Friday 22 June 2007

Si no hablo, me ahogo

El lugar real de Encuentro dentro del espectro del exilio

Por Jorge A. Pomar, Colonia


La “glasnost” es como un juramento de decir la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad.
Vladimir Bukovski,
El punzante dolor de la libertad


Este alegato debió ser una carta abierta a la Asociación Encuentro de la Cultura Cubana (AECC) explicando las razones de mi despedida, con el ruego a la redacción de
Encuentro en la Red de que, al igual que se había hecho tiempo atrás con intelectuales orgánicos del régimen, tuviese la gentileza de darla a conocer a los lectores.

Permítaseme aquí una digresión a fin de poner el parche antes que salga la llaga. Lo sé: no me granjearé simpatías con lo aquí expuesto. He sopesado los pros y los contras hasta la saciedad, empezado varias veces a teclear mis razones y vuelto a arrojar las cuartillas a la papelera. Me inhibía el argumento de no dar armas al enemigo, de morder el freno y callar con tal de no servirle en bandeja de plata nuevos trapos sucios del exilio a la propaganda oficial.

Me impuse, asimismo, el imperativo de no acusar en falso, de no precipitarme a sacar conclusiones sobre un estado de cosas que, era mi esperanza, podía revertirse en cualquier momento. Desafortunadamente, me quedé esperando. Siento vergüenza propia y ajena. Ha sido duro para mí renunciar a lo que en otro tiempo creí hallar en
Encuentro: un oasis de empatía en medio del semidesierto de amor a la oposición cubana en Europa Occidental. Pero he llegado a la conclusión de que, si no hablo, me ahogo. Nada personal me mueve contra los dirigentes de la Asociación. Mi propósito no será otro que situarla en su justo lugar dentro del espectro del exilio, ni más acá ni más allá.

La causa de mi enfado fue el rechazo al artículo “¿Qué se cuece en La Habana?” donde, a raíz de la Proclama del Comandante en Jefe (31-07-2006), invoco el derecho a la rebelión, la posibilidad de un levantamiento anticastrista como un factor aleatorio que nadie podía descartar (no lo estaba haciendo el Gobierno que, previéndola en aquella coyuntura, redobló la vigilancia callejera y decretó la movilización general de las Fuerzas Armadas.

Tras falsas excusas, peloteos y la mediación de un amigo común, a fin de “sosegarme”, la máxima instancia en persona de la casa se dignó explicarme, vía telefónica, el motivo real: mi artículo podía ser interpretado como un “llamado a la violencia”; en situación tan delicada como la que atravesaba la Isla, debía actuarse con sentido de la responsabilidad patriótica para garantizar la “paz social”. Aquello me olía a ambiente de núcleo del PCC.

No di de entrada mi brazo a torcer, arguyendo la perogrullada editorial de que las opiniones de los autores no tienen por qué ser las de la redacción. Ni modo: “Publícalo en otra parte”, me sugirió sin rodeos. Lo hice de inmediato, sin autocensura, es decir, con lo antes dejado ex profeso en el tintero, en
Cubanálisis, remitiéndole el texto corregido y aumentado a Encuentro en la Red. Pero resolví no airear mis discrepancias con la AECC y, echarle tierra al asunto hasta más ver después de la crisis. Nunca más volvería a escribir para Encuentro.

Con todo, el incidente me dio un
insight sobre la cadena de mando en la sede madrileña. Aquella jugada de contención afectiva tuvo la virtud de revelarme quién lleva, en última instancia, la batuta en la AECC: como el lector sagaz habrá adivinado, mi interlocutora, Annabelle Rodríguez. En exclusiva, al menos para asuntos de política editorial en circunstancias trascendentales donde, por desgracia, el resto del personal de la sede en calle Infanta Mercedes # 43 ni corta ni pincha.

Para no hablar ya de los no domiciliados en Madrid. Me consta, por ejemplo, que el vocal Manuel Díaz Martínez (Gran Canaria), con quien jamás he tenido desacuerdos de principio, raras veces, si acaso, es consultado. En el inextricable mundillo de la diáspora intelectual cubana, donde la inmensa mayoría los gatos son pardos, meto la mano en la candela por él: ni muerto se le ocurriría aplicarle la censura a nadie. Me dolió que se recurriese a él como mediador, papel que, por cierto, desempeñó caballerosamente y sin tomar partido en el asunto. Igual creo saber que ni Pablo Díaz ni Michel Suárez comparten la postura de la presidencia de la AECC.

No me gustó el
modus operandi, en particular, el abuso de nuestra amistad común con el poeta. Él mismo que más tarde, tras leer un texto mío sobre el reciente debate de los intelectuales, me aconsejó enviárselo a Encuentro en la Red. Estimaba que mi pladoyer a favor de concederles voz y derecho de habeas corpus a los chivos expiatorios del Quinquenio Gris, Luis Pavón y Jorge (Papito) Serguera, introducía un elemento novedoso en el ya hinchado dossier de la revista digital. A sabiendas de que de nuevo estaba tocando una tecla disonante, y porque la esperanza es lo último que se pierde, me dejé contagiar por su buena fe. Ni acuse de recibo hasta la fecha.

Encajé el desaire, el enésimo: fulano o mengana no están (me pregunto si el “Dile que no estoy” regirá también cuando del otro lado del cable está algún potentado del gobierno socialista); no tenemos personal para contestarles a vuelta de correo a tantos a la vez; tu artículo es demasiado largo; demasiado personal; no aporta nada nuevo; ya publicamos otro sobre el mismo tema; tumba esto, tumba lo otro (cuando no lo tumba el redactor por su libre albedrío); no cuadra abordar ese asunto en estos momentos...

Todo eso forma parte, como la grosería de no acusar recibo, de los gajes de escribir para
Encuentro. No me ha sucedido a mí solo. Mi primer desencanto tuvo lugar durante los días previos al congreso de la Asamblea para Promover la Sociedad Civil en Cuba (APSC) en mayo de 2005. Se acercaba la fecha inaugural y Encuentro en la Red aún no había rozado el tema, a pesar de la peligrosa atmósfera (boicoteo, amenazas oficiales, deserciones, etc.) que se estaba formando alrededor de las cabezas de los organizadores.

En vista del bache informativo, escribí un extenso artículo de apoyo al evento y repudio a desertores y detractores. Mutismo absoluto en la sede madrileña. Ahí les puse mi primer ultimátum. A regañadientes, publicaron el texto: en dos partes y en segundo plano, como si se tratara de un asunto de menor importancia.

La AECC tiene, obviamente, sus preferencias entre los grupos disidentes de la Isla, que no por azar se solapan por completo con las del Partido Socialista Obrero Español (PSOE). Los organizadores del cónclave disidente habían elegido como fecha inaugural la efemérides del 20 de Mayo, que este año
Encuentro en la Red ha vuelto a pasar olímpicamente por alto. Omisión que equivale a una profesión de fe. Hasta aquí el inventario de mis desencuentros con Encuentro.

Si este alegato aparece ahora en mi blog, es porque seguro estoy de que no lo publicarían en forma de carta abierta. Pues no se han molestado en contestar a personas con peores agravios, como Belkis Kuza Malé , cuya protesta por su arbitraria exclusión del homenaje a Heberto Padilla, su esposo y compañero de lucha durante el calvario de ambos en La Habana en 1971, cierra con esta elocuente frase: “Duro es tener que alzar la voz cuando todos callan”. Y bien que lo es.

Tampoco habían refutado antes imputaciones mucho más graves, como las de Servando González en “El extraño encuentro de Jesús Díaz con la muerte” y César Leante en “El largo brazo de Castro” . El breve email de Annabelle Rodríguez a Emilio Ichikawa a propósito del impecable artículo de Fructuoso Rodríguez en El Nuevo Herald, aparte de no haber sido dirigido al interesado, ni siquiera aborda el meollo de la acusación.

Es notorio que en la sección de cartas de Encuentro en la Red no se admiten críticas a la casa. Ni bien ni mal redactadas, ni lacónicas ni pormenorizadas, ni injuriosas ni corteses... Elogios y parabienes, sí, por más que dejen que desear en esos tres rasgos estilísticos. Siendo así, no es de extrañar que, en los fastos por el décimo aniversario de la AECC, Annabelle haya declarado lo que sigue:

Es difícil satisfacer a todo el mundo. Por una parte, las críticas iniciales que recibíamos, hoy en día se han convertido en una especie de consenso de que Encuentro es la revista cubana de más prestigio, seriedad y la que trata los asuntos de la manera más objetiva posible--independientemente del color político que tengan los que la leen--. Pero errores claro que ha habido y seguramente seguirá habiendo.

Lenguaje de palo harto conocido por los cubanos. Con razón o sin ella, nunca ha existido en el exilio semejante consenso respecto a la labor de Encuentro. Cuando más, cabe decir que hubo una época en que esa “especie de consenso” estuvo a punto de cristalizar. Por desgracia, esa época quedó atrás. Hoy lo contrario es cierto. La dos versiones de la revista son apenas un pálido reflejo de su mejor época; lo son incluso con relación a la polémica, pero rica fase fundacional. Ambas destacan más bien por su insipidez, por la evidencia de la mano implacable del censor.

En la trayectoria de ambas revistas desde su fundación hasta la fecha, resaltan a grandes rasgos tres fases: una fase inicial confusa (la versión digital, posterior, no entra en ésta) en la que, junto a textos de personeros culturales del régimen y dialogueros belicosos como René Vázquez Díaz (ver su espectacular acto de nudismo doctrinaal en La Jiribilla), figuran francotiradores de todas las tendencias, con notable predominio del debate al rojo vivo al gusto de Jesús Díaz.

La segunda fase, la más rica, caracterizada por un viraje radical hacia la confrontación con La Habana, tiene sus hitos, entre otros, en el choque de trenes Díaz-Martínez-Vázquez Díaz en Estolcomo y, señaladamente, en el viaje del fundador a Miami. En el fondo, el desencadenante de esta fase, como especulan Servando y César fue el corte definitivo por el fundador de sus últimos lazos secretos o tácitos con La Habana.

El brusco cambio de política editorial y la exasperación oficial, indican a las claras que, en efecto, hubo una ruptura. Si Jesús falleció de muerte natural o asesinado, es materia opinable: no consta en acta en su acta de defunción, y quizás nunca más pueda esclarecerse. Lo que si me consta a mí, que ocasión tuve para aquilatar su contradictoria personalidad en Berlín, es que le sobraban agallas para zafarse de cualquier tutelaje. Era un tipo campechano pero igual bastante autoritario y dominante. Tenía voluntad de poder excluyente. Por tanto, estaba como predestinado al choque frontal también con el régimen.

Las peripecias del primer Consejo Asesor bajo su égida, con no pocas dimisiones intempestivas, así lo demuestran. Nadie cambia de carácter con sólo cambiar de bando. Suponerlo es propio de ilusos o moralistas contumaces. Pero igual sabía disculparse y pedir perdón, cosa que hizo a menudo. Más aún, hizo lo que, dándolo por sobreentendido, la mayoría de los intelectuales de la Diáspora jamás ha estimado indispensable: ajustar cuentas a título individual con el pasado.

No le fue fácil, no lo es para nadie con un rol negativo en la jerarquía cultural de la Isla. Zigzagueó, vaciló. Pero, a la postre, a Jesús le alcanzaron el valor y la coherencia intelectual para tocar fondo en ese empeño, para rediseñar el “encuentro de las dos orillas”, dándole su única dimensión útil, es decir, elevándolo por encima de las ideologías de izquierda y derecha.

En su descargo, puede afirmarse de él lo que Serguera sobre sí mismo: “Uno no es revolucionario impunemente”. Frase axiomática. De ahí que mi laudatio para el homenaje póstumo a su vida y obra se titulara “Jesús, el cubano perfectible”. Ese coraje para ajustar cuentas consigo mismo en una medida estimable, de dar excusas y pedir perdón a los agraviados por él, esa perfectibilidad es la que se echa de menos en Annabelle Rodríguez, de quien aún se espera un outing similar.

Vaya, pues, a título de adelanto, para ir entrando en caja, la clasificación que le asigno: la AECC (excluyo a sus colaboradores externos) pertenece, en sentido lato, al movimiento disidente. Sobre todo, ha realizado y continúa realizando una encomiable labor cultural. Incluso en el plano político-ideológico su trabajo actual, aunque errática, no es del todo desdeñable. Esos méritos nadie que esté en su sano juicio se los regatea.

