto entre un encuentro familiar y el siguiente me dejaron así de enjuto en el año y dos meses de encierro a cal y canto en la Prisión Provincial de Alta Seguridad en Cienfuegos. En cuyas celdas de la galera de adultos --créanlo o no lo crean-- me sentía espiritualmente más a gusto lidiando con mis compañeros de cautiverio que desde hace dieciséis inviernos con los inmigrantes criollos. Y peor aún, con nuestro "pedregoso exilio" (Belkis Cuza Malé) europeo.

En la foto ya yo estaba de pase del correccional de Lagunillas, donde se laboraba al aire libre (por eso lucía tan prieto), las comidas eran más abundantes y, durante la faena en el campo, podía "resolver" bastante con los "conectos" que me agencié en el comedor de la granja y los cambalaches con guajiros. Cada vez que salía de pase casi nunca me trepaba al camión de los "Amarillos" sin un par de gallinas, un pedazo de carne de puerco, un par de papayas y sendas bolsas de nylon con arroz y frijoles, ajo y cebolla. Aún así, y pese al majá de Santa María tirado en los surcos (renuncié a la paga), no engordé gran cosa en Lagunillas. Pero logré lo más importante: no enfermarme ni física ni psíquicamente...

Acerca de la vida y el carácter de Gipsia publiqué el 26 de mayo del 2007 una amplia semblanza titulada "Mi 'Dama de Blanco' / A Gipsia Cáceres in memoriam" . Incluye tres cartas que le envié desde Ariza para darle ánimo cuando libraba su batalla final contra el cáncer que en breve me la mató. Como verás, el epíteto "Dama de Blanco" aparece entrecomillado en el título debido a la suspicacia de que el tratamiento, entre romántico y naturalista, del relato biográfico y de las licenciosas epístolas no sería del agrado de gentes habituadas a la prosopopeya épico-martirológica.

Como así fue: le envié la semblanza vía correo electrónico a la dirección de ese movimiento femenino y, tal como preveía, me dieron la callada por respuesta. Sin duda a causa de las listas negras tácitas comunes al gobierno y la oposición, a las habladurías culteranas en ambas "orillas de la cultura cubana", duchas en la travesura uneacista de tirar la piedra y esconder la mano, en el ninguneo de los "medioocres" que no encajamos en la élite de los "geniales" de plantilla.

Quiz sobre todo porque el texto de "Mi Dama de Blanco" se aleja ex profeso del enfoque mariano-grajalesco al uso., del que el autor abomina visceralmente. Tanto que, al despedir el duelo en el cementerio de Colón ante un reducido grupo de familiares, amigos y vecinos, fui todo lo breve y sobrio que pude. Apenas tres minutos para subrayar la pérdida, darles el pésame a sus deudos y expresar la eterna gratitud del viudo, la inyección de fe que me había insuflado el grato descubrimiento de su faceta militante y solidaria.

Tanto en el lacónico epitafio en la necrópolis de Colón como en los textos publicados, lo que en verdad me interesaba era que oyentes y lectores pudiesen hacerse una idea cabal de su individualidad, hacer que quedase impresa en la memoria del orador y la concurrencia con toda su peculiar amalgama de virtudes y defectos en vida. En suma, como la legítima hija de Ochún del barrio centrohabanero de Cayo Hueso a cuyo embrujo sucumbí sin remedio durante la jornada más luctuosa de mi existencia hasta entonces: el velorio de mi propia madre, cuyo lugar ella había ocupado sin dejar nada que desear...

No fundirla en otro bloque de frío mármol patrio, cual estatua indistinguible de tantas otras al gusto del gobierno y la oposición en la Isla desde el mimético ucase de Céspedes ante el aplastante contraataque de Balmaseda en 1868. Darle simbólicamente candela a la asediada villa de Bayamo como señal de intransigencia no fue sólo un despropósito logístico. En puridad, un calco de la quema estratégica de Moscú ante el imprudente avance de Napoleón Bonaparte y su Grande Armée en 1812.

De hecho, aquel sacrificio inútil, militarmente injustificable, surtió el efecto colateral de condenar a la manigua a unas damas románticas, aristocráticas, que no estaban en modo alguno preparadas psicológicamente para semejantes trotes silvestres. Es el punto de partida de la leyenda heroica que culmina en el mito macabro de Mariana Grajales, conminando a sus hijos menores a la degollina.

