Sunday 31 May 2009

Volvernos realmente malvados para que las cosas mejoren

Dialogando con los lectores a propósito de Encuentro y sordos que no quieren oír...

Por Jorge A. Pomar, Colonia


La mención de la verdad les parece a los demás un arranque de maldad, pues consideran la conservación de sus medias verdades y memeces como un deber de humanidad, y opinan que hay que ser malvado para echarles a perder el juego. Dicho sin rodeos: es necesario que alguna vez nos volvamos realmente malvados para que las cosas mejoren. Friedrich Nietzsche

Un lector que se identifica con el pseudónimo de "Servandillo Cerbatana" ha tenido a bien soplar el siguiente chícharo ponzoñoso contra el post anterior:

Querido Pomo(ar). Creo recordar que cuando salió el ataque de ciencia ficción contra Jesús Díaz en La Ilustración Liberal, del tal Servando, tú seguiste colaborando con Encuentro. ¿Por qué? Querido amigo, así no se puede ser coherente. Debiste romper con aquello YA. Ahora que ya no te llevas con ellos es que le das credibilidad a la novelita de Servando? 31/05/09 15:58

Por lo visto me conoce o alguna amistad común le ha revelado uno de los motes del Abicú, a quien los íntimos llaman cariñosamente "Pomo". Atendiendo a su corrección verbal y estilística, rara virtud en los anónimos y pseudónimos discordantes de la penetrada blogósfera criolla, lo distingo y premio con una réplica personal a su nada sutil insinuación de que soy un farsante, un cambiacasacas, un oportunista que intenta a posteriori acomodar los hechos a su propia conveniencia. [Cuadro titular: El triunfo de la muerte, Pieter Brueghel el Viejo.]

Al final, inserto también el atinado comentario de Lázaro González, quien no demuestra menos voluntad de estilo y con cuya bien argumentada opinión concuerdo en lo fundamental: todas las iniciativas tienen su costado positivo. El previsible fracaso de los promotores y firmantes de ese texto lloverá sobre lo mojado, pero a la vez corroborará por enésima vez la inutilidad de proponer negociaciones sin argumentos de fuerza que poner sobre la mesa. Con todo, no me opongo a que otros hagan el esfuerzo. Tan sólo deseo de todo corazón que hagan el fracasen.

Mi objetable alegría por el mal ajeno, Lázaro, no atañe al gesto en sí sino a mi rechazo individual al panorama resultante del éxito de la gestión. El resto de este enfoque nietzscheano del asunto lo dejo, sin ironías, a tu fértil imaginación, puesto que es más que evidente que, no más leído el exergo, ya me has entendido. Por lo demás, abulta aquí demasiado un defecto que más de un infatigable partidario del diálogo a ultranza comparte con el castrismo.



A saber, que suelen mostrarse más dialogantes con el enemigo que con los amigos, a quienes sólo responden con esos insultos anónimos que sacan de quicio a nuestra fraterna Cristina. "Nuestro pueblo" no está en condiciones de desembarazarse del castrismo: necesita ayuda, aunque sea del azar concurrente en forma guadaña. El resto, lo que demandan esos sordos que no quieren oír a las voces máximas de la Revolución, es dejar nuestra suerte al arbitrio de las tres morosas virtudes teologales: Fe, Esperanza y Caridad...

Raúl Castro, Juventud Rebelde, 29-04-2009: "Las medidas que recientemente anunció el Presidente Obama, si bien son positivas, su alcance es mínimo. El bloqueo quedó intacto. No hay pretexto político ni moral que justifique la continuidad de esa política. Cuba no ha impuesto sanción alguna contra los Estados Unidos ni contra sus ciudadanos. No es Cuba la que impide a los empresarios de ese país hacer negocios con el nuestro. No es Cuba la que persigue las transacciones financieras realizadas por los bancos norteamericanos. No es Cuba la que tiene una base militar en territorio de los Estados Unidos contra la voluntad de su pueblo, etcétera, etcétera, etcétera, para no hacer interminable la lista y por lo tanto, no es Cuba la que tiene que hacer gestos".

Lo dicho, que no va contigo: no hay peor sordo que el que no quiere oír. Sobre todo a juzgar por el alcance real del putativo programilla de "reformas de mercado capitalistas" por el que fueron tronados los talibanes Carlos Lage y Felipe Pérez Roque. Los grandes caudillos omnímodos, dilecto Lázaro, raras veces bajan solos al sepulcro, aunque mueran en la cama. De un modo u otro, sea apacible o violenta la solución final, tarde o temprano van a correr ríos de sangre en la Isla. Presagiada la ineluctable catarsis, les envío un saludo a ambos, junto con mi inmensa gratitud por el apoyo que me brindan. Y paso sin más a ocuparme de los chícharos venenosos del atento fray Servandillo:

Honorable detractor incógnito: Para empezar, no tuve noticias ni leí los artículos de Servando González y César Leante en las fechas en que fueron publicados. Más tarde sí, con deleitosa y fructífera atención. Desde luego, no me enfrasqué en mi campaña contra Encuentro sin reconocerles explícitamente su condición de pioneros del tema. Sobre el fundador de la AECC recordaba de Cuba rumores de fuentes confiables e interesadas.

Leí sus cuentos, novelas polémicas (que para un germanista habituado a la narrativa de la RDA no lo eran en absoluto) y gocé críticamente los largometrajes Lejanía y Alicia en el pueblo de Maravillas. Luego, ya en el exilio alemán, junto a análisis críticos sobre su debate con Eduardo Galeano y el anatema del ministro de Incultura Armando Hart Dávalos a raíz de la deserción de Jesús, aquellas reminiscencias redondearon en mi mente una imagen más bien favorable de su controversial personalidad.

De modo que fui a él en Berlín sin reservas, puesto que --no me canso de repetirlo-- no me considero ni remotamente perfecto, pretensión que aborrezco de antemano en cualquier mortal. (Soy agnóstico.) Te equivocas: nunca fui colaborador voluntario de la AECC en vida de Jesús. El único artículo de mi autoría publicado en la revista antes de su oportuna defunción, que data de 1977, lo detectó él en una fuente bilingüe y lo publicó sin consultarme. (Sé que la pregunta final del párrafo es retórica pero, por favor, si por ventura sólo estás (h)errado y detrás de tu ocurrente pseudónimo no se esconde un agente provocador, relee lo que he escrito al respecto.)

Ahora bien yo ya era amigo personal de Jesús, cuya obra aprecio. En realidad, lo conocí de cerca en Berlín en el 94. Seguramente no con otros, pero conmigo se portó como un caballero: amable, solidario, abierto al debate y exento de ese rasgo autoritario que se le atribuía y sin duda poesía. Me abrió las puertas de su casa y familia, me introdujo en el círculo de sus amistades y me invitó a presenciar una de sus clases de cinematografía. En la Haus der Kulturen der Welt (Casa de las Culturas del Mundo) dimos una conferencia al alimón en la que no hubo la menor desavenencia entre ambos.

Otrosí, polemistas ambos, en privado diferíamos en la manera de ver las cosas (verbigracia, la valoración de Titón, a quien él admiraba como cineasta y persona y yo apenas como cineasta, y para eso no en toda la línea). Como es natural, nos enfrascamos en cordiales controversias. Pero te puedo asegurar que en 16 años largos de exilio con contados paisanos he congeniado tanto como con él.

De sobra sabido que el Abicú prefiere a los líderes con carisma, poder de convocatoria, dotes de organizador, sentido del humor y fortísima voluntad de poder (todas esos virtudes las poseía con creces mi amigo), pero susceptibles de cambio de criterios y abiertos al debate y la crítica. Pese a la fetua de Hart, Jesús --visión de sí mismo que también aprecio sobremanera-- tampoco presumía de mártir ni de héroe: "No tengo madera de mártir ni de héroe. Pero sueño con mi regreso a Cuba, pero no al precio de callarme. Como ahora esto no es posible, prefiero pagar el costo del exilio, en lugar de pagar el costo del silencio" (El País, 20-01-1996).

Igual detesto a los nobles y "progresistas" programáticos, pero grises, invariables y pusilánimes. De ahí que, significativamente, mi primera contribución voluntaria con la Revista Encuentro se titulase "Jesús, el cubano perfectible", una laudatio póstuma. Quizo el azar concurrente, o la "larga mano del castrismo" que muriese justo cuando, aplicándose a sí mismo el argumento central de La piel y la máscara, su primera novela del exilio, acababa de descorrerse lo que le quedaba de máscara para dejar totalmente al descubierto su propia piel de rebelde. Eso creía cuando escribí su panegírico y sigo creyendo a día de hoy...

Años atrás en La Habana, Jesús me había secundado brillante y corajudamente en una plenaria de la UNEAC donde hice uso de la palabra para protestar contra el atropello a la poetisa Carilda Oliver y otros poetas durante una lectura en Matanzas. Exigí la expulsión deshonrosa del delegado local de la Unión en la provincia, involucrado en el pogromo y todo el peso de la ley para la jefatura de la Seguridad del Estado en la provincia.

Precisamente, lo que me indujo a colaborar con la Revista Encuentro fue, por un lado, un sentimiento de culpa por no haber apoyado desde el principio el proyecto de un intelectual de fuste cuya muerte, natural o artificial, coincidía sospechosamente con un notorio proceso de toma de conciencia y radicalización por su parte. Mutación que se percibe nítidamente en la política editorial de la AECC a partir de una visita reciente a Miami donde Jesús hace causa común en público con el mal llamado "exilio duro".

