Sobre el post "Mitos y realidades" (plus otros errores y horrores del anticastrismo nostálgico)
Por Jorge A. Pomar, Colonia
"Noticia no es cuando un perro muerde a un hombre, sino cuando un hombre muerde a un perro", reza un famoso aforismo sobre la prensa. La lectura del post "Mitos y realidades", de Yaxis Cires Dib, secretario adjunto de Relaciones Exteriores del Partido Democratacristiano (PDC), me ha causado esa grata impresión.
¿Marca el comienzo de una reapertura al debate con admisión de criterios adversos a la línea editorial en Infanta Mercedes 43? Lo dudo, tampoco deseo participar bajo la actual presidencia, pero la esperanza perdida para siempre por el Abicú en ese piquete editorial pudiera albergarla algún lector crédulo. El tiempo dirá...
Sea como fuere, sombrero: largo rato hacía que, salvo esporádicas excepciones confirmadoras de la regla, no encontraba nada de fuste genuinamente liberal-conservador bajo ese URL. Esclarecedora y necesaria disquisición sobre el mito socialista-democrático tal como figura en blanco y negro, entre otros grupos pseudodisidentes favoritos de la AECC, en el programa de Partido Arco Progresista.
Coincido ciento por ciento con el autor. De hecho, es una de las tesis del Abicú y su Alter Ego en este blog proscrito. Cires aporta al encarne abicueril una gruesa sutileza conceptual para acabar de descaracterizar (el autor no menciona nombres, pero ni falta que hace) a Manuel Cuesta Morúa, ese "negro catedrático" (de un tiempo a esta parte, coincidentemente enmudecido en EER); Pedro Campos (ídem acústico) y sus émulos dentro del constructo utópico del fallecido --y en vida estrepitosamente fracasado-- filósofo italiano Norberto Bobbio:
"...el socialismo democrático no es más que una opción política, un partido más en el abanico de posibilidades entre las cuales podrán elegir los ciudadanos, pero siempre dentro de las reglas del Estado de derecho. Por consiguiente, lo que algunos en Cuba llaman 'socialismo democrático' no es otra cosa que una opción partidista, pero elevada a la categoría de régimen político y con pretensiones de permanencia indefinida en el poder".
Entiéndase: algo así como el PDS, el partido de los comunistas mal reciclados de la extinta RDA en el Bundestag (Cámara Baja del Parlamento Federal) en la Alemania posterior a la caída del Muro de Berlín. Y ya que Cires habla de fallas conceptuales de la disidencia, aprovecho para mencionar uno similar subyacente al aquelarre por el anunciado concierto de Juanes en la Plaza de la Revolución.
Como en el contrasentido del "socialismo democrático", la oposición peca aquí por compartir con el gobierno una falsa creencia común en el anacronismo del engagement intellectuel (compromiso intelectual) sartreano, dándole una publicidad inmerecida al cursi y habilidoso cantautor, famoso por desgañitarse a la vera de la senadora bolivariana del turbante por una paz y una reconciliación nacional equívocas que sólo beneficiarían a las ya boqueantes FARC. [Juanes firmando autógrafos a la PNR en La Habana.]
De paso, se le hace el juego a nuestra gerontocracia desgobernante al conferirle, unos sin querer y otros queriendo, categoría de suceso mundial a lo que, de otro modo, no pasaría de ser otro anodino ritual de reafirmación revolucionaria. Al igual que en la pugna por el mocoso balsero Elián Gonzalez (absurda porque, una vez ahogada la madre fugitiva, el derecho civil y consuetudinario cubano favorecía al cheo paterno), la campaña contra ese afónico (me han forzado a escucharlo por primera vez en Youtube) energúmeno tiene todas las papeletas para perder el pleito.