Fresco en mi paladar el sinsabor que me había dejado años atrás la hueca, almidonada declaración de amor del héroe independentista personificado por el actor Armando Tomey a la heroína encarnada por Susana Pérez en la telenovela de Dora Alonso Sol de batey: "Te amo tanto como a la patria"...

Llegado a este punto, el lector sagaz sabe ya a ciencia cierta que al Abicú no me agradó en absoluto la retórica mambisa alrededor de la muerte de la corajuda Gloria, madre de los infortunados hermanos Sigler Amaya, para quienes van toda mi solidaridad en los momentos de rabia, amargura y luto que están viviendo ahora mismo. Piso terreno minado pero, siendo Abicú y estando por experiencia propia en condiciones de experimentar por ella y su familia el mayor grado de empatía de que soy capaz.

Así no puedo menos que subrayar aquí lo siguiente: Gloria Amaya fue también una mujer humilde que tuvo el mérito de criar a sus cinco hijos a fuerza de sacrificios. Más aún, a diferencia de la inmensa mayoría de las madres cubanas, supo inmunizarlos contra el adoctrinamiento escolar y ambiental en la Isla. ¿Cómo no rendirle homenaje aquí?

Una educación materna que, a no dudarlo, les llevaría a todos a engrosar por convicción las filas opositoras y pagar con la vida, la cárcel o el destierro. Conmueve ver a sus dos hijos --Ariel recluido en Ariza, asistió en sillón de ruedas-- prisioneros de conciencia de la redada del 2003 contemplando por última vez el rostro de la autora de sus días. Es tan alentador y edificante ver alrededor del féretro a las Damas de Blanco, a Martha Beatriz, Vladimiro Roca y otros veteranos de la disidencia junto a vecinos de la localidad, como descorazonador y maloliente notar --ojalá me haya equivocado-- la elocuente ausencia total de los jóvenes manifestantes de G y 23.

"Unanimidad" puede ser sinónimo de "unidad", pero ambos sustantivos gregarios distan mucho de serlo de "solidaridad", por mucho que se esfuercen en rizar el rizo. Para los posmodernos miembros de la Academia Blogger y su difuso entorno fundacional socialista democrático, valga la antítesis, el suceso ni siquiera ha existido: no aparece registrado en sus blogs, no fue tuiteado. Ni en bien ni en mal.

Obviamente, por pertenecer todos los aludidos a un pasado contestatario igual de pacífico como su propio talante, pero irremediablemente fuera de moda, fracasado, obsoleto. Indigno siquiera uno de esos performances virtuales a que hasta hace poco nos acostumbraron. Prudentes y calculadores como son, han vuelto a la rutina de unas crónicas del día a día vendidas como fenómeno numinoso por su presunta novedad.

Escuchemos su lenguaje, su desgarramiento maternal ante
el probable desenlace fatal de la enfermedad de Ariel




Curiosamente, en su momento ni ellos ni los dialogueros de ambas orillas se atrevieron a abrir la boca para denunciar la evidente, sucia labor de zapa epistolar y movilizatoria (a buen seguro, aún en curso) contra la cohesión de los reos de la Primavera Negra y las Damas de Blanco a propósito del falso Concierto por la Paz de Juanes & Bossé en la Plaza de la Revolución. Mujeres admirables pero en su mayoría carentes de perspicacia política, las Damas de Blanco --insisto una vez más-- corren serio peligro de ser manipuladas y divididas entre sí al alejarse de su noble cometido.

Demasiada sordera, demasiada ceguera, demasiado mutismo oportunista y/o utilitario que se da algo más que un aire pútrido al silencio cómplice, doloso, de casi toda nuestra --para ciertas bagatelas gremiales o fumisterías culteranas-- tan puntillosa intelectualidad exiliar ante el escandaloso canto de cisne de la Asociación Encuentro de la Cultura Cubana.

Ahora bien, a lo que iba: tanto la venerable difunta, cuyo ejemplo debería hacer escuela pero en realidad --diga lo que diga quien lo diga por la razón que tuviere-- apenas ha llegado a oídos de las masas populares en nuestra hermética Isla, como sus corajudos deudos, forman parte de un movimiento de resistencia eminentemente pacífico. O sea, no bélico, vocacionalmente cívico, opuesto a la violencia programática...