Rompía así el tabú número uno de la actual presidencia. El segundo es acaparar el máximo posible de donativos del entramado fundacional europeo; tercero, darle participación editorial y foral a librepensadores; cuarto, establecer contacto en España con los exiliados de a pie, sin papeles, etc.; quinto, centra la cobertura noticiosa en la alta cultura, la farándula y el deporte; sexto, llevar el tema del Batistato y la Revolución más allá de los enfoques comunes de la historiografía burguesa (republicana y castrista); y séptimo pero no menos importante, mantener en la agenda del día las falacias del embargo, el diálogo, la paz social y la soberanía en peligro.



Un octavo lo cumplen de manera rigurosa bajo el lema abstinente del "Todo vale" y "No hagan holas". El noveno, corolario del anterior, consiste en no tomar nota de las críticas a la AECC y perfilarse como instancia aglutinadora. Cierra el decálogo el mantra de que la veracidad de las opiniones políticas es directamente proporcional a la fama y el número libros publicados por los opinantes. Siempre que no sean "de derecha", desde luego...

Coherentemente, mis conflictos con la nueva presidencia de la AECC tienen todo que ver con la instauración de la censura y el escandaloso abandono de aquella reapertura con la que el voluntarioso Jesús cortaba de un tajo el plausible nudo gordiano que lo ataba a su propio pasado de hombre de confianza del régimen. Si los datos documentales y especulaciones lógicas de Servando y César no son más que una "novelita", ¿por qué respondes tú, que supuestamente no tienes arte ni parte en esa historia, y no los aludidos? Finalmente, Servandillo, cada cual rompe (en la desigual medida que le dictan su coraje coraje civil y sus intereses creados en el exilio o la "Diáspora" encuentrosa) cuando está maduro para dar semejante paso.

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Tanto derecho tienen los que con la mejor fe del mundo...

Por Lázaro González, Miami (¿?)

Respeto para todas las opiniones, aunque piense de otra manera respecto a algunas de ellas, pero es necesario acotar algo a esta altura del debate. La complejidad de la solución [soluciones] del problema cubano conduce al despliegue de numerosas propuestas de solución sin que nadie pueda erigirse en el Mesías.

Lo que si queda claro --al menos para mí-- [es] que tanto derecho tienen los que con la mejor fe del mundo convocan a esta campaña, que [como] el Abicú y Cristina en considerar que es superflua y no contribuye a los objetivos de la lucha anticastrista, y que incluso puede reforzar la "legitimidad" del régimen. [Fe, Esperanza y Caridad, remate de la fachada de la Catedral de México, escultura en piedra de Manuel Tolsá.]

En la sociedad que soñamos y que algunos tratamos desde nuestros mínimos esfuerzos de construir, la multiplicidad de criterios es lo más deseable. Convoque y construya consensos [quien lo desee], y los que tengan otras opiniones también tienen derecho a ello. Para los que hemos tenido el privilegio de conocer otras sociedades donde uno de los valores mas preciados es the freedom of expression, y además hemos logrado en alguna medida aprender a respetar la opinion ajena, la tolerancia es piedra angular del debate cubano y de su solución.



El que alguien no se sume a esta o aquella convocatoria es una decisión sustentada en la libertad del individuio de elegir, algo que el castrismo entendió temprano que habia que suprimir. No se puede imponer una convocatoria por justa y humana que la consideremos; y no solo ya en términos de libertad de escoger, sino porque en la realpolitik lo justo y lo humano lamentablemente no tienen asientos reservados, y muchas veces tienen que ver el juego desde las gradas. No importa cuánto nos duela.

Ello no justifica razones para cuestionarse de qué bando esta cada cual, pues en sí mismo el término "bando" es exclusivo, impreciso y multifacético, en tanto la realidad misma lo es. Para no hablar de como cada uno de nosotros la reflejamos. No existe afortunadamente un cerebro global que condicione la unanimidad, y la naturaleza y la sociedad nos han dotado de un cerebro mínimo y debidamente individualizado; lo demás es totalitarismo, venga de donde venga y se invoquen las razones que se invoquen.

La solución biológica al problema cubano está debidamente preparada en la línea sucesoria establecida por el castrismo. La solución asepticamente quirúrgica de extirpar los puntos ceros principales y sus colaterales técnicamente factible, no es viable en tanto quien está mínimamente preparado para llenar el vacío de poder que se generará.

Con güiro y mente se destruye el castrismo, no con intolerancias, extremismos o totalitarismos de cualquier color. La experiencia y la praxis demuestran que existen caminos alternativos que pueden ser construidos si los que han asumido el rol de ser sujetos y no objetos de la solución al problema cubano meditaran en ello.

Saturday 30 May 2009

Coopere con el artista cubano en la Diáspora

La Asociación Encuentro de la Cultura Cubana pasa el cepillo

Por Jorge A. Pomar, Colonia

Las arcas estatales andan de mal en peor allá en Kubanistán. Tan mal andan que el vulgo de a pie teme un retroceso al año cero del Período Especial. Sin la palanca de freno bolivariana, debido a la caída libre de los precios del crudo. No es para menos. Los recién anunciados apagones y reajustes de cinturones ya empiezan a ser una oscura, sofocante realidad cotidiana en toda la Isla (cayos adyacentes no turísticos incluidos).

Pero acaso el indicio más infalible sobre la gravedad de esta penúltima crisis dentro de la semicentenaria crisis crónica de la hacienda de los hermanos Castro es el dato de que, según parece, en esta ocasión no escapa a la penuria financiera ni siquiera la sucursal madrileña de la UNEAC, mal encubierto bastión europeo de la en la Isla oficialmente finiquitada "Batalla de Ideas".

A saber, la benemérita presidencia de la Asociación Encuentro de la Cultura Cubana (AECC), destinataria de casi todas las donaciones a la causa cubana en el Viejo Continente, pasa ya el cepillo al descaro a través del interpuesto académico Carmelo Mesa-Lago, que cierra el petotorio con esta coletilla bancaria:


Los donativos pueden realizarse mediante: 1.- En dólares: - Transferencia bancaria a la cuenta: IBAN: ES20 0128 0037 5101 4000 0086, BIC: BKBKESMM - Cheque a nombre de Asociación Encuentro de la Cultura Cubana. Dirección de envío: Infanta Mercedes 43, 1º A, 28020 Madrid, España. - Cuenta Paypal: https://www.paypal.com/cgi-bin/webscr?cmd=_s-xclick&hosted_button_id=5227937 2.- En euros: - Transferencia bancaria a la cuenta: IBAN: ES58 0128 0037 5905 0209 0892, de BANKINTER - Cheque a nombre de Asociación Encuentro de la Cultura Cubana. Dirección de envío: Infanta Mercedes 43, 1º A, 28020 Madrid, España. - Cuenta Paypal: https://www.paypal.com/cgi-bin/webscr?cmd=_s-xclick&hosted_button_id=5226965

Quedan sabiendo, pues, cómo y dónde invertir en el futuro de la "cultura cubana de las dos orillas". Ironías a un lado: pese a su reconocida sapiencia en su campo, de un tiempo a esta parte, vaya Usted a saber por qué, el economista más sesudo y prestigioso de la Diáspora venía ya renqueando a ojos vistas de la pata izquierda. Igual puede ser ignorancia abicueril. Las primicias de tan insólito preludio de quiebra fueron trituradas --junto con el eseoese emitido por el catedrático de Pittsburg-- en El Penthouse de Heriberto. A continuación, reproduzco con sumo placer la airada "Nota del blogger":

Pues que subasten la soberbia y todas esas otras cosas que han hecho grata la vida de sus dirigentes. Recuerdo que Ponte, para eludir Las Tres Preguntas de Chago, aludía que no tenía tiempo porque no paraba de un avión en otro por las tantas conferencias que daba en distintos sitios y universidades: pues que devuelva lo que se gastó. A mí una tarde un amigo me justificó que, claro, el pobre Ponte había caído allí porque en qué otra cosa iba a trabajar; decirme eso es como mentarme la madre, yo soy justo sabedor de mi talento y sus limitaciones, entonces ¿debo suponer que me merecía yo fregar platos durante años, waters, servir a Francisco Umbral (uno de los comensales más desagradables de mi experiencia hostelera), y desempeñar todas las artes de "Hotel pro cizenci". ¡Anda ya! Que devuelvan las hipotecas, las francachelas, la patada que se daban por encima del culo.

CAMBIO, Cambio Ya, pero no solamente allá, en la Isla de Nunca Jamás. Basta ya de recochineo. No son sólo los viejos comunistas los que deben cambiar, sino también Los Reciclados, los eternamente postulados al momento oportuno, los francotiradores de un futuro personal interesado por encima de toda ética, los hijos de la UNEAC y la Casa de las Américas (Cuba), los prolongadores de tanta miseria humana. Que se ayuden entre los mismos que fueron festejantes en épocas mejores, y aquellos otros (vivos y muertos) cuya amistad perdí por su incomprensible dualidad trasnochada. Porque La Revolución, y cualquiera de sus variantes, sólo lleva al desencuentro; siempre separa, más tarde o más temprano.

David Lago González

Me encantan esos dos párrafos. Leyendo la nota del colega y las reacciones adversas de los lectores a la insólita campaña recaudatoria, constato por enésima vez que la opinión pública exiliar que realmente cuenta está muy en línea con los argumentos esgrimidos tiempo atrás contra la AECC por el pionero Servando González en "El extraño encuentro de Jesús Díaz con la muerte" (Cubanet, 15-05-2002) y César Leante en "El largo brazo de Castro (La ilustración liberal, Nr. 19-20, 2004) y Belkis Cuza-Malé en "¿Censura en 'Encuentro'?" (BelkisCuzaMalé, 06-03-2007). Y desde luego, con la simiesca (mono ve, mono hace) campaña de seguimiento iniciada por mi Alter Ego en este blog a partir de "Si no hablo, me ahogo" (22-06-2007) y "¡Encuentro ha muerto!... ¿Viva Encuentro?" (06-07-2007).