En contraste, a la espera de la dádiva de un ilusorio encuentro a puertas cerradas con líderes opositores, ni siquiera se ha intentado boicotear el incesante desfile de mandatarios sudamericanos por La Habana. Sin embargo, cada uno de esos huéspedes estatales representa una humillación mil veces mayor que el hilo de voz de un cantautor picúo y mediocre --su talla vocal y metafórica equivale a la del insulso Amaury, si a tanto llega-- al que nadie de a pie en su sano juicio escucharía de buen grado en la cuna de la Nueva Trova. Menos aún después que en la antigua Plaza Cívica no haya cantado a la "jama" de Pánfilo y su libertad perdida por dar voz al rugido de sus estragadas tripas.
Otro error grave de la oposición consiste en priorizar los derechos humanos --recurso útil como táctica pero fatal como estrategia-- en vez de un cambio radical de régimen y equipo gobernante. La aparentemente chocante apoteosis del recién defenestrado canciller Pérez Roque en la Asamblea General de la ONU tiene su explicación histórica: tanto las Naciones Unidas en sí como las bellas cláusulas de la Carta de los Derechos del Hombre nacieron bajo el patrocinio de la URSS. Puro ornamento, papel mojado con el que se puede desestabilizar a un gobierno democrático o una dictadura autoritaria pero jamás a un régimen totalitario de izquierda que se respete. El nuestro, por tanto, es un problema netamente político.
Con todo, la pifia monumental de la oposición interna, del exilio militante y la Diáspora heráldico-encuentrosa o exilio complaciente, se puso por enésima vez de manifiesto ha poco con motivo del deceso (8 de agosto) de José Pardo Llada. Su historial en síntesis: tribuno incendiario contra todos los gobiernos de turno (menos el último, que él ayudó a erigir a fuerza de lengua),apologista estrella de la orgía de sangre a partir de enero del 59, amigo íntimo y modelo retórico del joven Fidel Castro, responsable del fusilamiento de dos jóvenes acusados sin pruebas de intentar asesinarlo, desertor intempestivo por México (1961), exiliado neutral entre el gobierno y las narcoguerrillas en Colombia, hijo pródigo de vuelta al redil insular en 2004 como ciego (dizque fue a recuperar la vista, no a besarle el anillo al tirano) que ni ve ni quiere ver...
El voluble difunto, que jamás leyó su mea culpa, mea magna culpa más bien, se vio póstuma- y festinadamente aupado al pedestal de los próceres de la Patria en El Nuevo Herald. Pinche sobre el nombre del diario para acceder a la página. A propósito, ignoro por qué desapareció el tumulto de comentarios de lectores discrepantes que, si no estoy falto de fitina, creo haber leído en su momento. Y desde luego, perdone el lector a la hija, que hace bien en no hablar mal de su padre.
De mortuis nil nisi bonum dicendum est ("De los muertos no ha de decirse nada que no sea bueno"), reza un proverbio latino. A mi entender, aplicable quizás a hijos de vecina pero sin duda no a personajes políticos. Mucho menos a demagogos tan dañinos e incurables como Pardo Llada. A su muerte en hedor de santidad exiliar, comenta el inefable antiguo líder ortodoxo Luis Conte Agüero: "Me duele profundamente la muerte de Pardo Llada, que fue un verdadero líder del pueblo cubano, un látigo contra la corrupción y un luchador contra el despotismo. Siempre trató de dar lo mejor de sí''. [Foto de al lado: Pardo Llada.]
Imposible negarle cierta honestidad subjetiva interesada a Conte Agüero: en su fuero íntimo, se oculta razones inconfesas para aspirar a que a él mismo, y a sus pares auténticos y ortodoxos, una posteridad de postín los mida con igual flexibilidad de vara. A su vez, Pedro Yánez, también periodista y amigo de la infancia del errático occiso, nos sirve en bandeja de plata en el artículo firmado por Wilfredo Cancio Isla (a quien aprecio como corresponsal, pero no siempre como pensador) el diseño de la Cuba alternativa a Batista y Fidel con la que todos ellos soñaban en la época en que soltaban la sinhueso, apretaban el gatillo o mandaban apretarlo antes de pensar: "Fue una de las personalidades políticas más influyentes en los últimos 20 años de república. A la muerte de Chibás, era sin dudas una figura que podía alcanzar la presidencia de Cuba''.
