Scott Brown reflota en Boston el lote de té fundacional del Partido del Elefante

¿El próximo presidente de Estados Unidos?

Por Jorge A. Pomar, Colonia

Respiro de alivio del Elefante heráldico republicano y desborde de júbilo a todo lo largo y ancho del distrito de Massachusetts, hasta ayer martes feudo del influyente clan Kennedy. ¡Y un estado donde hace apenas un año Obama le sacó 26 puntos de ventaja a su rival McCain en la pugna por la Casa Blanca! Sin duda, el paquidérmico revolcón con trompa a la demócrata de izquierda Martha Coakley marca el principio del fin de la supremacía temporal del Partido del Burro.

Peor aún, coincide justamente con el final del primer año de Barack Hussein en la White House. Como augurando el humanamente evitable pero psicolunáticamente harto improbable eclipse total del providencial lucero de caoba obamita. Así lo creen también, alborozados por acá a orillas del Rhin, el Abicú y su Alter Ego.

[Axel Rod, ex jefe de campaña electoral y actual Senior Advisor anglosajón del atortolado Black President, aún en su trece esta mañana: "Sería un terrible error retirarse ahora. Si no aprobamos la ley, todo lo que quedará será el estigma de la caricatura que se hizo de ella. Sería el peor resultado posible para todos los que la apoyaron" .]

¡Bingo! De modo que, mucho más trascendental que el revés del Burro democrático a manos del Elefante republicano en este pulso electoral bostoniano, es el recio picotazo en la nariz del Águila Imperial del escudo federal a la Zorra Obamita. Diferencia nítidamente discernible en el survey televisivo organizado por el canal Foxnews en el vídeo de abajo para auscultar los móviles de la Vox Populi en Boston.

Sin desperdicios. ¡No se lo pierdan! Igual vale pena echarle un vistazo al compungido senador Harry Reed más abajo. En cuanto a Scott Brown, aún juega el naipe marcado del héroe magnánimo. Todo parece que los del Partido del Asno ya saben a qué atenerse con él, que un rival de armas tomar, con conocimiento de causa y, ay Dios, voluntad de poder...



Para el mal de ojo de ambos incorregibles "fachas" exiliares del Abicú Liberal, ya de por sí había sido un colirio -- de lo más eficaz contra el desaliento audiovisual del año pasado ante el deprimente panorama político gringo--, la estridente rechifla contra la soberbia presidencial durante el agorero Motín del Té en Boston. Pero el recuadro con el primer escrutinio parcial irreversible en el New York Times nos hizo alucinar de delirio tremendo.

Al extremo de jurar ambos a pies juntillas que el hasta ayer universalmente desconocido Scott Brown es ya el nuevo Ronald Reagan, o sea, candidato de fuerza número uno del Partido del Elefante para reconquistar la primera magistratura en 2012. Amén del desgaste de la imagen pública de la bella Sarah Palin, por la contundente razón de haber sido el primero en reflotar el lote de té fundacional del Partido del Elefante. ¿Cuánto se juega el lector?

A pesar de la certidumbre previa al conteo de votos, fue una noche de expectación y agobio. Pero a media madrugada, después del brindis en honor a míster Scott, me fui a la cama sonriente: con el "ojo tan negro" entre vidrioso y coruscante de alegría por el mal (del progrerío delirante) y el bien (del resto sobrio de la humanidad) ajenos, cual "escolar sencillo" que ha hecho sus deberes...

Con todos los laureles de su mala cabeza al fin dentro del cubo del Despacho Oval, definitivamente a partir de este histórico martes bostoniano el Mesías Progre volverá a ser el común mortal de escaso cacumen que en el fondo siempre ha sido desde la cuna y nunca debió dejar de ser en las cumbres borrascosas de su asombrosa, meteórica y bastante cutre carrera política. (Hablando de psiquis e imagen pública, desde luego, pues ya peina demasiada pimienta canosa para cambiar de fuero interno).



Con todo, puesto que dista mucho de ser inquina abicueril, una endeble, vacilante esperanza de que Obama, al fin y al cabo nuestro conracial --¡y después har gente que anda regando por ahì que los negros no somos racistas!--, no acabe arruinando sin remedio la fama de, progres o carcas, nosotros los "afrodescendientes" sigue en pie, alimentada por el siguiente remiendo last minute del niche más poderoso del Planeta Azul: "Tenemos que insistir en el mismo sentido de responsabilidad con el que cada uno de ustedes administra su propia vida, su propia familia o su propio negocio".

[El País, 20-01-2010, “La victoria republicana en Massachusetts complica las reformas de Obama”: …un hombre que ha apoyado públicamente la técnica del ahogamiento simulado, se ha opuesto al programa federal de reducción de emisiones a la atmósfera, así como a la concesión de la ciudadanía a inmigrantes ilegales, y, lo más importante, es un férreo opositor al proyecto de reforma sanitaria de Obama...*]



Esa insinuada anuencia racista** sólo se haría realidad a condición de que el Falso Mesías de Azabache Cenizo no tarde en dejar atrás, sin excusas ni pretextos, el mareo profético y no se le ocurra optar por seguir fallando lastimosamente, urbe y orbe, en el manido truco circense de sacarse de la manga palomas de la paz y paraísos globales de artificio.

Acabaría saliendo por el techo de la Casa Blanca a corto plazo. Por lo pronto, reaccionó bien: apenas recuperado del impacto emocional, levantó el auticular del teléfono rojo para felicitar al indeseable ganador y, cómo no, convidarlo a encaramarse en la trastabillante carroza presidencial...

Aunque, no sé, a juzgar por su debilidad de carácter, su afición a la taumaturgia mediática y el entorno presidencial elegido, confieso acariciar --junto a mi insidioso Alter Ego, que descorchó la botella de champán guardada en el refrigerador para celebrar la buena nueva procedente de Massachusetts-- una extraña, malsana, inextricable mescolanza de sentimientos ambiguos al previsible fiasco del primer inquilino negro de la Casa Blanca. Tal vez por la paradoja del salto atrás que, precisamente él, le imprimiría a la integración racial en Estados Unidos...
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*Léase, ogro, "facha", émulo aventajado del --para el Palacio de La Moncloa y el Grupo PRISA-- truculento George Walker Bush, el Gran Villano de la Aldea Global en Retiro, quien a estas horas todavía debe de estar desternillándose de la risa allá en su rancho ecológico (funciona con energía generada a partir de biomasa) de Texas.

Repare el lector en este revelador detalle: la crucial noticia vuelve a aparecer hoy camuflada en un discreto segundo plano. En fin, lo dicho, una brújula infalible para orientarse como en un espejo cóncavo.

** En ese sentido, el Abicú congenia con el Magno Paciente: arios sólo son los que están de acuerdo conmigo o, en su defecto, respetan mi genialidad. Todos los demás --a menos que sean mujeres, en cuyo caso se admiten excepciones por belleza extraordinaria, nobles sentimientos o servicios prestados a la Causa-- son "negros de mierda", "indios con levita" o "blancos surrupias".