Por cierto, si no yerro, el circunstanciado artículo originario de Servando no figura en ContraEncuentro, única reacción conocida de la presidencia de la AECC. ¿Por qué será? Además, tampoco se conoce el móvil conducente a que, salvo por los anónimos de sus testaferros, la redacción dejó trunco aquel inusitado arranque de transparencia acrítica.

El caso es que, entre otros críticos irreductibles, Zoé Valdés, Juan Abreu y Ernesto Hernández-Busto --quien ha recogido el testigo en Penúltimos Días y recapitula el tema de la cornucopia financiera a propósito de la noticia del día--, no figuran en el selecto dossier. En fin, "casos y cosas" de esa casa madrileña. Inútil escarbar ahí: el que calla otorga, pero el que no calla ha de tener algo que aducir en su defensa...

A falta de argumentos novedosos que añadir a esta polémica, sólo me queda sugerirles a autores y lectores que, por favor, valoren la posibilidad de que, ante la gravedad de la crisis, las autoridades competentes de La Habana hayan aumentado el impuesto de solidaridad con el MINCULT hasta niveles incompatibles con los emolumentos del personal madrileño. De por sí, casi todos ellos cobran a lo sumo la tarifa de sus colegas diplomáticos, a quienes a su vez apenas les alcanza el sueldo mínimo local para el rancho semanal en Mercadona. Si a tanto llega…

En honor a la verdad subjetiva, rompo de nuevo una lanza ética a favor de Annabelle Rodríguez: de toda la plantilla fija, flotante y vergonzante de la AECC, incluyendo a luminarias del arte y la literatura (sacan en limpio del turbio quid pro quo un excedente promocional más en prestigio volátil que en pecunia duradera, junto con el correspondiente pagaré en descrédito redituable a título póstumo), probablemente sea ella la única persona de la guara que jamás ha traicionado a nadie.

Por esta sencilla razón: tampoco ha cambiado de bando jamás en su vida. Por otro lado, que se sepa, doña Annabelle no presume en absoluto de intelectual, lo que la libra de ese gravamen adicional. Justo es reconocer aquí que la doña cumple su misión discretamente desde la sombra, fiel al lema testamentario del "Apóstol": En silencio ha tenido que ser, porque hay cosas que para lograrlas han de andar…

En última instancia, si bien no se le pueden escatimar méritos como recaudadora, habría que ser ciego de los que no quieren ver para no admitir que la increíble eficiencia de su leal gestión de zapa se debe a (1) la dúctil vanidad de la pléyade intelectual a sus órdenes, que prefiere sobrevivir al amparo de la influente Asociación antes que comerse un cable o enloquecer de puro ninguneo en la tierra del Quijote; y (2) el manifiesto favoritismo del PSOE y del entramado fundacional eurooccidental, que tienen sus motivos retroprogres para premiar preferentemente a los partidarios "el diálogo y la paz social" a ultranza.

Obviamente, la nueva consigna oficial de "Ahorro o muerte" no perdona a la eficaz quinta columna cultural a orillas del Manzanares. Surge un inconveniente para la gerencia de la sede en Infanta Mercedes 43: los honorarios hasta ahora pagados a la inmensa mayoría de los colaboradores son tan miserables que sólo pueden ser recortados so pena de enajenarse autores. [Cuadro: Arlequín, Picasso.]

Eso por un lado. Por el otro, cualquier política de apretón de cinturones para el personal fijo conjuraría el fantasma terrible de la deserción a cuenta gotas o en masa, lo cual nada raro sería en intelectuales fáusticos que venden su alma al diablo por una paella y un par de aplausos igual de efímeros. La consecuencia a corto plazo podría ser el destape y venta de trapos sucios al mejor postor mediático, con lo cual saldrían al fin de dudas quienes aún las albergan. Fazit insinuado: pintan bastos también en Madrid...

Thursday 28 May 2009

El Benedetti de aquellas cuarenta novelas

Por Belkis Cuza-Malé, Texas

Ha muerto en estos días a los 88 años el escritor y poeta uruguayo Mario Benedetti. No voy a a hablar aquí de su obra, sino de su persona. Su obra no me interesa para nada. Su poesía tiene el aire de su vocación juvenil, la del perfecto oficinista, es decir, la antítesis de lo que pensamos ha de ser un poeta. Cuando lo conocí en 1966, había publicado ya algunos de esos libros que concibió detrás de un buró. Pero no era nadie todavia.

Benedetti llegó a Cuba como miembro del jurado de novelas en el Premio Casa de las Americas de 1966, si no me equivoco. Uno de los tantos escritores que pululaban en los círculos literarios de Montevideo, que había arribado tarde, como él mismo diría luego, a la generación del 45.

No me gusta hablar mal de nadie, y menos de un muerto. Pero quiero analizar
aquí [pinche sobre el adverbio para acceder al blog de Belkis.] el caso de Mario Benedetti, un escritor a sueldo, no me cabe dudas, del gobierno cubano, a quien como a muchos de los latinoamericanos que hoy leemos, la Revolución les mató el hambre y les dio fama y fortuna, a cambio de comprar voceros oficiales, o por lo menos, su silencio.

[Director Ricardo Casas. Documental hagiográfico que, sin proponérselo, retrata a Benedetti en cuerpo y alma. Basta con darles un segundo pensamiento a sus recuentos y la letra de sus poemas para convencerse de la veracidad del testimonio de Belkis: único ser humano de que se tenga noticia que haya aprendido a leer y escribir por sí sólo antes de la primaria; no menos fantástica la lucidez generacional de esos colegiales respecto a los adultos alelados por la aparición del dirigible; embaraja mal el dato sobre su formación fascista; miente igual al recordar sus expectativas previas (y las del país y Sudamérica en general) a la voladura (por su captán) del acorazado de bolsillo alemán Graf Spee en 1939 frente la costa uruguaya; y la racionalización de sus vínculos con el Frente Amplio y el castrismo tampoco tiene desperdicios. De ponerle la tapa al pomo de embustes se encargan los ditirambos de intelectuales de capilla como Saramago, Galiano, etc. Para todo el tome la debida distancia crítica, el filme de Casas clasifica alto en el bufo político riplatense.]



El hotel Habana Riviera, donde estaba alojado entonces, le resultó un paraíso, según me contó, agobiado por su vida de burócrata en el Uruguay de entonces, todavía sin Montoneros a la vista. Unas vacaciones muy bien pagadas, que incluían visita a Varadero y más. Pero en el caso de Benedetti, el viaje representó un espléndido contrato, de modo que esta primera visita fue el comienzo de una larga colaboración entre él y la Casa de las Américas, es decir, entre la Revolución y el hombre de los poemas de oficinista.

¿Cómo se empató con esa profesión doble de escritor y funcionario de la Casa de las Américas? Es algo que no sabemos, pero lo cierto fue que a los pocos meses regresó en compañía de su esposa, una señora larga y delgada, con cara y estampa de la mujer de Popeye, a quien Heberto Padilla y yo fuimos a visitar a sus habitaciones del Hotel Nacional, donde residía, mientras esperaba que los mudasen para una mansión en Miramar.

Supongo que sus vínculos con la Casa de las Américas venían de atrás, auspiciados por la izquierda antiamericana, que entonces asolaba los periódicos y revistas de todo el continente. Ya estaba el teatrista guatemalteco Manuel Galich de subdirector de La Casa de las Américas, y Cuba era el sueño de cada aspirante a literato o artista. Pronto vimos cómo uruguayos y argentinos inundaban la escena habanera.

Palabras verdaderas II


En el caso de Benedetti, como en el de muchos otros que llegaron a ocupar cargos importantes dentro de los departamentos culturales en Cuba, cierta secreta militancia política debió haber influido grandemente en el logro de esas posiciones. La invasión de latinoamericanos diletantes que llegaban a Cuba y plantaban su tienda alegando ser ya figuras reconocidas en el ambiente cultural de sus países, fue grande y significativa. No todos eran iguales, quiero aclarar, no todos eran farsantes. Pero todos soñaban con la gloria y el apoyo de la Revolución cubana, y con convertirse en profesionales de sus respectivas vocaciones.

Recuerdo a varios de ellos, que en su país se dedicaban a la venta a domicilio de sábanas, y a otros, como Francisco Urondo, el poeta argentino, muerto luego durante su etapa de guerrillero urbano. Urondo era buen poeta, y hombre sencillo, tengo que admitirlo, y se apareció en La Habana sin disimular su pobreza. Rodolfo Walsh, en cambio, también muerto por los militares argentinos, provenía ya del periodismo profesional en su país, y estaba dotado para la oratoria marxistoide, pues a él también lo conocí.

Palabras verdaderas (III)


De su mundo oficinezco estaba ya cansado Mario Benedetti cuando lo entrevisté para la sección cultural del periódico Granma, donde yo trabajaba entonces. Me parece estar viéndolo aún frente a mí, con aquella expresión tan uruguaya, gritando: "!!Son cuarenta novelas!!" Y así se tituló la entrevista. No sé si se las leería o no, y tampoco recuerdo al ganador --da igual--, pero aquellas cuarenta novelas no iban a representar un sacrificio muy grande para un hombre que regresaría pronto a la Isla convertido en un importante funcionario de La Casa de las Américas.

Luego, años después, lo encontramos en Madrid, en un evento literario, donde él participaba, y por supuesto, nos viró la cara y no se atrevió a saludarnos. Para entonces ya había sido aupado y pagado por Cuba, y no necesitaba vivir en la Isla, sino aparentar ser un escritor independiente, de éxito, con libros publicados, películas, canciones y más. Camuflajeado de poeta de la sencillez y el amor, de representante cultural del hombre de a pie, logró colarse en todas partes, apoyar los horrores contra los escritores y artistas cubanos, y proclamar a los cuatro vientos su incondicionalidad a un sistema que había extirpado las libertades elementales al pueblo cubano y que lo mantenía en la miseria.