No soy proclive a la guerra contra los cementerios. Si bien, sustento la tesis de la mayor conveniencia de la desaparición física del Número Dos antes que el Número Uno, igual estoy muy lejos de adjudicarles más culpa a los hermanos Castro que a nuestra idiosincrasia hispana. En consecuencia, no seré yo quien descorche botella para brindar con mi Alter Ego por el feliz suceso luctuoso, pues a mis 61 veranos el futuro poscastrista que avizoro desde mi atalaya renana tampoco da para brincar de alegría. Por ende, tampoco espero más recompensa que la que me doy a diario.
El cubano típico, qué duda deja ya el citado botón de muestra al baratillo, amén de "Jalisco- nunca pierde siempre ha sido más amigos de Platón que de la verdad. Por leído y escribido que sea. Prueba adicional al canto: ¿acaso no se ha percatado el lector informado del detalle de que hasta historiadores eruditos del exilio sitúan la fecha en que, según ellos, la Revolución del 59 también "se fue a bolina" en algún momento durante o posterior al llamado "período romántico"? No, como mínimo, la madrugada del 26 de julio del 53?
A partir de entonces periodistas e intelectuales endiosan al líder rebelde de origen oligárquico causante de la muerte en carnaval de decenas de soldados de extracción obrero-campesina que, sin embargo, como decía Passolini, "tenían huecos en los calcetines". Móvil apologético de los persoajes aludidos: extraerse con forceps, a sí mismos y a sus compañeros de causa en aquella hecatombe nacional autoinfligida, con el plumaje limpio del horripilante sangrero, de la fanatización mediática de las masas populares, de la indiscrimnada venganza, de la expropiación de su clase social y de la actual ruina de la Isla entera.
Pardo Llada en A mano limpia (2007):
Todo culpa de la "corrupción" republicana
En ese sentido, el terrible castigo a las "clases vivas" primero y a "nuestro heroico pueblo" después, ha sido directamente proporcional a la falta colectiva. Tanto es así que carcamanes penitentes están reestrenando la contraproducente moda de lucirse autocompasivamente ante auditorios occidentales, perjurando que la hoy descarriada Revolución Cubana alguna vez fue una leyenda tan bella y justiciera que a la sazón ellos habrían dado gustosos hasta su "última gota de sangre" por la Causa.
Fiel al modelo paterno de culpa caída en el suelo, los "nietos del Che" se escudan en el argucia apolítica de que ellos no tienen por qué enderezar los entuertos de sus mayores. Cinismo juvenil y anticastrismo nostálgico: historietas de Walt Disney de las que, como bien sugiere Cires Dib en su lúcido artículo, debemos empezar a carcajearnos a mandíbula batiente, puesto que semejantes coartadas exculpatorias conducen por línea oblicua al "socialismo del siglo XXI".
Una mirada atenta al pasado indica que a las claras que la única ventaja de los albores del castrismo era lo mucho o poco que aún le quedada a la Isla de las bondades del capitalismo. Y es que el talón de Aquiles, el pecado original del anticastrismo, el que dio pie a su tradicional desunión y consiguiente debilidad política desde el nacimiento del nuevo régimen hasta la fecha, es la notoria incapacidad de la vieja guardia auténtico-ortodoxa --en puridad fue la que, para su mal y casi sin darse cuenta, derrocó a Batista facilitándole al castrismo, ingenua- y/o demagógicamente, la subsiguiente destrucción de la República-- para asumir sus garrafales ineptitudes y ajustar cuentas con las "glorias" de su juventud.
"La fruta --dice el refrán-- nunca cae lejos del árbol". Poco tiene de raro que hoy en día, al cabo de medio siglo de totalitarismo, cobre fuerza a la sombra de la antaño conservadora Fundación Nacional Cubano Americana de Jorge Mas Canosa la entelequia chivasista. Las veleidades de las falanges socialista-democráticas en la Isla contra las que arremete el autor de "Mitos y realidades" no son más que su correlato diversionista.