Ahora bien, como cualquiera con o sin experiencia editorial ha podido observar, últimamente se ha puesto al servicio de la política cubana del actual gobierno socialista español. Según trascendió de la revelación de un memorando secreto de su embajador en La Habana, un ex comunista mal reciclado, dicha política consta de tres directrices básicas: 1) defender a ultranza los intereses económicos de España en la Isla; 2) considerar a Estados Unidos, y no al castrismo, su adversario número uno en La Habana; y 3) priorizar en exclusiva a la disidencia antiamericana en detrimento de otros grupos opositores (considerados por el PSOE) "cercanos a Washington".

No hay que ser genio de la lógica para deducir las implicaciones de esa trilogía programática; ni vidente para apercibirse de su aplicación, al pie de la letra o casi, en la política editorial de la Asociación. Por mucho que queramos cerrar los ojos ante las evidencias, no cabe duda de que presenciamos una intromisión masiva de la diplomacia del PSOE en los asuntos internos de Cuba, puesta de manifiesto, en forma grotesca, durante la reciente visita a La Habana del canciller Moratinos y en sus acrobáticos forcejeos por levantar las sanciones comunitarias a la Isla.

Al parecer, la AECC no ve ahí ingerencia alguna, o si la ve. Prueba de ello es que se ha limitado a cubrir las noticias al respecto en tono neutro, sin aventurarse a tomar partido, sin atreverse a publicar un solo editorial sobre el ultraje de Moratinos a la oposición interna y sus consecuencias. Por la misma razón que no crítica una medida oportunista de última hora como la ampliación del derecho de residencia de los cubanos sobre la base de la sangre, que no persigue otro fin que compensar la pésima impresión dejada por el canciller español.

Con esa pesante salvedad de su dependencia extranjera, afirmo tajantemente, sin embargo, que la Asociación Encuentro de la Cultura Cubana sigue perteneciendo hoy en día al espectro opositor del exilio, dentro del cual ciertamente no vale pero si cabe todo lo que de algún modo, por peregrino que sea, se oponga al statu quo en la Isla. Al extremo de que, si la AECC no incurriera a su vez en el error de negarles esa finalidad a toda persona o grupo liberal dentro y fuera de la Isla, a los que suele descalificar por “cercanos a Washington”, con toda seguridad yo me habría ahorrado el engorro de redactar estas cuartillas.

Habida cuenta de que, aun cuando no sea en absoluto de mi agrado y del de muchos más, he de reconocer que cualquier cambio que el gobierno socialista español desee para Cuba, incluida una probable “sucesión tranquila”, que no ponga en peligro sus sacrosantos intereses económicos, sería siempre mil veces preferible a la actual situación en la Isla. Tanto para decir, fiel al concepto de glasnost del disidente ruso Vladimir Bukovski, “la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad” respecto al nicho realmente ocupado por la AECC dentro del espectro opositor.

En concordancia con lo anterior, no puedo menos que hablar de finanzas. A título de lego en la materia, claro está, ya que ni soy economista ni manejo todos los datos estadísticos, por más que me haya tomado el trabajo de leer el extenso informe publicado hace unos años por la AECC con el fin de desmentir a La Jiribilla. Quedaron demasiados cabos sueltos en esa autodefensa de cara al régimen. De entrada, a juzgar por la lista de patrocinadores que da la revista digital, el monto de la ayuda ha de ser considerable.

Admitido, todos esos patrocinadores tienen su listón ideológico. Imponen sus condiciones y, cosa sabida, no suelen financiar entidades de signo liberal, en el sentido peyorativo dado a ese adjetivo en círculos de izquierda antisistema. Al menos, no en tan generosa cuantía. A no ser que alguien demuestre su equidad en materia de asignación de fondos, no deja de ser un dato sospechoso. La convergencia de recursos millonarios en un solo beneficiario es un hecho llamativo, revelador de un nítido sesgo favoritista.

Ahora bien, que nadie se llame a engaño: como me confesara un día el novelista Manuel Pereira, “lo que paga Encuentro no me alcanza ni para la fuma”. Yo mismo no he cobrado, por todos mis modestos pero laboriosos artículos, desde 1999 hasta la fecha, una suma total superior a los 300 euros, calculando por lo alto. Ignoró si a los prominentes se les remunera mejor. No me consta. Pero seguro estoy de que, incluso sin tener en cuenta las diferencias de costo de vida, La Jiribilla paga mejor por los bodrios que publica. Tan sólo pretendo aclarar aquí que los colaboradores libres de Encuentro trabajan más bien por convicción y amor al arte. “Voluntario”, como predicaba el Che. Por curiosidad, si no es una indiscreción: ¿cuánto ganan los fijos?

Dado que Encuentro ha pasado por una fase de definición liberal que en su momento levantó ronchas en La Habana, deduzco que la presidencia de la AECC dispone de un margen de maniobra que no está aprovechando. En parte, por la coyunda “pacifista” (no olvidemos que esta palabra tiene en Europa Occidental una fuerte connotación antiamericana) impuestas por los "desinteresados" donantes; en parte, por falta de nervio para soportar las múltiples presiones ejercidas sobre una Asociación no exenta de riesgos en un distrito tan aperreado como Madrid.

Pero sobre todo, es evidente, por afinidad voluntaria con el gobernante PSOE, única entidad local capaz de garantizarle impunidad a la Asociación en el clima de terror y agresividad política imperante en la Península. Dicho por lo claro, en la supeditación de Encuentro al PSOE pesan tres factores: parcialidad, ley del menor esfuerzo (léase riesgo) y, muy importante, conveniencia material, ya que de algo hay que vivir en el exilio y aquí no es tan fácil ni da lo mismo cambiar de puesto de trabajo como en Cuba.

Un cuarto factor determinante guarda relación con el primero y da que hacer al censor: un cada vez más ostensible contubernio con la alta jerarquía cultural insular que a su vez, como todos sabemos, no es indiferente a los ucases del Buró Político. Si bien, esa discreta relación concuerda con la finalidad original de unir a la intelectualidad “de ambas orillas”, sólo Annabelle y algunos otros miembros de la dirección de la AECC conocen su real alcance. Fuertes indicios apuntan en esa otra dirección.

Con la nueva posición que han asumido, los de la AECC no corren riesgos. De hecho, han pasado a integrar la mainstream de la sociedad española bajo el ejecutivo socialista presisido por Zapatero. Del Partido Popular (PP) nada físico tienen que temer, pues Aznar y Rajoy jamás han enviado pandillas de porristas a romper a las malas lecturas o reuniones de disidentes, a diferencia del PSOE y sus aliados de Izquierda Unida (IU). Por otra parte, en España opera ETA, una organización terrorista con fuertes nexos con La Habana. Hay, pues, razones para la cautela.

Es fácil comprender su delicada situación. Por lo demás, ellos mismos me la han explicado más de una vez. Ahora bien, implantar la censura y dar preferencia a unos opositores sobre otros no es precisamente la mejor manera de, como reza el programa de la Asociación, “contribuir al desarrollo de una cultura de la democracia, para que Cuba pueda transitar pacíficamente hacia una sociedad abierta, plural”. Tampoco fomenta la tan llevada y traída “cultura del diálogo” ni la “libre circulación de ideas e información”.

Quienes aborrecemos de ese sesgo “progresista” de banda estrecha no lo hacemos por manía de llevar la contraria, sino por constatar una y otra vez que todo lo que en la Unión Europea está a la izquierda de la socialdemocracia clásica, e incluso buena parte de ella, vota rutinariamente en la Eurocámara a favor del castrismo o, como máximo, se abstiene. El acoso al exiliado no proclive a hacer concesiones es aquí tan fuerte que puede afirmarse que, a todos los efectos prácticos, seguimos siendo en cierta medida aquí en Europa Occidental disidentes, cuando no marginados, convidados de piedra No exagero un ápice. Hablo por experiencia propia y ajena.

Cualquier repaso de ambas versiones de Encuentro, la escrita y la digital, y de la intensa labor foral de los portavoces más activos (hay miembros prominentes pasivos e inconsultos) de su plana mayor, permite clasificar hoy a la AECC como una organización socialista democrática, antiimperialista (entendiendo por tal sólo a Estados Unidos) y, a ojos vistas, a las órdenes estrictas del Partido Socialista Obrero Español (PSOE).

Tan íntimo es el abrazo que, con respecto a la política cubana de Zapatero, Encuentro va a la zaga del diario oficial El País, que de vez en cuando se atreve a abrir el debate y darles voz a sus lectores. Por cierto, en el caso de la visita de Mariela Castro, la hija de Raúl y Vilma Espín, patrona de los homesexuales en la Isla, los sarcasmos en los comentarios de la mayoría de los lectores que, asociándola al nepotismo franquista, la bautizaron como la "Sobrinísima", revelan que mucho ha cambiado respecto al castrismo en la opinión pública peninsular.

El tema español, tratándose de la Madre Patria, de sumo interés para el lector de la Isla, brilla por su ausencia en las páginas de Encuentro. Puede que haya sido una coincidencia, los efectos del cúmulo de quejas, pero se me antoja que los argumentos de mi última protesta no cayeron del todo en saco roto, visto que pronto se operó un nada sutil cambio de política editorial. Es lícito echar pestes, había argumentado yo por teléfono a raíz de la censura a “¿Qué se cuece en La Habana?”, contra Bush, los neocons y los republicanos; no así contra Zapatero, la progresía española y el PSOE...

Optaron por una solución salomónica: excluir también a Estados Unidos del análisis crítico. En su lugar, abulta la profusión de artículos sobre la República Bolivariana, tanto que de un tiempo a esta parte Encuentro en la Red parece más bien un portal del exilio venezolano. Y, como quien no quiere la cosa, se mantiene a perpetuidad en portada la saga jurídica de Posada Carriles. Signo de interrogación, porque si de alguna noticia están hasta la coronilla los lectores de la Isla es de ésa.

No abogo aquí por una publicación proamericana; tampoco sugiero cancelar los ataques, justos o injustos, a la Casa Blanca o al mal llamado “exilio duro”. No acabo de verles la dureza a ninguno de los dos que, si bien de manera indirecta, siguen siendo el blanco de Encuentro. Al contrario, echo de menos el debate, siempre prometido y jamás impulsado, excepto por triviales certámenes sobre del batistato a ras con la “memoria histórica” selectiva al estilo Zapatero. Echo de menos la amplitud de miras, la admisión de puntos de vista diversos, el derecho de réplica, la distinción entre opinión autoral y editorial.

Y una objeción de carácter institucional: no entiendo por qué razón la entidad madrileña se llama “Asociación”. Según el diccionario de la RAE, ese sustantivo denota: “Conjunto de los asociados para un mismo fin”. Si es así y, además, la entidad es “no lucrativa”, ¿quiénes son los asociados, habida cuenta de que no lo son los colaboradores libres o, al menos, no todos? ¿Cuándo se reúnen? ¿Cómo se elige a los miembros del Consejo Asesor?

¿Quién designó a Annabelle Rodríguez, de profesión burócrata cultural, presidenta de la Asociación, además de ocupar igual cargo al frente de la revista escrita y decidir en última instancia qué se publica en la digital? ¿Por qué no un historiador tan prestigioso Rafael Rojas? La respuesta pudiera haberla dado él mismo en el artículo “Breve historia de un malentendido”, donde niega rotundamente que Cuba haya sido una colonia norteamericana. Negación que echa abajo el andamiaje argumental de la AECC y sus mentores del PSOE. Significativamente, el artículo de Rojas obtuvo el imprimátur de El País.

Se podrá argumentar con razón que Rojas y otros autores hemos sostenido, explícita o implícitamente, ese punto de vista en la revista. Pero lo cierto es que eso era posible hacerlo durante la fase anterior. No así en la actual. Hoy la Asociación deja ver a las claras sus preferencias ntre los prominentes de ambas orillas: señaladamente, entre otros, el senador cubanoamericano Bob Menéndez y el presidente de la FNCA Joe García en Florida, ambos “moderados”; y en la Isla el socialista democrático Manuel Cuesta Morúa, entre otros ya no tan favoritos, como Oswaldo Payá, quien ha volado alto a propósito del ultraje de Moratinos. Correlativamente, entre sus bestias negras figuran los hermanos Díaz-Balart e Ileana Ros-Lehtinen, considerados “ultraderechistas”, y con especial encarne, Marta Beatriz Roque Cabello.