Gloria Amaya jamás mandó a sus hijos a matar y morir en un campo de batalla inexistente. Al contrario, los enseñó desde la infancia a hacerse respetar, a amar al prójimo (si lo merece) y a luchar con la palabra y la razón por una vida decente para todos en el país donde nacieron. Su calvario y el de ellos es obra de las fuerzas represivas del castrismo, de la naturaleza vil, mezquina, del socialismo marxista y de eso que ha dado en llamar "condición humana". Por entero.

Su temple, duro y duradero, fue exclusivamente civil. No caben, pues, esos decimonónicos símiles grecolatinos con la espartana Mariana Grajales, cincelada en frío bronce por nuestros hagiógrafos hasta la desfiguración, y su fiera, belicosa prole de mestizos. Personaje histórico objeto de culto cuyo perfil humano, como suele suceder con casi todos nuestros héroes y mártires desde La Demajagua hasta la fecha, a decir verdad la madre de los Maceos se nos ha extraviado entre la dorada hojarasca historiográfica republicana y revolucionaria. Aún así, a juzgar por su dulce, reconcentrada, nostálgica expresión de amargura y resignación en la foto de abajo, cualquiera diría que en la vida real tampoco debió de ser tan fanática como nos la quieren pintar.

Por otro lado, seamos sinceros: ¿quién puede dialogar, argumentar ante un hijo carnal de la "Madre Patria", del Alma Mater, con esperanzas de ser escuchado? A la madre de los hermanos Sigler Amaya, que tampoco se ha ganado ese destino de mausoleo, sí la conocemos lo suficiente para no matarla por segunda vez: le sienta mal todo ese extemporáneo discurso mitológico, ese endiosamiento que pretende situarla en un cielo patriótico inaccesible a los comunes mortales.

Las madres cubanas cuyos hijos han sido "ajusticiados" por el castrismo, o se les han ahogado en el estrecho o podrido tras las rejas por alcanzar o defender la libertad, se cuentan por decenas de miles desde el 26 de julio del 53. Guardo un grato recuerdo vivencial de una amable anciana desconocida con quien, tras haber presentado una nueva edición de Arte y Literatura frente a la librería La Moderna Poesía, charlé por azar un mediodía cualquiera de los años 80 en el Parque Albear de La Habana Vieja: era la madre de Humberto Sorí Marín, comandante rebelde y primer ministro de Agricultura del Gobierno Revolucionario, sometido a juicio sumario y fusilado por conspiración anticomunista en el 61.

Tristísimo relato el que me contó aquella madre en su inconsolable, agónico deseo de desahogarse con cualquiera que quisiera a escucharla. ¿Cuántos cubanos nos sensibilizamos en su momento con el drama maternal de aquella alma en pena deambulando por las calles capitalinas? ¿Quiénes se acuerdan de ella o le rinden tributo para sacarla del limbo cruel a que la ha condenado nuestra desmemoria?

Preguntas retóricas, desde luego. Gloria Amaya debe seguir siendo Gloria Amaya, única e inconfundible. No un bello monumento inescrutable más. Ante todo, ningún artificio, florilegio lingüístico, debería desvirtuar su estampa de mujer sencilla, esforzada, honesta, afable, lúcida, coherente e indómita.

Una tía cariñosa, algo severa en asuntos de honor y polis, con quien el Abicú y su Alter Ego se sentirían a gusto si les invitase a beber una tacita de café, nos contara su historia, nos mostrara el álbum familiar en la intimidad de su humilde cocina del municipio matancero de Pedro Betancourt. Muy cerca, por cierto, de mi Cárdenas natal. Lamento volver a incordiar con mi aversión adquirida a héroes y mártires, a machacar la tecla discordante en suceso tan luctuoso, pero si no hablo me ahogo...

23 comments:

Cristina García said...

Desde el principio me pareció desproporcionado el interés en Y.S., R.E. y los demás blogueros dentro de Cuba. A medida que pasa el tiempo se va haciendo más evidente que, como se podía suponer, la suya es la típica posición del elitista pagado de sí mismo, del intelectual creído y prepotente. Por muy listos que se crean, no son más que un producto genuíno de la revolución. Así como proliferan en este primer mundo políticamente correcto y moralmente castrado, se dan, con más razón, dentro de la isla. El "baño de Europa" que se dieron los líderes les sirvió para afinar bien la puntería, tomar el pulso al momento y colocarse a favor del viento buenista que tantos réditos les rinde. Y los que creyeron de buena fe en ese grupo resultaron, como siempre, timados.
Mientras, Gloria Amaya y tantos "pobres e incultos cubanos" viven, y mueren, sin loas de parte de esos, y otros letrados de los dos lados, que no consideran que merezcan su tiempo y esfuerzo esas pobres almas.
No obstante, se sigue cultivando el mito de una oposición dentro de Cuba más acorde con estos tiempos, que usa los avances de la técnica para oponerse al régimen, que tiene como objetivo desenmascarar al régimen. Ese mismo régimen, por cierto, que les tomó las medidas y sabe ya que no son un peligro, que nunca lo fueron.
Gracias, Pomar.