Sólo falta la cháchara patriotera de la "independencia total", mantra de cafres políticos o pasadistas inasequibles al dato de que Cuba es independiente desde 1902 y de que nadie quiere anexarse a nuestro conflictivo archipiélago. Excepto la muy surreal y extemporánea revancha zapaterista y el pintoresco "Movimiento por la Reincorporación de Cuba a España".
Han colgado en Youtube el grotesco vídeo salsero de abajo, donde tienen el desparpajo de insertar escenas de la manifestación de protesta de febrero de 2009 en la Puerta del Sol nada menos que con... ¡Zoé Valdés en primer plano! ¿Se habrá enterado la novelista?
En cuanto al "Norte revuelto y brutal que [por buenas razones, por cierto], nos desprecia", según Martí, más bien ha ocurrido todo lo contrario: los fugitivos del castrismo han colonizado La Florida... Resumiendo, en vez de seguir postulando a los criollos como conejillos de Indias para trasnochados experimentos de ingeniería social europea, la oposición debe renunciar a cualquier prurito de especificidad nacional y acabar de asumir la única alternativa viable y probadamente al alcance de nuestra psiquis colectiva en un mundo globalizado: un capitalismo liberal que por fuerza de cromosomas sería tan sui géneris como lo es el castrocomunismo.
En vista de la aguda crisis de la socialdemocracia europea, sólo cabe aspirar sin ambages a una economía de mercado y un régimen pluripartidista con todas las de la ley dentro del marco de la democracia representativa, el imperio de la ley, la igualdad de oportunidades y un sistema de seguridad social compatible con las arcas estatales.
Sobre todo, aprender a separar pasado y presente (desmitificando aquél) administración y política. Corrupción hay aquí en la Vieja Europa tanta o más que en Cuba republicana. Cuestión de combatirla sin arrojar a la criatura con el agua de la fuente para acunar a la placenta, como hicieron nuestros parteros violentos de doña Historia en el 59. El que quiera tomar el cielo por asalto que lo haga él solo desde la azotea de un convento o en su ermita particular.
Pretender otra cosa sería reincidir en el subdesarrollo mental, en el fatídico complejo de inferioridad eurocentrista que abismara a la Segunda República en las tinieblas del presente y empieza a sumergir a la Tercera aún por nacer en las incertidumbres del porvenir. Como el simio de la foto de al lado, si es liberal criollo a prueba de lejía sociata, carcajéese Usted por el bien de su prole de todo lo que no sea justo esa inocente perogrullada abicueril...
Wednesday, 26 August 2009
Monday, 24 August 2009
Un Fidel recuperado coherente en su delirio o delirante en su coherencia...
¿Se invierte la secuencia biológica?
Por Jorge A. Pomar, Colonia
Cuando a algún orate aquejado de delirio de poder le da por creerse Napoleón Bonaparte en campaña, sólo existe un remedio para hacer que su mente extraviada retome el contacto con el entorno: nombrarlo emperador de Francia y mariscal de campo al frente de una Grande Armée de medio millón de hombres en plan de conquistar el mundo sobre la marcha. [Foto: Fidel durante una visita familiar en el Presidio Modelo de Isla de Pinos. El niño es su primogénito "Fidelito".]
Las imágenes del penúltimo vídeo del Magno Paciente disertando acerca del imaginario cambio climático con un grupo de aprendices de abogado bolivarianos trae a la mente el viejo chiste sobre la eficacia terapéutica de semejante tratamiento factográfico de la esquizofrenia. Sólo que me da la impresión de que aquí quien alucina de verdad no es el Comandante en Jefe. Su poderío actual no habrá sido tan inmenso como el del golpista del 18 de Brumario (09-11-1799); dura en cambio varias veces más y aún surte efectos sensibles a nivel subcontinental.