Pero sigamos adelante con las preguntas. ¿Quién nombró A Beatriz Bernal como vicepresidenta? ¿A Vivian Carbó como Coordinadora de Asuntos Internacionales? Jorge Luis Arcos, sin aval en la disidencia insular, ¿acaso integra el Consejo Asesor para compensar la presencia de José Antonio Ponte, que sí lo tiene? ¿Por qué a él, que de golpe y porrazo se declara “socialista democrático”, y no a intelectuales liberales de no menos prestigio y más antigüedad en el exilio español? Por ventura, ¿no estaría su inexplicable ascenso en la AECC previamente pactado con las autoridades de la Isla?

¿Quién o quiénes fijan la política editorial, deciden cuál texto se publica y cuál no? ¿Existe una lista negra de autores conflictivos o proscriptos? ¿Ante quién o quienes, cuándo y cómo rinde cuentas la Asociación, y dónde pueden consultarse las actas de sus reuniones? No, no hay glasnost, no hay transparencia en Encuentro. Ni mucha ni poca.

Lo que sí hay es censura y favoritismo. Por ejemplo, mi afectuosa semblanza crítica de Abel Prieto, titulada “Siete secuencias en la vida de un ministro de Cultura” (Baracutey, Cubanálisis, El Abicú Liberal) fue descartada por “demasiado personal”. ¿Y cómo no lo iba a ser, tratándose de vivencias del autor con el diseñador de la actual política cultural del régimen? De biografías de políticos prominentes están llenas las revistas más serias del mundo. La negativa a publicar mi artículo tuvo lugar justo durante la Feria del Libro de Guadalajara (FIL 2002). En mi opinión, ese evento, donde coincidió la plana mayor de AECC con la de la UNEAC, fue el parteaguas de la política editorial de Encuentro, marcó el punto de transición gradual hacia la actual fase ultramoderada.

Llama la atención el rigor con que se aplica el requisito de escribir siempre alabanzas, por citar un autor leal al régimen, acerca de Cintio Vitier, pero nunca enfoques críticos de sus más que cuestionables (dejo a un lado la calidad literaria, que no discuto) obra y postura intelectual. Tacharon su nombre de una enumeración crítica en un artículo mío, so pretexto de que la sobrina del poeta nacional-católico funge como corresponsal de Encuentro en la Red en La Habana y, cada vez que el viejo lee algo malo sobre él en la revista se desfoga con ella. Facit: prohibido incordiar a las vacas sagradas de la UNEAC.

Si no se puede criticar a los intelectuales orgánicos del régimen, argumenté en una de mis conversaciones telefónicas con la redacción de Encuentro en la Red, entonces lo más sensato sería no emular con el Gobierno en rendirles una pleitesía inmerecida. Los festivales hagiográficos, la bombo-mutual intelectual, tan exuberantes como en La Jiribilla, son una empresa en auge en ambas revistas, el instrumental persuasivo por excelencia de la AECC para lograr la utopía original del fundador de Encuentro: el feliz reencuentro de la cultura cubana de ambas orillas.

Utopía, “en ninguna parte”. Pues jamás en la historia de la cultura cubana, o de cualquier otra sociedad, a excepción de las tiranías totalitarias, los intelectuales han cerrado filas entre sí y menos aún para marchan al son de atabales gubernamentales. Es más, su unidad al interior de una nación es síntoma infalible de falta de libertad. Por lo demás, esa política de apaciguamiento cultural ha cosechado un ruidoso rechazo: los incondicionales de allá siguen empeñados en escarnecer a los tránsfugas de acá.

Siendo así, el memorable abrazo de Annabelle al historiador oficial de La Habana Eusebio Leal, uno de los tracatranes predilectos del Comandante en Jefe, en la Casa de América (Madrid) en febrero de 2003, referido por el periodista Víctor del Llano en Libertad Digital (www.libertaddigital.com), ¿fue una comprensible efusión sentimental a título privado, propia del reencuentro con un entrañable amigo del bando opuesto al cabo de los años, o bien, como insinúa Del Llano y recelo yo, una muestra elocuente de lo que en la AECC se entiende por “relaciones fluidas”? Sea como fuere, no es lo que se espera de la presidenta de la principal revista del exilio. Vocablo que, no lo olvidemos, tiene una fuerte, definitoria connotación política. Tal vez sea por eso que de un tiempo a esta parte hacen hincapie en la palabra “diáspora”, sinónimo apolítico de emigración en sentido general.

¿Ha cortado realmente Annabelle sus ataduras con los jerarcas del régimen? Nada parece indicarlo. He aquí un dato curioso: en los cientos de páginas de minucioso rastreo que La Jiribilla ha publicado sobre la investigación de las fuentes financieras de Encuentro, si mi buscador de Word 2003 no falla, no aparece ni una sola vez el nombre de la tesorera de la AECC desde su fundación hasta la fecha. Raro olvido en una publicación que ha hecho un arte del denuesto y la calumnia.

Hasta ahí el inventario de quejas. Otros colaboradores en fuga podrían estirarlo con un sinfín de anécdotas y reflexiones similares sobre la censura en Encuentro. Censura que ha conducido a los articulistas que aún publican en sus páginas a la autocensura preventiva, engendrando un círculo vicioso en detrimento de la calidad, la equidad y la seriedad. Si, como recordara Rojas, el legado del fundador consistía en hacer de la Asociación Encuentro de la Cultura Cubana “la más seria, plural e independiente empresa de la intelectualidad cubana”, ese legado es hoy letra muerta.

Llegado a este punto, cabe volver a preguntarse si la “necesidad de establecer relaciones fluidas entre los ciudadanos [intelectuales sería más preciso] de la diáspora y la Isla” no ha degenerado, por contagio u orientación del PSOE, con cuyos dirigentes la presidencia de la AECC se halla en estrecho contacto, en uno de esos conciliábulos elásticos, de callejón de una sola vía al estilo de Zapatero, con las autoridades culturales de la Isla.

¿Por qué, si se apoya el absurdo diálogo Madrid-La Habana, sostenido ya por la Asociación con la UNEAC, no se es capaz de llegar a un arreglo con otras organizaciones afines del exilio en España con puntos de vista diferentes? No se ve el esfuerzo. No es tema. Además, los de Encuentro tampoco parecen haber reparado en el detalle de que el recurso a la censura los pone a la par de las editoriales castristas, desautorizándolos en el plano ético.

Pero quizás el daño más grave que, de manera consciente en unos, inconsciente en otros, le ha hecho, y continúa haciendo, la Asociación a la causa opositora en Europa Occidental tiene que ver con su intensa labor foral, con el mensaje ambiguo que transmiten en numerosos seminarios, conferencias, mesas redondas, lecturas, entrevistas, etc., donde suelen asumir una postura más o menos unánime consistente en presentar a la oposición pacífica interna y externa como un corpus agónico (en el sentido de angustia) enfrentado al dilema de, por un lado, luchar contra una tiranía y, por el otro, conjurar los aviesos deignios del gigante del Norte. Soberanismo, embargo, exilio duro de Miami, peligro de invasión, fantasma del batistato, dependencia neocolonial, reprivatización a favor de los antiguos propietarios, capitalismo salvaje, miseria espantosa, etc.

No es labor que los de la AECC hagan en soledad. En ello se dan la mano con otras organizaciones moderadas del exilio, como las más influyentes en Suecia. De hecho, el atributo “moderado” es aquí, para el caso cubano pero no sólo, sinónimo de antiamericano y de un montón de requisitos más que definen a la, parafraseando a Lenin, enfermedad senil del socialismo eurooccidental, más conocida por "progresía". En nuestro caso específico, la psicopatía se agrava con la añadidura del revanchismo nacionalista comunistario. Lo peor: ese concierto de voces monocordes ha popularizado un fast food mental bueno para el análisis instantáneo, prefabricado, de la cuestión cubana.

Al extremo de que lo he escuchado hasta en boca de un ex disidente polaco como Adam Michnik quien, cosa inusual en Europa del Este, se despista también con el sonsonete del embargo; o del más popular de los historiadores alemanes, Guido Knopp, quien llega a sostener en un documental la falacia de que, más o menos textual, "durante el Período Especial el consumo en la Isla estuvo a punto de descender a los niveles de antes del 59”. Evidentemente, no ha consultado ni siquiera los anuarios estadísticos alemanes.

(A veces juego con la ignorancia de este tipo de gentes. A modo de ilustración, en una ocasión comenté entre un grupo de apologistas de la Revolución, que en materia de desarrollo arquitectónico, lo que más me irritaba de la obra del castrismo era el adefesio del Capitolio, copia pedestre del de Washington. ¡Las lindezas que escuché! Sandeces por el estilo, junto a la manida historia del tabaco, prevalecen aún en la prensa y la radiotelevisión europeas.)

En vez de apoyar al revanchismo español noventayochesco disfrazado de socialista, Encuentro debería presentarle a La Moncloa, de manera persistente, una canasta de productos alimenticios peninsulares en falta en la Isla. Con la sugerencia de que, si así lo desean, sigan hablando pestes del embargo pero, por favor, suplan esas necesidades elementales del cubano de a pie o acaben de admitir de una vez que no está en sus manos hacerlo, que el Gobierno cubano se lo impide.

Otra gestión de eficacia mediática que podría hacer y no hace: entrevistar regularmente a algún representante de las decenas de miles de pequeños propietarios españoles expropiados por el Gobierno Revolucionario. Para que cuenten los motivos por los que salieron de Cuba con una mano alante y la otra atrás, antes y no después del 59. Por esa misma cuerda, no se explica que los millares de sin papeles criollos en territorio español no tengan tribuna en Encuentro en la Red. Y un largo etcétera de tácticas similares, ad hoc, susceptibles de impactar al español de la calle.

El método es aplicable al resto de los países de la UE. Acá ni siquiera se sabe que Estados Unidos y no España, que en casi medio siglo de contemporización con el régimen no ha conseguido hacer llegar un solo producto español a las mesas proletarias de la Isla, es su principal exportador de alimentos. Aberración en la que los divulgadores de Encuentro han puesto su seboruco de arena, como todo emigrado que, a fin de darse un look de intachable patriota ante dilema insoluble, esgrime el embargo, el “coco” del retorno de los perversos americanos y de los antiguos propietarios de Florida. Jamás se habla de retorno del comercio minorista español...

De ahí que la incidencia de Encuentro en la conciencia colectiva española y europea deje que desear. El “terremoto” creado por la revista en Cuba, de que hablara hiperbólicamente Annabelle con motivo del décimo aniversario de la casa, es ya, si es que alguna vez lo fue más allá del ámbito intelectual, historia antigua. No hay, pues, victoria que cantar. Hoy, con su mensaje ambivalente, Encuentro apenas deja huellas en la ruinosa arquitectura ética de la Isla.

Acorralada por el Gobierno, confundida por los llamados a la “paz social”, humillada por la diplomacia peninsular, la oposición interna ha sido prácticamente silenciada. Además de ser víctima del trato selectivo de la AECC, que tiene allá sus “ahijados” políticos. La unidad al fin conseguida por reacción al ultraje de Moratinos no pasa de ser un enroque ante el acoso general.

Hasta donde sé, Encuentro aún se ha dignado aludir, siquiera de pasada, a la despótica conducta de su favorito, el “líder socialista democrático” Cuesta Morúa, que dio lugar a una rebelión de los redactores de la revista digital Consenso. A saber, estos lo echaron de la redacción cuando, según fuentes informadas, rehusó rendir cuenta por un defalco y cargó con la computadora y la clave de Internet. Arrogancia que demuestra lo que este pupilo de Encuentro entiende por "dialogo, tolerancia y reconciliación nacional". Los detalles del incidente pueden leerse en el primer editorial de Consenso libre del tutelaje progresista.

El silencio aquí es estridente. Encuentro no se ha solidarizado con esos corajudos redactores, que sin duda se están jugando el sosiego y libertad. ¿Por qué? Respuesta: Cuesta Morúa es el niño lindo del PSOE. Hay, pues, de por medio, como en el caso del congreso de la APSC en 2005, un problema de ética, que no en vano insisten en tematizar los redactores insubordinados.

