Thursday 16 October 2008

“No creo que vaya a haber grandes cambios en Cuba”

Retrato y autorretrato de una fierecilla indomable llamada Wendy Guerra
(Precedidos de
preámbulo temáticamente conexo sobre infumable asunto de peninsular actualidad)

Por Jorge A. Pomar, Colonia

Preámbulo

Estimados, estando en el orden del día, ayer jueves me propuse dar mi brazo a torcer y abordar al día siguiente el cansino asunto de las decepciones con la Madrastra Patria. A fuer de sincero, he de confesar que el placer de tener la razón no consiguió sobreponerse al homérico bostezo que me provoca este --siempre penúltimo-- capítulo de los amoríos entre la Moncloa y el Palacio de la Revolución. [Foto: Wendy Guerra en Praga.]

No más contemplar en los diarios esos álbumes de amor correspondido a dos bandas entre, nuestro fronterizo bellaco Felipe Pérez Roque, por un lado, y su oligofrénico (valga la incorrección política) homólogo español, Miguel Ángel Moratinos, mi Alter Ego --por cierto, el Abicú ha decidido ahogar el tedio en vino de la Rioja y me ha encargado ocuparme en solitario de este post revulsivo-- y yo nos hemos sumido al unísono en un abismal estado de abatimiento del que ni siquiera los rostros más estimulantes de esa constelación de obsequiosas fámulas de cuota posando sonrientes a la vera del Mr. Beam presidencial lograron sacarnos.

De Su Majestad Juan Carlos, también retratado al lado de nuestro Rotweiler diplomático, no hablaré mal tampoco en esta ocasión. En primer lugar, porque debo a su atenta consorte una especie de salvoconducto para mi única visita (1999) a la Isla en 15 años de exilio. En segundo, porque, además de saber que sonrió en la foto de marras por pura obligación protocolar, todavía no se ha apagado en mis tímpanos el eco de aquel antológico "raspe" que le propinara al Gorila Rojo: "¿POR QUÉ NO TE CALLAS?"

En cuanto a "la pobrecilla", como los perdonavidas en las tabernas a la elegante vicepresidenta María Teresa de la Vega, mi caballeresco código de honor la libra de cualquier agravio a su inigualable solvencia secretarial e incontrovertibles beldades evidentes. ¡Sola vaya! Ciertamente, las demás anfitrionas de cuota en las fotos de la mancomunidad hispanocubana --Soraya Rodríguez (prepárese para la vieja rima
de La Habana novelesca: "Soraya, una flor en..."), Trinidad Jiménez y Leire Pajín, generosa patrocinadora de la Asociación Encuentro de la Cultura Cubana (AECC)-- son de mejor ver, pero algo más atorrantes en su femenil desenfado de amas de casa con predicamento verbal en las altas esferas zapateriles.

Si mañana amaneciere de vena el Abicú, prometo aquí, solemnemente, dedicarle a este penúltimo episodio de la política cómica monclovita un artículo titulado
Todo se derrumbó, donde "todo" sería la majomía cuatripartita del diálogo, la concordia nacional, la cultura de las dos orillas y la paz social, tan caro a la AECC y sus monocordes epígonos de ultramar.

Por ende, el corretaje de Moratinos y comparsa va a dejar una secuela positiva: la cohesión de la oposición interna alrededor de un vórtice de escepticismo respecto a España y la UE, incluyendo al cándido Menoyo y con la prieta excepción emplantillada
de Cuesta Morúa, que ya no nos da ni vergüenza ajena a aquellos de su tez enterados de que ese estrambótico totí salió de una chistera verde olivo para dividir a la plebe incauta a ambos lados de la talanquera racial. De todos modos, algo es algo, aunque sea en negativo. Pero dejémoslo ahí por el momento y pasemos a asuntos más halagüeños.

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Retrato y autorretrato de Wendy Guerra

Por suerte, comentarios al post anterior (gracias a los aludidos) me han aportado el antídoto adecuado contra la abulia. Para mayor gaudio, femenino: la poetisa y narradora Wendy Guerra (nac. 1970), otra figura joven, triunfante y con agallas, que viene a enriquecer la galería de talentos liberales presentados en
El Abicú Liberal. No tengo el gusto de conocerla en persona y, salvo un par de poemas en su blog, tampoco he leído sus dos novelas: Todos se van, premio Bruguera.