En esa puesta en escena los chiflados sin remedio serían más bien esos embobados estudiantes de Derecho venezolanos y el Gorila Rojo, junto con sus clones sudamericanos. Lo son más que nadie los anfitriones de la Alta Nomenclatura. Sobre todo, lo es "nuestro pueblo" de a pie, que no tiene acceso a las enrevesadas elucubraciones del Abicú al respecto y desespera por ver llegar la hora de librarse de ese bufo del absurdo gótico mediante unas Magnas Exequias que, por el momento, no le cuadran ni atrás ni alante antes que el velorio presidencial.
Lo ya a todas luces incuestionable para tirios y troyanos: cada vez es más plausible que, por el bien de los más, acabe cumpliéndose el lúgubre pronóstico de mi Alter Ego sobre una probable inversión de la secuencia biológica entre el mayor y el menor de los Castro. Aquí --insisto-- el orden de los factores, o sea, de los funerales, altera el producto a favor de los "desafectos". A despecho del meticuloso trabajo de edición para extraer justo esos siete minutos de transmisión entre meses de desvarío, Fidel luce asombrosamente bien de salud dentro su extrema gravedad. Enhorabuena...
De hecho, lo veo mejor que nunca antes en sus tres años de convalecencia. En cuanto a la ocasión, los figurantes extranjeros y el abstruso tema, de nada sirve hacerse ilusiones: delirio en la coherencia o coherencia en el delirio, todos estamos cansados de saber cuánto privan al Máximo Líder los escenarios planetarios. Desde su extravagante infancia en el rústico feudo paterno de Birán, pasando por su breve y confortable cautiverio en el Presidio Modelo de Isla de Pinos, mora de sólito en el mundo de sus mitos y fantasías. La megalomanía es consustancial a su muy hispano complejo de inferioridad-superioridad.
Otrosí, consta de sobra que, a nivel insular, cada vez que está en juego el poder parcial o absoluto, hace infaliblemente gala de un agudo sentido de la realidad objetiva y el cálculo político digno del príncipe renacentista (ideal) ansiado por Maquiavelo. Mientras le quede un hálito de vida o, al menos, hasta que sesione el ahora indefinidamente aplazado Congreso del PCC, simultanea los cargos de Secretario General y Líder Espiritual. Hay que consultarle previamente todas las decisiones trascendentes (petición redundante de Raúl a la Asamblea General, puesto que en virtud de la Carta Magna vigente, él es su subalterno) de agenda y personal.
De lo cual da fe la ejemplarizante defenestración de Lage y Pérez Roque, truene fulminante incoado por una de sus reflexiones. Mientras el problema no conlleve la merma o pérdida total del monopolio del poder, ahí está Raúl para dar las malas noticias sobre ulteriores apretones de cinturón, decretar reformas a fin de perfeccionar el dislate socialista y ocuparse de los sinsabores cotidianos. Hasta que el día menos pensado nos desayunemos con el notición sobre el ingreso de urgencia en el CIMEQ o, mejor, la muerte súbita del...
...¡Menor de los Castro! Con lo cual el rol del Magno Paciente, sujeto a intermitentes apagones y relumbrones mentales, quedaría enteramente a merced de unos secuaces de la vieja guardia castrista carentes de carisma, energía vital y legitimidad. Eventualidad que no sería para nada de extrañar, habida cuenta de la probada fortaleza física del convaleciente Fidel, quitado de malos rumores y sobresaltos locales en su confortable papel de ayatolá supremo y asesor global.
Desde luego, inhumado Raúl, la gerontocracia en el poder igual podría optar por una sucesión a lo Corea del Norte. A saber, como en el 94 el vetusto generalato norcoreano a Kim Jong Il en sustitución del padre fallecido patriarca Kim Il Sung, sentar en la poltrona presidencial a uno de los retoños del Magno Paciente: por ejemplo, el primogénito de 57 años en la foto titular, a quien en su día tronara como ministro de Energía Nuclear. O bien, en su defecto a Antonio, el médico y manager extraoficial del equipo nacional de béisbol, si no al calavera de Alejandro...