Si bien obedece en primer lugar a posibilidades digitales de nueva data, la actual boga de los blogs anticastristas alternativos, que suben como la espuma, es también síntoma del mal de fondo en la principal revista del exilio cubano en el Viejo Continente. A fuerza de llavear a los colaboradores, de suprimir temáticas molestas, de rivalizar con su nénemis La Jiribilla en rendir homenajes inmerecidos, la otrora siempre novedosa y profunda revista digital madrileña ha acabado por adquirir un cariz anodino.

Hasta el sentido del humor está en baja, fenómeno inexistente en las dos fases anteriores. No en balde hace unos meses Manuel Sosa escribía en su blog La finca de Sosa: Lo que más nos preocupa a los asiduos del diario electrónico: cada vez toma menos tiempo leer su página. Como nos ocurría con el Granma. Se abría, se le echaba una ojeada por encima, nos deteníamos en un espacio específico, dos o tres minutos, y ya”. La comparación no puede ser más hiriente. No obstante, los aludidos se han tapado las orejas, como de costumbre.

Cierro con una imagen de la AECC tal como yo la veo. A título de sugerencia especulativa, desde luego, puesto que no dispongo de un equipo de investigación particular y detesto las teorías conspirológicas. Consta, eso sí, que el castrismo jamás deja de conspirar. No deja nada a la espontaneidad. Tampoco escatima esfuerzo y dinero en tratándose de pulir su imagen internacional. El lector es libre de pensar lo que desee al respecto. Como yo mismo no metería la mano en la candela por lo que barrunto, apenas aspiro a que al final se diga a sí mismo que, a lo mejor, quién sabe, el autor ha atrapado algún girón de la escurridiza, compleja realidad. Con eso me doy por bien leído.

Encuentro forma hoy parte de un viejo proyecto frustrado de la nueva política cultural del régimen. Ante el creciente descontento y estampida de escritores y artistas a mediados de los 90, los halcones de la nomenclatura intelectual se propusieron crear una entidad mediática en el exilio capaz de atraer a los tránsfugas intelectuales que no optasen por cruzar el puente de plata del “exilio rosa”. Objetivo: mantenerlos dentro de los límites de disenso consentidos a escritores y artistas dentro de la Isla.

La realización de ese ambicioso plan fue asignada, por su prestigio e inconformismo moderado hasta entonces, a Jesús Díaz, que debía contentarse con que se le permitiera salir del país junto a su familia y representar un papel honorable en el exilio sin romper con el proceso. De ahí las enormes presiones a que fue sometido ante las primeras señales de libre albedrío de su parte. A la postre, Jesús, por convicción y por haber tomado conciencia de su poder y carisma personal, cortó sus ataduras con el castrismo. El plan había fracasado. Para contrarrestar la influencia de Encuentro, se crea La Jiribilla. A la muerte de Jesús, lo sustituye Annabelle, quien poco a poco ha logrado retrotraer a la Asociación a su cometido original.

De este modo, La Habana habría (repárese en el uso del potencial) conseguido la cuadratura de un círculo de control que tiene dos polos: La Jiribilla dentro y Encuentro fuera, con las funciones mencionadas. Existen focos culturales importantes con idéntica tarea en Occidente, destacando los de Estados Unidos, Suecia y América Latina, sin contar publicaciones como Rebelión y, en general, la prensa antisistema occidental.

De paso, por irradiación, entre todos formarían una poderosa red de instituciones castristas (filo y cripto incluidas), aptas para moldear la opinión pública local. Allí donde, como en La Florida, no es dable hacer más, hostigan al exilio liberal; allí donde, como en Europa Occidental y Sudamérica, sí lo es, intentan asfixiarlo. A todo esto, que no es poco, se añade la mano larga del castrismo, que ha logrado hacer clausurar Vitral (ya veremos si, caso de volver a salir, mantiene la línea), purgar El Nuevo Herald e intentado asestar un golpe de mano en Consenso.

No se trata de un diseño perfecto. Para surtir el efecto deseado, ha de dar cabida a la veleidad, a la finta, a la apariencia de espontaneidad, a cierto margen de rebarba liberal visible capaz de embaucar a los incautos. En Encuentro, en contraste con La Jiribilla, hay una mayoría de escritores de valía que no necesariamente son todos conscientes de la empresa en que están participando. Creen estar contribuyendo a una causa justa. Dejà vu. En particular para los más veteranos, que ya cayeron en la misma trampa durante el mal llamado “período romántico de la Revolución”, cuando casi todos hicimos oídos sordos ante el siniestro sonido de las descargas nocturnas en el Foso de los Laureles de La Cabaña.

Los “anillos de la serpiente” se han vuelto a cerrar sobre la Asociación Encuentro de la Cultura Cubana. Ojalá me equivoque. Pero mucho lo dudo.

70 comments:

Infortunato Liborio del Campo said...

Artículos como este, me devuelven la confianza en mi sanidad mental, entonces me digo " No liborio, no estás tan loco, va y hasta tienes remedio "

Aquí te transcribo en parte mi segundo post en Liboriolandia, que un poco explica mi molesta presensia en la blogosfera.

¿Cómo llegué a ser Liborio el Bloguero?

Pues resulta que, no ha mucho, visitaba yo una casa que se llama Encuentro en la Red, cuyos habitantes son el Portal Cubaencuentro, la Revista Encuentro de la Cultura Cubana, la Asociación Encuentro de la Cultura Cubana, el Instituto Cubano de Encuentro con los Pueblos, etc y yo, “que nunca había estado en una orgía, me dije, quitándome la ropa: esta es la mía, pero resultó ser que la del tacón de agujas era Maruja”, es decir los mismos que estaban aquí, que ahora están allá y para allá se llevaron toda la metodología del comandante para que su opinión sea la única que se escuche, vaya es como leer el Granma pero al revés, de trasluz, lo cual es muy interesante, pues usted lee el Granma primero y luego lee Encuentro en la Red y lo que no diga ninguno de los dos, esa es la que es.

Trataba yo de “encuentrarme” de alguna manera con aquella gente y no había manera, pero siguiendo noticias de mi país me topo en un periódico que se edita en la segunda ciudad más poblada de Cuba, es decir Miami, donde casualmente trabajan algunos de los escritores de “en lo adelante Encuentro, para abreviar” veo que uno de ellos (por cierto que tiene una cara de perro buldog ¿será ruso?, porque el Armengol ese suena a Sebastopol o algo así) tiene un Blog muy interesante que se llama Cuaderno de Cuba y me dije: "Liborio es hora de mudarnos para ese barrio, que es más promisorio publicar algo donde nadie te escuche porque no se ha enterado, que donde nadie te quiera escuchar." Y aquí me tienen, para lo que vuestras mercedes se plazcan ordenar. En definitiva, hasta los locos saben que, cuando nadie te quiere escuchar, hasta hablar solo es mejor que quedarse callado.

Por supuesto hecho este descubrimiento que tengo que agradecer a Encuentro o debiera decir ¿Desencuentro? pues veo que esto puede resultar interesante y quizás pueda vaciar aquí el producto “intelectual” de mis estreñimientos, porque el producto “intestinal” todavía no se ha inventado la forma de ponerlo en la Web, pero no se desesperen que, según todo parece indicar, ya llegaremos a eso. Entonces aquí podrán “encuentrar” de todo lo que se le ocurra a este moropo transgresor. Desde poesía Liboriana hasta cualquier cosa.
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Luego de esto no me he cansado de enviarles mis diatribas en formas de cartas del lector, que por supuesto no han publicado.

Actualmente me pasa lo mismo que dice Sosa, voy echo un vistazo, si veo por excepción algo interesante lo leo y acto seguido me voy a la blogosfera donde hoy se publica mucho más y mejor que en Encuentro.

Subscribo todas tus suposiciones porque yo también las he hecho, la del dinero y todas las demás. Es que son tan evidentes. Ah y ya son varios los desencuentros con Encuentro, desde el muy abierto de Belkis hasta el de un Enrisco que le agradece al Blog la libertad de decir lo que le de la gana sin cortapisas. Cuando quitaron la sección de humor, protesté airadamente. Hoy lo mejor de Encuentro es Omar Santana y algunas apariciones esporádicas.

Jorge Luis Arzola said...

Caballeros, feliciten al abicú LITERAL(es decir, liberal) que hoy cumple *9 años.

luisc said...

jorge, todas esas sospechas las hemos venido compartiendo un grupo de amigos, lectores fieles de la revista y del website, en los últimos meses. a todos nos han sucedido cosas extrañas con encuentro. (ojo, soy solo un entusiasta lector). recuerdo un artículo firmado por eliseo alberto que desapareció en dos días y me enteré porque cuando se lo comenté a otro amigo de miami y éste intentó leerlo con el url original, había desaparecido. por supuesto que esta desaparición generó un intercambio de mails con la redacción (en esa época respondían) y dijeron que lo habían retirado por decisión del autor u otra razón que no recuerdo...
a este amigo-lector hace tiempo que dejaron de publicarle sus cartas y, por supuesto, encuentro perdió a un excelente lector.
en fin, hay muchos elementos sospechosos, como la desaparición de los espacios de humor (enrisco y fdez larrea, para mi ambos, entre lo mejor del sitio: "el comandante y el tiempo", una joya) es más que evidente.... tu misma desaparición, la de rafael rojas, carlos alberto montaner, díaz martínez, antonio josé ponte y tantos otros, es prueba concluyente.....
y lo último, todo el "conato" generado por la respuesta de annabelle a ichikawa a raíz del artículo de fructuoso rguez, hijo... en fin, creo que encuentro ha sido penetrada, al menos tiene todos los ingredientes para suponerla parte del castrismo, como lo son carlos varela, fernando pérez, cuesta morúa y todos ésos que juegan y simulan tolerancia y caminan por la cuerda floja de la ambivalencia....
es una verdadera pena... porque he sido uno de sus más grandes y entusiastas promotores....
qué increible, che!
saludos desde montevideo.

Manuel Sosa said...

El fenómeno de los blogs, Jorge, está adquiriendo proporciones inusitadas. En una entrevista reciente, creo que hablé de ese día en que a uno no le va a alcanzar el tiempo para recorrer las bitácoras de los exiliados cubanos. Es una libertad no exenta de riesgos, pues podemos caer en el teque o lo intrascendente, por tal de actualizar el blog. ¿Desparecerán las revistas y sus criterios editoriales y sus conveniencias, etc? Aquí tú estás aireando el entorno, y eso es imprescindible. Necesitamos, como te dije ayer, de más recuentos, memoranzas, el plumero limpiando los folios llenos de polvo, mi socio. Hoy mismo, que es viernes y tengo menos trabajo, he gozado leyendo blogs de este y del otro, y casi que he experimentado eso de "My God, ya no me alcanza el tiempo para leer todo esto". (Bueno, esto que has escrito hoy se pasa un poco, je je). Un día, tomando cervezas con Manuel Vázquez Portal, recién llegado a Miami, le pregunté: ¿Y por qué aquí no se funda una contrapartida a Encuentro? No una competencia, sino otra opción de envergadura en USA. Of course, nadie quiere meterse a patrocinar una revista en la ciudad maldita. Tú, como tantos otros, has expuesto tus desencuentros con la promesa de Encuentro. Son muchos los que pudieran exponer cosas semejantes. Y creo que Annabelle Rodríguez debe decir algo alguna vez.
Y yo vuelvo a lo mismo: Necesitamos a Encuentro, y ellos no deben temer a la polémica sobre su propia razón de ser. Que pases un buen fin de semana. Saludos.

Kubalgie said...

A todos los visitantes!!!
El Abicú tiene cumpleaños!!!!
59 añitos! Y miren la foto: ni una cana!

Felicidades Amigo!!!
L.

Jorge A. Pomar said...

Gracias, Kubalgie. Hola a todos.

Sí, hoy cumplo 59 años, 53 de ellos en condición de abicú consagrado. Mi amigo Ricardo Bada me ha servido la noticia como desayuno en plena faena matinal. El primero.

Le he agradecido el dato y la aclaración, por segunda vez, de que "onomástico" no significa cumpleaños. Hay lecciones que uno no aprende nunca.

Ojalá cumpla yo veinte más, sin que haya que limpiarme salva sea la parte, y don Ricardo en persona, sin bastón ni andador, me vuelva a enmendar ambas planas con una torta de 79 velitas y una botella de coñac "Torres" (ya queda sabiendo Usted, ilustre don Ricardo, la marca que me tara). me vuelva a hacer ambos recordatorios en compañía de la gentil Diny, su media naranja.