Reflexiones de Chocolatico Pérez said...

Muy sentido homenaje a Gloria Amaya y es bueno conocer otro punto de vista, algo que va más allá del esquematismo "es una Mariana" tan usado por la dictadura, que en definitiva lo único que hace es desaparecer a la persona real, la cual se vuelve inolvidable cuando uno lee ese video que has colgado.

De verdad que el más fiel defensor de los Blogeros de G y 23, tiene que reconocer que para muchos hechos que ocurren e indignan, tienen una tremenda sangre fría, al punto de ni mencionarlos...

Saludos,
Chocolatico Pérez

Jorge A. Pomar said...

Sí, Cristy & Chocolatico: al parecer por vocación o acatando el pacto de no agresión vigente entre la disidencia, nadie quiso darse por enterado de la notoria ausencia física y periodística de los ciberniñatos de la Academia Blogger en el velorio de Gloria.

Por otro lado, amén de que no hay diálogo ni debate entre correligionarios de la oposición y el exilio, se confirma una vez más el daño que nos hacen esas coincidencias retóricas y hagiográficas --casi espíritas-- con la propaganda del régimen.

Chapisteando el extenso post, recordé y añadí el siguiente pasaje, probablemente no leído por ustedes en la versión de anoche:

"Las madres cubanas cuyos hijos han sido "ajusticiados" por el castrismo, o los han visto podrirse tras las rejas por defender la libertad, se cuentan por decenas de miles desde el 26 de julio del 53. Guardo un grato recuerdo persona de, por ejemplo, una amable anciana desconocida con quien, tras haber presentado una nueva edición de Arte y Literatura frente a la librería La Moderna Poesía, charlé un mediodía cualquiera de los años 80 en el Parque Albear de La Habana Vieja: era la madre de Humberto Sorí Marín, comandante rebelde y primer ministro de Agricultura del Gobierno Revolucionario, sometido a juicio sumario y fusilado por conspiración anticomunista en el 61.

Tristísimo relato el que me contó aquella madre en su inconsolable, agónico deseo de desahogarse. ¿Cuántos cubanos nos sensibilizamos en su momento con el drama maternal de aquella alma en pena deambulando por las calles capitalinas? ¿Quiénes se acuerdan de ella o le rinden tributo para sacarla del limbo cruel a que la ha condenado nuestra desmemoria?
Preguntas retóricas, desde luego...".

Saludos,

El Abicú

Cristina García said...

A algunos muertos iluestres de la revolución, sus familiares no los identifican con el hermano, el primo o el sobrino con que convivieron. Mi experiencia personal con algunas familias de mártires cubanos es que todos ellos se sienten extraños ante ese personaje que todos recuerdan un día cada año, cuando se cumple otro de la muerte gloriosa, y que vuelve al olvido, cuando pasa el aniversario, hasta para sus sobrevivientes que ahora los perciben como caricaturas, sujetos de conducta inexplicable. El esfuerzo por conciliar el recuerdo con el héroe es, a veces, patético y muchas veces está acompañado de cierta sensación de embarazo, de vergüenza.
Saludos.

Reflexiones de Chocolatico Pérez said...

"¿Cuántos cubanos nos sensibilizamos en su momento con el drama maternal de aquella alma en pena deambulando por las calles capitalinas?"

Y me pregunto: Y cuántos cubanos conocen esas histórias? Por eso te digo escribe compadre, escribe!, vomita que la vida se nos va o no las quitan y la MEMORIA como quiere el castrismo se pierde, han logrado silenciar varias generaciones y las más jóvenes, de la Y para atrás tienen tremendas lagunas.

Bueno sobre ese Pacto de no te ataco para que me dejes seguir atacando, creo que tiene su base en la lucha clandestina, aquí clandestino significa dentro de Cuba, los otros, los Antunes y Cia. son realmente alzados, bueno, pira especulación para defender a los zanjoneros...

Reflexiones de Chocolatico Pérez said...

...pura especulación para defender a los Zanjoneros.