En tal caso, comandantes de la Revolución y generales (tecnócratas, castrenses y represivos) ejercerían el poder a título colegial detrás del trono. Más o menos discretamente, según la debilidad o fortaleza de carácter del delfín elegido. A diferencia de Kim Il Sung, por alguna desconfianza paterna desconocida, ni siquiera en artículo de muerte Fidel ha designado delfín oficial entre su abundante y díscola prole de niños mimados y playboys...
Enroque precario que, hasta donde se sabe, los involucrados, ellos mismos en tuno para la capilla ardiente al pie del obelisco martiano en la Plaza de la Revolución, no dan muestras de contemplar un Plan B o C como solución de emergencia. Sin embargo, según mi truculento Alter Ego (se frota las manos), sería mucho más interesante.
La muerte previa del Hermanísimo, especula, a buen seguro no desataría un final con horror: el otrora revoltoso Liborio (encarnación caricaturesca del criollo descontento durante la República) se ha metamorfoseado en un guiñapo apolítico al que basta atarle su propia sombra detrás, ponerle una llavecita en la espalda y darle cuerda para que eche a correr despavorido incluso en una noche sin luna. [Triunfo de la Muerte, 1562, óleo sobre tabla de Pieter Brueghel el Viejo.]
Pero nos libraría a la vez de los peores Castro (gustarle, no le gusta a mi Otro Yo nadie con ese apellido), metiendo a la monarquía marxista de lleno en una dinámica sucesoria mucho más elástica y azarosa que su improbable --y para el cautivo Pánfilo y sus émulos insulares en hambre y miseria, indeseable-- longevidad. No huelga recordar aquí al lector foráneo que, mientras a Fidel le apodaban "El Caballo" en la Sierra Maestra por su reciedumbre física, salud y voluntad de hierro, Raúl siempre fue un enfermizo del que su entrañable cuñada Mirta Díaz-Balart, madre de Fidelito, cuidara en casa a causa de una neumonía.
Por lo que respecta a su personalidad, se sabe de buena tinta que flaqueó ante la policía batistiana y volvió a cojear manifiestamente de la misma pata durante el juicio al general Arnaldo Ochoa y sus compañeros de la Causa No. 1 del 89. Tras su enésima profesión de fe anticapitalista el pasado 26 de julio, hasta los dialogueros más recalcitrantes de La Habana, Miami y Madrid han perdido fe en el "pollo viejo" de sus cacareadas reformas.
Desde luego, tampoco es que la decepción nos mueva a derramar lágrimas de cocodrilo si por ventura Dios, el Diablo o Natura alteran nuestro común vaticinio desiderativo. Conque, paciencia que la Parca, igualitarista y voluble como para ella sola, no deja a nadie para semilla en este Valle de Lágrimas. Por ende, pronto se verá a cuál de los dos siega primero con su implacable guadaña.
Tal como pinta el dado de un tiempo a esta parte, con el pato cojo de Obama en la Casa Blanca y el azar repartiéndole los chispazos de lucidez a la oposición por la libreta de abastecimiento (después de la purga raulista de las llamadas "gratuidades indebidas"), mucho ha de depender nuestro futuro inmediato de la frecuencia con que esa veleidosa mensajera del reino de las tinieblas.entre a saco en los predios geriátricos del Palacio de la Revolución...
Por Jorge A. Pomar, Colonia
Cuando a algún orate aquejado de delirio de poder le da por creerse Napoleón Bonaparte en campaña, sólo existe un remedio para hacer que su mente extraviada retome el contacto con el entorno: nombrarlo emperador de Francia y mariscal de campo al frente de una Grande Armée de medio millón de hombres en plan de conquistar el mundo sobre la marcha. [Foto: Fidel durante una visita familiar en el Presidio Modelo de Isla de Pinos. El niño es su primogénito "Fidelito".]