A continuación, el texto que le envié, corregido y convenientemente aumentado para que sirva para todos ustedes. Una aclaración que no huelga sobre mi amigo español: detestó a Franco, detesta a Castro, no cuadra la caja con Castro y, según creo, no se debe mencionar en su presencia a José Luis Zapatero sin previo aviso. ¿Vale?

Ahí va:

Don Ricardo, ¡qué memorrrria!

Gracias. Como de costumbre, se me había olvidado mi aniversario, tan importante me considero.. Anna, que ya me hizo su regalo, una laptop de última generación, duerme.

Así que Ricardo Bada, que tiene una agenda rigurosa con esos datos, fue el primero en felicitarme y hacerme saber que "hoy es mi día, me voy pal pueblo, voy a alegrarme del alma mía..." (Benny Moré). Pero no, Anna y yo nos quedamos en casa. Por cierto, al regreso de una visita a la biblioteca para devolver unos casetes que vencían hoy, me ha traído un pulóver, un pantalón corto y una botella de chamán y pasteles para celebrar mis 59 junios.

Tengo dos, otro aniversario, el 25-07, que es el que figura en la inscripción de nacimiento. En efecto, nací el 22 de junio de 1948 en la ciudad portuaria de Cárdenas, a unos 140 km de La Habana y 10 de uno de los más famosos balnearios caribeños: Varadero.

Y era un bebé, diz que achocolatado y rollizo: nueve libras, pasadas. Prediabético. Aunque con tan poco pelo como a mis 59, tan fermoso era yo que Ángela, mi abuela paterna, me cubrió de besos tal como salí del vientre de mi madre, cordón umbilical colgando, plus demás untos, miasmas, nerudianas "mieles doradas" y corpúsculos rojipardos adosados.

Aún no se sabía que era abicú, porque faltaban cuatro años para que naciera mi hermana Norma y dos para muriera precoz. Según el rito yorubá.

Como el sistema de canalización cardenense es externo y cerca, en la costa, se extienden vastas marismas, pululan en la villa los cangrejos que, en su errático deambular, suelen acabar sus días bajos las ruedas de los automóviles. En fin, aprendí a no caminar para atrás ni para los lados, y ya ves cuán lejos he llegado.

En compensación, de tanto observar al borde de las aceras los riachuelos de aguas albañales (no negras, las heces van a parar en las fosas de los excusados), aprendí de los "guajacones" a nadar contra la corriente entre chorros de rencor que brotan de pronto de las cañerías sucias de la vida. Sólo ese mal hábito me ha impedido llegar más alto cuesta arriba en la escala social. Hoy, en especial, quiero hacer honor a mi estigma de abicú, que me persigue a todas partes y ya no puedo vivir sin justificarlo.

Esta noche Kubalgie nos invita a cenar en un restaurante chévere de Myanmar, antigua Birmania. Disidente, por lo demás. En paredes y servilletas sonríe el rostro bello y triste de San Suu Kyi, puesta en plan piyama por la dictadura militar. Voy, pues, a rendirle homenaje (por segunda vez) a una representante ejemplar de la secta de los abicus birmanos acometiendo un suculento arroz frito..

Fíjate el honor que te hago por ser tan memorioso y gentil.

Gracias de nuevo, don Ricardo.

A todos ustedes también, por adelantado. Aunque me retiren el saludo después de leer mi artículo.

Anonymous said...

Felicidades, Jorge, 59 es un número con aché, y, sobre todo, preludio de los ta,ta,ta. Aunque creo que 69 es mejor (si no por la edad, por el palo, jejeje).
De veras estás en Birmamia! Admiro muchísimo a Aung San Suu Kyi, en una feria del libro en La Habana vendieron su libro y una amiga lo compró, me lo prestó y después me lo regaló: se lo dejé de recuerdo a Martha Beatriz, cuando me fui en noviembre de 2003 todavía estaba presa.
Acabo de leer tu artículo: has puesto a parir a la abuela y de todas partes lloverán opiniones, a favor o en contra.
Al igual que cuando Belkis Cuza Malé dijo lo que quería decir, pienso que hiciste bien en decir todo lo que piensas.
No sólo porque es bueno para la salud y para no ahogarse, sino porque hablando la gente se entiende. Digo, eso creo.
Si la gente dialogara y se sentara a discutir y decirse a la cara las cosas, por muy duras que éstas sean, el mundo no estaría como está, cada vez más dividido y enfrentado.
Salúdame a Anna y también a Kubalgie. Y que disfrutes esa laptop! Un abrazo, Tania

Ernesto said...

Muchas felicidades, Jorge, por tu cumpleaños. Y también por ese post tan razonado como honesto, que comparto en buena parte. Que la AECC se ha convertido en una especie de Ministerio de Cultura del exilio cubano es ya un secreto a voces. Ojalá que tus argumentos sirvan para salvar algo que ya está muy lejos de lo que quiso Jesús.
Un abrazo,

Jose Antonio said...

Gracias, tu experiencia confirma mas lo que muchos venimos sintiendo hace rato. Y es que la ilusion de contar con calidad nos ciega. Pero no hay calidad, cuando no hay transparencia, cada vez mas abrimos lo ojos.
Ya solo pincho en lo que fue favorito, cuando los blogs descansan, y eso es casi nunca.
Que esta penetrado por la larga mano, no cabe ninguna duda.
Gracias de nuevo por este articulo, y felicidades

Anonymous said...

Abicú

Soy un cubano mas, algo más joven que tú, sobreviviendo del otro lado, en la otra orilla, sangrando de dolor por el dolor de Cuba, lejos de mis dioses...para que...

Pero a lo que iba: leo tus artículos, los busco cada dia como pan caliente. Tus escritos son de los mejor que hay en el nuevo eter, y este de hoy es fundacional, no olvides esa palabra, pues aunque muchos pensaban parecido y comentaban a media o alta voz lo que viene sucediendo, tú lo has escrito primero y con tal claridad que ya no quedan rincones ocultos. Desmontar el castrismo requerira de nosotros, de nuestros hijos, nietos y bisnietos cualquier cantidad de esfuerzo e inteligencia, porque jamas existió gobierno o grupo en el poder que haya manipulado mas salvajemente a sus ciudadanos, si, aunque no se vean o no existan las fosas comunes, la destrucción y el daño son inconmensurables.

Felicidades triple:por el cumple, por el artículo y por la luz.

Un cubano mas...

Jorge A. Pomar said...

Lo siento, tal vez me expresé mal. El restaurante no está en Birmania sino aquí en Colonia. Éramos cuatro, tres beldades y el homenajeado. Lo cual resultaba óptimo en cuanto a composición de géneros, ya que el tufo a "hueveras" de oso por exceso de varones nunca ha sido mi agrado.

Pedimos un arroz frito salteado con "frijolitos chinos" (brotes de soya), muy parecido al que comía antaño en la segunda planta del Mercado Único de La Habana. El plato a la carta para cuatro cubiertos incluía, como guarniciones cárnicas, sendas bandejas de fricasé de pollo al maní, lonjas de bisté de res con salsa de soya y lascas de pato Donald asado con su vodevil de cebollinos, alcaparras y verduras.

Previamente, cada comensal vació con cucharilla de cerámica un tazón florido de espeso caldo asiático a base de vegetales, legumbres y mariscos, escoltado por sabrosas, crocantes galletas con grato trasunto a pescado para mojar.

Para bajar los exquisitos, pero densos manjares del banquete, el solícito camarero birmano, siempre atento al nivel en las jarras, nos iba trayendo una ronda tras otra de helada, espumante cerveza teutona, la mejor del mundo después,. dato poco conocido, de la belga.

Finalmente, por cortesía de la casa, el dueño obsequió a las damas un suave licor birmano y, al agazajado, una copita llena de un licor bastante subido de etanol que enseguida le empañó la calva con nubecillas de vapor.

De ahí, al filo de la medianoche, nos fuimos a pie hasta el cercano apartamento de la más doctoral de las damas para cerrar con broche de oro la velada charlando sobre el “monotema”, bebiendo cerveza y escuchando canciones antológicas de la música criolla.

Anonymous said...

las cosas como son: no eres el ombligo del mundo.

¿Alguien te publicó lo que escribiste, o lo colgaste en el salón de tu casa?

Anonymous said...

Hola Jorge :

Aunque sea un perfecto desconocido para ti aprovecho la oportunidad para desearte muchas cosas buenas por tu cumple.
Felicidades y saludos desde Paris!

Unknown said...

Felicidades Ibicu!
Me eche el articulo completo y meditativamente. Y sonrio con la muy muy muy plausible hipotesis final. (Bien dicho: Marguerite Yourcenar dice en una de sus recetas que en lo intelectual la practica ha de ser: la exactitud, la justicia y la sinceridad.)
Por eso proliferan los blogs, por tan marcados intereses maniatando la objetividad de los medios. El encartonamiento, el empache, la alabanza hiperbolica y sobre todo las marcadas exclusiones de Encuentro, siempre me han resultado cuando menos cheas o mal informados por sus socios de Miami (ese funcionar a nivel de pinyitas), cuando mas simtomaticas.

Punto y aparte, te envie la direccion electronica de Marielena con una notica via e-mail; la recibiste?
Felicidades otra vez.
Rosie Inguanzo

Unknown said...

Ah! olvide decirte que tenemos un blog:
http://tumiami.blogspot.com

Saludos

Anonymous said...

Valga una aclaracion; quize decir:
...siempre me han resultado cuando menos cheas o mal informados por sus socios de Miami, en lo que respecta a Miami (ese funcionar a nivel de pinyitas, gesto tan cubano...y universal), cuando mas simtomaticas.

Jorge A. Pomar said...

Gracias,Kubalgie, Infortunato Liborio, Luisc, Sosa, Tania, Ernesto, José Antonio, "Cubano Más", Ricardo T. y "Ri".

Asimismo, gracias también a todos los que han tenido la gentileza de enviarme emails de ánimo y respaldo.

Pero, como le he cogido el gusto al maltrato, voy a ser más explícito, entre los comentaristas, con Cocoliso, el guasón. Especial para él:

"No, Cocoliso, yo no me creo el ombligo del mundo. Al revés: el mundo es mi ombligo imperfecto. ¿Has oído hablar del solipsismo?

Entre los emails, me limitaré a publicar, textualmente, el que me da cuero. Juzgue el lector:

Señor Pomar,

Leí una vez su libelo (1) intitulado "Si no hablo me ahogo". Lo siento, pero no tengo estómago para una segunda lectura. Espero le paguen mucho mejor en la página del régimen que repite en su texto, con una mezcla de nostalgia y admiración.
Intentar mancillar la memoria de Jesús Díaz es uno de los actos más bajos y grotescos que se podía esperar de una persona como usted, supuestamente bien informada. ?O será que recibió instrucciones del oficial del régimen cubano que le atiende en el exterior para producir este lilelo con el objetivo de sembrar la desconfianza entre los colaboradores de Encuentro y entre el exilio cubano y los disidentes internos? Fíjese que coloco esto como una interrogante y no como una acusación directa. Son las acusaciones las que se repiten en su libelo, sin prueba alguna. Sabe que yo no he ocupado ni ocupo cargo alguno en las publicaciones de Encuentro. Mi respuesta es estrictamente personal.
Lamento mucho que un firmante de la Carta de los Diez actúe de esta forma tan inconsciente e irreflexiva. ??O será que desde que firmó aquella carta ya lo estaban preparando para cumplir ahora este papel de quintacolumna en el exilio? Nuevamente, es una pregunta. El tiempo, el implacable, responderá a estas preguntas y a sus acusaciones y calumnias destiladas en ese libelo.
Como ya habló en este ?artículo? espero que no se encuentre atragantado. Pero, su lectura provoca nauseas y vómitos en las personas honestas que tratamos de colocar algún granito de arena para que Cuba un día disfrute de libertad y democracia.
Usted sabe perfectamente que aunque no le publiquen ese artículo en esa página web del régimen, allí estarán frotándose las manos de felicididad ante el contenido de su libelo.
No puedo dedicarle más tiempo. Tengo que escribir para Encuentro en la Red un artículo sobre la situación en Palestina. Estoy seguro de que su propósito de sembrar dudas, desconfianza y recelos entre los colaboradores o lectores de Encuentro, entre el exilio y los disidentes internos se saldará con una sonora trompetilla,

Miguel Rivero

(1) Escrito en que se denigra o infama a personas o cosas. Lleva ordinariamente el calificativo de INFAMATORIO. (Definición del Diccionario de la Real Academia Española)

Anonymous said...