Terra 11-08-2006. Bendetti: En cuanto a la personalidad del propio Fidel, debo consignar que estuve varias veces con él y pude apreciar la sencillez de sus planteos, un inesperado y excelente nivel cultural, la franqueza de que hacía gala ante nuestras objeciones y su infranqueable voluntad de defender y mejorar el nivel de su pueblo.

Los datos, fácilmente comprobables, de que en la isla virtualmente no existen analfabetos (pude ver a octogenarios que asistían a clases de enseñanza primaria), que la atención a la salud es gratuita y del mejor nivel (de mi propio país viajan constantemente enfermos de cataratas y hasta de ceguera, que son atendidos gratuitamente y regresan totalmente recuperados), no deben olvidarse a la hora de juzgar su trayectoria. En esta ocasión de sus bien ganados ochenta, es bueno que le regalemos nuestro sincero reconocimiento.

Palabras verdaderas (IV)

A Mario Benedetti no le habrán oido jamás un juicio inteligente sobre los cubanos, ni siquiera cuando su amiga Haydée Santamaría [directora de La Casa de las Américas] se pegó un tiro en el 80. De él nunca habrán oido un llamado a la libertad de los presos políticos que Castro mantiene en las cárceles. Vivió lo suficiente para ser testigo de la larga tragedia de los cubanos, pero nunca abrió su boca más que para referirse al exilio en términos peyorativos, y para halagar al tirano. Por supuesto que no iba a denunciar a los que lo habían ensalzado a la cumbre. Descanse en paz, si puede, el alma de Mario Benedetti. No creo que su obra le sobreviva.


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Cara de ratón asustadizo y de oportunista miserable

Reinaldo García Ramos, Miami Beach

[Reinaldo García Ramos: (Cienfuegos, 1944) Poeta, ensayista, crítico de literatura y medios audiovisuales, se licenció en Lenguas y Lietartura Francesa por la Universidad de La Habana en 1978. Integrante del proscripto grupo literario "El Puente" (1962-1964) junto con José Mario y Ana María Simo, en fue objeto de censura y difamación hasta que emigró por el puerto del Mariel en 198o. Traductor y editor de Naciones Unidas entre 1980 y 2001. Miembro del Consejo de Dirección de la revista Mariel de 1983 a1985). Reside actualmente en Miami Beach, donde edita la revista de poesía
Decir del Agua. Poemarios: Acta, 1962, El buen peligro (1987), Caverna fiel (1993), En la llanura (2001), Únicas ofrendas, cinco poemas (2004) y El ánimo animal (2008).

Inserto su comentario no sólo porque, como el post de Belkis, posee valor testimonial: se da la circunstancia de que nuestras trayectorias se cruzan en la Escuela de Lenguas Modernas y de que, muy probablemente, el Abicú ocupara su vacante en Arte y Literatura a raíz del éxodo del Mariel. Foto de arriba: homenaje a Benedetti en La Casa de las Américas. De izq. a der.: Nancy Morejón, Roberto Fernández Retamar y Pablo Armando Fernández.]


Gracias de todo corazón, Belkis. Tu artículo sobre Benedetti es el único de los que he leído en estos días en que alguien le llama al pan pan y al vino vino. Es muy cierto y digno lo que dices, y te felicito por decirlo con ese lenguaje tan acertado, tan pleno (el penúltimo párrafo es magistral). Yo conocí de cerca ese personaje siniestro, y te doy la razón en todo lo que dices.

Palabras verdaderas (V)

Como sabes, yo trabajé con Mario en el Centro de Investigaciones Literarias de la Casa de las Américas en el año 68. Me recomendó Retamar, que había sido mi profesor, y él creo que me aceptó de mala gana. Allí no sólo conocí a Luz, la mujer de Mario (que, por cierto, no era tan fanática ni vil como el marido, pero algo tonta), sino además el resto de la "fauna" de la Casa, tan particular (entre ellos Pedro Simón, que luego contrajo raras nupcias con Alicia Alonso).

Allí me pusieron a rellenar fichas sobre soporíferos artículos acerca de los mitos literarios de la izquierda latinoamericana, y eso culminó en un tedioso volumen de recopilación de textos sobre Juan Carlos Onetti (uno de los escritores más aburridos e inútiles del cono sur) que Benedetti había concebido y que él mismo dirigió de muy cerca y aprobó (yo prácticamente me limité a seguir sus instrucciones al preparar ese mamotreto, que se publicó en esos meses con mi nombre como editor o algo así). Pero todo lo que aparece en ese libro lo decidió Mario, que era un tipo tosco y autoritario (bajo una capita muy tenue de mediocre de salón).

¿Sabías que su primaria y secundaria la pasó en un colegio alemán (post-nazi) de Montevideo? Era un tipo sin alma, me parece, y estoy de acuerdo contigo en que su literatura no es más que un conjunto de mediatizadas boberías y veleidades izquierdosas elucubradas por un cerebro sin vuelo, sin imaginación y sin grandeza. Se mostró mezquino con muchas gentes, y posiblemente le mostró a Heberto una amistad que era medularmente deshonesta.

Palabras verdaderas (VI)

Años después, cuando yo trabajaba en la Editorial Arte y Literatura, él vino de visita y cuando me vio a distancia se hizo el que no me conocía (tal vez sus capataces segurosos le habían dicho ya que yo era persona no kosher, no aconsejable); entonces yo, delante de varios de mis colegas en la redacción de la editorial, le dije con voz bastante alta: "Hola, Mario Benedetti, ¿ya no me conoces?" Y entonces él puso su cara de ratón asustadizo y de oportunista miserable para elaborar una sarta de disculpas hipócritas. O sea, que me hizo lo mismo que les hizo a ustedes cuando los vio en España. Me sumo a ti en ese coro: que descanse en paz, y que la huella de su paso por el mundo se borre pronto...

Tuesday 26 May 2009

De "Lo que el viento se llevó", pasando por Martí junior, a "Paradiso"

Glosas en PD al post "Otro Lezama, otro Martí: hijos, padres y archivos"

Por Jorge A. Pomar, Colonia

Otro aporte a la investigación y la polémica históricas de Hernández-Busto en la bitácora- nodriza
Penúltimos Días. Mi erudito colega ha vuelto a hundir el dedo en llaga supurante. PD sigue cumpliendo con estas perlas de archivo su rol como blog desmitificador de falsas glorias del pasado e iniciador del debate crítico actual, sin contemplaciones y a cara descubierta. Como polemista nato, el Abicú agradece sobremanera tales incitaciones. La blogósfera vive de ellas. ¡Sombrero una vez más para el titular de PD! Amén de que la foto titular contiene los primeros retratos que recuerdo haber visto del hijo de Martí (al centro con bigote) y del padre Lezama (último de la izquierda).

Pero, si bien es cierto que la incitación original proviene de Ernesto, con cuyos argumentos concuerdo sin reservas, la sobreexcitación que provoca este post se la debo al no menos enciclopédico colega escritor y traductor Manuel A. Tellechea (quien cosa rara en la blogósfera, ha reaccionado civilizadamente, a esta propuesta de diálogo.) Para ser más exacto --puesto que mi contertulio inserta dos más--, al nexo que establece en su primer comentario entre el destacado papel que juega el general Martí Sayas-Bazán en el exterminio de los Independientes de Color en 1912 y el deben patriótico del hijo del "Apóstol" de preservar la paz a toda costa para evitar una nueva invasión por tropas norteamericanas.

Lo siento, caro Tellechea. Justo en el tema que nos ocupa esa para ti y para mí molesta "coincidencia" argumental con el nacionalcatólico y archicastrista Cintio Vitier no te honra en absoluto. En otro contexto podría justificarse la referencia al patético autor de Ese sol del mundo moral (nos achicharra a ojos vistas). Pero la masacre a mansalva de unos 3 mil Independientes de Color no tuvo nada que ver con la Enmienda Platt, ni con el noble porpósito de salvar a la “mancillada soberanía nacional” en peligro de la intervención de una autoridad extranjera a cuya mediación había apelado antes el obstinado líder del Partido Independiente de Color.harto significativamente. Detalle harto significativo, como comprenderás.

Paso por alto la discutible y trivial cuestión de si el "Ismaelillo" adulto fue o no, como afirmas, "un héroe, en guerra y paz". Cierto, existió y en su momento se alegó sincera o hipócritamente semejante despropósito histórico. Pero en el fondo no fue más que un burdo pretexto para volver a poner en su sitio a la negrada mambisa oriental, que insistía en reclamar su cuña en el pastel político-administrativo.

El hijo de
Carmen y José Julián era proamericano de pies a cabeza. Y que se sepa, jamás alegó tales temores. La innecesaria carnicería desatada contra las huestes de Evaristo Estenoz (foto de abajo) y Pedro Ivonet no fue un suceso aislado sino el meollo de una larga cadena de medidas discriminatorias.

Más que "demagogos" habrían sido agitadores en busca de prosélitos para sus descabellados planes. Habida cuenta de la sordera de la clase política ante la magnitud de la injusticia cometida contra negros y mulatos. Pese a la insensatez de ignorar las pragmáticas razones y gestiones preventivas en el Parlamento del más lúcido de sus conraciales, el senador Martín Morúa Delgado, eran auténticos defensores de los derechos civiles de una raza que no se sentía materialmente recompensada por sus sacrificios en la manigua ni representada en espectro partidista republicano.

A partir de esa vergonzosa epopeya, los parques de numerosas ciudades de la Isla quedaron divididos en dos zonas: una para blancos y otra para negros y mulatos. De equidad racial en el reparto de puestos de trabajo no se puede hablar hasta el septenio 1933-1940, cuando empiezan a ceder los mecanismos de segregación contra negros y blancos criollos. De hecho, era ése el tema número uno en la agenda de reivindicaciones sindicales del período.