Las imágenes del penúltimo vídeo del Magno Paciente disertando acerca del imaginario cambio climático con un grupo de aprendices de abogado bolivarianos trae a la mente el viejo chiste sobre la eficacia terapéutica de semejante tratamiento factográfico de la esquizofrenia. Sólo que me da la impresión de que aquí quien alucina de verdad no es el Comandante en Jefe. Su poderío actual no habrá sido tan inmenso como el del golpista del 18 de Brumario (09-11-1799); dura en cambio varias veces más y aún surte efectos sensibles a nivel subcontinental.
En esa puesta en escena los chiflados sin remedio serían más bien esos embobados estudiantes de Derecho venezolanos y el Gorila Rojo, junto con sus clones sudamericanos. Lo son más que nadie los anfitriones de la Alta Nomenclatura. Sobre todo, lo es "nuestro pueblo" de a pie, que no tiene acceso a las enrevesadas elucubraciones del Abicú al respecto y desespera por ver llegar la hora de librarse de ese bufo del absurdo gótico mediante unas Magnas Exequias que, por el momento, no le cuadran ni atrás ni alante antes que el velorio presidencial.
Lo ya a todas luces incuestionable para tirios y troyanos: cada vez es más plausible que, por el bien de los más, acabe cumpliéndose el lúgubre pronóstico de mi Alter Ego sobre una probable inversión de la secuencia biológica entre el mayor y el menor de los Castro. Aquí --insisto-- el orden de los factores, o sea, de los funerales, altera el producto a favor de los "desafectos". A despecho del meticuloso trabajo de edición para extraer justo esos siete minutos de transmisión entre meses de desvarío, Fidel luce asombrosamente bien de salud dentro su extrema gravedad. Enhorabuena...
De hecho, lo veo mejor que nunca antes en sus tres años de convalecencia. En cuanto a la ocasión, los figurantes extranjeros y el abstruso tema, de nada sirve hacerse ilusiones: delirio en la coherencia o coherencia en el delirio, todos estamos cansados de saber cuánto privan al Máximo Líder los escenarios planetarios. Desde su extravagante infancia en el rústico feudo paterno de Birán, pasando por su breve y confortable cautiverio en el Presidio Modelo de Isla de Pinos, mora de sólito en el mundo de sus mitos y fantasías. La megalomanía es consustancial a su muy hispano complejo de inferioridad-superioridad.
Otrosí, consta de sobra que, a nivel insular, cada vez que está en juego el poder parcial o absoluto, hace infaliblemente gala de un agudo sentido de la realidad objetiva y el cálculo político digno del príncipe renacentista (ideal) ansiado por Maquiavelo. Mientras le quede un hálito de vida o, al menos, hasta que sesione el ahora indefinidamente aplazado Congreso del PCC, simultanea los cargos de Secretario General y Líder Espiritual. Hay que consultarle previamente todas las decisiones trascendentes (petición redundante de Raúl a la Asamblea General, puesto que en virtud de la Carta Magna vigente, él es su subalterno) de agenda y personal.
De lo cual da fe la ejemplarizante defenestración de Lage y Pérez Roque, truene fulminante incoado por una de sus reflexiones. Mientras el problema no conlleve la merma o pérdida total del monopolio del poder, ahí está Raúl para dar las malas noticias sobre ulteriores apretones de cinturón, decretar reformas a fin de perfeccionar el dislate socialista y ocuparse de los sinsabores cotidianos. Hasta que el día menos pensado nos desayunemos con el notición sobre el ingreso de urgencia en el CIMEQ o, mejor, la muerte súbita del...
...¡Menor de los Castro! Con lo cual el rol del Magno Paciente, sujeto a intermitentes apagones y relumbrones mentales, quedaría enteramente a merced de unos secuaces de la vieja guardia castrista carentes de carisma, energía vital y legitimidad. Eventualidad que no sería para nada de extrañar, habida cuenta de la probada fortaleza física del convaleciente Fidel, quitado de malos rumores y sobresaltos locales en su confortable papel de ayatolá supremo y asesor global.