La línea política agresiva de Washington contra Cuba se complementa en la Unión Europea mediante una estrategia más discreta. Los objetivos son los mismos

Los Contras conciliadores


Harald Neuber
Rebelión

http://www.rebelion.org/noticia.php?id=52582

Una situación absurda: poco antes de la Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea tuvo lugar una conferencia internacional a mediados de junio en las cercanías de Berlín, cuyo objetivo era “impulsar el desarrollo de Cuba para más libertad política y mayor democracia”, La Habana solamente recibió elogios al principio. El gobierno socialista habría logrado integrar políticamente y socialmente a todos los niveles de la población, se dijo en la reunión que había organizado la “Academia Evangélica” en la capital alemana. Se dijo además que los jóvenes estarían incluidos en las distintas organizaciones de masa cubanas y que había que reconocer el crecimiento de la economía. Sin embargo, el hecho más importante era que “la situación política se mantendría estable después de Fidel Castro”.


Por supuesto, los que se reunieron en Schwanenwerder, Berlín, bajo el lema “¿Cuba Libre?”, no eran amigos del socialismo cubano. Aunque casi la totalidad de los participantes al congreso rechazaron la política agresiva de Washington, para los protestantes también se trataba de “Reformas” políticas. La población cubana, según los participantes que se encontraban en la lejana Alemania, “anhela (...) más libertades y la mejoría de su situación económica”.


Proceso de Helsinki para Cuba



Por supuesto, los Estados Unidos de América tampoco salieron airosos. Los religiosos, investigadores y periodistas estuvieron de acuerdo en que la política exterior de Washington es “culpable de la situación política en Cuba”. También se rechazaron los intentos más recientes de los anticomunistas europeos y de sus socios estadounidenses de estereotipar un cambio de régimen en Cuba como en Europa Oriental después de 1989/90. Las situaciones serían muy diferentes, expresó Hinnerk Berlekamp, periodista del periódico Berliner Zeitung. Además, el mismo Banco Mundial ha comprendido entretanto que los procesos de transformación en los países ex-socialistas de Europa son calificados de negativos en su mayoría. Entonces, estos procesos solamente sirven de ejemplo a aquellos que se dejaron o se dejan llevar por razones ideológicas.


La conferencia de la “Academia Evangélica” fue el punto culminante de una serie de reuniones sobre Cuba que se organizaron en Alemania mientras que Berlín ocupó la presidencia del Consejo Europeo. Algunas semanas antes, la fundación democratacristiana Konrad-Adenauer había invitado a participar en diálogos sobre Cuba. El año anterior, la así llamada Sociedad Internacional para los Derechos Humanos (IGFM, por sus siglas en alemán), una organización conservadora de derecha, se reunió con enemigos de Castro de Europa y de los Estados Unidos de América. Sin embargo, contrario a los enemigos de derecha de Cuba, los cuales mantienen estrechos contactos con los postfranquistas del Partido del Pueblo de España y con contrarrevolucionarios en los Estados Unidos de América, los participantes del último congreso buscaban un camino independiente. Su posición sobre la Cuba socialista es más realista, la estrategia del cambio de sistema más pérfida.


Entonces no fue un milagro que en la convención política de los evangélicos se hablara del concepto de “cambio mediante el acercamiento”, el cual fue desarrollado por el ex-canciller federal Willy Brandt contra la RDA. Durante el congreso que se efectúo en las cercanías de Berlín se dijo que, en colaboración con la Iglesia cubana, se buscaría el “diálogo” y se “fortalecería la sociedad civil”. Bernd Wulffen, el ex-embajador de Alemania en la Habana fue quién tradujo políticamente los imprecisos conceptos expresados durante la conferencia que duró tres días. El ex-diplomático, quién se sigue ocupando de Cuba aún después de su retiro, dijo que Occidente debería lograr un proceso Helsinki para Cuba. También dijo que se podría imaginar en Alemania una comisión de elder statesmen (viejos estadistas de mucha experiencia), la cual podría dirigir un mecanismo como éste. También la Iglesia podría asumir un “papel como mediadora”.


Una base permanente en Cuba



Con la comparación de Wulffen quedó claro el objetivo de esta, por el momento, última conferencia sobre Cuba en Alemania, puesto que con el proceso Helsinki, el Occidente había logrado por primera vez a mediados de los años sesenta una palanca para destruir el bloque socialista desde adentro. O como publicó un periódico burgués de Alemania: el proceso Helsinki posibilitó »aquellas grietas muy finas en el sistema (...), las cuales condujeron más tarde a la apertura del dique de la libertad«. Al comienzo este objetivo se logró mediante un acercamiento. El principio de no intervención en los asuntos internos quedó plasmado por primera vez en el acta final de la conferencia del 1ro de agosto de 1975. Como compensación, los gobiernos socialistas se comprometieron a hacer concesiones en los asuntos de derechos humanos. Con la apertura negociada se habían sentado las bases para el trabajo de numerosos grupos antigubernamentales, los cuales, por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial, establecieron una base permanente para el Occidente en el interior del bloque socialista. El movimiento por los derechos civiles en la RDA es un ejemplo, el grupo “Carta 77” en la Checoslovaquia es otro.


No es casualidad que también los ministros de relaciones exteriores de la Unión Europea le hayan propuesto un diálogo a Cuba poco antes de la Cumbre de la Unión Europea, y que declararan al mismo tiempo: “La Unión Europea mantendrá el diálogo con la sociedad civil cubana y seguirá concediendo apoyo práctico a todas las partes de la sociedad para el camino hacia un cambio pacífico en Cuba”. El gobierno alemán, compuesto por una coalición de socialdemócratas y democratacristianos, ya había hecho publicidad en las semanas anteriores para un “diálogo constructivo (...) con las autoridades cubanas y todas las fuerzas sociales importantes de Cuba en documentos parlamentarios”. Según este gobierno, esta también sería la posición de los demás Estados miembros de la Unión Europea.


Respuesta a la presión estadounidense



Sin embargo, aún cuando la oposición al socialismo cubano es un consenso básico en la política de la Unión Europea, la posición no es homogénea. Si exceptuamos el camino atípico de España, Europa está profundamente dividida en el tema Cuba. Durante un congreso anterior sobre Cuba en Berlín, el anticomunista y ministro del exterior checo en funciones, Karel Schwarzenberg, había descrito acertadamente ambos grupos. España, Italia, Portugal y Francia abogarían por la política de »transición moderada« en Cuba, la cual critica Schwarzenberg. Por otra parte se encontrarían los aliados de los Estados Unidos de América: Gran Bretaña, los Países Bajos, Suecia y Europa Oriental.


En la práctica, sobre todo la derecha conservadora de Europa Oriental se ha dejado llevar por la política estadounidense en años pasados.

El “Comité Internacional para la Democracia en Cuba” con sede en Praga, es solamente la parte visible de una red financiada y dirigida desde los Estados Unidos de América. A pesar de que en la antigua Europa Occidental se comparten los objetivos de la política para Cuba de esta alianza, se observa con cuidado esta influencia, ya que los nuevos aliados de los Estados Unidos al este del río Oder son a la vez los caballos troyanos en el corazón de la Unión Europea. La división se hizo evidente por primera vez durante la disputa entre algunos países europeos y Washington por la agresión a Irak a inicios de 2003. La influencia estadounidense también se manifiesta en la política para los Balcanes y en el debate sobre la fabricación de un escudo antimisil estadounidense en Europa.


Con una nueva política hacia Cuba, las fuerzas líderes de la »vieja Europa«, quieren volver a tomar la iniciativa. También en Gran Bretaña se está criticando el servilismo del gobierno. Ya en febrero, el ex-ministro del exterior de Londres, Brian Wilson, había salido al paso en el periódico liberal The Guardian a la opinión errónea de que Cuba estaba a las puertas de un cambio político. El socialdemócrata, el cual también había abogado por “sanciones más inteligentes” contra Irak en el 2001, escribió que el gobierno de Inglaterra debía restablecer las »relaciones respetuosas« y ratificar que, “un cambio de régimen no se puede forzar con intervenciones desde afuera”.


Así como los participantes de la conferencia más reciente en Berlín, también Wilson podría celebrar un cambio de gobierno en los Estados Unidos de América. Los Contras conciliadores de Europa esperan encontrar en los demócratas un socio para su nueva política hacia Cuba. La nueva oferta de diálogo al gobierno cubano debe mantener abierta esta opción. “La Unión Europea le tiende la mano a Cuba“, se pudo leer en varios diarios europeos al referirse al documento de los ministros de relaciones exteriores. La pregunta es: ¿Qué tiene escondido Bruselas en la otra mano?


Colaboración: Markus Klawitter (Berlín), Sander Zequeira (Bogotá)

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www.haraldneuber.de

Anonymous said...

Bueno, Miguel Rivero que es de la camarilla de Encuentro queda fuera de juego justamente por ser de la camarilla rodriguezca y de los bienpagados… Y además, qué coño nos importa que tenga que escribir un artículo sobre la situación en Palestina…

Kubalgie said...

El hecho de que comiencen, como ya es costumbre, a "bombardear" el Post con artículos como el anterior de Neuber, es darte la razón.

Quién es Neuber?:
En Estancia Cubana I

En Estancia Cubana II

Su página personal

Esos son los defensores de "Encuentro"!!!

Anonymous said...

Jorge, llego un poquitín tarde a las felicitaciones, aunque ya te había enviado un e-mail por este tema.

Abrazos, y adelante.

También besos para Kubi.

Anonymous said...

En mi condición de vocero oficioso de EER y de su Presidenta y Gran Matrona de Encuentro, Annabelle Rodríguez, debo salirle al paso a esta farragosa diatriba abicú-liberaloide. Tal como cuando Fructuosito le sacó los viejos trapos sucios, nuestra Gran Matrona esta vez ha optado por callar y/o expresarse de manera obicua a través de mi reconocida solvencia en el mundo fabuloso de la epistemología light, pop y decaf.

En esta ocasión, sin embargo, no acudiré a la dialéctica del ser y no estar, del parecer y no ser, de vivir y no dejar vivir, para caracterizar ontológicamente a nuestra Gran Matrona y Protectora de los Piñeros Anfibios que navegan entra las dos aguas revueltas de EER.

Recurriré al viejo refranero, que siempre es fuente de sabiduría y tolerancia para el hacer y el saber hacer.... Decía aquel rancio refrán castellano que de casta le viene al galgo ser peludo y rabilargo. Con nuestra Gran Matrona conviene hacer las necesarias actualizaciones: a ella le viene de casta ser perruna y manilarga. El dinero no huele, ese es su lema y su motor. Aunque salga de manos asquerosas, el dinero siempre le huele a rosas. Y aunque se saque el oro de vil escoria, a ella siempre le huele a gloria. ...

No sigo con el refranero por no agotar el tema. Y porque además cansa. Una de mis cartas de triunfo es ser ligero y tangencial. Nada de ir a las causas últimas, a las raíces, como tú. Vale más quedarse con esa filosofía de aludir sin mencionar, de hablar del milagro sin mentar el santo, pues así te publican en EER.

A ti te rechazan los trabajos porque los hallan prolijos y ampulosos, combativos y directos al grano. A ti te gusta poner el dedo en la llaga y eso va contra la política editorial de los 'encuentrosos', según me ha dicho alguien que no debo mencionar por su nombre por razones éticas. Sólo voy a añadir que se trata del Editor Hereditario, o El Editario, como ya se le conoce.

Mi recomendación es que en lo adelante no arañes tanto los epistemos (perdona que te hable así, pero tú sabes que yo soy todo un filósofo y debo siempre exhibir mi saber decir, para que no haya confusión). Vale más que seas ambiguo, anfibológico, ambidextro. Y que seas menos abicú y, desde luego, menos liberal. Recibe un abrazo epistemológico (y light) de Emilio Ichikawa

Anonymous said...