Pero, hurgando en la Red de Redes para satisfacer mi curiosidad, descubrí estar tarde que, como en su momento ocurrió con Gorki Águila, Yoani Sánchez y Eliécer Ávila y, alrededor de ella se parten las aguas. Y la UNEAC le ha enfilado los cañones por considerarla otra tránsfuga literaria en potencia. Por ejemplo, Jorge Fornet --hijo y relevo natural de Ambrosio, el difunto gurú de la crítica literaria en la Isla--, dejó caer en La Jiribillla la insidia de que Wendy se habría vendido a la editorial española:

"...Wendy contó que en algún momento Carmen Balcells le había recomendado despojar el texto de la historia de Anais Nin y concentrarlo en la figura y el drama de ese personaje cercano a la autora. ¿Por qué? ¿Por qué Wendy debe renunciar a aquella historia y concentrarse en sí misma y en su entorno? No tenemos modo de saber si el consejo obedecía exclusivamente a factores literarios o si respondía a una idea preconcebida de lo que debe ser (y a lo que debe dedicarse) un autor cubano. Es probable que, efectivamente, la novela de Wendy haya mejorado, pero es improbable que un editor cubano hubiera hecho tal petición, lo que significa que, de haberse publicado aquí, estaríamos leyendo otro libro".

Si bien Fornet yúnior no anda muy descaminado respecto a las tendencias subversivas en la vida y obra de Wendy, que es lo inferible de sus elucubraciones inquisitoriales, yerra de plano en lo tocante a una presunta intención suya de perderse del Morro. Al menos, por su libre albedrío.
Como a Gorki, Yoani, Eliécer y Miriam Celaya, tendrán que "irla", según se desprende de este pasaje de su entrevista con El Nuevo Herald (14-11-2006):

"Cuba es un lugar donde se especula mucho; hay pocos corresponsales que puedan hablar y a la gente no le interesa porque está muy protegida. Pero a mí no me importa porque no le tengo miedo a mi país ni a lo que me pueda pasar: el día que le tenga miedo me voy. Tengo miedos como todo el mundo, pero no puedo tenerle miedo a Cuba, no puedo, me enfermaría. Y en la medida en que te enfermas, te tienes que ir. Mucha gente se ha ido muy sana para no enfermarse…".

Igual podría prestarse a suspicacias su labor como "instructora de cubano" en el rodaje de El Argentino, el mixtificador largometraje de Steven Soderbergh sobre el Che. Pero sucede que, entre otras profesiones, la versátil Wendy es licenciada en cine. Por lo demás, de algo hay que vivir, por saberlo el Abicú, quien desoyendo mis súplicas en contrario lustro ha, al traducir el guión de un docufilme hagiográfico sobre Tamara Bunke, alias "Tania, la Guerrillera", se atrevió a señalar de buena fe un par de infundios de bulto y fue excluido ipso facto de la lista de colaboradores de la firma.

Poco más sé sobre ella, excepto que su obsesión biográfica, y su modelo de vida (ya que Wendy, aparte de bien plantada en política, es tan erótica en sus poemas y relatos como, a juzgar por los retratos, hembra lúdico-erotizante, hierática incluso, con esos ojos de dómina esotérica que gasta), es otro personaje femenino de armas tomar: Anaïs Nin (1908-1971). Como se recordará, la creadora --y gozadora porque su diario Henry, su mujer y yo es autobiográfico-- de los triángulos amorosos más famosos del mundo era hija de cubanos y pasó su infancia en Cuba.

En tal sentido, cabe suponer que detrás del interés de Wendy por Anaïs se oculte una especie de estudio de postgrado, una maestría en el oficio literario con énfasis en el punto fuerte de su mentora francesa: el análisis intro- y extrospectivo como instrumento psicológico para entenderse mejor a sí misma y a sus personajes. Lo cual ya de por sí hiede a herejía marxista, atenta contra la comprensión clasista de las motivaciones humanas.

En fin, cuando uno sabe poco de un autor con el que cree congeniar y desea blindarse contra las perfidias de las afinidades electivas, lo más recomendable es cederle el podio, darle la oportunidad al icono en ciernes de exponerse a sí mismo al criterio de la tercera instancia. Es lo que hago a continuación con citas de diversas fuentes que revelan la idiosincrasia liberal y madurez político-ideológica de esta otra fierecilla indomable de la literatura cubana, que hace honor a su apellido paterno: dar guerra a nombre de sus embromados coetáneos.

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VIDA Y OBRA

Escribí un libro de poemas a los 16 años: Platea a Oscuras, nadie creía en él y ganó un premio 13 de marzo de la Universidad de La Habana. [...] Luego escribí Cabeza Rapada, mi segundo libro, y Reina María Rodríguez al leerlo sintió que debía batirse por él, aunque se hablara de sombreros y de abandono, ella, Reina, vio mucho más allá de los sombreros y salió a la luz ese cuaderno que me recuerda a lo que hoy llamamos: Video Arte.

Claro que los frívolos vieron lo que de frívolo traía: La forma por la forma. Los que me desnudaron y quitaron medias y sombreros se encontraron con una autora que hacía de la palabra un performance interminable. Todo eso me costó caro, mucho tiempo sin publicar, parece que los sombreros cuestan más de lo que yo calculaba.