Hasta la rebelión contra el Machadato la mayoría de los empleos fabriles y comerciales estaban en manos de los peninsulares y sus "sobris" traídos del terruño. Por tanto, lo que sí reflejó aquel genocidio de unos veteranos por otros fue la apoteosis republicana del racismo, exacerbado por la preponderancia de combatientes negros soterrado en los campos de batalla a causa de la meritocracia espontánea inherente a cualquier contienda larga y encarnizada. (Fenónmeno verificable en en seno de la disidencia insular.)

Si acaso, el error de Estenoz e Ivonet consistiría en haber reaccionado a un atropello colectivo según el código de honor aprendido en las guerras de independencia. De hecho, la exaltación, la volatilidad, el llamado intempestivo al combate dan la tónica de la época hasta los alzamientos anticastristas del Escambray, cuyos jefes e instigadores tampoco previeron la inexorabilidad de su derrota de los "bandidos" bajo un régimen cualitativamente distinto, totalitario.

La temeridad y el recurso a la violencia de los Independientes de Color entroncan con el
modus operandi de los revolucionarios cubanos de todas las épocas. (La paciencia es una virtud que recién empezamos a aprender al cabo de cincuenta años de totalitarismo.) Sin embargo, en 1912 la masacre podía haberse evitado. ¿Cómo? Del mismo modo que en las guerritas de rapiña entre liberales y conservadores de aquellos años turbulentos.

Si algo demuestra fehacientemente la historia de la nación es que los cubanos aún no sabemos gobernarnos. Ahora mismo abundan los que culpan al Imperio por la parte esencial de nuestros males y/o cifran de nuevo, con lo ingratos que somos, vanas esperanzas en la Casa Blanca. Los cubanos tenemos lo que nos merecemos, y dejaremos de tenerlo cuando dejemos de merecerlo. Punto. Con el castrismo hemos desaprendido casi todo lo aprendido hasta enero del 59. Y desde luego, visto el asunto en clave actual, en puridad “progresista” era más bien el Partido de Estenoz e Ivonet. Excepto por el empleo irracional de la fuerza, desde cualquier otro punto de vista que los miremos...

Aprovechando el craso error metodológico del Partido Independiente de Color, las antiguas elites coloniales emparentadas (sacarocracia criolla y magnates comerciales españoles), se apresuraron a sellar con una ejemplartizante orgía de sangre un nuevo pacto de reconciliación entre hermanos de raza al estilo de la llamada “Reconstrucción” posterior a la Guerra Civil en Estados Unidos.

A su manera dispersa, vaga y barroca, la novela
Paradiso de Lezama es también nuestro Gone with the Wind (Lo que el viento se llevó, 1937) de Margaret Mitchel, donde el norte industrial se reconcilia con el antiguo sur esclavista. Aunque menos coherente que su antecedente gringo, basta recordar la escena en que el aristocrático padre de Cemí abofea (¿reminiscencia de la azotaina que le da Leonardo Gamboa a su esclavo en Cecilia Valdés?) y despide al cocinero negro de la familia por haberle faltado el respeto a su esposa en un asunto de recetas culinarias. [Foto de archivo: Pedro Ivonet. Reparen en el detalle jeráquico de que, contraviniendo la hoy aún vigente escala cromática colonial, el mulato Ivonet era el vice del negro Estenoz.]

Ahora bien, ello ni implica ni deja de implicar que Martí y Lezama hijos hayan sido racistas furibundos, rasgo de carácter del cual no tengo noticias en ellos. Lo que si huelga aclarar es que hubo, en efecto, como ocurrió con el anexionismo criollo del XIX (único documentable, por cierto), el racismo de nuestras "clases vivas" se dio de la mano con el de la
mainstream del Norte. Lo cual expresa en Paradiso mediante las lisonjeras referencias a la alta estima del generalato norteamericano por las dotes de mando del padre de Cemí.

Por lo demás, el controversial tema está en la base de la notoria rivalidad literaria (en el fondo más bien racial y político-ideológica) entre Nicolás Guillén y Lezama Lima. Finalmente, para defender a Martí junior tampoco es necesario maquillar su rol en aquella cacería de negros: sencillamente, aquel zafarí con artillería pesada y ametralladoras de trípode no fue ninguna hazaña bélica, pero sí la mayor victoria en su escaso expediente castrense.

De por sí, el ascenso a general, o sea, al mismo grado que el a la sazón preventiva- y vilmente asesinado Quintín Banderas (astuto y despiadado en la manigua como para él solo), se lo debió el “Ismaelillo” a la circunstancia de ser hijo de su celebérrimo progenitor. Un vicio de linaje que lastra hoy tanto al gobierno como a la oposición. Lo cual entre aquellos protocubanos de la Primera República se enmarca y justifica por la época. Entre nosotros raya en el anacronismo. [Foto de archivo: Liderazgo del Partido Independiente de Color.]

No son aguas pasadas: a tres años del centenario de la masacre, negros y mulatos están mal que bien representados en el aparato estatal del régimen. Pero ¿acaso les permite esa formalidad institucional, no ya abogar por, sino ni siquiera insistir demasiado en la mera existencia del problema racial?

Única diferencia perceptible del castrismo con el pasado republicano: "
Antes los blancos estaban arriba, los mulatos en el medio y los negros debajo. Hoy los negros están debajo, los mulatos en el medio y los blancos arriba, pero todos más abajo". (Por eso la novela nacional seguirá siendo por larga data la costumbrista decimonónica Cecilia Valdés, de Villaverde, y no la ficción barroca del gordo Lezama en Paradiso.) Soñando despiertos con la balsa, aspirando al bombo frente a la Oficina de Intereses, o bien, escudriñando el árbol genealógico de la familia en busca de un abuelo inmigrante para acogerse a la Ley de Nietos en el Consulado Español. Unos dos millones y medio de morriñosos gozan y/o padecen en el exilio...

Moraleja especulativa: Cambiando lo mucho que haya que cambiar, bajo el manto del marxismo-leninismo y el legado martiano, la Revolución del 59 dio al traste con una Segunda República cada vez más mestiza y popular (instaurada por un mulato oriental ex peón de la hacienda de Ángel Castro en Birán, ex aliado de los comunistas del PSP, al que muchos echan la culpa de su suerte después de haber hecho tabla rasa con él, sus secuaces y su herencia) para acabar cumpliendo sutilmente el sueño fundacional de "pureza de sangre" de nuestra heroica sacarocracia mambisa y sus intelectuales.

¿Racista, batistiano el Abicú? Sí, cómo no. Incluso puesto hipotéticamente a elegir entre el diputado Teófilo Stevenson y el senador Martín Morúa (¿ancestro del "socialista democrático" Manuel Cuesta Morúa, halalevas de Zapatero-Moratinos y asiduo colaborador de la filial madrileña de la UNEAC? Ironías del destino), me decantaría sin pensarlo dos veces por el legislador liberal. Otrosí, como guardia de la época alegaría objeción de conciencia para hacer como tantos mulatos y negros que participaron en la masacre de marras. Me hago esa ilusión, porque después de todo, ¿quién sabe? Acaso entre octubre del 75 y mayo del 76 no bombardeé a mi raza en Angola en calidad de "combatiente internacionalista.

Consta en el Palacio del Segundo Cabo, sin embargo, que en la vida real, militando en el núcleo de Arte y Literatura -- si mal no recuerdo a fines de los 80--, me opuse ya de plano al plan oficial de mejorar a dedo la deficitaria "composición racial de los órganos de dirección del Partido y el Gobierno" con obreros, campesinos, empleados, militares, burócratas y atletas negros. Prefería mil veces dejar en esos cargos subalternos a los blancos que ya los detentaban. Tanto para conjurar usuales suspicacias anónimas. En fin, lo dicho: la raza es tema de candente actualidad entre nosotros y Ernesto ha hecho bien en sacarlo a relucir...

Monday 25 May 2009

¿Se rompe la luna de miel entre La Moncloa y el Palacio de la Revolución?

El futuro del cubano de a pie en la Isla tiene cara de perro en la era de la cordialidad Obama-Zapatero
(A propósito de "Bardos y espías" en PD)


Por Jorge A. Pomar, Colonia

Excelente el post de Camilo Loret de Mola en Penúltimos Días. La sutil asociación que, a propósito de sonada pifia del espionaje español en La Habana, establece allí en forma implícita el sagaz colega entre justicia mambí y justicia castrista, sugiere la abicueril que a renglón seguido se le ocurre a mi Otro Yo. De por sí, el preámbulo histórico del "Bardos y espías" hace trizas el mito mambí de la “manigua redentora”, que para nuestro mal mancomuna República, Revolución y Diáspora en la defensa de una leyenda patriótica infantil al estilo maniqueo de
Elpidio Valdés, el popular dibujo animado de Juan Padrón.

El tenaz afán de maquillar errores y horrores del bando insurrecto lastra tanto la comprensión de los desajustes de la República como de la semicentenaria debacle arqueológica en curso a manos de los "guerrilleros en el poder" (K. S. Karol). Si el propio general en jefe Máximo Gómez --más tarde paradigma del respeto martiano a la legalidad en medio de los rifirrafes de posguerra entre liberales y conservadores-- ordenaba fusilar sin más a tres jóvenes sospechosos de espionaje a partir de un error al cantar unas coplas, ¿qué atrocidades no habrán cometido sus menos "pundonorosos" subalternos en la "manigua redentora"?

Por lo demás, consta de sobra en los archivos que el terror mambí no se limitaba a la política de tea incendiaria y tierra arrasada, con tal de evitar otra derrota militar frente a medio millón de tropas regulares españolas, "guerrilleros" (por lo general, gentes de "colores extraños", leales al mejor pòstor en plaza) y "voluntarios" (casi todos blancos cuyos descendientes votan hoy con los pies) , que así se les llamaba a unos y otros.
[Foto de abajo: Guerrilleros.]