Anonymous said...

alerta cubanos contra este circo:

http://www.martinoticias.com/FullStory.aspx?ID=22158D03-35F4-41CC-8FD440608A47F5BF

Reflexiones de Chocolatico Pérez said...

Gracias Anónimus por la Información. Qué estarán cocinando...?

Anonymous said...

Abicú, y cual fue el motivo para que lo encerraran en eltanque?

PolO said...

En verdad extraña la ausencia de Los Yoani en el funeral.
Y la ausencia del funeral en sus blogs.
¿Bloguerismo elitista, o granmitis?

Anonymous said...

Pendejitis mezclado con descaraditis.

Jorge A. Pomar said...

Respuesta al Anónimo del 19/01/2010 13:44: asociación ilegal asociada a difamación de la Asamblea Nacional del Poder Popular. Yo era uno de los cuatro cabecillas de "Criterio Alternativo" en el 91. "Grupo Opositor" de tendencia liberal.

A razón de un añojo por cada delito previsto en el Código Penal castrista. "Sirigaña, Habana --me dijo más de un recluso--: eso lo pasa un sapo roncando debajo de una piedra".

Para más pormenores microhistóricos busque por Jorge A. Pomar en Internet. Igual bastaría con hojear de alante para atrás en este blog. ¿Satisfecha la curiosidad?

Gracias por leernos. Saludos...

El Abicú

Anonymous said...

Terrible!!! y gracias por responderme.

Zoé Valdés said...

Querido Pomar, gracias por este post. Yo es que me echo a llorar cuando escucho a esta señora. Ayer, en el debate después de la película Dans la peau de Fidel Castro, casi me da un Changó, porque en Jack Lang estuvo para matarlo. Estoy pensando escribirle una carta pública. Pero a veces me canso, te lo digo, en serio.

Anonymous said...

No te canses, Zoe....

Rokko

Esperanza E Serrano said...

Llegué aquí gracias al blog de Nobama.
Este post me ha impresionado notablemente, por el he podido conocer algo de su historia personal, pero sobre todo su grandeza humana.
Un saludo fraternal de
Esperanza E Serrano

Jorge A. Pomar said...

Gracias, Esperancita. En efecto, tras sopesar más de una vez pros y contras, resolví jugarme el albur de entrar de nuevo en conflicto con nuestra inveterada, insidiosa, machacona idiosincrasia nacionalista.

Por cierto, ya afilan el mocho de lápiz colegial para repetir al pie de la letra, a coro y porfía con la propaganda oficial, las consabidas moralinas escolares sobre el "Apóstol" con motivo del 157 de su natalicio. Otro petrificado por incontables hagiógrafos hasta la deshumanización cual acaramelada estatua de sal.

Noto que has captado el quid del mensaje postal. Pero no perjuro al confesarte aquí que, más que halagarme --lo que tampoco sobra porque yo también tengo mi corazoncito--, me has estremecido, conmovido hasta el borde del envanecimiento. Y justo ese tipo de emociones autocompasivas cuadra mal en exilio tan áspero, ingrato y atrabiliario como el nuestro.

Por lo demás, bienvenida al blog. Un abrazo fuerte desde Colonia Agripinensis...

El Abicú

Jorge A. Pomar said...
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Jorge A. Pomar said...

Por si las moscas: el comentario número 18 a este post, respuesta tardía a una amable lectora y copia exacta del 17, fue suprimido por tratarse de un descuido del propio Abicú, quien lo había insertado por segunda vez sin querer.

A fin de cerciorarme de que Esperanza E. Serrano, que así se llama la aludida, sea leído por su destinataria. Y porque alude a una efemérides nacional muy próxima, aparece también al pie del post de ayer 21 de enero...

Saludos,

El Abicú

Esperanza E Serrano said...