Mientras tanto, aparecí en antologías, publiqué más poemas y una historia que me comunicó con mis contemporáneos: "Olga ya no es nombre ruso", dos cuartillas que tendieron un puente entre mi poesía y la realidad más intensa. Entre la prosa y el análisis de mi entorno. Una posible maqueta de: Todos se van.

Escribo Diarios porque por ahora es la única prosa posible de manejar por mí. Allí soy libre y me comporto como quiero. Le dedico mucho tiempo al relato personal, que es un monólogo interminable. No le miento a mi diario, a mis amigos, a veces, sí. Tengo que entrenarme como un esgrimista para dar esa estocada a fondo que es la narrativa, la poesía es mi agua, vengo de una ciudad de mar, soy hija de una poeta, (Albis Torres), nado y escribo a mi manera, allí no me ahogo nunca porque cuando me rindo simplemente floto, me dejo llevar y la poesía me dice dónde está la verdadera palabra que faltaba para traducir eso que quise alcanzar, todo lo que sonaba pero no lograba definir.

He dedicado mucho tiempo al sondeo de la vida cubana de Anaïs Nin. Finalmente terminé un "Apócrifo" de sus Diarios, cronometré sus comas, los puntos, hasta su respiración. Retraté lo que presumo vivió Anaïs en la isla, una iniciación en el amor, el sexo y el reencuentro con su verdadero mundo cubano, esa cita a ciegas que le pisa los talones a su padre, sin dudas, el gran amor cubano de la autora. Anaïs ha iluminado toda la estructura de estos años de trabajo mío. Sin tocar sus cuadernos originales, sin su desordenada coherencia no existiría un centro en mí para seguir escribiendo. [Foto: Anaïs Nin.]

[Cuba Literaria, 2005]

DRAMA INSULAR


Los viejos están como muy acostumbrados a ese oscuro esplendor que vivimos ahí y los jóvenes sí quieren algún cambio, económico sobre todo, pero no sé si Raúl Castro va a hacer esos cambios. Yo no estaría muy segura porque no se trata de una persona ajena al gobierno que hemos tenido por 50 años, así que tendríamos que ser muy ingenuos para pensar que una varita mágica le tocó la cabeza y le cambió la vida a Raúl. Yo no creo que va a haber grandes cambios, no como aquí.

Tengo la esperanza de que el cambio lo vamos a hacer nosotros con fuerza, por ejemplo que yo haya podido escribir este libro y puedo entrar y salir, en esos cambios sí creo, pero en los cambios estos que llegue McDonalds o que la gente pueda salir libremente y entrar, no lo creo.

Los jóvenes negamos que los que se hayan ido sean gusanos porque es una palabra muy inadecuada. Es una estupidez decirle a alguien gusano, porque hay personas que no estaban de acuerdo y se fueron, y me parece que lo primero que tendríamos que haber hecho es respetar y darle un luto a ese adiós. En Cuba no hicimos el luto por tantas pérdidas…

Lo voy a decir en una sola frase: "que vuelvan todos" para poder reconstruir nuestras vidas. Es posible la vida después de Fidel; supuestamente somos marxistas, la materia ni se crea ni se destruye. La muerte de alguien no puede ser la solución de la vida de tantas personas y, en caso de serlo, lo sería en el largo plazo…

[El Nuevo Herald,
14-11-2006]

6 comments:

Anonymous said...

EFE
MADRID

El embajador de Estados Unidos en España, Eduardo Aguirre, aseguró ayer que oír al canciller cubano, Felipe Pérez Roque, decir que no hay presos políticos en Cuba ``es prácticamente para soltar una carcajada, si no fuera para llorar''.

Aguirre respondió así a las declaraciones que Pérez Roque hizo el pasado martes durante una rueda de prensa con el ministro de Asuntos Exteriores español, Miguel Angel Moratinos, en el marco de su visita oficial a España, en las que afirmó que en la isla ``no hay nadie preso por pensar distinto''.

Anonymous said...

Recuerdo a Wendy Guerra cuando no era aún una amenaza y salía de madrugada a hacer cuentos a los niños, con lluvia o no, para empezar el día en la tv. ¿Qué la cambió a anticomunista? Sería bueno saberlo porque ya en ese entonces se confesaba una "soñadora" Soñar en Cuba es disidente. No me parece especial lo que escribe, sin embargo, ojalá halle su espacio. En Cuba caben todos.

Anonymous said...

"Una vez eliminadas las sanciones a Cuba y abierto el camino del diálogo respetuoso, es preciso *cambiar la posición común* y crear un nuevo marco bilateral comúnmente aceptado para regular las relaciones de la UE con Cuba, en calidad de iguales y basado en el respeto mutuo'', afirmó Pérez Roque en una rueda de prensa en París.
EFE

Anonymous said...

?
Embabia P.

Anonymous said...

Rico ahí

Anonymous said...

http://www.habanemia.blogspot.com/
Esto hay que verlo y apoyarlo, que es historia de Cuba de hoy