Me corrijo (que es una manera metafísica de ichikawarme):
Donde dice : "El dinero no huele", quise decir: "El dinero no huele mal". Vaya, que no hiede ni apesta. No e tan jediondo, dicho a la habanera. Su gran filósofo y ambia narra-tivo, SuperIchi

Jorge A. Pomar said...

Gracias. Así es, Ichi: el dinero no huele, ni bien ni mal, aunque tiene un buqué psicológico perturbador.

En verdad, no quise pasarme de rosca con el tornillo especulativo. Pero se me hace que con el dinero esfumado en sede madrileña pudiera ser, tal vez, a lo mejor, chi lo sà: va y hasta se financian los bodrios jiribillosos. Cuando menos, no les vendría mal una auditoría.

Anonymous said...

?Se sabe de alguien que haya podido haber leído los estatutos de la "Asociación Encuentro" y/o conocido de la forma de hacerse "socio" con todos los deberes y derechos?

Enbabia

Anonymous said...

“Vendrá la realidad y nos encontrará dormidos”, de Santiago Alba
El libro que unió la estética, la ética y la revolución
28/03/2007
Pascual Serrano/Rebelión

El libro que unió la estética, la ética y la revolución

Hoy podríamos decir que existen tres lugares en el mundo donde el enfrentamiento con la barbarie del gobierno estadounidense es más evidente. Tres puntos del globo terráqueo que son ejemplo de dignidad, lucha y heroísmo. Dos de ellos lo están pagando con sangre derramada cada día y cada hora, un tercero tiene el mérito de llevar casi cincuenta años liderando la defensa de su soberanía y su solidaridad con los países empobrecidos. Esos tres lugares, tres pueblos, son Palestina, Iraq y Cuba, y sobre ellos trata Santiago Alba en su libro “Vendrá la realidad y nos encontrará dormidos”.
Con esa prosa que tanto le envidiamos muchos, Santiago Alba nos explica, no sólo esas luchas sino la vergüenza de continuar dormidos en nuestras sociedad de celofán y neón sin ver la realidad. Pero es que, además, mientras algunos escribimos a golpe de hemeroteca y bibliografía, Alba escribe de lugares donde ha estado, de personas con nombre y apellidos con las que ha conversado, de tragedias que ha vivido. Y como algunas de ellas he tenido el privilegio de compartir con él, aún admiro más su capacidad para encontrar las palabras, las reflexiones y las conclusiones que yo nunca hubiera podido conseguir.
Los textos recogidos en esta obra logran transmitirnos elementos tan difíciles como la emoción de esas luchas y sus verdaderas causas para despertar la indignación en cualquier persona de buena voluntad. Y es que si tuviéramos que dividir a las personas entre honestas e infames, las primeras serían las que logren indignarse con lo que escribe Alba en esta obra y los segundos los que no se inmuten ante lo leído.
Con este libro podrían entender al combatiente suicida porque “los cristianos nunca nos mataríamos para matar a otros porque nunca nos mataríamos para salvar a otros”. “Estamos acostumbrados a explotar, utilizar e instrumentalizar el cuerpo de los otros; estamos acostumbrados a lanzar cuerpos ajenos, cargados de munición, contra nuestros enemigos. Eso es lo cristiano: no jugarse jamás el propio pellejo”. Podemos comprobar la contundencia con que Alba responde al premio Nobel israelí Imré Kertész: “Si Kertész hubieras sobrevivido realmente a Auschwitz, si hubiese sobrevivido, habría vuelto a ponerse su camisa rota, con la estrella amarilla de David en la solapa, y habría bajado a la calle, desde su olímpico balcón, a erguirse, viejo valiente, delante de los tanques que iban a ármala con la estrella de David estampada bajo el cañón”. O como abraza a Edward Said y su mensaje: “Si no se podía ser más fuerte que ellos, había que ser más justos, más inteligentes, hacer sonar más alto las verdades que sus mentiras”.
Santiago Alba nos explica desde su experiencia en Túnez como es el mundo musulmán, ese al que tanto tememos: “Mohammed está tan loco que un día recogió a mi hija, que se había caído de la bicicleta, y le dio un caramelo. Seguro que está pensando en lanzar un avión de pasajeros contra la Torre Eiffel”.
Su capítulo “Iraq, un cuento de niños” es estremecedor. Ahí nos escribe sobre los niños iraquíes y su diferencia con los nuestros, la diferencia “entre comer bollicaos y margarina y recibir bombas y respirar uranio empobrecido”. De esas madres en el hospital infantil de Bagdad: “En cada habitación hay seis camas y en cada cama hay –no un niño, no- una mujer velada, sentada, erguida, grande, y cada mujer velada sostiene en su regazo a un niño enfermo. Ellas son las camas de sus hijos”. Quien no se emocione con ese capítulo no debería tener derecho a considerarse humano.
Alba nos explica también ese mundo, esa realidad que vendrá y nos encontrará dormidos: “La ‘guerra global’ permite borrar toda distinción: la distinción entre rebeldes y terroristas, entre disidentes y criminales, la distinción entre legalidad y legitimidad, entre seguridad y libertad, entre guerra y paz, entre civiles y militares, entre seguridad interior y exterior, etc. Pero resulta que esta flotación, esta indistinción de las categorías jurídicas es precisamente lo que hasta el siglo XX se llamaba ‘barbarie’ y desde entonces se llama ‘totalitarismo’”.
Y mientras todo eso sucede, “mientras nosotros nos distraemos viendo por la televisión como EEUU bombardea Iraq, mata a sus niños y se apodera de su petróleo, EEUU aprovecha para bombardear Iraq, matar a sus niños y apoderarse de su petróleo. ¿O es quizás al revés? Mientras EEUU bombardea Iraq, mata a sus niños y se apodera de su petróleo, nosotros nos distraemos viendo por la televisión como EEUU bombardea Iraq, mata a sus niños y se apodera de su petróleo”.
Santiago Alba hace el diagnóstico preciso de nuestras opulentas sociedades: “Simplifiquemos las altísimas aspiraciones de la Civilización: queremos más agua, más luz, más petróleo, más carne, más coches, más móviles, más televisores y queremos, además, tener razón, ser más buenos, más justos, dar lecciones, concentrar una moral superior. Para tener más agua, más luz, más carne, más petróleo, tenemos que bombardear ciudades, ocupar países, sostener dictadores, serrar cotidianamente, minuciosamente, los grandes mandamientos que nos hemos dado; para tener más razón, para ser más buenos, más justos, para dar lecciones y seguir concentrando una moral superior tenemos que engañarnos.”
Por eso es importante destacar la diferencia entre el mundo rico capitalista y Cuba. La diferencia entre el que “en un lado bombardea países, derrite alegremente los cascos polares y confunde Faluya con un Parque Temático y en el otro salva niños, cura extranjeros y confunde lo propios sufrimientos con los de los otros pueblos de la tierra”. El autor no explica con una clarividencia impresionante los tres motivos para atacar a Cuba: la ignorancia, la cobardía y el interés. No los voy a reproducir, hay que leerlo en ese libro. Ni tampoco los tres problemas que, según el autor, Cuba comparte con EEUU o España, o cualquier otro representante del capitalismo: la desprofesionalización del trabajo, la vivienda y la corrupción.
Este libro no es sólo ése que a uno le gustaría que leyeran sus amigos, sino el que quisiera poder obligar a leer a sus enemigos, para así saber si después de haberlo hecho logran entender algo de lo que pasa en el mundo o, definitivamente, debo seguir considerándolos odiosos.

“Vendrá la realidad y nos encontrará dormidos”. Santiago Alba. www.hiru-ed.com

2006 www.PascualSerrano.net
Se permite la reproducción de todos los textos de esta página citando autor y fuente

Anonymous said...

El de el anonimo de arriba, tiene sentido por el tema aquí mismo o es sólo algo distractivo y por tanto contraproducente? Será un BloggeSpam?..

Embabia Pérez

Anonymous said...

Notas autobiograficos publicada por Pascual Serrano en su página http://www.pascualserrano.net/notasbio

Nacido en Valencia (España) el año 1964, Pascual Serrano se licenció en Periodismo en 1993 en la Universidad Complutense de Madrid. Se inició en el periodismo trabajando en el diario español ABC. Fue fundador y redactor jefe de la revista Voces, editada por la organización política Izquierda Unida.

Sus trabajos se han desarrollado tras sus viajes por México, Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Colombia, Venezuela, Cuba, Argentina, Bolivia, Iraq, Jordania y Líbano.

En 1996 fundó junto con un grupo de periodistas la publicación electrónica Rebelión (www.rebelion.org), que hoy funciona como diario alternativo en Internet.
Es miembro fundador de la Red de Intelectuales y Artistas en Defensa de la Humanidad, creada en México en 2004.
Colabora habitualmente en una decena de publicaciones latinoamericanas sobre temas de comunicación y política internacional.

Es coautor de los libros "Periodismo y crimen" y "Washington contra el mundo" y compilador de "Mirando a Venezuela".
Su último libro es ”Perlas. Patrañas, disparates y trapacerías en los medios de comunicación” editado en España por El Viejo Topo. En Cuba y Venezuela se editó una versión adaptada: “Juego Sucio. Una mirada a la prensa española”.

En la actualidad es miembro del consejo de redacción de las revistas Mundo Obrero, El Otro País y Pueblos, donde colabora habitualmente.

Desde diciembre de 2005 es asesor editorial de Telesur, un canal de televisión promovido por Venezuela con la participación de Cuba, Argentina, Uruguay y Bolivia, que pretende ser un modelo de comunicación contrapuesto a los medios dominantes del primer mundo.

En febrero de 2007 fue Primer Premio del Concurso Internacional de ensayo "Pensar a contracorriente", por su trabajo"Violencia y medios de comunicación", convocado por el Instituto Cubano del Libro, el Ministerio de Cultura de Cuba y la Editorial Ciencias Sociales.

Anonymous said...

No hay dudas, es un BlogeSpam; o no..?
Embabia Pérez

Anonymous said...

por que tanta envidia hacia Encuentro. ahi todos son intelectuales de primera fila y los que critican son todos unos mediocres y unos frustrados. ponganse a escribir, agan algo y no hablen tanta mierda

Anonymous said...

Tu comentario anonimo de arriba, revísalo o tú serás en realidad otro de los mediocres y frustrados. En realidad si analizas bién veras que Pomar trata de otras cosas y no de la tontería que dices...?No puedes tratar de pensar algo? tontin

Embabia Pérez

Anonymous said...

Hay algo que no me queda claro. No defiendo ni a Encuentro ni a nadie, pero hablan de censura en la revista y este mismo post lo estoy leyendo desde un enlace en el propio portal de Encuentro que se llama contraencuentro. ¿No estaremos convirtiendo la contrariedad en acusaciones? quizás y no es este el caso, pero para poner un ejemplo ¿no estaremos como ese cubano que sale de un lugar donde ni siquiera puede pensar y llega a una cafetería y se pone a protestar por las lozas moradas de la pared porque para eso el paga impuestos?? Creo que encuentros es una publicación libre que publica lo que le parece bien para ellos y sus lectores aunque no sea en realidad lo mejor para nosotros. Siempre podemos leerlos o no. pero de ahí a lo visto de acusarlos de la CIA y de castristas ya va un trecho. Seguramente habrán cosas que no publicarán en el Miami Herald ni en el Pravda. Creo que encuentro es una revista como todas que se lleva palmas y golpes y estoy seguro que todos los que no les han publicado algún articulo, quizás otro si y ya está. Que no hace falta demonizar. No hace falta llevar a cabo las enseñanzas de nuestra tierra de apalear todo lo que vaya contrario a nosotros o no esté de acuerdo con nuestros planteamientos. En fin, tenemos la suerte de ser libres, de tener un poco de cultura, Internet, tranquilidad económica, quizás podemos centrarnos en entregar nuestra obra a quien la aprecie, la valore y la publique. Utilizar el idioma rico que tenemos para mejorar el entorno y enriquecer las cosas. Es una suerte tener un blog. Es una pena cuanta intelectualidad cubana se pierde día a día por la censura y la incomunicación dentro de cuba. Personalmente me gusta como escribes y lo que escribes, no te dejes caer en los discursos vengativos o resentidos, aunque nada de lo anterior es ofensa ni despectivo. Yo lo soy un poco y también lo hago. Pero sigue creando, sigue deleitándonos con tus teclazos sabios y que nada te pare. Yo también te leo donde quiera que publiques y ojala que quien tenga que sacar enseñanza de esto la saque y si no que me pongan a caer de un burro.
Para mí, encuentro ha sido un buen referente de lo que se cocina fuera de Cuba. A pesar de…..me parece bastante aglutinante de formas de pensar y de ser de los cubanos dentro y fuera de Cuba. Fue unas de las pocas revistas que entró en mis manos en la habana sin olor a odio puro y a venganzas.
No puedo decir otra cosa. Como yo no soy ni remotamente escritor seguro que nunca publicarían un articulo mío y no me puedo quejar por ello la verdad. Pero hasta ahora la mayoría de lo que he leído me ha gustado y se los agradezco. También te agradezco a ti y a todos los bloggeros, así como a todas las personas que nos hacen llegar información de un lado o de otro de cualquier tipo para que la persona con un poco de capacidad de deducir coja lo que desee y lo interprete como quiera. Gracias a todos ustedes se ha acabado la información por la libreta. Podemos escoger, comprar y consumir la que queramos y yo creo que al final es el objetivo común de todos nosotros. Ser libres para ser cultos (se que está al revés pero es lo que toca en este momento) las fechas cambian, las ideas también. Un saludo.