Veinte mil a todo reventar, además de violar y merodear, ahorcaban y fusilaban a diestra y siniestra por meras sospechas. Aun así, a la postre sólo se librarían del fantasma del Pacto del Zanjón (1978) gracias a una invasión yanqui a la que apelaron a regañadientes.
[Foto de abajo: Contraguerrillas nativas: "de color" en su mayoría; por lo visto, "nuestro pueblo" hambreado era entonces más bien apátrida precoz y, por ende, leal a su barriga y al postor en la plaza, igual que hoy)

Recordemos el significativo detalle, a menudo soslayado, de que, si bien se cuidó de afectar los intereses comerciales peninsulares, el Gobierno Interventor compensó su caballerosidad (evitarles la humillación y la expropiación de bienes, lo que de facto dejaba en manos españolas el monopolio comercial) con los vencidos en las negociaciones de París mediante una exclusiva no menos importante para los vencedores criollos.

A saber, al retirarse en 1902, delegaron en los antiguos "generales y doctores" criollos (descritos por Carlos Loveira en su novela homónima) todos los cargos electivos y administrativos disponibles. Es decir, el destino de la nación. Y con él, la responsabilidad de fondo por todo lo que habría de ocurrir en el archipiélago a corto, mediano y largo plazo.

De que no especulo en falso sobre las atrocidades de nuestra justicia manigüera dan fe mil y un incidentes similares al descrito en "Bardos y espías", todos ellos convenientemente purgados de los textos escolares y los anales de nuestras guerras de independencia a fin de realzar acríticamente el mito mambí.

En efecto, dividido por el regionalismo y las pugnas entre caudillos, el mando insurrecto se comportaba en aquella guerra irregular peor de como los pinta Camilo Loret de Mola en esa elocuente anécdota. Y así serían una vez instalados en el poder. En todo caso, pronto se vería que la guayaba mambisa no había caído lejos del alcornoque colonial. Ni en corrutibilidad, ni en mezquindad ni en violencia fratricida. Ahí está la masacre de unos tres mil independientes de color(veteranos negros y mulatos excluidos de beneficios en la rebatiña) en la guerrita de 1912.

No son aguas pasadas, pero dejo ahí la historia antigua para secundar a Camilo en su análisis del incidente de marras. Lo curioso en la reacción general sobre el enredo entre el representante criollo del empresariado vasco, los espías del CNI y los talibanes tronados consiste en que ni siquiera los exiliados suelen cualificarla como lo que técnicamente es: una flagrante injerencia peninsular en los asuntos internos de la Isla.

¿La Moncloa conspirando febrilmente en La Habana para garantizar una línea sucesoria afín a sus intereses revanchistas y comerciales? Ni más ni menos. Obviamente, Don Conrado Hernández, el CNI y sus huéspedes de la alta nomenclatura habían tomado el rábano por las hojas, pasándose de rosca. La ubicua Seguridad del Estado ya se lo olía por su cuenta. O bien, alguna garganta profunda los puso al tanto de los conciliábulos en que andaban los decepcionantes (era de esperar que no fuesen tan ilusos) Filipón y Carlucho con sus espléndidos anfitriones.

El resto fue cuestión de llamar a contar a Conrado, quien debe de haber sido un agente doble o triple, y apretarle las pelotas hasta tener que amenazarlo para que dejase de cantar. Probablemente, los avezados interrogadores de Villa Marista ni siquiera se hayan visto precisados a recurrir a ese último extremo: el dato de su arresto en el aeropuerto de Rancho Boyeros indica más bien que no opuso resistencia, entregando gustosamente las comprometedoras "grabaciones ambientales" a cambio de que lo dejaran escabullirse. [Foto: "Obama-Moisés" en Fanpop.]

Inocencia y presuntuosidad también por parte de Pérez Roque y Lage, que le pintaron a su némesis Raúl Castro, famoso por su sed de venganza, la ocasión calva para defenestrarlos a ambos, de manera que no siguieran metiéndole ruidos en la mollera al Magno Paciente. De paso, el Hermanísimo ha pillado a los ilusos instigadores del PSOE con media alpargata más allá de la raya roja.

Quedan los trapos sucios. Como de costumbre en estos diplobretes entre la antigua Perla de la Corona y la amorosa Madrasta Patria, se están lavando en casa a todo tren. De entrada, ni una palabra del canciller Moratinos en defensa de sus dos contrapartes y prospectos para la sucesión poscastrista caídos en desgracia en La Habana, desde luego. (Tabú absoluto por ese lado en la también la UE.) No obstante, algo debe de estarle fallando esta vez a La Moncloa cuando se ha visto obligada a retirar de la Isla a las volandas a su trío de "antenas", llamar a consultas en Madrid al embajador Manuel Cacho y, finalmente, amagar con abrirle un expediente por malversación de fondos a Alberto Saínz Cortés, del director del Consejo Nacional de Inteligencia (CNI).

Señal de que el rollo es gordo, más arduo de desenredar que todos los anteriores. Pero el indicio más serio de que la luna de miel entre La Moncloa y el Palacio de la Revolución se halla al borde la ruptura son las novísimas declaraciones del presidente José Luis Rodríguez Zapatero, asombrosamente aznaristas tanto en la retórica de juego de dominó como en el mensaje. Pónganle asunto:

...Ahora el Gobierno cubano tiene que hacer reformas y, en mi opinión, deben empezar por lo económico y social... [Obama] quiere resolver el problema, poner fin al aislamiento. Ha adoptado medidas positivas en cuanto a viajes, mesas de diálogo... [Medidas que a su juicio coinciden] con el proceso abierto por la Unión Europea... Le toca mover ficha. Tenemos que tener esa expectativa. Estados Unidos parece comprometido.

La sintonía con las últimas posturas recalcadas al respecto por la Casa Blanca a través de la Secretaria de Estado Hillary Clinton apenas puede ser más rastrera. Zapatero, puesto contra la pared por la crisis no debe de ignorar. Pero su corazón zurdo late ahora con todo su taquicárdico descontrol por el Mesías Retroprogre, también contra las cuerdas en Washington debido a sus donde-dije-digo-digo-Diegos poselectorales. Magnífica ocasión para anotarse un punto poniéndose incondicionalmente a su servicio, incluso a expensas de ver cortados los tradicionales lazos de "fraternal amistad" con los déspotas antillanos.

En vez de "mover ficha", Fidel va a trancar el juego con el doble nueve de Numancia. Más hambre, miseria, apagones (ya anunciados) y desolación...
¿Fin de la revancha por la humillación histórica a la generación del 98? Por el momento, a la diplomacia sociata monclovita le cuadra aparcarlos. Pero ya aunarán ambas partes sus buenos oficios y sus fantasías para sacar oportunamente del baúl la elástica anglofobia hispana. Un pretexto idóneo podría ser la semejanza entre el espionaje preventivo contra los etarras en La Habana y el de los "Cinco Héroes Antiterroristas" contra la "mafia de Miami". Vivir para ver...

El caso es que ante tan insólito ninguneo, la respuesta del Gobierno cubano no se hará esperar. Como de costumbre, saldrá de la boca del Magno Paciente vía Reflexión. A buen seguro, será numantina, grosera e hiriente, en especial para el desmañado inquilino de La Moncloa, en general para una España relegada por enésima vez al papel de Madrastra Patria que le asignaban los mambises durante el trentenio de tirria de las guerras de independencia.

De rechazo, la Unión Europea encajará su fuetazo didáctico y los serviles esfuerzos del Secretario General de la OEA, José Miguel Insulza, quedarán en agua de borrajas. No son pocas buenas noticias para el exilio militante. Con todo, he aquí el aspecto más halagüeño de la airada reacción del Magno Paciente a los ojos de mi intransigente Alter Ego liberal: a los dialogueros de Miami y Madrid no les quedará más remedio que volver a engavetar el pote de vaselina diplomática hasta las calendas griegas. En cuanto al cubano de a pie en la Isla, ya corea a la breva la nueva versión de la consigna oficial: "¡AHORRO O MUERTE!"

La carta del futuro inmediato del cubano de a pie tiene cara de perro en la era de la cordialidad entre Obama y Zapatero. Tal como pinta la baraja geopolítica, corremos el riesgo de que vuelvan a verse en la Isla aquellas tétricas imágenes de los efectos de la Reconcentración ordenada por el capitán general Valeriano Weyler entre 1896 y 1897. weyleriana al final de los tiempos coloniales. [Foto de archivo: Reconcentrado matanncero. Alrededor de 225,000 fallecidos por inanición y epidemias en el occidente de la Isla durante los 18 meses del mandato de Weyler.]

Pongamos pararrayo. Aquí les van tres preguntas retóricas del Abicú: (1) ¿Tendrían Lage y Pérez Roque sus cabezas huecas aún sobre los hombros?; (2) ¿seguirían echando de menos el Protestódromo y la Plaza de la Revolución las "Marchas del Pueblo Combatiente"; y (3) ¿cómo habría reaccionado la prensa extranjera con la Oficina de Intereses de Estados Unidos involucrada en el asunto?


Si en el caso real con bisnero criollo de origen vasco, instigadores moclovitas y espías españoles hay que taparse las narices, en el hipotético con empresario cubanoamericano, titiriteros de la Casa Blanca y agentes de la CIA pillados en flagrante, Lage y Pérez Roque habrían perdido literalmente sus cerebros de corcho y habríamos tenido que taponarnos las orejas para que los decibeles del escándalo orbital no nos rompieran los tímpanos. [Foto de abajo: Protestódromo con estudiantes portando pancartas a favor de los "Cinco Héroes Prisioneros del Imperio".]