Gracias, Abicu por tus gentiles palabras
Claro que capte el mensaje de tu post.
Has hecho una valoracion muy justa sobre Gloria Amaya, la mujer, la madre, el ser humano. Me gusta tu forma de plantear las cosas, tal como las sientes y las ves.
Entre Mariana Grajales y Gloria Amaya hay diferencias, como bien has señalado. Coincidimos en eso de no sobredimensionar los valores humanos, de no convertir en piedras aladas, en seres sobrenaturales, divinos, ni mucho menos desnaturalizados, a aquellos que, con sus virtudes y defectos, han dado lo mejor de si por el bien de la patria.
Creo que quienes han endiosado a Marti, no lo han entendido como el hombre que fue ni han captado la esencia de su pensamiento ni la tragedia interna que lo llevó a la muerte...
Los que han endiosado a Fidel Castro no han comprendido jamas la naturaleza de ese ser perverso, criado con leche de culebras, lleno de odios y de maldad...
Quienes repiten hasta la saciedad el mito sobre Mariana Grajales enviando a una muerte segura a sus hijos, no la han comprendido sus motivaciones ni la favorecen, como madre, como mujer, ni como ser humano.
Mariana fue una gran patriota madre de titanes, con ellos se lanzó a la manigua y con ellos luchó por la libertad de Cuba...
Quizas la comparación que muchos han hecho entre Mariana y Gloria se deba a que ambas estuvieron cerca de sus hijos apoyándolos en todo momento e incluso participando con ellos en la lucha...
Pero es muy buena la aclaración que hiciste. Son dos epocas y dos formas de luchar diferentes.
Un abrazo a lo cubano de
Espe

Jorge A. Pomar said...

Así mismo es, Espe. El inmenso mérito de Gloria Amaya consiste en haberse comportado como una ciudadana normal con vergüenza en la cara en medio de las relajadas mascaritas del actual carnaval criollo.

Incluso, yendo más lejos hasta el borde la tabla, podríamos atrevernos a afirmar sin temor a equivocarnos que ni siquiera Fidel Castro habría llegado a ser el ogro fuera de serie que conocemos sin el concurso coral de tantos aprendices de brujo progresista, por un lado, y la irresponsabilidad de unas mal llamadas "clases vivas" republicanas sin conciencia de serlo.

Prueba de ello es el dato fácilmente verificable de que hasta mediados del 58 suscitaba escasa idolatría entre los cubanos de a pie. En buena medida, fue un genio del mal fabricado adrede contra el Batistato a partir del traicionero asalto al Cuartel Moncada --a la sazón objeto de repulsa general en toda la Isla-- el 26 de julio del 53 por la prensa burguesa y los partidos auténtico y ortodoxo. Una vez derrocado el dictador, teniendo la dorada oportunidad de hacerlo (una semana de plazo entre la fuga de Batista la Nochevieja del 59 y la llegada triunfal de Fidel a La Habana el 8 de enero), no sólo no quisieron volver a meterlo en la botella sino que le sirvieron lacayunamente el poder en bandeja de plata. Cuando por fin se percataron del fatal error de cálculo, ya era demasiado tarde: sin saberlo, habían sido puestos fuera de juego junto con el aborrecido dictador, garante del statu quo anterior...

A menudo se tropieza uno por doquier en cualquier taberna occidental con especímenes rabiosos de similar calaña que, sin embargo, son unos solemnes desconocidos por mera falta de caldo de cultivo idóneo. A modo de comparación, el meteórico ascenso al poder de Hitler a la Cancillería Imperial igual habría podido ser evitado a tiempo. Pero, haciendo caso omiso de las turbulencias de la época, la clase política federal optó por castigarlo a vivir a cuerpo de rey encerrado en un palacio.

De no haber procedido de esa manera suicida, el Führer jamás habría pasado de ser un pintor de cuadros más (pasablemente buenos, por cierto, digan lo que digan los críticos prejuiciados). Y nuestro Magno Paciente, un abogado picapleitos y a todo reventar, quizas un diputado. Empleando un símil: lo que hacemos en el barrio depende más de lo que los vecionos nos dejen hacer que de lo que seamos capaces.

Finalmente, si me autorizas y (opcional) envias un par de datos personales, reproduciría de buen grado en el blog ambos comentarios tuyos junto con este...

Un abrazo,

El Abicú

Esperanza E Serrano said...

Hola, Abicu.
claro que te autorizo a reproducir mis comentarios y ponerlos donde mejor creas.
Datos personales mios los encontraras en:
www.anhelos-y-esperanzas.com y en http://miscelaneas-cubano-americanas.blogspot.com
Revisa y toma de alli lo que estimes conveniente.
Me parece que tienes un buen tema: el endiosamiento y la creacion de un mito falso (Fidel- Batista...) para abrir un buen debate en tu blog. Te garantizo que tendras nuevos y muy buenos comentaristas que te dejaran sus opiniones.
Un abrazo a lo cubano
Espe

acl surgrery recovery said...

Lo que creo es la ventaja que consistía en poder entrar por todo lo alto en las poninas para pagar la jama robada de la cocina.