Anonymous said...

Me parece que Yoyi se indigestó con la lectura del artículo de Pomar y no entendió de que vá.
Yoyi ten paciencia y trata de leerlo de nuevo, así verás que lo que dices no viene al caso.

Tu intención es buena; pero no es sabia

Andreas

Anonymous said...

Lo que quiero decir Yoyi es que dices algo que también dice o se nota que piensa Pomar (lo que pasa es que él lo dice mejor). Vuélvelo a leer, piensa un poquito y después vuelvele a escribir un comentario más sustancioso, please.

Andreas

Anonymous said...

Yoyi acusa a Pomar de que este inculpa injustamente a la Asociación Encuentro de falta de transparencia y de ejercer una censura difusa, no clara.?Entendí?

Sería bueno que algún miembro de la Asociación argumente la posición real en cuanto a ello quizás através de este medio. Genial,?No? Así tendríamos respuestas con propiedad al asunto.

Por cierto si alguien puede decir dónde se puede leer los Estatutos y el Reglamento de la Asociación Encuentro de Madrid, le estaré eternamente agradecido; porque su atenta lectura será la explicación de todo.

Embabia Pérez

Anonymous said...

lo que tienen es envidia. En Encuentro estan Rojas, Ponte, Arcos. Y eso les pica.

Anonymous said...

El Anonimo de arriba es tonto? Sabe también quienes no están?

Anonymous said...

?En Encuentro estan Rojas, Ponte, Arcos? Ellos están en la Asociación? ?Cómo se entra?
Embabia Pérez

Anonymous said...

Encuentro es sólo para los elegidos (con el dedo); de quién es el dedo, no se sabe.-SECRETO es su lema

Anonymous said...

una obra reconocida, prestigio intelectual, curricumum de disidencia, eso es lo que tienen los que están en Encuentro, los que critican son unos envidiosos y resentidos que no pueden entrar ahi por que no tiene meritos

Anonymous said...

?Estas seguro Anonimo de arriba o lo dices sólo por decir algo sin pensar?
Embabia Pérez

Anonymous said...

los que critican son unos envidiosos y resentidos que no pueden entrar ahi por que no tiene meritos...De quién hablará este anonimo?
Aclara socio que pareces un demagogo. Cita con propiedad que Pomar en su artículo no discute los méritos de Encuentro. Leer es la mejor manera de ser libre...

Anonymous said...

La Asociación Encuentro afirma que es una plataforma para todos los cubanos y no sólo para los que "tienen méritos" de obra o de disidencia de un sólo lado. Mira en su portal de internet para que puedas leer sus propósitos.

Rebeca

Anonymous said...

Señores, sólo por aclarar: La Asociación es una Asociación oficialmente inscripta bajo los preceptos de la Ley de Asociaciones de España y tiene como órganos a la Revista y al portal digital.

Alfredo Torres

Anonymous said...

Se puede conocer el Reglamento?

Embabia Pérez

Anonymous said...

GRACIAS POMAR POR TU VALENTÍA Y BUENOS PROPÓSITOS. Sé que serás el primero en rectificar en lo que no esté correcto si se te argumenta con propiedad: pero parece que nadie quiere o tiene algo que inteligente que decir en tu contra, así que sólo quedan las diatribas..Quiero que sepas y sepan muchos los que seguro pensamos como tú

Arabos

Anonymous said...

La Asociación Encuentro de la Cultura Cubana es una organización no lucrativa creada según la Ley 191/64 (24 de diciembre de 1964) y el Decreto 1440/65 (20 de mayo, 1995) en Madrid, España.

Para donativos desde Estados Unidos, estamos registrados en el Estado de la Florida como Encuentro de la Cultura Cubana, Inc., organización no lucrativa que ha obtenido la calificación 501 ( c ) (3), exenta de impuestos.

Fuente: http://www.cubaencuentro.com
/es/asociacion-encuentro/perfil

Anonymous said...

El objetivo primordial de la Asociación Encuentro de la Cultura Cubana, es contribuir al desarrollo de una cultura de la democracia, para que Cuba pueda transitar pacíficamente hacia una sociedad abierta, plural y respetuosa de los Derechos Humanos.
Ello implica la necesidad de establecer relaciones fluidas entre los ciudadanos de la Isla y de la diáspora a través de la libre circulación de ideas e información.

La Asociación trata de fomentar este intercambio mediante varios proyectos:

1. Revista trimestral Encuentro de la Cultura Cubana

2. Diario digital Encuentro en la Red

3. Portal cubaencuentro.com

4. Seminarios, conferencias y talleres de trabajo

Fuente:
http://www.cubaencuentro.com/es
/asociacion-encuentro/presentacion

Anonymous said...

Entonces habrá Estatutos, Reglamento y forma de hacerse Miembro, no?
Embabia Pérez

Anonymous said...

Surprise: NO, porlo menos No, de cara al Liborio de a pié

Enigma

Anonymous said...

El diario digital Encuentro en la Red ofrece diariamente análisis e información con el objetivo de contrarrestar la falta de libertad de prensa en la Isla.
Internet nos permite llegar a los cubanos independientemente de su lugar de residencia.
A través de la web, hemos creado una alternativa a la monocorde información oficial ofrecida por el régimen, fomentando así la diversidad, un paso indispensable en el camino hacia una sociedad democrática.

Fuente:
http://www.cubaencuentro.com
/es/asociacion-encuentro/proyectos/
diario-digital-encuentro-en-la-red/

Se aclaró el meollo; Encuentro es pluralista así que no hay tener especialmente ningún carné de disidente o "Obra Reconocida" como exigia el gandúl de arriba. Me imagino que algún día harán público los Estatutos y el Reglamento. Hay que tener Fé que todo llega; miren si ya hasta se publican poco a poco las actas de la Stasi...

Anonymous said...

Repito, es que Encuentro es sólo para los elegidos (con el dedo); de quién es el dedo, no se sabe; SECRETO es su lema

Anonymous said...

hay que decir que la Asociación Encuentro -Sus motivos tendrá- no es transparente en casi nada.

Tengamos en cuenta de que hablamos (por lo que se entrevé)de la "Asociación" con el finaciamiento más importante del exilio cubano en Europa y quién sabe si del Mundo..

Y Miss Annabelle es también todo un enigma...

Olvidate de que aparezcan los Estatutos y el Reglamento; Estamos y estaremos todos como Embabia Pérez

Anonymous said...

Ño.....

Anonymous said...

La asociación está presidida en el Estado español por Annabelle Rodríguez, hija del que fue viceprimer ministro del gobierno revolucionario de Cuba, Carlos Rafael Rodríguez. Dicha asociación recibió en el transcurso de 2005 la cifra de 200.000 dólares del ‘Fondo Especial para Cuba’ del Departamento de Estado de EE UU. En el Estado español recibió una subvención de 180.000 euros, según resolución del 2 de diciembre del 2005, procedentes de la Agencia Española de Cooperación Internacional (AECI) que preside Leire Pajín. Dicha subvención corresponde sólo al segundo cuatrimestre del año en curso.

Annabelle Rodríguez cuenta en el Estado español no sólo con el apoyo económico de la AECI. Entre las instituciones que les apoyan destacan: Fundación ICO, Fundación Pablo Iglesias, Fundación Caja Madrid, Ministerio de Cultura, Junta de Andalucía, el Gobierno de Cantabria y el de Aragón. En el plano internacional recibe fondos también del Centro Internacional Olof Palme de Suecia, la NED, la Fundación Ford, el Instituto Sociedad Abierta y el Cuba Study Group de los Estados Unidos; y la Iniciativa Europea para la Democracia y los Derechos Humanos (Comisión Europea).
Fuente:
http://diagonalperiodico.net/
article874.html

Anonymous said...

Pues bueno y esos son algunos datos del 2005... Ahora a continuar su exelente trabajo "Asociación" y sólo me resta pedirles que si quieren transparencia para el futuro estado cubano post-Castro, que empiecen por casa a abrir alguna ventanita para que entre aire fresco. Por lo demá también, como Pomar, me intereza y defiendo a Encuentro; eso sí, también de forma racional y crítica, como debe ser.

Anonymous said...

El siguiente link espesa la sopa
www.emanaciones.com/2007/05/16/annabelle

Anonymous said...

Joder y todavía no hay respuesta a este asunto por la parte oficial de Encuentro Mmmmmmmmmmmmmmmmmmmm; raro, muy raro, huele un poco a quemao..........

Anonymous said...

Alguien sabe en que trabajaba Annabelle antes de caer en Encuentro?

Embabia Pérez

Anonymous said...

¿y qué importa donde trabaja Annabelle? Lo importante es que haga bien su trabajo.

Anonymous said...

qué risa. ahora la derecha cita a la extrema izquierda, como el periodico Diagonal, que es favorable a la dictadura en Cuba, para arremeter contra Encuentro. Es la extrema izquierda comunista la que llama a España "estado español" porque no reconocen el pais como tal como España. Por otra parte, me cago de la risa cuando leo a estos "investigadores" haciendo periodismo de investigacion, pero de biblioteca, presumiendo con datos que son públicos, que aparecen en la web de Encuentro y que aparecen en las webs de todas esas entidades que le han dado dinero a Encuentro. Felicidades, acabais de descubrir el agua tibia

Anonymous said...

Tienes razon, lo más importante es que Annabelle haga bien su trabajo; sólo que por curiosidad sería interesante si resulta que ése trabajo de antes, por casualidad, tiene que ver mucho con el despege exitoso político y economico de encuentro

Anonymous said...

Cité a Diagonal y no soy de derechas.
?Qué hago?

Anonymous said...

Camarada, si se caga cuando se rie, vaya al médico que puede ser muy malo...

Anonymous said...

Es muy cierto que desde hace poco, a partir de la creacion de la seccion Contraencuentro en la propia revista digital, hablar de censura en Encuentro es un contrasentido, pero no antes de este hecho tan inusual y admirable, salvo que lo hayan hecho con dobles intenciones, como la de callarnos asi la boca a los que hemos estado diciendo que nos censuran y que publican a quien baila con la musica que a ellos les conviene, lease Pablo Diaz y Annabelle Rodriguez.
Este comentario saldra como anonimo, porque no he logrado entender eso de Google/Blogger o lo de Other, pero mi nombre es Santiago Martin y vivo en Miami, y antes de criticar a Encuentro por escrito en Internet, se lo he dicho por e-mail a Pablo Diaz en privado, sin que el lo reconozca y decida publicarme algun articulo.
En vida de Jesus me publicaron varios, incluso uno sobre arte y arquitectura en la revista en papel, pero despues de su muerte no he tenido suerte con Pablo y Annabelle.

Anonymous said...

Tu opinión y experiencia es 100% la mía
Avispado

Anonymous said...

:)

http://www.libertaddigital.com:83/ilustracion_liberal/articulo.php/518

Anonymous said...

¿Aparecerá algún día en las páginas de Encuentro, junto a la sección "ContraEncuentro", la otra parte, la sección: "ProEncuentro?
¿?
Embabia Pérez

Anonymous said...

Never

Anonymous said...

Tiene mucha razón (todavía) el que escribió lo de arriba.
Le Zumba el Mango