Desde luego, inhumado Raúl, la gerontocracia en el poder igual podría optar por una sucesión a lo Corea del Norte. A saber, como en el 94 el vetusto generalato norcoreano a Kim Jong Il en sustitución del padre fallecido patriarca Kim Il Sung, sentar en la poltrona presidencial a uno de los retoños del Magno Paciente: por ejemplo, el primogénito de 57 años en la foto titular, a quien en su día tronara como ministro de Energía Nuclear. O bien, en su defecto a Antonio, el médico y manager extraoficial del equipo nacional de béisbol, si no al calavera de Alejandro...
En tal caso, comandantes de la Revolución y generales (tecnócratas, castrenses y represivos) ejercerían el poder a título colegial detrás del trono. Más o menos discretamente, según la debilidad o fortaleza de carácter del delfín elegido. A diferencia de Kim Il Sung, por alguna desconfianza paterna desconocida, ni siquiera en artículo de muerte Fidel ha designado delfín oficial entre su abundante y díscola prole de niños mimados y playboys...
Enroque precario que, hasta donde se sabe, los involucrados, ellos mismos en tuno para la capilla ardiente al pie del obelisco martiano en la Plaza de la Revolución, no dan muestras de contemplar un Plan B o C como solución de emergencia. Sin embargo, según mi truculento Alter Ego (se frota las manos), sería mucho más interesante.
La muerte previa del Hermanísimo, especula, a buen seguro no desataría un final con horror: el otrora revoltoso Liborio (encarnación caricaturesca del criollo descontento durante la República) se ha metamorfoseado en un guiñapo apolítico al que basta atarle su propia sombra detrás, ponerle una llavecita en la espalda y darle cuerda para que eche a correr despavorido incluso en una noche sin luna. [Triunfo de la Muerte, 1562, óleo sobre tabla de Pieter Brueghel el Viejo.]
Pero nos libraría a la vez de los peores Castro (gustarle, no le gusta a mi Otro Yo nadie con ese apellido), metiendo a la monarquía marxista de lleno en una dinámica sucesoria mucho más elástica y azarosa que su improbable --y para el cautivo Pánfilo y sus émulos insulares en hambre y miseria, indeseable-- longevidad. No huelga recordar aquí al lector foráneo que, mientras a Fidel le apodaban "El Caballo" en la Sierra Maestra por su reciedumbre física, salud y voluntad de hierro, Raúl siempre fue un enfermizo del que su entrañable cuñada Mirta Díaz-Balart, madre de Fidelito, cuidara en casa a causa de una neumonía.
Por lo que respecta a su personalidad, se sabe de buena tinta que flaqueó ante la policía batistiana y volvió a cojear manifiestamente de la misma pata durante el juicio al general Arnaldo Ochoa y sus compañeros de la Causa No. 1 del 89. Tras su enésima profesión de fe anticapitalista el pasado 26 de julio, hasta los dialogueros más recalcitrantes de La Habana, Miami y Madrid han perdido fe en el "pollo viejo" de sus cacareadas reformas.
Desde luego, tampoco es que la decepción nos mueva a derramar lágrimas de cocodrilo si por ventura Dios, el Diablo o Natura alteran nuestro común vaticinio desiderativo. Conque, paciencia que la Parca, igualitarista y voluble como para ella sola, no deja a nadie para semilla en este Valle de Lágrimas. Por ende, pronto se verá a cuál de los dos siega primero con su implacable guadaña.
Tal como pinta el dado de un tiempo a esta parte, con el pato cojo de Obama en la Casa Blanca y el azar repartiéndole los chispazos de lucidez a la oposición por la libreta de abastecimiento (después de la purga raulista de las llamadas "gratuidades indebidas"), mucho ha de depender nuestro futuro inmediato de la frecuencia con que esa veleidosa mensajera del reino de las tinieblas.entre a saco en los predios geriátricos del Palacio de la Revolución...
Monday, 3 August 2009
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