En fin, aunque entre pillos anda el juego, algo me dice que en esta oportunidad La Moncloa y el Palacio de la Revolución lo van a ser bastante más cuesta arriba a la hora de hacer las paces. Grima da imaginarse el festival especial de represalias (cuidado no les nacionalice los hoteles a la cadena Meliá) e insultos (de "lamebotas del Imperio" y "hieles del poder socialdemócrata" para arriba) que les va a poner el Magno Paciente a Zapatero y Moratinos. Para gaudio de nosotros los liberales, que pronto seremos los terceros sonrientes en el previsible meollo y desenlace de la comedia de enredos en curso. Acomódense en las butacas, que la bola envaselinada pica y se extiende hasta los últimos vericuetos del actual contubernio entre sociatas zapateristas y ñángaras castristas...

Saturday 23 May 2009

Pensar y padecer a Cuba

Arturo González Dorado, un intelectual liberal en Cuba

Por Armando de Armas, Radio Martí

"Arturo González Dorado: Cienfuegos en 1971. Ha obtenido, entre otros, el Premio Farraluque de Literatura Erótica, 1998; el Premio de Cuentos de Amor de Las Tunas, 1999; y el Gran Premio de Ensayo en el IV Coloquio Iberoamericano sobre la obra de Dulce María Loynaz y del Castillo. Relatos suyos han sido publicados en varias antologías del cuento. Expulsado de la Universidad en 1992 por expresar libremente su pensamiento, alejado de los lineamientos revolucionarios. Desde los inicios de la década del 90 ha formado parte del movimiento de cultura independiente dentro de la isla". (Tomado de la reseña biográfica de Armando de Armas)
.

[Sugerencia al lector: Por razones de espacio, que no de calidad, ésta es una versión abreviada, de la entrevista original que le hiciera Armando de Armas para Radio Martí. Pinche sobre el nombre de la emisora para acceder al original, que no tiene desperdicio. La reseña es del periodista. Aunque aparece con notable retraso en El Abicú Liberal, no sólo no ha perdido vigencia sino que, por su veracidad, profundidad y coherencia el entrevistado clasifica sin duda como uno de los pocos intelectuales consecuentemente liberales en la isla. (De ahí el subtítulo que, inconsultamente, elegí para el post.) Amén de notarse que, además de dueño de un estilo inconfundible, el entrevistado posee el raro don de conectar lo concreto-específico del dato cotidiano y existencial con lo general-abstracto del enfoque socio- y filosófico: vivencia, intuición, teoría. Vale la pena leerlo de cabo a rabo. en el portal de Radio Martí. Por otra parte, las preguntas no pueden ser más pertinentes. El Abicú]

Pregunta: ¿Qué siente un adolescente cuando aprende de golpe que está excluido, fuera de todo juego posible dentro del escenario nacional?

Respuesta: Miedo y soledad. Al principio incredulidad, no parece posible que el curso normal de la vida se haya frustrado. […] Algo se ha roto, el mundo parece cerrarse sobre la propia existencia, el temor y el desasosiego hostigan. Puede ser peor, en cualquier momento uno puede ser detenido, la sombra constante de la vigilancia marca los movimientos, las conversaciones, el sueño. Dondequiera que estábamos había alguien mirándonos, y ese ojo, el ojo del represor, el ojo que pasaba en un auto silencioso […]

Pregunta: ¿Cómo se forma un joven al margen de las estructuras de poder en la isla?

Respuesta: Como un outsider, pero con muchas más probabilidades de encontrarse a sí mismo. […] Mis circunstancias dentro de un ambiente a menudo muy hostil, me han permitido y no sólo permitido, sino incentivado, a pesar de mis dudas, cobardía y limitaciones a asumir y defender semejante actitud. El aislamiento es acicate […]

Toda mi obra, mis intentos literarios son una búsqueda con frecuencia desesperada y angustiosa, sostenida por una fe sin credencial, de lo que puede dar sentido y salvar el hecho de que estamos aquí, de que hemos venido al tiempo, a enfrentarnos con la inexorabilidad de la muerte y el dolor, pero también, a descubrir el llamado de otra palabra muy maltratada, de lo trascendente, del amor, de la amistad. Y esto último es para mí no sólo un hecho en mi vida, sino lo más próximo a un absoluto, porque mi propia sobrevivencia, mi estímulo, mi fe ha sido sostenida y alimentada por esa actitud inefable que se centra en la palabra amigo.

Pregunta: ¿Qué fue o qué es el Movimiento Extropista?

Respuesta: Una aventura juvenil, cara e ingenua, un comienzo en la gran aventura de ser creador, de pensar, de intentar encontrarse uno mismo. Desde la distancia tiene el tinte de los primeros amores, esa pasión desaforada y ligera al unísono que marca la adolescencia.

Tropismos son los movimientos, las respuestas de las plantas y organismos inferiores a estímulos. La palabra llegó a nosotros por la novela homónima de Nathalie Sarraute, donde la autora toma el término prestado de la botánica para significar impulsos primarios de atracción repulsión que según su tesis estarían en el origen de nuestras emociones y comportamientos. Desde nuestra perspectiva la actitud de quienes nos rodeaban y en gran medida la nuestra, tenía mucho de "tropista", es decir algo cuasi mecánico, y muy poco estimulante, por tanto, se nos ocurrió que desde el momento en que queríamos abandonar semejante actitud éramos "extropistas".

Era la edad en que uno descubre a las vanguardias, y todavía en Cuba en aquellos años, el espíritu de las vanguardias, o sea, el clima de la modernidad, era suficientemente fuerte para ofrecer un modelo a seguir. Además, la República era algo aún palpable, nos rodeaba en nuestras casas, en los libros que devorábamos en viejas ediciones, en las anécdotas y sobrevivientes, algo que ahora ya no existe, o está prácticamente extinguido, al menos como fuerza viva.

Y este espíritu, romántico en la más amplia acepción de la palabra, alimentado por la atmósfera del rock, especialmente Pink Floyd con su maravillosa imbricación de nostalgia y belleza, honda tristeza e interrogación existencial; de los compositores clásicos que iban revelándose como la expresión de anhelos y estados profundamente íntimos; de la gran tradición de la literatura occidental, Proust, Goethe, Dostoievski, Tolstoi, etc.; junto a las primeras incursiones en la filosofía, la teosofía, y las propias condiciones de nuestro contexto, nos pedían dar cuerpo a nuestra sed de libertad y de expresión estética, no sólo a través de nuestras incipientes obra, sino como un movimiento, una forma de acción conjunta.

Pregunta: Déme su valoración acerca de la sociedad cubana actual.

Respuesta: […] La sociedad cubana sufre su propia culpa de jugar con los ídolos de la Revolución, pero el sufrimiento va más allá de la culpa, reclama compasión. Es una sociedad abandonada a su desventura, como un niño que no sabe qué hacer, al cual el mundo le parece demasiado complicado, huérfano en su propia familia; un niño que conjuró a los espíritus de la oscuridad, seducido por sus cantos de sirena, y que ya es su prisionero, su producto, convertido de creador en creatura de sus propios demonios.

Quisiera entonces hablarle de ese sufrimiento soterrado, de esa densa tristeza que está detrás de la aparente risa y alegría de los cubanos. El sufrimiento que hace un guiño cómplice en las muchachas que se prostituyen por necesidad o porque es más rentable [...]

Pregunta: Hábleme un poco de ese tiempo otro que rige para el hombre que habita bajo el dominio totalitario.

Respuesta: […] El tiempo que más que totalitario podíamos llamar revolucionario (el totalitarismo se implanta a partir de la Revolución, y como su consecuencia), está marcado por una visión teleológica de la Historia. Hay un punto axial que separa radicalmente el antes y el después: la Revolución. El pasado por consiguiente es preparación para el futuro encarnado en la Revolución y su expresión tangible: el Líder; aparece polarizado en una reducción de buenos y malos, de blanco y negro que elimina cualquier matiz, desde que la verdad de la Revolución asume un carácter sacro y absoluto ante el cual cualquier disensión es vista como herejía, maldad, traición y debilidad retrógrada, digna de castigo, de ser exterminada como lacra contaminante y deletérea de una época superada. Es una cosmovisión escatológica, aunque sea una escatología muy terrenal […]

Está cosmovisión, esta instauración de una escatológica terrenal, uno de los legados de la Ilustración, de la secularización del horizonte judeocristiano, que en el fondo no es más que una reactualización y reducción de mitos eternos del inconsciente humano, revestidos de un aparato conceptual gracias a Hegel y Marx, seduce y atrapa en su órbita […]

En nuestras circunstancias se puede decir, con las comillas de toda generalización, que Cuba es un país fuera del tiempo, más bien que detenido en el tiempo. Ahora bien, la expresión de semejante tiempo fuera del tiempo, si se me permite el retruécano, es un presente despojado de profundidad, un presente de sobrevivencia y sus correlatos de desaliento, decadencia, ausencia de reflexión y autoafirmación individual. Las metas comunes se diluyen en la vacuidad de la retórica oficial y la única solución a la vista es la sobrevivencia. Se vive en un marasmo perpetuo […] De ahí que las posturas diferentes se hagan extrañas no sólo por el miedo a la represión, sino por una incomprensión de su universo mental, por moverse en diversos juegos de lenguaje. [Entierro del anarquista Gali, por Carlo Carrà. Óleo sobre lienzo, 1911; Museum of Modern Arte, New York City.]

Pregunta: Déme su valoración acerca de la sociedad cubana actual.

Respuesta: […] La sociedad cubana sufre su propia culpa de jugar con los ídolos de la Revolución, pero el sufrimiento va más allá de la culpa, reclama compasión. Es una sociedad abandonada a su desventura, como un niño que no sabe qué hacer, al cual el mundo le parece demasiado complicado, huérfano en su propia familia; un niño que conjuró a los espíritus de la oscuridad, seducido por sus cantos de sirena, y que ya es su prisionero, su producto, convertido de creador en creatura de sus propios demonios.

Quisiera entonces hablarle de ese sufrimiento soterrado, de esa densa tristeza que está detrás de la aparente risa y alegría de los cubanos. El sufrimiento que hace un guiño cómplice en las muchachas que se prostituyen por necesidad o porque es obviamente más rentable que cualquier otra opción; que es como una atmósfera […] de un salario que apenas les alcanza para lo básico, téngase en cuenta que un médico especialista gana 25 pesos diarios, un refresco enlatado cuesta diez, una pizza cinco[…] de los que tienen que vivir fuera de la ley porque es imposible vivir en la ley; de los propios represores envueltos en la retórica de la mentira, víctimas de sus odios y prejuicios […] de los profesionales que persiguen a cualquier costo una "misión" en cualquier rincón del mundo para poder mejorar algo su vida y la de sus familias […] de los ancianos que languidecen a la espera de la muerte, sobreviviendo en la pobreza, viendo como su vida se fue y al final no hay nada, […] de los comunistas honestos que dieron su vida por algo que al final les ha dejado como cómplices del desastre […]

Pregunta: ¿Cómo ha cambiado, si es que ha cambiado, la manera de relacionarse del intelectual cubano con la realidad inmediata y con la realidad de allende los mares?

Respuesta: Hacia un aislamiento creciente, en el caso de la realidad inmediata, y hacia un mayor acercamiento en la segunda. En primer lugar creo que en Cuba hay muy pocos intelectuales, no así artistas y escritores. Y por intelectual entiendo aquella persona que dedica una gran parte de su tiempo a pensar y decir sus pensamientos.

Semejante escasez es lógica desde que una vida intelectual sana necesita de la transparencia, de los espacios públicos, del debate, todo lo cual brilla por su ausencia en Cuba. Y luego porque el éxodo es una sangría constante de lo mejor de la sociedad, y especialmente en sus estamentos intelectuales. Van quedando los peores, los más mediocres, y los pocos válidos que permanecen en el país reaccionan cerrándose en sí mismos, si han logrado algún nicho donde publicar se refugian en él por mero instinto de conservación.

No puede hablarse de una participación del intelectual en la vida pública. Los espacios de pensamiento, más o menos tolerantes, siempre dentro de líneas de izquierda, no tienen un alcance social real. El intelectual no suele asistir a la radio o la televisión a expresar sus opiniones, y cuando lo hace, la elemental sensatez le compele a limitarse a temas más especializados.

En el segundo caso, la relación con el exterior, no sólo es un acercamiento sino el referente deseado y natural. Excepto para unos pocos retrógrados trasnochados, generalmente los más mediocres, los más comprometidos o simplemente tozudos a ultranza, el diálogo con los de fuera es normal, los objetivos reales de publicación, de becas o lo que sea están allende los mares. Es enorme el número de académicos cubanos que viven fuera. La vida intelectual cubana, y de nuevo aclaro, vida intelectual como discusión, como pluralidad de opiniones, como diálogo y no variaciones más o menos libres de un mismo tema, existe mucho más en esa otra nación que es el exilio que en la isla.

Ahora bien, más que de la manera de relacionarse del intelectual con su realidad me gustaría invertir su pregunta, la manera en que la sociedad ve al intelectual. Y aquí si se puede afirmar que la influencia del intelectual en la vida y conciencia de la gente no existe. En parte por la ausencia de los intelectuales en la vida pública, pero más por lo que le decía anteriormente, porque el discurso del pensamiento no está incorporado en la vida de los cubanos. De ahí que el divorcio entre los intelectuales y sus compatriotas sea un hecho. Las personas no entienden al intelectual y este no puede llegarle a los ciudadanos o lo hace en la inmensa mayoría de los casos como paladín de la retórica oficial, no importa cuán matizada; asimismo, la vulgarización creciente de la sociedad enajena al intelectual de su público natural, y al público de quienes debían guiarle y orientarle.

Pero además, y esto me parece decisivo, a pesar de que el intelectual rechace con más o menos conciencia su realidad, suele también estar inmerso en esos juegos del lenguaje de que le hablaba antes, podría llamarle olvido de la trascendencia, de ahí que su discurso sea a menudo técnico, sin profundidad, de gueto, un gueto que es su único espacio, y al cual se aferra y del cual vive. Y que ese divorcio entre el pensamiento y la sociedad, entre la necesidad de pensar el país y el mundo y la ausencia de respuestas a lo esencial, sea también otra trampa de la uniformidad, otro triunfo de la pequeñez.

Pregunta: ¿Cómo es su vida en Cuba?

Respuesta: Incierta. Yo vivo, o sobrevivo para ser más exacto, de la ayuda de mis amigos y de algunos familiares. No pertenezco a nada. En ocasiones he ganado algunos premios en concursos literarios de segundo orden; a veces, muy pocas, he presentado un libro, u obtenido un premio de mayor relevancia. A veces paso el día sin comer nada, no tengo un centavo ni para cigarros; en algunos momentos la tensión, las noches sin dormir escribiendo, el exceso de café y tabaco me han obligado a tener que ir al hospital con una crisis de stress.

A veces pierdo la fe, me pregunto por el sentido de lo que hago, me acosa la desesperación. A menudo me siento un extranjero en mi país, como si me hubiesen robado la nación. La mayoría de mis amigos han emigrado, continúo siendo un outsider, pero, pese a mi cobardía, a mis limitaciones, sigo apostando por el espíritu, creyendo que ansiar pensar con libertad, buscar lo trascendente de la vida, intentar ser libre, y de algún modo, ya sea por la obra o por la actitud, decir a los demás que traten de serlo, vale la pena.

La plenitud del ser. Lo que llamamos momentos felices son esos momentos en que sentimos que nada falta, que nuestro ser está pleno en sí. En toda satisfacción de un deseo profundo, en el cumplimiento de un anhelo, en la revelación de la Belleza, en el amor, nuestro ser parece ampliarse en sí mismo; el cumplimiento de nuestro deseo nos parece devolver algo muy profundo y entrañable. Pero como somos en el tiempo esos momentos se agotan y aunque nos dejen un sabor muy agradable, son ya memoria.

El ideal es que pudiésemos hacer de ese estado un presente constante, y hay seres humanos que nos dicen que es posible. Mientras no seamos capaces de hacerlo, y tal vez no haya nada que hacer sino sólo ser, creo que intentar buscar aquello que nos llena es lo más próximo a la felicidad que está a nuestro alcance. Pero también creo que no hay autentica felicidad si no es compartida, por ello el placer de estar con los amigos, de compartir los sueños, de sentir que los que queremos se alegran con nuestra alegría, nos acompañan en la aventura de existir, es una gran bendición, un motivo tangible para hacer que la felicidad no sea la añoranza sino lo actual en nuestras vidas.

Pregunta: ¿Cómo se relacionan para usted literatura y libertad, literatura y erotismo, erotismo y libertad? Respuesta:

Respuesta: […] La Literatura, y uso la palabra con mayúsculas, o sea me refiero a esa Literatura que persigue lo esencial, es afirmación de la libertad. En toda gran obra literaria el ser humano se alza desde sus circunstancias hacia algo que en el fondo es inefable; las lecturas posibles de la obra se multiplican pues, se abren a los horizontes de sentido que la obra porta como matriz, por ello cada generación puede encontrarse en los clásicos, Shakespeare es siempre contemporáneo, Don Quijote nos habla a nosotros ahora, Edipo nos pregunta por el destino con la misma fuerza que hace 2000 años […] En la vivencia de la gran Literatura hay un placer que tiene mucho de erótico, de amor, un placer que no es utilitario, pero por el cual uno siente que la vida es mejor, que simplemente es más humano.

Pregunta: ¿Cómo avanza su trabajo en esa novela abarcadora que ha titulado Taedium Vitae?

Respuesta: Tediosamente, y no es una broma. No es un texto que me guste, me pesa escribirlo. Es un texto donde la acción se sucede vertiginosamente, pero esta acción justo revela el tedio profundo, la vacuidad en el fondo aburrida de la decadencia. La mirada del narrador, acompañado por una voz que puede ser su propia conciencia o el demonio, está atrapada entre la memoria de un pasado, que se idealiza, pero que no puede dejar de ver como lo normal, y las circunstancias de un entorno que le envuelve con aires de pesadilla.

En alguna medida está en el espíritu de las obras de Samuel Beckett, desde la insistencia en situaciones grotescas pretende revelar actitudes humanas, un vacío, una angustia corrosiva; y también de Celine, pero a la vez es una dialogo con la memoria que insiste en abrirse desde el contexto hacia lo que permitió la creencia, lo que pese a todo se niega a abandonarse al nihilismo.

Por tanto, el desarraigo del narrador es al mismo tiempo un alegato de la postura otra. Los códigos que se han impuesto como un modo de lo cubano, el sexo, la vulgaridad, el desenfado chabacano, son un ataque constante contra el cual le parece que no hay salida, pero que de alguna forma, por su propia ubicuidad, reafirman esa postura otra que está como flotante en medio del desastre, en la memoria, en la historia, en la pregunta por el sentido.

Pretendo dialogar con tres momentos de la poesía cubana que han mostrado ese lado otro de lo cubano, opuesto a una visión lineal de la nación. Julián del Casal, Virgilio Piñera y más recientemente, sin estar totalmente decidido, pienso en Raúl Hernández Novas. Hablar de la experiencia de tantos que se sienten abrumados por unas circunstancias tan hostiles, reflejar el desencanto y la rabia y la impotencia. Es un texto duro, cruel si se quiere, sin concesiones, del cual espero que ayude a exorcizar tantos y tantos demonios que nos corroen el alma y la sonrisa...